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martes, 15 de noviembre de 2011

SERIE "12 TESIS PARA EL CAMBIO EDUCATIVO"; ALGUNAS EXPERIENCIAS


V. Algunas experiencias inspiradoras
 REGIONAL: ‘Fe y Alegría’
“Un Movimiento de Educación Popular y Promoción Social”


El Movimiento Internacional Fe y Alegría  apuesta por la educación como  motor  de cambio  social. Es de  educación porque promueve la formación de  personas conscientes de  sus potencialidades y de  la realidad, libres  y solidarias, abiertas a la trascendencia y protagonistas de  su desarrollo. Es popular porque asume la educación popular como propuesta pedagógica y política de  transformación desde y con las comunidades. Y es de promoción social porque, ante situaciones de injusticia y necesidades de sujetos concretos, se compromete en su superación y, desde allí, en la construcción de  una sociedad justa, democrática y participativa.


Fe y Alegría nació en  Venezuela hace 50 años. La visión  audaz del  fundador –el  jesuita José  María Vélaz–  y la colaboración de  numerosas personas y organizaciones  lograron  cristalizar una obra de rica  historia y  proyección al  futuro. En  1955  se abrieron las puertas de  la primera escuela de  Fe y Alegría en   una barriada marginal del   oeste de Caracas  gracias  a   la   generosidad  de   Abraham Reyes,  un   humilde albañil que  cedió su  propia vivienda para acoger a  los  niños de  la  zona. Así comienza la evolución de  lo que es hoy  el "Movimiento Internacional de  Educación Popular Integral y Promoción Social Fe y Alegría".


El  Movimiento  se  extendió  luego  a  Ecuador, Panamá,  Perú,   Bolivia,   El  Salvador,  Colombia, Nicaragua, Guatemala, Brasil,  República Dominicana, Paraguay, Argentina, Honduras y Chile.  En 1985  se establece Fe y Alegría en  España como una plataforma de  apoyo a los países latinoamericanos y de  difusión del  trabajo del  Movimiento en  Europa; desde 1999  se redefine su misión para asumir nuevos retos en  el  campo de  la  cooperación al  desarrollo, con  el  nombre de  Fundación Entre culturas-Fe y Alegría. Son  ya 16 los países donde operan organizaciones nacionales de  Fe y Alegría asociadas como Federación Internacional. Además, en  Italia  se  tiene una extensión del Instituto Radiofónico (IRFEYAL) de  Ecuador. Y para este año 2005  está en  marcha la fundación en Haití.

En la  búsqueda de  respuestas a  las  urgencias de  alumnos y comunidades, la  propuesta de  Fe y Alegría se  ha  concretado en  diversas iniciativas en  los  distintos países. Además de  la  educación escolarizada en  preescolar, básica y media, se ha  abierto espacio a otras formas de  acción para la promoción humana, como son: las emisoras de radio, los programas de educación de adultos, capa- citación laboral y reinserción escolar, la  formación profesional media y superior-universitaria, el fomento de  cooperativas y microempresas, así como proyectos de  desarrollo comunitario, salud, cultura indígena, formación de educadores, edición de materiales educativos, entre otros. En todas estas áreas se actúa desde y con  las comunidades, buscando complementar y apoyar la acción de otros entes, públicos y privados.


Para  el 2003,  los alumnos y participantes atendidos llegaban a 1.232.140. Se opera con  una red  de 2.080  puntos (planteles escolares, emisoras de  radio, centros de  educación a distancia y centros de educación alternativa y servicios).

La educación popular –modelo pedagógico surgido en  la  década de  los  60  en  América Latina– marca profundamente el pensamiento y la acción de  las escuelas que promueve Fe y Alegría. Pero la educación popular es una propuesta igualmente válida para las sociedades de  los países ricos porque también en  dichos contextos es necesaria una educación para ser actores y sujetos de  cam- bio  en  vez de  meros espectadores de  la realidad.

Fe y Alegría  entiende la educación popular  como:

Un movimiento alternativo, enfrentado a las prácticas educativas tradicionales, que intenta pro- mover una sociedad más  democrática y más  justa.

Aquella que acompaña a los educandos a construir su identidad en  el proceso de  irse convirtiendo  en  sujetos de  un  proyecto histórico alternativo que garantice la participación y la vida  digna a todos.

Una concepción educativa humanizadora cuyo centro es la persona y no el mercado, el dinero, el prestigio o el poder.

Que  surge de  la vida  misma del  pueblo, de  trabajar para y con  el pueblo, de  sus saberes valores y experiencias, de  su capacidad de  lucha, celebración y resistencia.

Y se  orienta a  formar personas solidarias y ciudadanos responsables, capaces de  imaginar un modelo de  sociedad distinto y de  comprometerse en  su construcción.

Es ante todo una propuesta ética:  reconoce que todos los hombres y mujeres somos únicos e irrepetibles, esencialmente iguales, portadores de valores, con una misión a realizar en la vida. Por eso se  opone a  todas las  formas de  dominación y discriminación y, en  consecuencia, no  acepta una sociedad que excluye y niega la vida  a las mayorías.

Es una propuesta política: apuesta por   generar un cambio radical en la sociedad. Apuesta por  una sociedad profundamente  democrática y participativa, de  verdaderos ciudadanos con  voz  y con poder. Por  ello  no  cree, ni en  las dictaduras, ni en  los populismos, ni en  las democracias light, de meros electores y clientes.

Es también una propuesta pedagógica: pedagogía para la transformación y no para la adaptación, que parte del  saber y la cultura de  los educandos y se orienta mediante el diálogo de  saberes a empoderarlos, es decir, a capacitarlos con  voz y con  poder para hacerlos sujetos de  la transformación  de  sus condiciones de  vida  y de  la sociedad de  la exclusión.

Algunos elementos de la Educación  Popular presentes en sus proyectos son:

1. Educación entendida  como un  proceso continuo y sistemático entre la  práctica de los participantes y la teoría, acompañada de  momentos de  reflexión e información.

2. Desde el compromiso con  los excluidos, a través de  la atención privilegiada de  los mismos.

3. Parte de comprender críticamente la realidad para generar un proceso de transformación humana.

4. Desde una pedagogía de  la plena participación, donde todos los implicados en  el proceso educativo generen conocimiento, analicen, cuestionen y teoricen. Desde una relación horizontal entre el facilitador y los participantes.

5. Por  una educación que tenga relevancia para la vida.  Que  parta de  una planificación con  base en  las experiencias, conocimientos, sentimientos y necesidades de  los participantes, la familia, el barrio, la región y el país.

6. Se enfatiza la constitución de sujetos autónomos, capaces de responsabilizarse de sus emociones y acciones, tomando posesión de  su propia vida  y liberándose de  sus dependencias y ataduras.

Perspectivas

Fe y Alegría se encuentra en  un  proceso de  desarrollo cuali cuantitativo, expansión geográfica y consolidación de  sus estructuras organizativas. La Federación Internacional ha  decidido acometer un II Plan Global de Desarrollo y Fortalecimiento Institucional, durante el período 2005-2009, como propuesta mancomunada para responder a los nuevos desafíos de  este siglo.

Con este nuevo Plan busca  lograr:

Un Movimiento Internacional fortalecido en  su identidad y cohesionado a partir de  un  sentido de  pertenencia y corresponsabilidad con  la misión de  Fe y Alegría. Un Movimiento que busca la transformación social  y  la  superación de  las  relaciones de  opresión,  exclusión y  marginalidad impuestas y recreadas por  los  modelos económicos vigentes en  América Latina. Un  Movimiento que promueve, desde la fe y la justicia, una cultura de  la paz  sobre la base de  la equidad social,  el respeto a las diferencias, la solidaridad, la participación ciudadana para construir un  proyecto de sociedad justa, fraterna, democrática e incluyente.

Un  Movimiento Internacional con  propuestas de  Educación Popular Integral y de  Promoción Social,  coherentes con  su  identidad, misión e  ideario, que contribuyen a  un  desarrollo humano integral y sustentable. Un Movimiento comprometido a que todas y cada una de sus acciones ofrez- can  respuestas de  calidad, inspiradoras y pertinentes a las necesidades personales y comunitarias de  los sectores sociales empobrecidos, marginados o discriminados, en  el contexto de  sus culturas, los desafíos tecnológicos y las demandas del  mundo del  trabajo.

Un Movimiento Internacional que expande su presencia dentro y hacia otros países, con  sentido de las urgencias y sin descuidar la calidad de los programas que ya atiende. Un Movimiento que se esfuerza por  prestar la mejor atención posible a sus alumnos y participantes, a través de  diversas modalidades de  educación formal y no  formal, desarrollo comunitario, comunicación, investigación,  acción pública y otras.

Un Movimiento Internacional que trabaja en  red, con  una estructura y organización participativas adecuadas, y con  personal profesionalmente capacitado para desarrollar procesos educativos de  calidad y una gestión interna eficiente.

Un Movimiento Internacional consolidado como sujeto de  acción pública, que interviene y aporta en  el diseño y ejecución de  políticas que promuevan el derecho de  todos a una educación de calidad y contribuyan a superar la pobreza y la exclusión social,  en  los ámbitos nacionales, latino- americano e internacional.

Fiel a  su  Misión,  Fe y Alegría concentra sus  esfuerzos allí  donde se  ubican las  poblaciones con menores oportunidades,  privilegiando aquellos grupos sociales discriminados por  razones socio- económicas, étnico lingüísticas, culturales, de género, generacionales y con necesidades educativas especiales.

Para saber  más: Movimiento Internacional Fe y Alegría portal en  español: http://www.feyalegria.org


ARGENTINA:
Centros Educativos para  la Producción Total (CEPT) “La  pedagogía de la alternancia puesta al servicio de la organización comunitaria y el desarrollo rural”


Un CEPT es una escuela oficial  de gestión pública,  basada en  la organización comunitaria y administrada por   una  asociación civil,  la  Asociación del  Centro Educativo para  la  Producción Total (ACEPT). El CEPT articula dos líneas de acción: 1) la educación de los jóvenes y la capacitación de las familias rurales, a través del  modelo conocido como “pedagogía de  la alternancia y 2) el desarrollo de  la comunidad local.


Los primeros CEPT surgieron en l988. Un año más tarde, el modelo fue  aprobado por  la Dirección General de Cultura y Educación de  la Provincia de  Buenos Aires.  Hoy hay  20
CEPT funcionando en   el  medio rural, diseminados por toda la  provincia.  En  ellos   estudian  aproximadamente l.500  adolescentes y jóvenes, quienes cursan los  últimos cinco años de la educación secundaria (que corresponden, en la actual estructura escolar argentina, al Tercer  Ciclo de la Educación General Básica–EGB, y al Polimodal). Más de 3.000  familias están involucradas directamente, y alrededor  de  5.000  en  forma indirecta.


La ACEPT está formada por  familias de pequeños productores, trabajadores rurales y representantes de  instituciones de  la comunidad tales como organizaciones gremiales, cooperativas y otras organizaciones propias del  medio rural. Cada  ACEPT elige un  Consejo de  Administración que administra la institución en  todos los aspectos: comunitarios, pedagógicos, administrativos, legales y económicos.

La Pedagogía de la Alternancia permite a adolescentes y jóvenes del  medio rural cursar la educación  secundaria sin abandonar su medio. Esta pedagogía parte del  análisis y de  la reflexión de  la propia realidad de los alumnos, para que puedan educarse sin desarraigarse. Propone, además, vincular  permanentemente el saber científico con  el saber popular y conectar lo aprendido con  proyectos que vinculan trabajo y producción. La “alternancia” se  refiere a  que la  relación entre el alumno y la escuela se estructura en  períodos alternados: los alumnos alternan su estadía en  el CEPT con  estadías en  sus  hogares, pero en  ambos lados desarrollan actividades organizadas de aprendizaje. Cuando los alumnos están en  sus hogares, los docentes hacen visitas  domiciliarias y dan seguimiento a sus tareas y actividades de  aprendizaje. De hecho, la propuesta educativa del CEPT incluye no  sólo  el aprendizaje de  los alumnos, sino  también de  sus familias. Se pretende que unos y otras aprendan y ejerciten la toma de  decisiones para mejorar su calidad de  vida,  el pensarse  integrados en  una comunidad a través de  proyectos concretos, y la capacidad de  ser  protagonistas del  desarrollo de  su medio y por  ende de  su propio destino.

La organización y la participación familiar y comunitaria están  en  los fundamentos del  programa, el  cual  adopta la  autogestión y la  cogestión como modelo de  organización. Cada  Consejo de Administración tiene autonomía para desempeñarse en  los ámbitos oficiales y privados, locales y municipales. Además, los  veinte  Consejos de  Administración (uno por   cada CEPT funcionando actualmente en   la  provincia) se  agrupan en   una organización de   segundo grado, la  FACEPT (Federación de Asociaciones Centros Educativos para la Producción Total).  La Federación es el ámbito donde las comunidades acuerdan y construyen lineamientos comunes. De este modo, si bien los Consejos tienen autonomía para desarrollar sus políticas locales, lo hacen en referencia a un marco más  amplio, acordado a través de  los lineamientos que se deciden en  la FACEPT.

A su vez, la FACEPT cogestiona con  el Estado: con  la Dirección General de  Cultura y Educación en los aspectos educativos, pedagógicos y normativos específicos del Programa y con otros organismos (por  ejemplo, el  Ministerio de  Agricultura, Ganadería y Alimentación) en  relación a  políticas de desarrollo local,  tales como emprendimientos productivos, créditos especiales o asistencia técnica a productores. Esta forma de  gestión lleva  a alianzas estratégicas con  otros organismos oficiales y no  gubernamentales.

Educación  y desarrollo local constituyen en  el CEPT dos  caras  de  la misma moneda. Lo educativo y formativo se entrelazan con  acciones comunitarias orientadas al desarrollo local,  a promover formas  organizativas propias de  cada comunidad, para responder a sus necesidades.

La Dirección General de  Cultura y Educación y FACEPT acordaron constituir en  cada CEPT un  equipo  técnico-docente. Hay normativas específicas que rigen esta experiencia, ya que el trabajo del docente aquí reviste características y competencias muy particulares. El CEPT requiere docentes con capacidad para manejar ambos componentes, el pedagógico y el productivo y para valorar y manejar  adecuadamente el modelo de  alternancia. Esta capacidad hay  que desarrollarla vía formación y capacitación y, sobre todo, a lo largo de  la propia experiencia de  trabajo. El perfil docente, en general, es el de técnicos formados en y vinculados con las ciencias agrarias, comprometidos con el desarrollo rural.

En todos los casos,  quienes se incorporan al trabajo en  los CEPT parten de  un  compromiso y respeto muy especial por  la realidad socio-cultural del medio, por  los valores de las personas del campo, así como por  los objetivos y aspectos organizativos del  programa. El compromiso principal que asume el equipo técnico-docente al ingresar a un  CEPT, es un  compromiso de  servicio  que debe traducirse en  acciones concretas en  favor de  la educación y el desarrollo de  las familias y de  las comunidades rurales. Los testimonios de las familias que participan en el Proyecto CEPT testifican, en efecto, este compromiso.

Desarrollos recientes

Recientemente, la  FACEPT empezó a  promover en  cada CEPT la  formación de  los  denominados Comités de  Desarrollo Local (CDL). A partir del  análisis de  su experiencia, la Federación llegó a la conclusión de  que la organización de  base es la clave  para el desarrollo de  cualquier experiencia comunitaria. En este caso,  se trata de  definir y ejecutar políticas y acciones de  desarrollo local.


Los CDL están integrados por  productores, técnicos-docentes y egresados de  los  CEPT. Estos  se encargarán de  proponer planes y programas de  desarrollo local,  evaluar los proyectos productivos de  los  egresados, y formular alianzas estratégicas con  los  Municipios, empresas, organizaciones intermedias, etc.

Asimismo, a pedido de  FACEPT, en  agosto de  l998 la Dirección General de  Cultura y Educación de la Provincia de  Buenos Aires aprobó la creación del  Instituto Técnico  Superior para la Producción Total.  FACEPT ve este Instituto como un  espacio de  capacitación y formación continua y polivalente de  un  amplio espectro de  agentes educativos y sociales que tienen relación con  la zona, con  los CEPT y con  el  desarrollo local:  técnicos en  políticas de  desarrollo local,  docentes y técnicos del Programa CEPT, Consejos de  Administración, productores y trabajadores rurales, egresados de  los CEPT, docentes y  técnicos de  otros servicios   educativos así  como de  funcionarios  municipales (Secretarios de  la Producción, etc.)

Elaboración: R.M. Torres  en  base  a Bacalini  y Ferraris 2001.

Para saber  más: Argentina-Gobierno de  la Provincia  de  Buenos Aires: http://abc.gov.ar/
Deptos/EducacionRural/FundamentosdelaEducacionRural.cfm


BRASIL:
El Movimiento de Trabajadores Rurales Sin  Tierra (MST) “Actores de una  Pedagogía de la Tierra”

Entrevista con Marçia Mora  Ramos, dirigente nacional del área educación del MST. Por Sergio Ferrari

Si  sus  luchas  son   arduas  y  sus  logros  significativos, dos   aspectos  marcan  la   diferencia del Movimiento de Trabajadores Rurales sin Tierra  (MST) del Brasil con respecto a otras organizaciones sociales latinoamericanas.  La mística  y la formación de  sus  integrantes. Así lo enfatiza en  entre- vista  Marçia Mora Ramos, 28 años, quien se presenta, en  primer lugar como «sin tierra» y sólo  en segundo como educadora. Ramos  es miembro del  colectivo nacional del  área de  formación e inte- gra  la coordinación de  San Pablo del  MST.


La lucha por  la escuela

«Tan   pronto  como el  movimiento ocupa una  tierra improductiva e instala un  campamento, una de  las pri- meras y más inmediatas reivindicaciones a ejecutar es la escuela... El MST no  permite que ningún niño de  ese campamento deje de   estudiar»,  señala  Marçia Mora Ramos, centrando la trascendencia de lo educativo para los sin tierra brasileros.

“Y el espacio donde están los niños no  es un  simple depósito, sino  que debe reunir ciertas cualidades. Allí deben aprender por  qué sus padres participan en  la lucha. Allí juegan educativamente y construyen colectivamente... y, adicionalmente, se enriquecen por  el encuentro con  muchachos de  otros lugares”.

De lo local a lo global no es más que una cuestión de dimensión y proporciones: “Cuando hacemos los encuentros nacionales de  dirigentes, congresos o actividades regionales, se prioriza la partici- pación de  todos, de  las familias, incluso de  los niños”.

Marcia es madre de  un  varón de  9 años “que se cría en  el asentamiento donde vivimos en  el esta- do  de  San Pablo”. Se ha  formado como educadora en  escuelas del  MST, reivindica el aporte rector del  “maestro Paulo Freire”, proyecta comenzar en  el 2004  una formación universitaria en  el área educativa y resume con  claridad algunas de  las concepciones esenciales de  su movimiento.

Una  pedagogía diferente

“Cuando en  el MST hablamos de  la escuela nos referimos a algo que excede ampliamente el mero recinto donde se aprende a leer  y escribir. Para  nosotros la escuela es todo el campamento o el asentamiento. Son escuela las formas en que las familias se organizan para obtener el agua, la luz; también la comunicación y las relaciones entre unos y otros; las actividades y reuniones de  programación; el trabajo concreto...

Construimos una pedagogía diferente a partir de  nuestra historia. Somos  un  movimiento pedagógico  porque el sólo  hecho de  confrontar el latifundio produce una ruptura en  la concepción más profunda de  cada persona. Romper el cerco  del  latifundio es un  acto pedagógico por  excelencia” enfatiza Marçia Ramos.

La tierra, las semillas, la realidad cotidiana, aparecen en  la esfera inmediata del  análisis de  la educadora “sin  tierra”. “Nuestra vivencia pedagógica está marcada por  la pedagogía de  la tierra, de la lucha por  la tierra, de  la supervivencia en  y de  la tierra... y la escuela no  puede dejar de  elaborar e incorporar todo esto. ¡Cuando nosotros hablamos de  luchar y de  construir a partir de  la tierra sabemos que es  absolutamente posible! Y una escuela es  tal,  solamente, cuando incorpora esta dimensión”.

Los conceptos nos desbordan y pedimos ejemplos. “Es muy sencillo”, responde simplemente Ramos. “Por  ejemplo, si estudiamos la geografía, es mucho mejor comenzar de lo cercano, de aquí al lado, más  que con  mapas complicados. En cuanto a las ciencias naturales, lo mismo. ¿Cuándo vamos a poder contar en las escuelas brasileras con laboratorios adecuados? Y hay tantas realidades simples, alrededor de  nosotros, en  el paisaje cercano que permiten ese  aprendizaje. Ni que hablar de  las matemáticas: ¿por qué comenzar con  memorizaciones o  fórmulas y no  con  el  cálculo de  lo  que gana o gasta un  trabajador en  su parcela, por  día,  por  mes,  por  año? Y de  ahí  extender el cálculo a la zona, al municipio, al Estado y a la Nación”.

Tal pedagogía integra dos  principios esenciales que rápidamente desarrolla en  el diálogo la joven dirigente. En primer lugar, –herencia directa de  Paulo Freire  y su pedagogía de  los oprimidos “hay que entender que el educador debe estar también dispuesto a aprender. Debemos romper con  el esquema clásico  de  las escuelas estatales de  Brasil donde existen un  maestro y un  montón de  alum- nos  y todo se entiende como transferencia vertical de  arriba hacia abajo. Para  nosotros la idea vital es la de  proceso. Hay un  educador y educandos que comparten y socializan. Todos  tienen algo que aprender y que enseñar. Nadie sabe todo y todos saben algo. Se comparte un conocimiento existen- te”. El segundo pilar  de  referencia es que “el  proceso educativo nace en  la realidad concreta, pero no  se queda en  eso.  Avanza, se extiende y llega a lo global, a lo mundial. Es interesante pensar, por ejemplo, en  la gran diferencia que hay  entre aprender las matemáticas desde la perspectiva de  los que acaparan –“lógica del  latifundio” o de  los que exigen distribución –lógica de  los sin tierra–”.

“Y lo que no  acepta la escuela oficial  brasilera y nosotros defendemos como principio esencial es la dimensión concientizadora y política de  la educación”, afirma.

La pedagogía del trabajo

Esa contradicción de  visiones tiene un  correlato bien directo. “Dentro de  nuestras matrices innovadoras ubicamos también  la  pedagogía del  trabajo. La  escuela oficial   no  enseña a  trabajar. Apenas enseña, y muy  mal,  a leer  y escribir.

La escuela que defendemos es la que enseña a los niños el trabajo cotidiano, las tareas agrícolas, las pecuarias. Y por  eso estamos convencidos que la comunidad, el colectivo, debe ser escuela. Todo se facilita a la luz del conjunto: es más fácil vivir lo cotidiano, asegurar los servicios, reunirse, encontrarse. Que  la gente viva en comunidad es un hecho extremadamente importante para nosotros en tanto trabajadores”, sentencia, saliendo al cruce  de  la visión  individualista, de  puertas cerradas, barrios-fortaleza, llaves  y candados.

Desafíos de futuro: la cultura en la educación

Criada en un asentamiento, “hija de sin tierra”, analista tan pragmática como aguda... ¿cuáles han sido  los puntos débiles de  la educación que recibió en  estos últimos 13 años de  vivir en  el seno del MST?, preguntamos.

Un breve silencio, el intento de  recapitular casi tres  lustros en  medio minuto, una experiencia de vida  que brota y la certitud de  una mirada que no  ahorra autocríticas. “Como pasa generalmente en  el campo brasilero, me  casé  muy  joven, apenas con  16 años, tuve mi hijo  a los 18 años y puedo decir  que no  viví mi adolescencia. Me faltó en  ese  momento un  colectivo educativo que fuera más integral, que me ofreciera la posibilidad de expresarme artísticamente, ejercitar el canto y la danza que me gustan tanto. Muchas veces las y los jóvenes del campo no tienen muchas opciones de actividades creativas los fines  de  semana”.

Y de  su revisión de  vida,  de  su crítica  sin miramientos, la fuerza de  la búsqueda de  alternativas. “Por  eso es tan importante lo que acabamos de definir en el colectivo nacional del MST como prioridad para el 2004.  Para  el año próximo vamos a masificar el arte como parte esencial de  la educación. Vamos  a potenciar las actividades culturales, como el teatro, la pintura, la música”.

“De la misma forma que la mística del movimiento tiene mucho de expresión popular, artística, hay que reconocer que el pueblo brasilero tiene grandes potencialidades en  la música y el ritmo, en  el teatro... somos un  pueblo muy  expresivo. Hay mucha gente que pinta, pero no  está acompañada. Todo  el mundo canta, pero tampoco se lo potencia como actividad sistemática. Nuestras escuelas no lo optimizan. Y por  eso el MST lo acaba de definir como prioridad  para el futuro. Queremos ayudar a organizar la vida de los jóvenes, darles opciones artístico-culturales, asegurar que haya colectivos que las estimulen y las promuevan. En poco tiempo ¡lo masificaremos hasta que explote!”, concluye exultante la joven dirigente sin tierra.



Fuente: Movimiento de  Trabajadores Rurales  Sin Tierra (MST) http://www.mst.org.br/

Para saber  más: Movimiento Sin Tierra (MST) página en  español: http://movimientos.org/cloc/mst-brasil/ Escuela  Nacional Florestan Fernández: http://movimientos.org/cloc/mst-brasil/show_text.php3?key=3915

COLOMBIA: Programa Escuela Nueva
“Más  y mejor educación para  los niños de las zonas rurales”


El programa Escuela  Nueva (EN) de Colombia ha sido durante muchos años referente en los acervos de  “buenas prácticas”  o  “experiencias exitosas” destacadas  por  los  organismos internacionales, apoyada entre otros por  UNESCO, UNICEF y el Banco  Mundial. En ella  se han inspirado numerosas experiencias dentro y fuera de  América Latina.


¿Qué hace de  EN una experiencia tan especial? Entre otros: (a) es un  programa gubernamental, una innovación  desde el  Estado y dentro del  sistema educativo formal; (b) es el resultado de  un  proceso largo de  maduración y desarrollo; (c) se trata de  un  sistema, antes que una innovación aislada; (d) el eje  del  sistema y el componente más  importante es  el  componente  curri- cular  y pedagógico; y (e) los resultados de  investigación y evaluación muestran resultados efectivos.


Escuela Nueva: una  alternativa dentro de la educación formal y de la educación  pública

EN no es una alternativa a la educación formal ni a la educación pública, sino una alternativa dentro  de  los parámetros de  la educación formal y la educación pública.

De proyecto local  a política nacional y a modelo internacional

EN se inició  como experiencia local  y llegó a ser política educativa nacional para las zonas rurales de  Colombia. Un proceso sostenido de  cuatro décadas media entre el proyecto micro  y la política macro.

EN nació a inicios  en  la década de  1960,  inspirada en  la Escuela  Unitaria, promovida entonces por la UNESCO en  varias  regiones y en  América Latina en  particular. En Colombia, la primera Escuela Rural  Unitaria se instaló en  Pamplona, Departamento de  Santander. El profesor entonces al frente de  la escuela, llegaría a ser Coordinador Nacional de  EN. Para  mediados de  1960,  había 150 escuelas piloto. En 1967,  el gobierno decidió extender la metodología de  la Escuela  Unitaria a todas las escuelas unidocentes del  país.  Sobre esa  experiencia, en  1975  surgió el Programa Escuela  Nueva. Para  1978  estaban funcionando 500  escuelas en  tres  departamentos, con  apoyo de  la  Agencia Internacional de  Desarrollo (AID). Entre 1982-86 el programa se extendió a la Costa  Pacífica. En 1985,  cuando la cobertura había llegado a 8.000  escuelas, EN fue  adoptada como estrategia para universalizar la educación primaria en  el campo. En 1987  comenzó el proceso acelerado de  expansión.  Para  1991,  EN cubría alrededor de  20.000 escuelas de  las 27.000 escuelas rurales en  el país, con  una matrícula de  1 millón de  alumnos. En 1994,  con  la Ley General de  Educación se inició  la descentralización educativa, obligando a replanteamientos en  la estructura y funcionamiento del programa. A partir de  la década de  1990  el apoyo nacional al programa se debilitó; en  ese  mismo período EN inició un  proceso de  expansión a otros países de  América Latina, fundamentalmente a través de  una ONG, Volvamos a la Gente, cuyos  miembros han estado involucrados en  el desarrollo histórico de EN. El programa ha perdido visibilidad en la actual trama de políticas y acciones del Ministerio de  Educación Nacional (MEN), e incluso es difícil encontrar referencias en  torno a EN en el portal del  Ministerio de  Educación Nacional colombiano.

Un  sistema

EN es un  sistema que integra cuatro dimensiones: I) curricular, II) capacitación, III) administrativa y
IV) comunitaria.

El componente curricular ocupa un lugar destacado en EN e incluye elementos tales como Guías de aprendizaje, Rincones de trabajo, Biblioteca escolar, Gobierno escolar y Promoción flexible. El currículo está orientado a las zonas rurales y a la realidad de la escuela multigrado (uno o dos profesores a cargo de todos los grados de la enseñanza primaria). Los niños y niñas estudian en pequeños grupos  usando las  Guías  de  Aprendizaje. Éstas  están organizadas por  áreas (Matemáticas, Ciencias Naturales, Ciencias  Sociales  y Lenguaje) y por  niveles, y están diseñadas como material auto-instruccional, con  actividades y ejercicios graduados  e indicaciones detalladas sobre cómo hacerlos, a fin  de  que los alumnos puedan trabajar en  buena medida solos,  apoyándose entre sí. Esto  libera tiempo y facilita la tarea del  maestro, reduce exigencias de  calificación docente, y permite que los alumnos avancen a su propio ritmo. La capacitación docente incluye enseñar a los maestros y maestras  de  EN a adaptar los contenidos de  las Guías  a las características específicas de  los alumnos y del  medio, así como a las necesidades de  la comunidad y a las expectativas de  los padres de  familia. (No obstante, en  la práctica, pocos lo hacen o bien dicha adaptación se limita muchas veces  a cuestiones de  léxico).

Los Rincones de  Trabajo se organizan por  áreas de  estudio y en  base a materiales que recogen o elaboran los propios alumnos, o aportados por  los padres de  familia y la comunidad. Cada  escuela tiene una pequeña biblioteca, integrada al proceso de  aprendizaje y abierta a la comunidad. Las bibliotecas incluyen textos de  consulta para cada una de  las asignaturas, obras de  referencia (enci- clopedia, diccionario, atlas), literatura y temas de  interés comunitario.

El Gobierno Escolar es la instancia de  organización escolar de  los alumnos. Se busca involucrarlos de manera responsable en la co-gestión de la escuela, iniciarles en la vida cívica y democrática, desarrollar actitudes de  cooperación, compañerismo y solidaridad, así como capacidad para liderar, tomar decisiones, hablar en  público, y trabajar en  grupo. El gobierno escolar es  elegido democrática- mente por  los alumnos y es renovado de manera periódica a fin de que todos tengan oportunidad de  una experiencia de  dirección.

La  Evaluación y  la  Promoción en  EN son  muy  diferentes a  las  de  la  escuela convencional. La Evaluación está integrada al proceso de  aprendizaje y su función principal es advertir a maestros y alumnos acerca de  lo que requiere refuerzo. La Promoción es flexible: cada alumno es promovido al nivel siguiente cuando cumple con los objetivos establecidos, pudiendo tomar más o menos que el año escolar convencional. Así, es la escuela la que se ajusta a los calendarios y necesidades de los alumnos y de sus familias, no a la inversa. Si un niño o niña se ausenta temporalmente, puede reto- mar  el estudio sin tener que retirarse de  la escuela.

El espacio de  aprendizaje va s  allá  del  aula. Las escuelas de  EN tienen por  lo general una huerta y/o  un  jardín. Plazas, canchas deportivas y otras instalaciones comunitarias se  incorporan como espacios adicionales de  la escuela. El espacio interior es aprovechado con  una adecuada distribución de los rincones de trabajo, la biblioteca, la cocina, el comedor, las baterías sanitarias. El maestro o maestra cuenta a menudo con  facilidades de  vivienda en  la propia escuela. El medio natural es aprovechado como el principal objeto de  estudio y como el principal proveedor de  recursos para la enseñanza y el aprendizaje.

La capacitación docente. Los maestros de  EN tienen una función de  facilitadores en  relación a sus alumnos –guiando, orientando y evaluando el aprendizaje– y de  promotores y organizadores en relación a la comunidad. Ambos roles  implican importantes cambios de  actitud. Por eso,  el cambio actitudinal –pedagógico y social–  tiene un  lugar central en  la formación docente.

La capacitación inicial  (maestros nuevos) se  hace a  través de  tres  talleres secuenciados, dejando entre ellos  un  intervalo a fin  de  que los maestros apliquen en  sus escuelas lo aprendido. Haber pasado por  el primer taller es requisito para que la escuela sea  integrada al programa y para que el maestro o maestra pueda empezar a trabajar en  ella.  Un principio básico de  EN es replicar en  la capacitación docente no  sólo  los contenidos, sino  las  metodologías y vivencias que los maestros experimentarán en  el manejo de  su escuela y de  la relación con  sus alumnos. La capacitación continua se hace a través de  los llamados Microcentros Rurales, instancias de  intercambio, actualización y perfeccionamiento permanentes, organizados a iniciativa de los propios maestros, en los que confluyen entre 10 y 15 maestros de  localidades cercanas.

El componente administrativo. Administrar consiste en “orientar más que en controlar" (Colombia MEN-UNICEF 1990),  insistiéndose en  que los agentes administrativos se compenetren con  el pro- grama y en  particular con  los aspectos pedagógicos.

El funcionamiento de EN siempre fue  altamente descentralizado: a nivel central, un equipo pequeño encargado de  coordinar, diseñar políticas y estrategias técnicas, y evaluar la marcha y resultados del programa a nivel nacional; y en cada departamento, un Comité Representativo, un Coordinador y un Equipo de Multiplicadores. En 1987 –cuando arrancó el Plan de Universalización de la Educación Primaria Rural  y la expansión de  EN– se introdujeron cambios en  la estructura administrativa y se acentuó la descentralización. Se crearon dos  estructuras nuevas –un  Comité de  Universalización a nivel nacional y departamental, y los núcleos educativos– destinados a afianzar la descentralización y el respaldo institucional.

La relación  escuela-comunidad. EN promueve la escuela como centro de información y núcleo integrador de  la comunidad. Para  ello,  la relación escuela-comunidad debe ser  de  mutuo beneficio: padres de  familia y comunidad integrándose a las actividades escolares, así como la escuela pro- moviendo acciones orientadas al desarrollo comunitario y local.  Asimismo, EN promueve que los maestros se compenetren con  la comunidad y la realidad local,  para lo cual  ha  diseñado una serie de  instrumentos que debe manejar cada maestro, con  participación de  los alumnos, los padres de familia y la  comunidad: la  Ficha  Familiar (datos sobre las  familias vinculadas a  la  escuela), el Calendario Agrícola (información sobre  las  actividades agrícolas de  la  zona), el  Croquis de  la Localidad y la Monografía Veredal.

Se busca incorporar a los padres de  familia al aprendizaje de  los hijos,  así como fomentar en  los niños y niñas el interés por  la vida y el conocimiento de sus padres. La biblioteca, los espacios esco- lares,  las actividades culturales y recreativas, están abiertos a la participación comunitaria. Los Días de  Logros  –cuando se presentan los resultados académicos y los informes del  Gobierno Escolar–  se aprovechan para integrar actividades escolares y actividades comunitarias.

La pedagogía y la innovación pedagógica en el centro

EN destaca por  la centralidad que ocupan en el programa la pedagogía y la innovación pedagógica, fundamentales para la pertinencia y calidad educativas.

La filosofía de la EN incluía principios tales como: la defensa de la escuela primaria completa a través de  la  enseñanza  multigrado, instrucción individualizada respetando  el  ritmo de  los  alumnos, aprendizaje activo, materiales educativos diseñados para permitir al profesor el manejo de  varios grupos simultáneamente, y promoción automática. Inspirada en esa filosofía, EN puso en el centro el aprender haciendo, la articulación entre teoría y práctica, trabajo individual y grupal, juego y estudio, directividad y autonomía. Las actividades didácticas promueven la capacidad de  pensar, analizar, investigar y aplicar lo  aprendido. Los rincones de  trabajo, la  biblioteca, el  trabajo en pequeños grupos, el uso de materiales auto-instruccionales, el gobierno escolar, los talleres docentes, los microcentros rurales: todo está pensado en función de un aprendizaje activo, tanto de los alum- nos como de  los maestros. Las funciones clásicas  del  maestro-instructor están distribuidas entre las Guías  (contenidos y métodos de  aprendizaje), la Biblioteca (fuente de  consulta complementaria), los Rincones de  Trabajo (espacios de  observación y experimentación), el grupo de  alumnos (trabajando colectivamente y ayudándose entre sí) y el Gobierno Escolar  (espacio de  autoformación en valores y actitudes para la convivencia social  y democrática).

La capacitación docente también enfatiza la dimensión pedagógica, así como la motivación y la capacidad para innovar. Los Microcentros reúnen algunas de  las claves  de  una buena preparación docente: formación continua y en  servicio, contacto y trabajo grupal entre docentes, intercambio de  experiencias y análisis crítico  de  la propia práctica pedagógica.

Las Escuelas  Demostrativas, organizadas en  cada departamento donde opera EN, son  una impor- tante estrategia de  EN. En ellas,  los nuevos maestros (y los visitantes) pueden "ver" una escuela funcionando según todos estos parámetros. De hecho, la visita a una Escuela  Demostrativa es parte de  la estrategia de  motivación y formación docente.

Un  programa con  resultados efectivos

EN ha sido objeto de numerosos estudios y evaluaciones tanto a nivel nacional como internacional. Dichas  evaluaciones muestran, obviamente, debilidades y dificultades, pero también  logros evi- dentes e incuestionables, entre otros: (I) los alumnos de  EN obtienen mejores resultados de  apren- dizaje que los alumnos de  las  escuelas rurales convencionales (graduadas o  multigrado pero no integradas a EN), así como logros significativos en  autoestima, creatividad y actitudes cívicas tales como sentido de  cooperación, responsabilidad y solidaridad; (II) alta participación comunitaria en asuntos relacionados con  las actividades escolares; (III) mayor retención de  los alumnos y completación del  ciclo de  educación primaria; (IV) incidencia significativa sobre la educación de  adultos, la  extensión agrícola, las  competencias deportivas, las  campañas sanitarias y  las  celebraciones comunitarias. EN cambió el rostro y las perspectivas de  la educación rural en  Colombia. Ha mostrado que es posible no  sólo  extender la escuela al campo y mejorar sustancialmente su calidad, sino  diseñar un  modelo educativo pensado específicamente para esa  realidad. EN muestra que las tradicionales “carencias” de las zonas rurales pueden pasar a ser vistas y aprovechadas como recursos: amplitud de  los espacios, contacto con  la naturaleza, recursos que facilita el medio, relación con la comunidad, papel central que juegan la escuela y el maestro en la vida comunitaria, ambiente de  cooperación al que se presta la escuela multigrado, etc.

El eslogan de  EN "Más  y mejor educación primaria para  los niños de  las zonas rurales" sintetiza el intento por  conciliar cantidad y calidad. No se trata sólo de ofrecer acceso universal a la escuela en el campo, sino  además una buena educación. De hecho, aunque Colombia obtuvo rendimientos escolares inferiores  al  promedio regional, en   el  estudio del   Laboratorio  Latinoamericano de Evaluación de  la Calidad de  la Educación realizado en  1997  en  13 países de  la región (LLECE 1998), Colombia fue  también el  único país  que obtuvo mejores rendimientos en  las  zonas rurales, por comparación con  las urbanas. En esos  resultados, sin duda EN tiene un  rol fundamental.

Para saber  más: Colombia-Ministerio de  Educación Nacional (MEN): http://www.mineducacion.gov.co
Sistema de  Aprendizaje Tutorial (SAT): http://www.sat.edu.co
Fundación Volvamos a la Gente: http://volvamos.org


MÉXICO:
Educación Comunitaria. “Llegando a las zonas más  apartadas y los sectores más  desfavorecidos”

En México,  la  llamada Educación  Comunitaria es  una modalidad educativa gestionada desde el Estado a través del  CONAFE (Consejo Nacional de  Fomento Educativo), creado en  1971  como una instancia autónoma de la Secretaria de Educación Pública (SEP). La Educación Comunitaria (EC), con s de tres  décadas de vida, opera a nivel nacional en los 31 Estados del país. Está destinada a aten- der  prioritariamente las zonas rurales s apartadas (microlocalidades con una población de entre 100 y 500 habitantes), las escuelas indígenas y las escuelas multigrado o incompletas, en un país en el que s de la mitad de escuelas primarias (66%)  son rurales, la matrícula rural corresponde a un tercio de  la matrícula nacional, y cerca  de  54.000 escuelas son  multigrado o incompletas.



Los Cursos Comunitarios empezaron como un programa de educación primaria en  escuela multigrado. El programa ha  venido ampliándose y diversificándose y hoy  atiende  pre-escolar, primaria, posprimaria, y educación de  adultos, con  diversas modalidades, en  cerca  de  45.000 comunidades y con  cerca  de  250.000 niños y niñas atendidos en  pre-escolar y primaria (171.768 en primaria). Se trata de un subsistema del sistema educativo nacional,  con  delegaciones propias en  cada uno de  los  Estados, un modelo educativo diversificado, probado y consolidado, siempre abierto a la experimentación y el cambio continuos.


Lamentablemente, a diferencia del  programa Escuela  Nueva de  Colombia, con  el que tiene elementos  en  común y algunas ventajas comparativas respecto de  éste, los programas del  CONAFE han tenido escasa difusión fuera de  México  y débil atención internacional.

Hitos de un  largo recorrido…

La preocupación por  llegar con  la  educación a  las  zonas rurales fue  un  signo distintivo de  la Revolución Mexicana. Durante las cuatro últimas décadas, esa  voluntad se expresó a través de  la creación y desarrollo sostenido de  instituciones como el CONAFE y la Telesecundaria, ambas hoy con  presencia nacional.

Nos referiremos aquí específicamente a los programas del  CONAFE. Los elementos más  interesantes  del  programa están en  la propia dinámica de  su proceso. Por eso,  más  que una descripción de sus  componentes actuales, destacamos aquí algunos elementos de  este largo recorrido –experimentaciones, rectificaciones, aprendizajes, cambios– de  más  de  tres  décadas.

–– En 1973,  100 jóvenes en  el Estado de  Guerrero y 200 en  el Estado de  Chiapas, fueron capacita- dos y empezaron su labor como Instructores Comunitarios de los Cursos Comunitarios operando en escuelitas multigrado.

––  Al  inicio  se  ofreció sólo   los  cuatro  primeros grados de   primaria  divididos en   dos  niveles. Posteriormente se agregó un  tercer nivel  (quinto y sexto grados) a fin de  completar la educación primaria, a raíz  de  una evaluación comparativa que mostró que los resultados en  estas escuelas eran similares a los logrados por  escuelas regulares atendidas por  maestros regulares. Más adelante se abrieron el pre-escolar (inicios  de  1980s)  y la posprimaria (fines  de  1990s).

Nacida para atender a los sectores no-indígenas en  zonas rurales, la Educación Comunitaria pasó a hacerse cargo también de  la educación en  el medio indígena e incluso incursionó en  las zonas suburbanas. Así surgieron, en  los  últimos años, la  modalidad indígena del  preescolar y la primaria y la creada específicamente para atender a la población infantil migrante agrícola.

Otras iniciativas de  fines  de  los 1990s  e inicios  del  2000  han sido  las Caravanas Culturales, la Radio Comunitaria, y el Programa de  Investigación y Recopilación de  Tradiciones Orales Populares.

–– La “Posprimaria Comunitaria” se inició  en  1997  como proyecto piloto y como una nueva oferta educativa del  CONAFE para quienes terminan la  educación primaria. La Posprimaria, que busca precisamente distanciarse de  la Secundaria, se propone construir un  espacio de  aprendizaje comunitario, abierto, orientado por  una propuesta de "aprendizaje por  cuenta propia", dirigido no sólo a niños y niñas que terminan la primaria, sino  a todos los jóvenes y adultos de  la comunidad interesados en  aprender.

–– Cada  Estado despliega iniciativas propias a fin de llegar a los rincones más apartados y a los grupos que, de  no  ser por  una oferta educativa ad-hoc y sumamente flexible, no  podrían acceder a la educación. Un ejemplo digno de  mencionarse, en  el Estado de  México,  es un  programa hecho en convenio entre el CONAFE y la Asociación Mexicana de  Circos: los Instructores Comunitarios van junto con  los circos.

–– A lo largo del  proceso, los aprendizajes y cambios más  significativos se han dado en  torno al modelo pedagógico y al contrato docente: perfil, selección, remuneración, función, capacitación y aprendizaje permanente de  los Instructores Comunitarios (IC).

Perfil: Al principio no había un perfil claro  para la selección de los IC (se aceptaba desde jóvenes  de  15 años hasta maestros jubilados), a quienes se aplicaba un  examen de  conocimientos generales. Hoy, los IC tienen entre 14 y 24 años y son egresados de  secundaria o de  bachillera- to.  Los que sirven  en  comunidades indígenas deben hablar la lengua del  lugar. A mediados de los 80s se intentó elevar el perfil académico de  los IC, exigiendo como requisito un  nivel  de Preparatoria. No obstante, el bajo reclutamiento mostró que ese  perfil era  inviable para las condiciones de trabajo propuestas, por  lo que en 1988 se volvió al requisito anterior: un o una joven egresados de  secundaria.

Tiempo de  servicio:  Tampoco se fijó  inicialmente un  tiempo de  permanencia en  la comunidad; la mayoría de  los IC optaba por  permanecer en  la misma comunidad hasta 6 y 7 años; luego se ha  venido fijando su permanencia en  3 años, 1 año, 2 años.

Relación de servicio:  Al inicio los IC recibían un pequeño apoyo económico; luego se optó por un  modelo de  servicio  social y servicio  comunitario por  el que no  se obtiene un  salario sino  un sistema de  prestaciones (viáticos, becas, etc.).  En la actualidad los IC prestan su servicio  por  2 años y reciben a cambio una beca de  estudios por  5 años para proseguir sus estudios una vez concluido el  servicio. Es la  propia comunidad la  que le  provee alojamiento y alimentación durante el tiempo que permanece allí. El IC desempeña tareas docentes pero sin tener una vinculación laboral con el CONAFE. El marco normativo que regula su actividad no es el mismo del maestro tradicional. Su vinculación con  el CONAFE es individual y no  colectiva, ya que no  le cabe la posibilidad de  la agremiación.

Capacitación y aprendizaje continuo: La capacitación de  los IC fue  encargada inicialmente a maestros del  sistema regular y duraba dos  meses; luego se vio la necesidad de  ampliar dicha capacitación a 8 meses y finalmente se instó a cada delegación estatal a definir el programa de capacitación de  sus  IC. Se creó  asimismo un  programa especial que funcionaba los  sábados, cada 15 días,  a fin de  ofrecerles la posibilidad de  continuar sus estudios superiores, pero el sistema no  funcionó y se buscaron otras opciones. En los últimos años, volvió  a enfatizarse el rol propiamente educativo y pedagógico de  los IC, el cual  había sido  subordinado al rol de  agente de  desarrollo comunitario.

En términos de  resultados, las  evaluaciones disponibles muestran que los  alumnos de  las escuelas del  CONAFE logran iguales o  mejores resultados que los  alumnos de  los  establecimientos de  educación primaria y secundaria del  sistema "regular", no  sólo  a nivel  rural, sino.

–en el caso de CONAFE–, en algunos casos,  también a nivel urbano, tanto en comprensión lectora como en  habilidades lógico-matemáticas. No obstante, la propia SEP ha  tenido dificultades para divulgar tales resultados, pues estos vienen a cuestionar algunas de  las premisas básicas sobre las cuales se asienta la cultura escolar y la cultura docente en  particular, principalmente en  torno a la relación esperada entre perfil profesional/formación de  los educadores, calidad de  la enseñanza y calidad de  los aprendizajes de  los alumnos.

Algunas fortalezas

Cabe  destacar algunos elementos de  los Cursos  Comunitarios, la columna vertebral y el programa más  antiguo del  CONAFE:

Modelo docente: combinación de servicio  social  y beca  de estudio
El CONAFE se plantea objetivos educativos a dos niveles: con los alumnos, asegurando la educación primaria a las comunidades más apartadas, y con los Instructores Comunitarios, asegurando su formación continua (beca hasta por  50 meses para estudiar cualquier carrera, a elección de cada uno) una vez completado su período de  servicio  (2 años) en  la comunidad. El valor,  el impacto educativo y el costo-beneficio de la Educación Comunitaria debe verse  pues en esta doble perspectiva. Por otra parte, la relación entre enseñar y aprender adquiere en  este modelo una dimensión muy particular: enseñar, para el IC, pasa a ser un  requisito para aprender, es decir, para proseguir sus estudios.  Contar con  una fuerza docente motivada hacia el  estudio y comprometida con  su  propio aprendizaje, como motor principal de  la enseñanza, es una condición privilegiada. El rol  docente es percibido y ejercido de  manera muy  distinta por  alguien que se asume como educando y cuya motivación principal, incluso para optar por  la enseñanza, es continuar aprendiendo. Finalmente, el educador radica en  la comunidad, permanece y a menudo pertenece a ésta, haciendo de  este modo posible el doble rol de  agente educativo y agente de  desarrollo comunitario.

Estructura: la organización multinivel
Los niveles en  que están organizados los Cursos  Comunitarios (3 niveles, cada uno de  ellos  integrado por  el equivalente a dos grados del  sistema formal) corresponden a la noción de  ciclos, destacados por  sus ventajas curriculares y pedagógicas así como desde el punto de  vista  de  la organización escolar. Entre las ventajas del  ciclo frente al grado se mencionan, entre otras, que el ciclo permite: responder mejor a las etapas y los procesos de  crecimiento y maduración de  los alumnos; mayor flexibilidad tanto en  la enseñanza como en  el aprendizaje; posibilidad de  responder a la heterogeneidad de  los  alumnos permitiendo atender  a  motivaciones y  ritmos individuales de aprendizaje; flexibilizar el calendario y el horario escolar para adaptarlo a las necesidades locales; planificar aprendizajes más globales, y dosificar mejor los contenidos a lo largo del tiempo, con un horizonte más  amplio que el corto año escolar; mayor espacio a los docentes para seleccionar y secuenciar los contenidos de las diferentes materias y áreas, prestándose más para introducir adaptaciones curriculares; asegurar mejor la  continuidad de  los  aprendizajes y los  métodos de  enseñanza; favorecer un  trabajo más  coordinado y colegiado por  parte de  los docentes y del  equipo escolar en  su conjunto. Todo  esto puede contribuir a mejorar las condiciones tanto de  enseñanza como de  aprendizaje.

El currículo y los materiales de estudio
La calidad de la propuesta curricular, pedagógica y didáctica del CONAFE ha sido reconocida y des- tacada a nivel  nacional e internacional. Los materiales didácticos de  los Cursos  Comunitarios son excepcionales. Fueron desarrollados y son  revisados/actualizados por  un  equipo de  investigadores educativos de  alto nivel,  en  base a  la  investigación disponible, en  convenio con  el  equipo del CONAFE, a lo largo de  un  proceso de  trabajo de  muchos años, con mucha experimentación previa, y de  un  proceso de  trabajo participativo, incluyendo la  incorporación activa de  un  grupo de  30
Instructores Comunitarios en  servicio  (Rockwell 1993).

Modelo comunitario: participación de las familias  y la comunidad
La ansiada "participación comunitaria" se  concreta gracias a  las  características particulares del modelo (contrato entre Estado y comunidad local,  en  el que hay  distribución de  costos y responsabilidades), de  estas comunidades (apartadas, pequeñas, generalmente cruzadas por  relaciones familiares y de  parentesco), de  los IC (jóvenes que viven  en  la propia comunidad y son  alojados y alimentados rotativamente por  las propias familias) y de la propuesta curricular y pedagógica (que hace de  la articulación escuela-comunidad un  eje  central). De hecho, en  los programas del  CONA- FE hay  una rica experiencia acumulada de  dificultades y avances en  el campo de  la participación y la  gestión comunitaria de  la  escuela, que no  ha  sido  aun adecuadamente sistematizada y que podría ser mejor aprovechada.

Luces  y sombras de la Educación Comunitaria

Continuidad y ruptura. Los programas del CONAFE muestran una interesante dialéctica entre continuidad y ruptura: continuidad y perseverancia en  los esfuerzos; ruptura y transformación constante a partir de  la propia experiencia y del  propio aprendizaje, así como de  los múltiples desafíos que plantean los contextos de  pobreza y marginación social.  Un elemento clave  de  la continuidad de  las políticas y programas educativos ha  sido  evidentemente la estabilidad del  régimen político que ha caracterizado al México  posrevolucionario. Pero  a esto ha contribuido también el alto grado de  autonomía de  las propias políticas y programas. Tanto el CONAFE como la Telesecundaria han desplegado un  complejo entramado de  normas y recursos (físicos, humanos, tecnológicos, etc.)  que han venido operando con  autonomía relativa de  los intereses y relaciones de  los diversos actores políticos que asumen periódicamente su conducción, así como de las normas establecidas por  la SEP para el sistema educativo en su conjunto, permitiendo así la necesaria flexibilidad, libertad de acción y rapidez de  respuesta que requieren dichos programas para ser eficaces.

Masificar y diferenciar. La experiencia de  la Educación Comunitaria en  México  es un  ejemplo del incansable empeño por  masificar la educación asegurando al mismo tiempo diferenciación, antes que uniformación. La diversidad de  realidades y demandas ha  llevado a generar y experimentar una multiplicidad de programas, estrategias y modalidades, en una búsqueda permanente por  dar respuesta a las especificidades y problemas de  cada contexto y grupo.

La “participación comunitaria”. La participación comunitaria es un  componente del  CONAFE a la vez valorado y cuestionado. Las propias comunidades contribuyen a sostener el programa con  tra- bajo voluntario, construcción de la infraestructura y alojamiento y alimentación de los Instructores Comunitarios. En nombre de  la “equidad”, las comunidades rurales y los más pobres –en  éste y en muchos otros programas dentro y fuera de  México–  terminan aportando más  a su propia educación  que los sectores urbanos, donde el Estado se hace por  lo general cargo de  la construcción y mantenimiento del  edificio escolar, así como del  salario docente.

¿Programas  “compensatorios”?. Tanto el sistema CONAFE como el de  la Telesecundaria son  considerados modelos innovadores pero al mismo tiempo continúan siendo considerados y llamados programas “compensatorios” ya que han sido  pensados y son  destinados a los sectores y grupos con  las mayores desventajas en  todo sentido. Los propios usuarios de  estos programas, la SEP y la sociedad mexicana los ven como programas remediales para pobres. Los Instructores Comunitarios son vistos con desprecio por  los maestros del sistema regular y su sindicato. Esta paradoja –entre la innovación y la compensación es en  verdad un  dilema no  resuelto. Una  educación pertinente, y por  ello mismo distinta, orientada a los pobres es una educación de calidad, no una educación compensatoria. La compensación debe venir  desde la política económica y la política social.

En el caso  de  los Cursos  Comunitarios, la "desviación" de  la norma escolar no  está ni en  la infraestructura ni  en  el  currículo (éste responde al  currículo nacional, y los  materiales son  reconocidamente de  muy  buena calidad) sino  principalmente: (a) en  el tipo de  escuela (multigrado, incompleta), que desafía la norma de  la escuela graduada convencional; y (b) en  la figura del  educador: el prototipo del  maestro titulado y profesional es sustituido aquí por  un  adolescente/joven de  la propia comunidad, por  lo general con nivel de secundaria y con una capacitación pedagógica ofrecida  en  la marcha. En el caso  de  la Posprimaria, la falta de  certificación oficial  es tema central de preocupación para muchos padres de  familia y alumnos; asimismo, la propia propuesta curricular y pedagógica se aparta de  la "norma" al proponerse un  esquema "abierto", de  "aprendizaje por cuenta propia".

Para saber  más:

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