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sábado, 6 de junio de 2015

Re - pensando el concepto de desarrollo infantil integral

Re - pensando el concepto de desarrollo infantil integral
Una mirada desde los sistemas dinámicos no lineales como reflexión necesaria.

MARCO MUÑOZ
UNIVERSIDAD DE CUENCA

“…Es sólo en la misteriosa ecuación del amor 
en donde hay razones lógicas que pueden encontrarse.  
Estoy aquí esta noche sólo debido a ti…  
Tú eres mi razón. Tú eres todas mis razones…”
John Nash

El desarrollo humano es un proceso diverso y multifactorial y a la vez polisémico por lo que es necesario que lo abordemos desde las fuentes mismas de sus planteamientos, dicha cuestión requiere conocer su marco interpretativo y contexto histórico, es decir el modelo paradigmático que los sustenta.

Para ello es necesario realizar un breve recorrido por los principales postulados y modelos que la psicología del desarrollo ha plateado, su proceso de integración ha atravesado varias etapas y enfoques de consolidación por eso, y recogiendo los criterios de (Abellán, 2014) las podemos clasificar de la siguiente forma.

Tres concepciones paradigmáticas del desarrollo

a.     Mecanicista.
La explicación del desarrollo está sujeto a condiciones de causalidad que eliminan la subjetividad de la libertad humana, subsecuentemente se realza la reacción mecánica - determinista del organismo.
Arrancan desde estas posiciones las teorías conductistas, neoconductistas y en parte las del procesamiento de la información que, recibiendo la herencia del empirismo inglés, intentan explicar la conducta y la evolución del ser humano, reduciendo su investigación a aspectos objetivamente observables, medibles y verificables.
La concepción psicológica mecanicista entendía el desarrollo de la siguiente forma (Madruga, 1998): ...los cambios ontogenéticos son siempre cuantitativos y fruto de las interacciones entre el organismo y el ambiente; no existe ningún curso o secuencia evolutiva necesaria, ni tampoco estadios cualitativamente diferentes, y el desarrollo puede ser reducido al aprendizaje.

b.     Organicistas.
La idea de desarrollo parte de las interacciones del ser humano sobre los objetos, gracias a la actividad el sistema evoluciona alcanzando una mayor diferen­ciación y jerarquía entre sus partes, mientras progresa hacia estados cualitativa­mente superiores y más complejos.
El sujeto tiene un papel activo en la aprehensión y construcción de su realidad y de sus cambios, hasta los detalles más simples de su comportamiento tendrán explicación en relación a un proyecto global, dentro del cual todo es interdependiente, conectado, condicionado y necesario para alcanzar estados de madurez diferenciados entre sí.
Desde este punto de vista se desarrollaron varias corrientes del pensamiento psicológico, que dividen el desarrollo en estadios o niveles de organización, que explicarían las distintas conductas en función de sus características o indicadores  comunes que se excluyen de su predecesor. Se establece la secuencia de estadios prefijados y lleva a un estadio final o meta de madurez, estableciendo niveles progresivos de complejidad  hacia la que camina necesariamente la ontogénesis.
c.      Dialéctico / Contextuales.
Por último, el modelo dialéctico-contextual considera al sujeto en interacción con su medio pero, además, considerado este en su propia historicidad. Ni el ambiente ni el sujeto están determinados: la determinación será el fruto de su interacción, y más aún de la calidad de dichas interacciones, según las leyes de la dialéctica.
Los elementos intervinientes en el proceso de desarrollo incluyen por primera vez el contexto histórico-social-cultural (Abellán, 2014) “Tanto los procesos de desarrollo cuantitativo como cualitativo tienen su importancia [...] la acumulación de cambios cuantitativos produce la aparición de los cualitativos” (Madruga, 1998). A partir de estas ideas, que tienen su principal representante en Vygotsky se han desarrollado enfoques como el de la psicología del ciclo vital y, últimamente, modelos que engarzan esta tradición junto a otras que valoran el dinamismo y la complejidad de los sistemas, como veremos más adelante.
Las teorías clásicas (Gessell, Ausubel, Piaget, Vygotsky) eran hasta cierto punto interpretaciones simples y lineales de la realidad y los procesos psicológicos asociados al desarrollo; no llegaban a reflejar el caos, complejidad y el dinamismo que se pueden encontrar en los procesos de equilibración dinámica y en el proceso dialéctico que se establece entre los sistemas y su contextos.
Este sin duda es un parte aguas entre los modelos tradicionales – lineales de la psicología del desarrollo clásica y una visión del desarrollo centrada en la variabilidad dinámica y no lineal que proponemos.
Esta es la base para sostener que el desarrollo del ser humano no se ajusta a patrones de crecimiento simple y lineal (madurativo inclusive), la psicología del desarrollo busca nuevas formas de analizar y representar el cambio, como lo que caracteriza a los procesos es la irregularidad y el desorden, necesitamos modelos explicativos en los que quepa una realidad multiforme y dinámica, para ello haremos referencia los Sistemas Dinámicos Auto organizados de carácter no lineal.

El desarrollo del ser humano es un proceso dinámico y no lineal
Los enfoques tradicionales en la psicología del desarrollo se han centrado y estancado en analizar, comprender e inclusive promocionar lo estable y universal de los cambios, estandarizando procesos evolutivos sin considerar las particularidades de cada sujeto en su eco – contexto, pero ahora, desde esta nueva perspectiva, la investigación se centra sobre los factores del cambio (Thelen, 1994).

Sabemos que la puntuación media crea una falsa ilusión de regularidad y linealidad en el desarrollo, ya que nunca encontramos al sujeto prototípico que resulta promedio; por ello, la perspectiva dinámica acepta la realidad de las curvas de desarrollo complejas y no lineales, que incluyen oscilaciones y fluctuaciones de todo tipo(Abellán, 2014, pág. 25).

El flujo y calidad de las interacciones a las que se expone el ser humano es una de las condiciones que generan su desarrollo, visto así sería: La esencia del desarrollo es la emergencia de lo novedoso.Es necesario reconocer la singularidad del fenómeno que se estudia y la necesidad de estudiar esa singularidad y variabilidad como un proceso dinámico que permita comprender las múltiples trayectorias de los sistemas de desarrollo(Valsiner, 1998, pág. 55).  

El desarrollo concebido sistémicamente como “productos de procesos de incremento y transformación que, a través de un flujo de interacciones entre las características corrientes de la persona y sus contextos corrientes, producen una sucesión de cambios relativamente duraderos que elaboran o incrementan la diversidad de las características estructurales y funcionales de la persona y los patrones de sus interacciones ambientales mientras mantienen la coherencia organizativa y la estructura funcional de la persona como un todo”.  (Smith L. B., 2003) nos permite no solo referir las tres dimensiones de desarrollo (el viejo clisé de lo “bio-psico-social”) sino los mecanismos “flujos de interacciones” que generan y propician el desarrollo en cada una de ellas.

Para ello es necesario pensar “El desarrollo como fenómeno irreversible en el tiempo, que nos exige recuperar la noción de historicidad, por medio de construcciones explícitas que a la vez den cuenta de la naturaleza dinámica de los fenómenos de desarrollo”. (Valsiner, 1998, pág. 57)

El término desarrollo se entiende como un proceso de reconstrucción y reorganización permanente. Cuando en el estudio de este proceso ya había definido las características de las etapas de desarrollo (desde la psicología del desarrollo clásica) y los desempeños de los niños en cada una de ellas, aparecieron nuevos hechos y teorías que obligaron volver a pensarlos.

Los hallazgos de la investigación sobre el desarrollo de los últimos años, muestran que la concepción de este proceso en etapas secuenciales y acumulativas, con desempeños específicos para todos los niños, no era adecuada. Resulta necesaria una nueva formulación de la categoría desarrollo que tenga en cuenta la variabilidad del desempeño de una misma persona a través del tiempo y los cambios que presentan las producciones de las personas en el mismo rango etario; que dé cuenta de sus avances y retrocesos y de aquellos momentos en que coexisten viejas y nuevas concepciones.

Lo anterior nos exige la incorporación del término “experiencia reorganizadora”, según (Moll, 1990) se refiere a un funcionamiento cognitivo que marca momentos cruciales en el desarrollo, pues ellos sintetizan el conocimiento previo y simultáneamente sirven de base para desarrollos posteriores, más elaborados. Una experiencia reorganizadora más que acumulación, es el resultado de la integración de capacidades previas, que permiten al ser humano acceder a nuevos ‘saberes’ y ‘haceres’ y movilizarse hacia formas más complejas de pensamiento y de interacción con el mundo.
Algunas ideas en torno a los sistemas dinámicos no lineales.
El análisis y desarrollo de los postulados conceptuales de los sistemas dinámicos se pueden considerar como uno de los campos teóricos más fértiles e innovadores de las últimas décadas. Apoyado como ningún otro en principios científicos muy potentes (teoría de los sistemas, teoría del caos, teoría del juego, etc.), nos obligan a re - pensar el concepto de desarrollo de manera distinta.
Los sistemas dinámicos nos exigen operar rupturas epistémicas, cognitivas y paradigmáticas para propiciar su abordaje. “Una vez que comenzamos a entender el desarrollo desde el punto de vista de los sistemas dinámicos y a integrarnos en su metodología entonces encontramos que las ideas son tan fascinantes y poderosas que no podemos volver atrás a la manera como antes trabajamos y pensábamos” (Thelen, 1994).
El objetivo de la teoría de los sistemas dinámicos es describir y explicar cómo las relaciones e intercambios en los niveles de base de una organización de un sistema pueden producir cualitativamente nuevos estados y propiedades en los niveles altos de la misma.

Esta teoría se puede aplicar a cualquier sistema complejo, incluido el desarrollo humano, desde este enfoque la psicología evolutiva podrá interpretar los procesos de cambio y desarrollo como el resultado emergente del funcionamiento interactivo y dinámico del sistema.

El proceso de adaptación de un sistema requiere de variables colectivas o parámetros de orden que sirven para describir el estado de coherencia y capacidad combinatoria para regular el equilibrio del mismo, de igual forma son importantes las variables reguladoras o parámetros de control para la regulación la dinámica de los parámetros de orden en secuencias no deterministas y a la vez exponiendo los valores críticos que desajustan el sistema.

La interacción dinámica de los elementos del sistema puede establecer infinitos estados del mismo, pero la existencia de dinámicas determinantes genera la convergencia del sistema en función de los estados atractores.

El sistema “prefiere” ciertos estados en su organización, y tiende a regresar hacia ellos cuando es perturbado, (tal como lo establece el criterio de homeostasis la teoría del campo de Lewin); excepto que, por necesidades adaptativas, superado el umbral del parámetro de control, éste conduzca al sistema hacia un nuevo estado. (Abellán, 2014). Así se explica el cambio, una suerte de equilibración permanente de la “matrix” que finalmente lleva a su aniquilación y creación de una nueva.

Por ello, podemos decir que los sistemas no-lineales tienden hacia el desequilibrio más que al equilibrio, generando sin embargo orden y no caos. La dimensión temporal resulta francamente explicativa de este funciona­miento, por lo que en distintos momentos las mismas condiciones pueden generar resultados diferentes. Para (Abellán, 2014, pág. 26), “si observamos un estado atractor como la adquisición de la marcha bipedestante por los niños, si ésta se adquiere después del gateo su rentabilidad cognitiva será muy alta, pero si el niño accede a la bipedestación sin haber desarrollado las habilidades cognitivas de la etapa del suelo (volteo, arrastrado, gateo), es muy probable que posteriormente regrese hacia el estado atractor del suelo y que se enfrente a un retraso en su lenguaje, en la capacidad motora y quizá en la atencional”. Es decir, que un estado precede e incluye a otro y lo condiciona.

En esta línea, se presentan los conceptos de emergencia y auto-organización. La emergencia de nuevas formas se erige como un principio general para explicar el cambio dentro de los procesos de auto-organización prototípicos de los procesos propios del sistema dinámico. Los componentes del sistema se auto-organizan y producen su propia respuesta, su salida, su alternativa a los problemas que enfrenta. Emergencia y autoorganización van pues de la mano.
¿Qué implicaciones tiene analizar el desarrollo desde una perspectiva no-lineal?
Una de las cuestiones que se debe enfrentar desde una perspectiva no lineal, es el criterio de la estabilidad e inestabilidad de los sistemas. Si antes se había mencionado el concepto de emergencia y auto-organización y el propio concepto de no linealidad, ahora es necesario pensar en la cuestión de la inestabilidad de los sistemas. Esta inestabilidad es el resultado del encuentro de dos o más tensiones en la que incide el tipo, nivel, calidad y complejidad de las interacciones, y por lo tanto de una inestabilidad regulada.

(Fischer K. W., 2003). Llega a formular una crítica frontal a una psicología del desarrollo, por considera que ella se reduce a una concepción de formas estáticas, que se cristalizan en el estudio de estructuras y estadios definidos

Desde este enfoque la variabilidad resulta ser el centro del estudio de la psicología del desarrollo, dándole quizá un papel análogo las “estructuras piagetianas” en los enfoque tradicionales por ello la psicología del desarrollo asume un nuevo marco interpretativo que no se caracteriza por la homogeneidad de sus formas (Molenaar, 2004).

Para algunos autores sólo el enfoque de los sistemas dinámicos estarían en capacidad de explicar la variabilidad y la emergencia adecuadamente en la medida en que precisamente sería una manifestación de que la actividad cognitiva funciona como un sistema abierto no lineal (Molenaar, 2004).
Si bien, una de las implicaciones de abordar el estudio del desarrollo (a nivel macro o micro) desde la no-linealidad es reconocer la presencia de la variabilidad; no resulta menos cierto que el reto se encuentra en saber medir el momento exacto en que ocurre el cambio cognitivo. En esa línea de ideas el fenómeno de la variabilidad trae consigo la necesidad de nuevas metodologías capaces de identificar minuciosa y fielmente los recovecos por los que transita el funcionamiento de los cambios en el desarrollo.
La especificidad de lo “infantil” en el desarrollo de los niños y niñas en el Ecuador.
El proceso de construcción y definición de la política pública de desarrollo infantil integral ha sido largo y tortuoso, reflejando con absoluta claridad, la impronta político – ideológica y construcción social con la que los distintos gobiernos han operado los programas y modalidades de atención.

La definición del “Comité Técnico Intersectorial” (instancia técnico política del Ministerio de Coordinación de Desarrollo Social. MCDS.) De “Desarrollo Infantil” en la que se “construye y aprueba” la definición de desarrollo infantil, y que se presenta como parte de la presentación de la política pública es ambigua y tradicional,  no pasa de ser un intento de globalizar categorías asociadas a la visión tradicional de desarrollo y además sin un “corpus teórico” que la sustente.

La noción de presentar el desarrollo infantil como “un proceso de progresivo y sucesivo en el que los cambios van de lo simple a lo complejo pasando por etapas y fases hasta alcanzar el estado de madurez(Cuvi, 2011) retrotrae la definición tradicional de desarrollo entendido como lineal, escalonado y con un interés por explicar las diferencias individuales (Desviaciones cuantitativas para hacer generalizaciones empíricas) lo que provoca reducción de la complejidad del fenómeno.  

Esta evidencia muestra la necesidad de abandonar la comprensión del desarrollo como una sucesión estable de etapas y de avanzar hacia una descripción del funcionamiento intelectual como un espacio dinámico y no lineal tal como lo hemos sustentado.

Desde esta óptica, urge reorientar los criterios técnico - políticos y metodológicos sobre los que el estado ecuatoriano sostiene la política pública de desarrollo infantil integral a través de la operación  de la estrategia misma de “Infancia Plena” en todos los ministerios que conforman la plataforma social.

Urge incorporar la categoría de “Desarrollo Armónico” planteada por (Abellán, 2014) en la perspectiva de operar un modelo sistémico y no lineal de desarrollo, evitando el uso indiscriminado de herramientas de corte evolutivo – maduracionales, la niñez ecuatoriana requiere el urgente desarrollo de un proceso de investigación que analice e incorpore las características y particularidades de su desarrollo en sus diversos contextos vitales y socio – culturales.

Cuando se creía que ya conocíamos todas las etapas del desarrollo, los pasos y los desempeños, sobrevienen hechos y teorías que obligan a volverlo a pensar. Éstos han ayudado a entender que la concepción en etapas resulta inadecuada e inclusive generadora de referencias con una marcada inconsistencia conceptual de base, es necesario dar cuenta de la varianza y complejidad del sistema en torno al desarrollo infantil. Entonces, urge, desde lo ético – crítico, re - pensar una nueva concepción de desarrollo y dejar atrás la antigua de cambios progresivos, ligados con la edad.
¿Cómo se entienden las experiencias reorganizadoras?
Se habla de ‘experiencias reorganizadoras’ con la idea de distinguir algunas capacidades de los niños que cumplen una función especial en su desarrollo. Se sabe que todas sus actividades no tienen la misma importancia, algunas cumplen funciones básicas y en su conjunto, experiencias y capacidades, tienen distintos niveles de importancia. Las ‘experiencias reorganizadoras’ se definen porque constituyen una síntesis del conocimiento previo y simultáneamente sirven de base para desarrollos posteriores más elaborados (ZPD).

Las ‘experiencias reorganizadoras’ transforman la manera como los niños y niñas comprenden y crean flujos de interacción con el mundo, fortalecen su comprensión acerca de la realidad y les abren horizontes no previstos. Es Importante  señalar que su presentación en períodos de edad, no exige su aparición en una edad precisa y que la no ‘aparición’ de la experiencia a una determinada edad, no señala necesariamente un déficit. Sin embargo el agente educativo debe estar atento al desarrollo de los niños para identificar oportunamente estas variaciones y prodigar atención más individualizada o derivación profesional de ser el caso.
Re – posicionando la noción de “Logros del Desarrollo”
Desde su nacimiento, los bebés poseen y desarrollan flujos de interacciones dinámicos en sus distintas esferas de su desarrollo que les permiten adaptarse a su entorno y que resultan sorprendentes y complejos por su eficacia. Éstos dan cuenta de la existencia de una capacidad general que se concreta en el ejercicio de procedimientos o desempeños que se contextualizan, que en su conjunto les permiten reorganizar e incidir en su entorno para apropiarse del mismo de forma cada vez más sofisticada y específica.

La noción de logro del desarrollo se caracteriza porque moviliza o potencia el conocimiento que surge de una situación específica, hacia diversas situaciones y este carácter flexible les brinda a los niños más posibilidades de desempeño y de un desarrollo autónomo.

Los logros del desarrollo, vistos desde la complejidad no lineal, son los ejes articuladores de la acción socio – educativa en el desarrollo infantil que permite la apropiación progresiva y multimodal de la experiencia culturalmente construida en sus formas relacionales, alimentarias, de cuidado crianza, recreación, lenguaje, sensoriales, estéticas, pensamiento, etc.

Los logros del desarrollo se estructuran a partir de flujos de experiencias e interacciones que reorganizan la comprensión del mundo de los niños y niñas, este proceso de re – organización esta mediado por la calidad de dichos flujos en cualquiera sea su contexto vital y experiencial por lo que es necesario desarrollar acciones sistemática y metodológicamente organizadas para incidir positivamente en el desarrollo infantil.

A modo de cierre.
La validación social del conocimiento es una de las exigencias ético – críticas que las universidades tenemos para con el estado ecuatoriano, poder elevar el debate académico en torno a la política pública de desarrollo infantil integral nos permite desarrollar no solo un conjunto de elementos categoriales, sino ante todo una serie quiebres técnico - políticos a como entendemos y operamos dichos elementos y los plasmamos en la construcción de un piso de protección  social para la primera infancia.

Tenemos la oportunidad histórica de posicionar a nuestra universidad como un espacio de referencia en el abordaje y validación dichos quiebres, nuestra acción salta entonces de la mera reflexión académica a incidir en los esquemas de operación técnica, modelos de gestión y atención para los servicios públicos y privados de desarrollo infantil integral.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.

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