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viernes, 14 de octubre de 2011

RESISTENCIA Y CURRÍCULUM OCULTO


 
RESISTENCIA  Y CURRÍCULUM OCULTO

Georgina Flores García*



La teoría de la resistencia la enmarcamos dentro de la Escuela de Frankfurt1, en virtud de que aparece conjuntamente con la teoría crítica de la educación. “El concepto de teoría crítica se refiere a la naturaleza crítica del autoconsciente y a la necesidad de desarrollar un discurso de transformación y emancipación social que no se aferre dogmáticamente a sus propias suposiciones doctrinales” (Giroux;1997:26) Esta teoría responde a la necesidad de confrontar en la escuela el discurso y la realidad que viven el estudiante y el docente.


La crítica permite deconstruir, no destruye, construye algo nuevo a partir de lo construido,  da la suerte de recuperar, de hacer que resurja lo nuevo, sin el control impuesto por la técnica curricular, sino con la reflexión de encarar el sistema escolar a través del análisis y la experiencia de cada uno de los sujetos que intervienen en el acto educativo. Considerando a la experiencia como “...una comprensión construida como comprensión particular de los acontecimientos. Sin reflexión no hay acumulación histórica y la ...crítica apela a la historia para descubrir en ella los pedazos dispersos de los discursos que han sido acallados, para abrir las compuertas y dejar que brote lo aún decible” (McLaren;1993:13)


La resistencia, según Freud, es un mecanismo de defensa del yo, que facilita la entrada de cualquier explicación, a la conciencia, a la vez el inconsciente del yo posibilita la resistencia, como mecanismo de defensa por conflictos que tienen su origen en la historia del sujeto. (1995:41)





* Dra. En Educación, especialista en Innovaciones educativas, Docente de Tiempo Completo en la Facultad de
Ciencias Políticas y Administración blica de la UAEM.
1 La Escuela de Frankfurt tiene entre sus principales valores, el penetrar en el mundo de las apariencias - de lo que aparece ante los ojos de los sujetos estableciendo relaciones con lo que subyace tras lo objetivo, de
manera oculta; y que permite al sujeto: aceptar, resistir o rechazar cualquier evento.

Esta resistencia no necesariamente la consideraremos negativa para el sujeto, puesto que puede ser positiva si el método aplicado durante el proceso enseñanza
– aprendizaje conduce hacia la construcción del conocimiento por parte del sujeto de aprendizaje. Se debe tener en cuenta que el sujeto es – tanto docente como estudiante – llegan al aula cargados de historias personales, cuyas vivencias, recuerdos y concepciones del mundo, se encuentran ligadas íntimamente a los conocimientos con que parte hacia el nuevo conocimiento escolar, señalado por los espacios de seguridad epistemológica que crearon para su control los grandes modelos tecnológicos, que hoy por hoy se agrietan y desmoronan ante la posibilidad de re crear el conocimiento por estudiantes y docentes con capacidad reflexiva, analítica y crítica.


Cuando nos referimos a resultados positivos, hablamos de tomar en cuenta al alumno como sujeto de aprendizaje, capaz de producir, de crear y re crear por él mismo el conocimiento. No nos referimos a la doctrina del Positivismo, que por otra parte tiene relación dentro de la historia de la educación por presentar el eje metodológico latente en la mayor parte del siglo XX en México, sobre todo en los modelos que imponían y exigían el control y el cumplimiento absoluto de una serie de normas a cumplir.


El Positivismo dejó en la práctica educativa una tradición obsesiva por el control, por la contrastación de lo planeado con lo evaluado, de lo objetivo contra lo objetivo,  es  decir  que  no  existe  ninguna  verdad  independiente  a  lo  que  los sentidos captan y permiten a otros captar. La obsesión por lo comprobable, lo visible, lo objetivo, trajo consigo una visión y un ejercicio tecnocrático de la educación, generando una serie de mitos sobre la subjetividad y la crítica. En pos de formar en serie a los alumnos, todos con los mismos conocimientos, homogeneizados, se perdió la riqueza de la heterogeneidad que permite el libre pensamiento, la crítica.

Empero el modelo en su apariencia fue aceptado, sin saber, por no haberse atrevido a cuestionar lo oculto; “...el positivismo congela tanto al ser humano como a la historia. En este caso el desarrollo histórico es ignorado, ya que la dimensión histórica contiene verdades que no pueden ser asignadas a una rama de la ciencia que se especialice en la recolección de datos.” (Adorno citado por Giroux;1979) Como bien lo señala Giroux el positivismo pudo ignorar a la historia, pero no pudo escapar de ella.

La  modernidad  se  ha  dedicado  a  silenciar  y  a  sancionar  a  la  subjetividad, siguiendo las ideas Foucoultianas, este tipo de metodología produjo un terrorismo intelectual, disfrazado de Orden y Progreso, de disciplina, del discurso basado en el poder. Para Foucault (  ) la obsesión por gobernar es la obsesión por la norma, por aceptar los cánones establecidos por la clase hegemónica. No es necesario que se convierta al sujeto a uno, tratando de homogeneizarlo, a través de la escolarización, en donde se pretende estandarizar. Es conveniente respetar las diferencias, el deber ser todos y no uno, el respeto por la diferencia, empero la modernidad conjuntamente con el Positivismo no permiten a las instituciones educativas hacer posible la diferencia, no permiten que se viva la libre experiencia por parte del indivuduo, todo se debe circunscribir a lo único, al uno, a lo objetivo2.


Las ciencias humanas nacidas de las ciencias naturales en conjunción con el Positivismo hicieron del  individuo  un  objeto  de  conocimiento,  hecho  verdad  a través del discurso del conocimiento. Objeto al cual se le controla, se le manipula, se le informa, se le conforma como una vasija en la cual se vierte la información que tiene el docente, con el fin de lograr los objetivos manifiestos en el currículum planeado. Se piensa que teniendo al alumno bajo control, se tiene garantizado el conocimiento. Lo mismo ocurre con la investigación, mientras tengamos los elementos que hagan objetiva la investigación, se tiene control y se demuestra empero no se garantiza la verdad. Algo similar ocurre en el proceso enseñanza – aprendizaje,  el  sujeto  puede  aparentar  el  aprendizaje,  empero  se  resiste  a


2 En el sentido de visible, comprobable, medible y en el sentido de objeto.

aprehender. Esa negación traducida como resistencia se encuentra en el currículum oculto, disuelta en la obsesión por confeccionar y comprobar el logro de objetivos de aprendizaje, mediante los cuales se logra el control del grupo, que finalmente lleva hacia la reproducción de normas y valores sociales que persigue el grupo hegemónico y que conlleva a remarcar las distinciones entre grupos sociales y género.


La  nueva  Sociología  de  la  Educación  (Young  y  Whitty)  en  la  década  de  los setenta, intentó comprender las ligas entre las subjetividades áulicas y los problemas de control y poder; comenzaron a entablarse diálogos, debates, discusiones teóricas sobre el papel de la escuela como reproductora de los aparatos del Estado, el principal exponente de esta teoría, Althusser, explicaba que la escuela enseña ciertos tipos de saber y de saber hacer, de manera que se asegure el sometimiento a la ideología dominante y dentro de esto también se encuentra la reproducción de la ideología dominante, es decir se enseña a saber hacer para servir, y a saber controlar, para servir también al aparato ideológico del Estado. De tal  manera que el grupo en el poder asegura la mano de obra con fuerza de trabajo calificada, vía la escuela y asegura la gente que tendrá bajo control a los dominados. Amén de que Althusser señala la reproducción, no deja de tocar tangencialmente una posibilidad de  la resistencia, al pedir  “...perdón a los maestros que, en condiciones espantosas, tratan de volver contra la ideología, contra el sistema y contra las prácticas en las cuales están inmersos , las pocas armas que pueden hallar en la historia y en el saber que ‘enseñan’. Pero son pocos, y como la mayoría ni siquiera sospecha el ‘trabajo’ que el sistema  (que los supera y aplasta) les obliga a hacer, ponen todo su entusiasmo e ingenio en el esfuerzo por cumplirlo con toda conciencia (¡los famosos métodos nuevos!) Recelan tan poco que contribuyen efectivamente –con su misma dedicación – a mantener  y  desarrollar  una  representación  ideológica  de  la  escuela  que  la convierte en algo tan ‘natural’, útil e indispensable y generosa, la iglesia a nuestros antepasados hace unos cuantos siglos (Althusser, citado por Ibarrola;1985)

Entendiendo que las escuelas reproducen las normas y los valores que necesita el grupo  en  el  poder,  para  que  de  esta  forma  estén  aseguradas  las  divisiones sociales y las actitudes necesarias y convenientes para una división del trabajo casi perfecta, en donde el que debe obedecer, siempre obedecerá y el que es formado para ser líder, no acatará, solamente dirigirá a aquellos que fueron formados para la sumisión. Tenemos que aceptar que la internalización de esas normas y valores, se tienen desde el hogar, en donde el niño y la niña aprehenden las diferencias entre género y grupo social, en forma tácita en el seno de la familia.


Esbozo histórico sobre el conocimiento, que justifica la resistencia.



Trataremos de explicar lo anterior, a partir del conocimiento. El conocimiento es tan  antiguo  como  la     especie  humana.  Empero  el  abordaje  teórico  del conocimiento se remonta, aproximadamente, a dos mil setecientos años en una forma muy vaga, a través de los testimonios que dejaron los griegos.

Cuando hablamos de civilización en tono de elogio, significamos el conjunto de conocimientos y creencias que prevalecen en Europa y en las tierras conquistadas o habitadas por hombres de origen europeo. En ciertos casos se refiere a pueblos cristianos,  y  en  otros  a  los  tocados  por  la  revolución  industrial.  Esta  es  la civilización que gracias a la ciencia se ha apoderado del mundo, sin embargo todos los grupos humanos han sido sujetos de conocimiento.

Abordar el problema del conocimiento de manera histórica, necesariamente nos lleva  a  mantener  una  íntima  relación  con  la  filosofía,  dado  que  no  podemos separar a ninguna de las dos, porque ambas son parte del hombre y el hombre parte de ellas, ¿cómo empieza a conocer el hombre? ¿cuándo, dónde y cómo empieza a teorizar sobre el conocimiento? ¿cómo ha evolucionado el conocimiento?, nos llevaría años, y volúmenes completos, autores como Cassirer, que   en cuatro volúmenes hace toda una alegoría sobre el conocimiento, obras como las de Aristóteles, Hume, Hegel, Kant, y podríamos continuar con una lista

interminable de científicos y filósofos que han generado conocimiento, que han contribuido al conocimiento, que se han alimentado de conocimiento, y que permiten que hoy sean las cosas como son y no de otra forma. No son resultados desligados del proceso histórico; todo conocimiento ha estado dentro de un contexto que permitió la generación o reproducción del conocimiento, por ende el tópico que abordamos será lo más escueto   posible, con el fin de iniciar la explicación de la resistencia presente en los sujetos estudiantes.

El siglo XIX se parece en muchos aspectos a las generaciones de transición que convirtieron el mundo espiritual de la Edad Media en el mundo espiritual de la Ilustración; aunque naturalmente como estamos persuadidos de que las cosas que arrostramos hoy en día son más importantes que las que jamás haya afrontado el género humano, el periodo que engendró esa situación nos parece mucho más revolucionario.


Es  difícil discernir sobre  el  siglo  XIX,  sobre las  tendencias  importantes  en  el conocimiento, que cada vez más evolucionó de manera convulsiva. Pero al menos se puede analizar una serie de movimientos de reacción, revolución y compromiso con el futuro, y que engendraron el conocimiento intelectual actual. La sociedad del siglo XIX se ve envuelta en un laberinto de tendencias opuestas, de corrientes transversales operantes que no pueden lograr la unidad del pensamiento. Sin embargo el curso de los acontecimientos rápidamente produce una unificación en los problemas que han surgido y en los instrumentos que la ciencia tiene a su disposición.


Como respaldo de la multiplicidad y diversidad de las tendencias del siglo XIX se halla la acelerada marcha de las fuerzas económicas productoras de los cambios sociales. La triunfante clase media que se dividió en cierto número de secciones, las   independencias   de   Estados   Americanos,   el   gran   cuerpo   de   obreros subdivididos  en  organizaciones.  Un  crecimiento  demográfico  inusitado  y  un avance en las ciencias y en la filosofía, es decir en el conocimiento teórico. El

problema del conocimiento cada vez se complejizó más, cada vez tuvo mayores ramificaciones, ya no buscaba la unidad, sino la diversidad, aunque la pregunta seguía girando en torno del Ser.


El nacionalismo aparece sobre el planeta y crea nuevas divisiones entre los hombres y entre los pueblos. Esta desintegración de la sociedad europea y americana en un tumulto de grupos mal coordinados provoca una reacción que hoy encontramos en el mundo en un punto avanzado. Es patente que el sistema de Estado soberanos avanzados sea irresponsable, que herede fronteras de una economía sencilla incompatible con la técnica moderna. Las brutalidades y las luchas concomitantes del siglo XIX no parecen dar cuenta de una sociedad industrial, sino que recuerdan las crueldad guerras religiosas, empero mediante éstas  cobró  forma  el Estado  nacional  soberano  y    los  principales  rasgos  del capitalismo moderno.


El final del siglo XVIII y el siglo XIX son espectadores de los síntomas de una revolución drástica, de una agonía estentórea de un viejo orden y de los dolores de  un  parto  de  uno  nuevo.  Ante  decisivo  problema  de  reclutar  el  apoyo cooperativo para la reconstrucción de la sociedad industrial, los europeos en su apremio, recurrieron a una gran variedad de conocimientos sociales unificadores, a los que el mundo no había visto desde la Edad Media, como que tampoco se había visto la necesidad de ellas.



Durante los siglos XVIII y XIX, se desarrolló el llamado Romanticismo, que proclamaba que la vida era algo más amplio que la inteligencia, reclamaba   la ampliación de los intereses de suerte que no se limitaran sólo a la ciencia, sino a la totalidad de la experiencia humana. Las virtudes de la actitud romántica, son su imparcialidad, su receptividad frente a cualquier clase de verdad y de valor que puedan revelarse en cualquier experiencia. Como decía Williams James, aunque el pasado nos ha enseñado que todos los cuervos son negros, deberíamos seguir buscando cuervos blancos. Su pecado más frecuente es que con esta actitud se

puede llegar a olvidar todo criterio de verdad o de valor, y rehusar hacer ninguna distinción esencial de la vida ordenada.


El mundo concebido como un proceso de crecimiento y evolución.



Las ideas que han constituido la imagen científica del mundo en que vive nuestro mundo  actual,  son  producto  de  dos  grandes  revoluciones  intelectuales,  dos nuevas e importantes orientaciones del pensamiento científico. La primera social da a los nombres de Darwin, Wallace, Huxley y Hackel, la noción de evolución de cambio, crecimiento y desarrollo, desde el foco de la investigación biológica al rápido dominio de todo el clima de opinión de la época. La segunda realizada por el genio de Einstein, Planck, de Broglie, Heisenberg y Shrödinger, introdujo un nuevo conjunto de principios y conceptos fundamentales en la física matemática y ha  dejado  perpleja  a  nuestra  generación  con  la  teoría  de  la  relatividad,  la mecánica cuántica y ondulatoria y los triunfos y misterios de la estructura del átomo.


El estudio de la naturaleza –incluyendo al hombre el entusiasmo por la historia, la ética, la filosofía, la matemática, la mecánica, la física, la medicina; se reflejaron en las artes, prueba de ello es el teatro y la literatura, la pintura y la escultura. En este contexto de revoluciones científicas, se presentaron revoluciones sociales que lograron permear gran parte del planeta; la Revolución Francesa es prueba de ello, el enciclopedismo, la Ilustración y el Liberalismo que tanto se ha traído y llevado durante los dos  últimos  siglos.  Por  lo  general  al  liberalismo  se  le  ha considerado, base de la libertad individual, e identificado por ello, con el desarrollo de la clase media. Filosóficamente se rige por la ley de lo natural, fundamentada a la  vez  en  la  razón.  Así  podemos  afirmar  que  la  ley  natural  y  los  derechos naturales, constituyeron el fundamento de la revolución que impulsó al liberalismo que daría un cambio constitucional a las naciones durante el siglo XIX.

Asimismo nos enfrentamos a un fenómeno económico generado por la revolución industrial inglesa: el capitalismo, término que adoptó significados varios y del que surgieron múltiples definiciones de carácter económico, sociológico, jurídico, histórico e ideológico. No es solamente el hacer un análisis de las disciplinas mencionadas, debemos reflexionar desde el punto de vista científico y sociológico, como producto del conocimiento, si se llevan a cabo las revoluciones sociales e industrial, estamos frente a la complejidad del conocimiento, estamos frente al desarrollo, a la evolución del conocimiento, la enciclopedia es claro ejemplo de ello, la máquina de vapor de manera tangible, empírica, objetiva, también lo es; así como de manera intangible es el conocimiento del átomo.

Los grandes inventos y descubrimientos que se dieron durante el siglo XIX se produjeron por una intensa actividad intelectual, que llevaron los progresos científicos y culturales. En este siglo llamado de la ciencia y la técnica, fueron superados  los  veinticinco  siglos  anteriores  y  ello  fue  producto  de  la  rápida evolución del conocimiento. Los cuales se aplicaron de inmediato a la vida económica del mundo. La especialización de los estudiosos en su aspecto determinado   de   las   ciencias,   el   perfeccionamiento   de   los   métodos   de investigación, la creación de numerosos laboratorios y centros de estudio y la amplia difusión de la cultura, permitieron el asombroso desarrollo de las ciencias, en especial el de la física y de la biología.

En Francia, Alemania e Inglaterra, surgieron centros de investigación científica y de difusión cultural. Los investigadores comenzaron a disponer de instrumentos cada  vez  más  perfeccionados  e  intercambiaron  conocimientos,  todo  lo  cual permitió el mayor aprovechamiento intelectual, lo que redundó en beneficio de la humanidad. A partir del siglo XIX la máquina reemplazó al operario, en el proceso de producción; y la ciencia, aplicada no sólo a la economía también colaboró en el avance de las comunicaciones, el comercio y el nivel de vida de los pueblos.

Como ejemplo de lo anterior, tenemos la máquina de vapor, el ferrocarril, el telégrafo, la luz eléctrica, el teléfono, el cinescopio, el globo aerostático, la cámara fotográfica. Inventos que son producto del avance del conocimiento humano.


Siglo XX: ¿siglo de la ciencia? ¿siglo de la razón? ¿siglo de la verdad? ¿el fin de la ciencia? ¿el conocimiento de la realidad real?


Hablar del siglo XX, significa hablar de nuestra vida presente, de tener conciencia de saber, creer y conocer, somos agentes de conocimiento, somos sujetos y objetos de conocimiento, y ese conocimiento ¿cómo ha evolucionado a lo largo de estos  cien  años?.  Cuestiona  Horgan  (1996)  El  fin  de  la  ciencia,    ¿qué  más podemos conocer? Si en veintisiete siglos se ha conocido todo ¿en realidad se habrá conocido todo?. O siguiendo a Paul Davis (1996) podemos preguntar si ¿los humanos alcanzaremos el conocimiento absoluto?, y aplicando el teorema de Gödel responder que dados los límites impuestos por el conocimiento racional, por la indeterminación cuántica, el caos y otras cosas por el estilo la experiencia mística podría dar la única solución para llegar a la verdad absoluta, pero ni aún así metería la mano al fuego para defender tal posibilidad. (Horgan;1998:327)

El siglo XX es el partícipe de la mundialización, de la Universalización de la Historia,   de   la   Globalización.   El   conocimiento   generado   desde   tiempos Aristotélicos, está presente de una o de otra forma, está vigente en la mayor parte de las sociedades, han sido tiempos de certezas e incertidumbres, tiempos de esperanza y desesperanza Dios ha muerto. Son tiempos interesantes y desastrosos.  Cambios de época y época de cambios.


El siglo XX con sus dos grandes guerras ha hecho uso del conocimiento para destruirse a mismo. Con sus comunicaciones radio, televisión, Internet logra mantener contacto en fracción de segundos, hoy, el mundo está comunicado, el conocimiento ha hecho posible la globalización, el conocimiento ha hecho posible la mundialización, el conocimiento generado por el hombre permite que los gobiernos miren un futuro hacia formas que logren tener una mejor calidad de vida

humana, Hoy el conocimiento ha rebasado las barreras de la particularidad, para comprender que cada una de las ciencias es complemento de las demás, hoy regresamos a los griegos, para no separar la ciencia de la filosofía, ni la filosofía de la ciencia, porque ambas son una y complemento, aunque ambas se miren en forma diferente por el color del cristal con que se miran. Hoy no podemos pensar que el conocimiento es uno y verdadero, hoy tenemos la certeza de que continuamos conociendo, que podemos descubrir nuestro mundo, que hace veinticinco siglos los Griegos nos enseñaron, y que si no destruimos nuestro mundo, con productos de nuestro conocimiento: aerosoles, energéticos; podemos generar un mayor conocimiento, podemos enmendar los errores del pasado, podemos afirmar que el conocimiento no es eterno, pero también tenemos que reconocer que hubo, hay,   y habrá grandes pensadores, que nos permitan establecer líneas de investigación que  generen más conocimiento; como Newton, Einstein, Poncairé, y que nos hagan afirmar que la teoría de la relatividad en el tiempo o en la verdad, es tan cierta como que nada es absoluto, lo único absoluto es que todo es relativo. Que sabemos hoy y lo sabremos mañana que la gravedad nos dice que ningún cuerpo en caída, tenderá a subir.


Todas las culturas se han agrupado en círculos concretos, existiendo hoy en día la pluralidad en ellas, el desenvolvimiento y una fisonomía propia, que  nos hermana y nos separa, nos quita fronteras y a la vez las vuelve a dibujar con las guerras, con el hambre, con la discriminación racial, con la marginalidad, al parecer el conocimiento nos ha orillado a vivir una totalidad, pero es en apariencia, es ficticia, porque es cierto que todos conocemos, en grados diferentes y con paradigmas diferentes, pero no todos hacemos uso igual del conocimiento.


Mientras más conocemos más controlamos, mientras mejor controlamos, mejor podemos conocer, porque conocer es poder y tener Poder es tener bajo control a otros sujetos; y donde hay poder hay resistencia y ninguna forma de resistencia es exterior al poder, asó toda forma de resistencia estaría condenada a un eterno

fracaso. Todo poder genera resistencia y toda resistencia genera una nueva forma de ejercer poder negativo.


En el caso de la escolarización en México, el principal papel histórico que ha desempeñado la escuela ha sido el de la transmisión del conocimiento, sobre todo, durante el siglo XX, esta transmisión se ha dado como la verdad, aquel procedimiento prescrito con precisión que establece conclusiones mediante el libro de texto y la exposición del docente. No se analiza cómo el conocimiento transmitido afecta el conocimiento de quien conoce, ni se preocupa el docente por el qué conoce el sujeto, solamente preocupa el mo conoce. Los intereses marcados hacia el mo, están fundamentados en la obsesión por alcanzar los objetivos planeados, a través de una serie de técnicas aplicadas al interior del aula, para alcanzar los fines propuestos por el currículum planeado.


En 1994 Fukuyama afirmó que habíamos llegado al fin de la historia, si la historia llegó a su fin ¿el conocimiento también llegará a su fin? Su afirmación iba en el sentido de que la búsqueda del conocimiento puro, requiere primariamente del interés y la voluntad, seguidos del poder, y hoy por hoy el hombre está dejando de interesarse por el saber, tal como lo concebía Aristóteles, el conocer por el interés de saber, estamos en un momento en que la tecnología llegó a tal grado que al estudiante se le facilita la obtención del conocimiento elaborado por otros, y son pocos aquellos que se interesan en conocer por conocer.



El avance de las sociedades y el inicio de la globalización, posibilitaron la reproducción del conocimiento, y el conocimiento del conocimiento a manera de cascada, desde aquellos generadores del mismo, hacia la población en general. Sin  ser todos Einstein,  Darwin,  Rousseau,  Mach,  etcétera,  sus  conocimientos serán aplicados y de una forma consciente o inconsciente, llegarán a todos o estarán en todos los seres humanos, con la posibilidad de generar resistencias.

¿Resistencia a qué?



Dice Foucault que la disciplina tiene como función principal ‘enderezar conductas’, y dentro de la escuela, se debe estar dentro de la norma, dentro de lo normal , quien se atreva a transgredir lo establecido, será merecedor de un castigo, sea estudiante o docente. “El éxito del poder disciplinario se debe sin duda al uso de instrumentos simples: la inspección jerárquica, la sanción normalizadora y su combinación   en   un   procedimiento   que   les   es   específico:   el   examen” ( Foucault;1988:175)


Aquí cabría la pregunta ¿qué es lo normal? ¿lo creado?, ¿lo establecido? ¿es anormal un estudiante creativo? Creativo no en el sentido de tener iniciativa para cambiar un método de enseñanza, sino para producir el conocimiento, para crear y re crear el conocimiento. La frontera entre lo normal y lo anormal, ees tan tenue, que cuando alguno se atreve a transgredir la norma, lo establecido, lo impuesto, de inmediato recibe una sanción y es el momento de aprender a simular, se puede simular aprendizaje, pero en el fondo se resiste a aprender, y la simulación del aprendizaje impide el aprehender el conocimiento, es un obstáculo.


El ejercicio de la disciplina, supone un dispositivo que coacciona por el juego de la mirada; un aparato en el que las técnicas que permiten ver inducen efectos de poder y donde, de rechazo, los medios de coerción hacen claramente visibles aquellos sobre quienes se aplican. La mirada del docente sobre el estudiante es una de las formas de control sutiles, de ahí que los estudiantes simulen aparecer como iguales,como uno, porque en el momento en que la mirada del docente encuentra a alguien diferente, anormal, tiende a separarlo, porque mientras la normalidad tiende a homogeneizar, la anormalidad particulariza, exalta, excluye, margina al individuo; el sujeto que actúa diferente a los demás, tiende a ser sujeto de conocimiento por parte de quien controla, desde, por y con la mirada se da la posibilidad de ser separado de la comunidad estudiantil. (Foucault, citado por Canguilhem)



De lo anterior, podemos desprender que solamente son aceptados en la escuela, aquellos sujetos que a decir de Bordieu (1977) están dotados de la predisposición suficiente, condición del éxito de la transmisión e inculcación de una cultura, que tiene como base la herencia familiar del sujeto, a través de normas y valores establecidos por la clase dominante, en los padres del sujeto, lo que permite que lleve a la escuela un pensamiento, un estilo de vida, con aceptación, estatus y valor social; aspectos todos, que garantizan la  normalidad que exige el sistema educativo.
El control que se maneja para mantener al sujeto dentro de la norma, se da en múltiples formas, lo podemos observar desde la transformación de la arquitectura, se da para ejercer el poder disciplinario, en las escuelas, por ejemplo: abriga y permite conducir los efectos del poder mediante el conocimiento, modificando la conducta.

“Como la escuela – edificio debe ser un operador de encauzamiento de la conducta. Es una máquina pedagógica que París – Duverney había concebido en la Escuela militar (...) Educar cuerpos vigorosos, imperativo de salud; obtener oficiales competentes, imperativo de calidad; formar militares obedientes, imperativo político; prevenir el libertinaje y la homosexualidad, imperativo de moralidad.   Cuádruple   razón   de   establecer   mamparos   estancos   entre   los individuos, pero también aberturas de vigilancia continua. El edificio mismo de la Escuela debía ser un aparato para vigilar: los aposentos estaban repartidos a lo largo de un pasillo como una serie de pequeñas celdas; a intervalos regulares, se encontraba el alojamiento de un oficial, de manera que cada decena de alumnos tiene un oficial a derecha y a izquierda” Los alumnos estaban allí durante toda la noche” ( Foucault;1988:176)

El examen combina las técnicas de la jerarquía que vigila y las de la sanción que se normaliza. Es una mirada normalizadora, una vigilancia que permite calificar, clasificar y castigar. Establece sobre los individuos una visibilidad a través de la

cual se los diferencia y sanciona. A esto se debe que, en todos los dispositivos de disciplina, el examen se halle altamente ritualizado. En él vienen a unirse la ceremonia del poder y la forma de la experiencia, en el despliegue de la fuerza y el establecimiento de la verdad. En el coran de los procedimientos de disciplina, manifiesta el sentimiento de aquellos que se persiguen como objetos y la objetivación de aquellos, el examen es uno de los rituales más socorridos en el ámbito escolar mexicano, y es el que ha generado una serie de resistencias que se evidencian con la creatividad del estudiante a través del copiado tan exquisito, que permite hacer obras de arte, que dejaría perplejos a un buen número de docentes, la capacidad  creativa  del  estudiante,  por  resistirse  a  aprender  algo impuesto, que no le interesa, que no le significa para su vida cotidiana, si le enseñáramos la importancia, el significado de la construcción del conocimiento, el estudiante generaría con la resistencia, la posibilidad de crear y recrear el conocimiento.

Conclusión:

La mayor parte de los textos, abordan la resistencia como un fenómeno cultural, aún aquellos que hablan de resistencia en educación (cfr. Giroux;1997) toman en cuenta la cuestión de género, de etnia y de condición social, para abordar la resistencia, estamos de acuerdo con que la resistencia en y para la educación, está inserta en el ámbito cultural, que es una cuestión cultural. Empero nuestro estudio se aboca al  acontecer escolar, haciendo énfasis en el áulico, que invoca el currículum oculto. La resistencia a la que nos referimos, corresponde al ámbito pedagógico, es decir, el alumno que se resiste al aprendizaje de la Historia, no lo hace desde el género, no por ser mujer o varón se tiene mayor disposición a aceptar o rechazar el aprendizaje de la Historia; ni es una cuestión étnica, el devenir histórico de nuestro pueblo mexicano tiene una tradición arraigada de respeto hacia los símbolos patrios, sin conocimiento histórico, sólo por tradición oficial, y ésta poco a poco se está perdiendo.

La resistencia que el alumno o alumna tienen hacia el aprendizaje de la Historia, deriva  de  las  formas  anacrónicas  de  enseñanza  de  la  disciplina,  desde  los primeros niveles escolares hasta el posgrado mismo, tenemos Colegios que informan del acontecer histórico a sus estudiantes, pero que distan de enseñarlos a pensar históricamente, es al esto último a lo que nos referiremos cuando se hable en la presente investigación de resistencia. Es un aceptar velado y un resistir oculto el aprendizaje que de la Historia.




BIBLIOGRAFÍA:

BOURDIEU,  Pierre.  La  Reproducción: elementos para una  teoría del sistema de enseñanza. Barcelona. Laia. 1977.

CANGUILHEM, George. Lo normal y lo patológico. México. Siglo XXI. Título original: Le normal et le pathologique. PUF. Paris, Francia.

DAVIES, Paul. Sobre el tiempo.   Barcelona, España. Crítica. 1996. 323 páginas. Título original About time. Nueva York. 1995.


FOCAULT, Michel. Vigilar y Castigar. Nacimiento de la prisión. México. Siglo XXI. “Nueva criminología” 14ª edición. 1988. 314 páginas. 1ª edición en español 1976. Títulño original: Surveiller et punir. París, Francia 1975.

FREUD,  Anna.  El  yo  y  los  mecanismos  de  defensa.  xico.  Paidós.
1995.199 páginas.

GIROUX, Henry. Teoría y Resistencia en Educación. México Siglo XXI.
3ª, Edición. 1997 1ª. Edición en inglés 1983. Título original: Theory and
resistence in education a pedagogy for the opposition. 330 páginas.

HOGAN, John. El fin de la ciencia. Los límites del conocimiento en el declive de la era científica. Barcelona, España. Paidós. 1998.351 páginas. Título original. The end of the Science. Facing the limits of knowledge in the twilight of the scientific age.1996.

Mc.LAREN, Peter. Pedagogía Crítica, Resistencia Cultural y la Producción del deseo. Arhgentina, Instituto de Estudios y Acción Social. 1993. 171 páginas.





RESUMEN

La resistencia es abordada en la mayor parte de las veces, como un fenómeno cultural, aún en el ámbito   de la educación; se toma en cuenta la cuestión de género, de etnia y de condición social. Para abordar la resistencia, estamos de acuerdo con que la resistencia en y para la educación, está inserta en el ámbito cultural, que es una cuestión cultural. Empero nuestro estudio se aboca al acontecer escolar, haciendo énfasis en el áulico, que invoca el currículum oculto.


En este espacio presentamos exclusivamente la resistencia al aprendizaje de la

Historia.



La resistencia a la que nos referiremos, corresponde al ámbito pedagógico, es decir, el alumno que se resiste al aprendizaje de la Historia, no lo hace desde el género, no por ser mujer o varón se tiene mayor disposición a aceptar o rechazar el aprendizaje de la Historia; ni es una cuestión étnica, el devenir histórico de nuestro pueblo mexicano tiene una tradición arraigada de respeto hacia los símbolos patrios, sin conocimiento histórico, sólo por tradición oficial, y ésta poco a poco se está perdiendo.


La resistencia que el alumno o alumna tienen hacia el aprendizaje de la Historia, deriva  de  las  formas  anacrónicas  de  enseñanza  de  la  disciplina,  desde  los primeros niveles escolares hasta el posgrado mismo, tenemos Colegios que informan del acontecer histórico a sus estudiantes, pero que distan de enseñarlos a pensar históricamente, es al esto último a lo que nos referiremos cuando se hable en la presente investigación de resistencia. Es un aceptar velado y un resistir oculto el aprendizaje que de la Historia.


Georgina Flores García

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