RESISTENCIA
Y CURRÍCULUM OCULTO
Georgina Flores García*
La teoría de la resistencia la enmarcamos dentro de la Escuela de Frankfurt1, en
virtud de que aparece conjuntamente con la teoría crítica de la educación. “El
concepto de teoría crítica se refiere a la naturaleza
crítica del autoconsciente y a la necesidad de desarrollar un discurso
de transformación y emancipación
social que no se aferre
dogmáticamente a sus propias suposiciones
doctrinales” (Giroux;1997:26) Esta teoría responde a la necesidad
de confrontar en la escuela
el discurso y la realidad que viven el estudiante y el docente.
La
crítica permite deconstruir, no destruye, construye
algo nuevo a partir de lo construido, da la suerte de recuperar, de hacer
que resurja lo nuevo, sin el control
impuesto por la técnica curricular, sino con la reflexión de encarar el sistema escolar a través del análisis y la experiencia de cada uno de los sujetos que intervienen en el acto educativo. Considerando
a la experiencia como “...una
comprensión construida como comprensión particular
de los acontecimientos. Sin reflexión
no hay acumulación histórica y la
...crítica apela a la historia para
descubrir en ella los pedazos dispersos de los discursos que han sido acallados, para abrir las compuertas y dejar que brote lo aún decible” (McLaren;1993:13)
La resistencia, según Freud, es
un mecanismo de defensa del yo, que
facilita la entrada de cualquier explicación, a la conciencia, a la vez el inconsciente
del yo posibilita la resistencia, como mecanismo de defensa por conflictos que tienen su
origen en la historia del sujeto. (1995:41)
* Dra. En Educación, especialista
en Innovaciones educativas, Docente de Tiempo Completo en la Facultad de
Ciencias Políticas y Administración Pública
de la UAEM.
1 La Escuela de
Frankfurt tiene entre sus principales
valores, el penetrar en el mundo de las apariencias - de lo
que aparece ante los ojos de los sujetos – estableciendo relaciones con lo que subyace tras lo objetivo,
de
manera oculta; y que permite al sujeto: aceptar, resistir
o rechazar cualquier evento.
Esta
resistencia no necesariamente la
consideraremos negativa para el
sujeto, puesto que puede ser positiva si el método aplicado durante el proceso enseñanza
–
aprendizaje conduce hacia la construcción del conocimiento
por parte del sujeto de aprendizaje.
Se debe tener en cuenta que el sujeto
es – tanto docente como estudiante – llegan al aula cargados de historias
personales, cuyas vivencias, recuerdos y concepciones del
mundo, se encuentran ligadas íntimamente
a los conocimientos con que parte hacia el nuevo conocimiento escolar, señalado por
los espacios de seguridad
epistemológica que crearon para su control los grandes modelos tecnológicos, que hoy por hoy se agrietan y desmoronan ante la posibilidad de re crear el
conocimiento por estudiantes y docentes con capacidad reflexiva, analítica
y crítica.
Cuando
nos referimos a resultados positivos, hablamos de tomar en cuenta al alumno como sujeto de aprendizaje,
capaz de producir, de crear y re crear por él mismo el conocimiento. No nos referimos a la doctrina
del Positivismo, que por
otra parte tiene relación dentro de la historia
de la educación por presentar el eje
metodológico latente en la mayor parte del siglo
XX en México, sobre todo en los modelos que imponían
y exigían el control y el cumplimiento
absoluto de una serie de normas a
cumplir.
El
Positivismo dejó en la práctica educativa
una tradición obsesiva por el
control, por la contrastación de lo planeado con lo evaluado, de lo objetivo contra lo objetivo, es
decir que no
existe ninguna verdad
independiente a
lo que los sentidos captan y permiten a otros captar.
La obsesión por lo comprobable, lo visible, lo objetivo, trajo consigo una visión y un ejercicio tecnocrático de la educación,
generando una serie de mitos sobre la subjetividad y la crítica.
En pos de formar en serie a
los alumnos, todos con los mismos conocimientos,
homogeneizados, se perdió la riqueza de la heterogeneidad que permite el libre pensamiento, la crítica.
Empero
el modelo en su apariencia fue
aceptado, sin saber, por no haberse atrevido a cuestionar lo oculto; “...el
positivismo congela tanto al ser humano como
a la historia. En este caso el desarrollo histórico es ignorado, ya que la dimensión
histórica contiene verdades que no pueden ser
asignadas a una rama de la ciencia que se especialice
en la recolección de datos.” (Adorno citado por Giroux;1979) Como bien lo señala Giroux el positivismo pudo ignorar a
la historia, pero no pudo escapar de ella.
La modernidad se
ha dedicado a silenciar y
a sancionar a la
subjetividad, siguiendo las ideas Foucoultianas,
este tipo de metodología produjo un terrorismo intelectual, disfrazado de Orden y Progreso, de disciplina, del discurso basado en el poder. Para Foucault ( ) la obsesión por gobernar es la obsesión por la norma,
por aceptar los cánones establecidos
por la clase hegemónica. No es
necesario que se convierta al sujeto a uno, tratando
de homogeneizarlo, a través de la escolarización, en donde se pretende estandarizar. Es conveniente respetar las diferencias,
el deber ser todos y no uno, el respeto
por la diferencia, empero la modernidad conjuntamente con el Positivismo
no permiten a las instituciones
educativas hacer posible la diferencia,
no permiten que se viva la libre experiencia por parte del indivuduo, todo se
debe circunscribir a lo único, al uno, a lo objetivo2.
Las ciencias humanas nacidas de las ciencias naturales en conjunción con el Positivismo hicieron del individuo
un objeto de
conocimiento, hecho
verdad a través del discurso del
conocimiento. Objeto al cual se le controla, se le manipula, se le
informa, se le conforma como una vasija en la cual se vierte la información que
tiene el docente, con el fin de
lograr los objetivos manifiestos en el
currículum planeado. Se piensa que teniendo al alumno bajo
control, se tiene garantizado el
conocimiento. Lo mismo ocurre con la investigación,
mientras tengamos los elementos que hagan objetiva la investigación, se tiene control y se demuestra
empero no se garantiza la verdad. Algo similar
ocurre en el proceso enseñanza – aprendizaje,
el
sujeto
puede
aparentar
el
aprendizaje,
empero
se
resiste
a
2 En el sentido de visible, comprobable, medible y en el sentido de objeto.
aprehender. Esa negación traducida como resistencia
se encuentra en el currículum oculto, disuelta en la obsesión por confeccionar y comprobar el logro de objetivos de aprendizaje, mediante los cuales se logra el control del grupo, que finalmente lleva hacia la reproducción de normas y valores sociales
que persigue el grupo
hegemónico y que conlleva a remarcar las distinciones entre grupos
sociales y género.
La nueva Sociología
de la Educación
(Young y Whitty) en
la década de los
setenta, intentó comprender las ligas entre las subjetividades áulicas y
los problemas de control y poder; comenzaron a entablarse diálogos, debates, discusiones teóricas sobre el
papel de la escuela como reproductora
de los aparatos del Estado,
el principal exponente
de esta teoría, Althusser, explicaba que la escuela enseña ciertos
tipos de saber y de saber hacer, de manera que se asegure el sometimiento a la
ideología dominante y dentro de esto también
se encuentra la reproducción de la ideología dominante, es decir se enseña a saber hacer para servir, y a saber controlar,
para servir también al aparato ideológico del Estado. De tal manera que el grupo en el poder asegura la mano
de obra con fuerza de trabajo
calificada, vía la escuela y asegura
la gente que tendrá bajo control a los dominados. Amén de que Althusser señala la reproducción, no deja
de tocar tangencialmente una posibilidad de la resistencia, al pedir
“...perdón a los maestros que, en condiciones
espantosas, tratan de volver contra la ideología, contra el sistema y contra
las prácticas en las cuales están inmersos , las pocas armas que pueden hallar
en la historia y en el saber que ‘enseñan’. Pero son pocos, y como la mayoría ni siquiera sospecha el ‘trabajo’ que
el sistema (que los supera y aplasta)
les obliga a hacer, ponen todo su
entusiasmo e ingenio en el esfuerzo por cumplirlo con toda conciencia (¡los famosos métodos nuevos!) Recelan tan poco
que contribuyen efectivamente –con su misma
dedicación – a mantener y desarrollar
una representación ideológica de la escuela que la
convierte en algo tan ‘natural’, útil e indispensable
y generosa, la iglesia a nuestros
antepasados hace unos cuantos siglos “ (Althusser, citado por Ibarrola;1985)
Entendiendo
que las escuelas reproducen las
normas y los valores que necesita el grupo
en el poder,
para que de esta
forma estén aseguradas
las divisiones sociales y las actitudes
necesarias y convenientes para una división del trabajo
casi perfecta, en donde el que debe obedecer,
siempre obedecerá y el que es
formado para ser líder, no acatará, solamente
dirigirá a aquellos que fueron formados para la sumisión. Tenemos que aceptar
que la internalización de esas normas y valores, se tienen desde el hogar, en donde el niño y la
niña aprehenden las diferencias entre género y grupo social, en forma tácita en el seno de la familia.
Esbozo histórico sobre el conocimiento, que justifica la resistencia.
Trataremos de explicar lo anterior, a partir del conocimiento.
El conocimiento es tan antiguo como la especie
humana. Empero el abordaje teórico del conocimiento se
remonta, aproximadamente, a dos mil
setecientos años en una forma muy vaga, a través de los testimonios que dejaron los griegos.
Cuando
hablamos de civilización en tono de elogio,
significamos el conjunto
de conocimientos y creencias que prevalecen en Europa y en las
tierras conquistadas o habitadas por hombres de origen europeo. En ciertos casos se refiere a pueblos cristianos, y
en otros a los tocados por
la revolución industrial. Esta
es la civilización que gracias a la ciencia
se ha apoderado del mundo, sin embargo
todos los grupos humanos han sido sujetos de conocimiento.
Abordar
el problema del conocimiento de manera histórica,
necesariamente nos lleva a mantener
una
íntima relación con la
filosofía, dado que
no podemos separar a ninguna de las
dos, porque ambas son parte del hombre y el hombre
parte de ellas, ¿cómo empieza a conocer el hombre? ¿cuándo, dónde y cómo empieza a teorizar sobre el conocimiento?
¿cómo ha evolucionado el conocimiento?, nos llevaría años, y volúmenes completos, autores como Cassirer, que en cuatro volúmenes
hace toda una alegoría sobre el conocimiento, obras como las de Aristóteles, Hume,
Hegel, Kant, y podríamos continuar con una lista
interminable
de científicos y filósofos que han generado
conocimiento, que han contribuido al conocimiento,
que se han alimentado de
conocimiento, y que permiten que hoy sean
las cosas como son y no de otra forma. No son resultados desligados del proceso histórico; todo conocimiento ha estado dentro de un
contexto que permitió la generación o
reproducción del conocimiento, por ende el tópico que abordamos
será lo más escueto posible, con el fin de iniciar la explicación de la resistencia presente en los sujetos
estudiantes.
El siglo
XIX se parece en muchos aspectos a
las generaciones de transición que
convirtieron el mundo espiritual de la Edad
Media en el mundo espiritual de la Ilustración; aunque naturalmente como estamos persuadidos de que las cosas
que arrostramos hoy en día son más importantes
que las que jamás haya afrontado el género humano, el periodo que engendró esa situación nos parece mucho más revolucionario.
Es difícil discernir sobre
el siglo XIX, sobre
las tendencias importantes
en el conocimiento, que cada vez
más evolucionó de manera convulsiva.
Pero al menos se puede analizar una serie de movimientos de reacción,
revolución y compromiso con el futuro,
y que engendraron el conocimiento intelectual actual. La sociedad
del siglo XIX se ve envuelta en un
laberinto de tendencias opuestas, de corrientes transversales operantes
que no pueden lograr la unidad del
pensamiento. Sin embargo el curso de los acontecimientos rápidamente produce una unificación
en los problemas que han surgido y en los instrumentos que la ciencia tiene a su disposición.
Como
respaldo de la multiplicidad y diversidad de las tendencias del siglo XIX se halla la acelerada marcha de las fuerzas económicas productoras de los cambios
sociales. La triunfante clase media que se dividió
en cierto número de secciones, las
independencias de
Estados Americanos,
el gran cuerpo
de obreros subdivididos en
organizaciones. Un
crecimiento demográfico
inusitado y un avance
en las ciencias y en la filosofía, es decir en el conocimiento
teórico. El
problema
del conocimiento cada vez se complejizó
más, cada vez tuvo mayores
ramificaciones, ya no buscaba la unidad, sino
la diversidad, aunque la pregunta seguía girando en torno del Ser.
El
nacionalismo aparece sobre el planeta y crea nuevas divisiones entre los
hombres y entre los pueblos. Esta desintegración de la sociedad europea y
americana en un tumulto de grupos mal coordinados provoca una reacción que
hoy encontramos en el mundo en un punto
avanzado. Es patente que el sistema
de Estado soberanos avanzados sea irresponsable, que herede fronteras de una
economía sencilla incompatible con la técnica moderna.
Las brutalidades y las luchas
concomitantes del siglo XIX no parecen dar cuenta de una sociedad industrial,
sino que recuerdan las crueldad guerras
religiosas, empero mediante éstas cobró
forma el Estado nacional soberano y los principales
rasgos del capitalismo moderno.
El final del siglo XVIII y el siglo XIX
son espectadores de los síntomas
de una revolución drástica, de una agonía
estentórea de un viejo
orden y de los dolores de un
parto de uno
nuevo. Ante decisivo problema
de reclutar el
apoyo cooperativo para la reconstrucción
de la sociedad industrial, los europeos en su apremio, recurrieron a una gran variedad de conocimientos
sociales unificadores, a los
que el mundo no había visto desde la Edad Media,
como que tampoco se había visto la necesidad
de ellas.
Durante los siglos XVIII y XIX, se
desarrolló el llamado Romanticismo, que proclamaba que la vida era algo más amplio que la inteligencia,
reclamaba la ampliación de los intereses
de suerte que no se limitaran sólo a la ciencia, sino a
la totalidad de la experiencia humana. Las virtudes de la actitud romántica,
son su imparcialidad, su receptividad frente a
cualquier clase de verdad y de
valor que puedan revelarse
en cualquier experiencia. Como decía Williams
James, aunque el pasado nos ha enseñado que todos los cuervos
son negros, deberíamos seguir buscando cuervos blancos.
Su pecado más frecuente es que con esta actitud se
puede
llegar a olvidar todo criterio de
verdad o de valor, y rehusar hacer ninguna distinción esencial de la vida ordenada.
El mundo concebido
como un proceso de crecimiento y evolución.
Las
ideas que han constituido la imagen científica
del mundo en que vive nuestro mundo actual,
son
producto
de
dos
grandes
revoluciones intelectuales, dos nuevas
e importantes orientaciones del pensamiento científico. La primera social da a los nombres de Darwin, Wallace, Huxley y Hackel, la noción de evolución
de cambio, crecimiento y desarrollo, desde el foco de la investigación biológica
al rápido dominio de todo el clima de opinión de la época. La segunda realizada por el genio de Einstein, Planck, de Broglie, Heisenberg y Shrödinger, introdujo un nuevo conjunto de principios y conceptos
fundamentales en la física matemática y ha dejado
perpleja a nuestra generación con la teoría
de la
relatividad, la mecánica cuántica y ondulatoria y los triunfos
y misterios de la estructura del átomo.
El estudio de la naturaleza –incluyendo al hombre – el entusiasmo por la historia, la ética, la filosofía, la matemática,
la mecánica, la física, la medicina; se reflejaron en las artes, prueba de ello es el
teatro y la literatura, la pintura y la
escultura. En este contexto de revoluciones científicas, se presentaron revoluciones sociales
que lograron permear gran parte del planeta;
la Revolución Francesa es prueba de
ello, el enciclopedismo, la Ilustración y
el Liberalismo que tanto se ha traído y llevado durante
los dos últimos
siglos. Por lo
general al liberalismo
se le ha considerado, base de la libertad individual, e identificado
por ello, con el desarrollo
de la clase media. Filosóficamente se rige
por la ley de lo natural,
fundamentada a la vez en
la razón. Así podemos
afirmar que
la ley natural y los derechos
naturales, constituyeron el fundamento de la
revolución que impulsó al
liberalismo que daría un cambio constitucional a las naciones durante el siglo XIX.
Asimismo
nos enfrentamos a un fenómeno económico generado
por la revolución industrial inglesa: el capitalismo,
término que adoptó significados varios y del que surgieron múltiples
definiciones de carácter económico, sociológico, jurídico,
histórico e ideológico. No es solamente el hacer un análisis de las disciplinas
mencionadas, debemos reflexionar desde el punto de vista científico y
sociológico, como producto del conocimiento,
si se llevan a cabo las revoluciones
sociales e industrial, estamos frente a la complejidad del conocimiento, estamos frente al desarrollo, a la evolución
del conocimiento, la enciclopedia
es claro ejemplo
de ello, la máquina de vapor
de manera tangible, empírica, objetiva, también lo es; así como de manera intangible es el conocimiento del átomo.
Los
grandes inventos y descubrimientos que
se dieron durante el siglo XIX se
produjeron por una intensa actividad
intelectual, que llevaron los progresos científicos y culturales. En este
siglo llamado de la ciencia y la técnica, fueron superados los veinticinco
siglos anteriores y ello fue
producto de la
rápida evolución del conocimiento.
Los cuales se aplicaron de inmediato a la vida económica del mundo. La especialización de
los estudiosos en su aspecto
determinado de las ciencias,
el perfeccionamiento de
los métodos de investigación, la creación de numerosos
laboratorios y centros de
estudio y la amplia difusión de la cultura,
permitieron el asombroso desarrollo de las ciencias,
en especial el de la física y de la biología.
En Francia, Alemania
e Inglaterra, surgieron
centros de investigación científica y de difusión cultural. Los
investigadores comenzaron a disponer de
instrumentos cada vez más
perfeccionados e
intercambiaron conocimientos, todo
lo cual permitió el mayor
aprovechamiento intelectual, lo que
redundó en beneficio de la humanidad.
A partir del siglo XIX la máquina
reemplazó al operario, en el proceso
de producción; y la ciencia, aplicada no sólo a la economía
también colaboró en el
avance de las comunicaciones, el comercio
y el nivel de vida de los pueblos.
Como
ejemplo de lo anterior, tenemos la
máquina de vapor, el ferrocarril, el telégrafo, la luz eléctrica, el teléfono, el cinescopio, el globo aerostático, la cámara fotográfica. Inventos
que son producto del avance del conocimiento humano.
Siglo XX: ¿siglo de la ciencia?
¿siglo de la razón? ¿siglo de la verdad? ¿el fin de la ciencia? ¿el conocimiento de la realidad
real?
Hablar
del siglo XX, significa hablar de nuestra vida presente, de tener conciencia de saber, creer y conocer, somos agentes
de conocimiento, somos sujetos y objetos de conocimiento, y ese conocimiento ¿cómo ha evolucionado a lo largo de estos
cien años?. Cuestiona
Horgan (1996) El fin
de la ciencia,
¿qué más podemos conocer? Si en veintisiete siglos se ha conocido todo ¿en realidad se habrá conocido todo?. O siguiendo a Paul Davis (1996)
podemos preguntar si ¿los humanos alcanzaremos el conocimiento
absoluto?, y aplicando el teorema de
Gödel responder que dados los límites
impuestos por el conocimiento racional, por la indeterminación cuántica, el caos y otras cosas por el estilo la experiencia
mística podría dar la única solución para llegar a la verdad absoluta, pero ni aún así metería la mano al fuego para
defender tal posibilidad. (Horgan;1998:327)
El
siglo XX es el partícipe de la mundialización, de la Universalización de la Historia, de
la Globalización. El conocimiento generado
desde tiempos Aristotélicos,
está presente de una o de otra forma, está vigente en la mayor parte de las sociedades, han sido tiempos de certezas
e incertidumbres, tiempos de esperanza y desesperanza Dios ha muerto. Son tiempos interesantes y
desastrosos. Cambios de época y época de cambios.
El
siglo XX con sus dos grandes guerras ha hecho uso del conocimiento para
destruirse a sí mismo. Con sus comunicaciones – radio, televisión, Internet – logra mantener
contacto en fracción de segundos, hoy,
el mundo está comunicado, el conocimiento ha hecho posible
la globalización, el conocimiento ha hecho posible
la mundialización, el conocimiento generado por el hombre permite que los
gobiernos miren un futuro hacia formas que logren tener una mejor calidad de vida
humana,
Hoy el conocimiento ha rebasado las barreras de la particularidad, para
comprender que cada una de las ciencias es
complemento de las demás, hoy regresamos a los griegos, para no separar
la ciencia de la filosofía, ni la filosofía de la ciencia, porque ambas son una y complemento,
aunque ambas se miren en forma diferente por el color del cristal con
que se miran. Hoy no podemos
pensar que el conocimiento es uno y verdadero, hoy tenemos la certeza de que continuamos conociendo, que podemos descubrir nuestro mundo, que hace veinticinco siglos
los Griegos nos enseñaron, y que si
no destruimos nuestro mundo, con productos de nuestro conocimiento:
aerosoles, energéticos; podemos generar un mayor conocimiento, podemos enmendar los errores
del pasado, podemos afirmar
que el conocimiento no es eterno, pero también tenemos que reconocer que hubo, hay, y habrá grandes pensadores, que nos permitan establecer líneas
de investigación que generen más conocimiento; como Newton, Einstein, Poncairé,
y que nos hagan afirmar que la teoría de la relatividad en el tiempo o en la verdad, es tan cierta como que nada es absoluto, lo único absoluto es que todo
es relativo. Que sabemos hoy y lo sabremos mañana que la gravedad
nos dice que ningún cuerpo en caída, tenderá
a subir.
Todas
las culturas se han agrupado en
círculos concretos, existiendo hoy en
día la pluralidad en ellas, el desenvolvimiento y una fisonomía propia,
que nos hermana
y nos separa, nos quita
fronteras y a la vez las vuelve a dibujar con las guerras, con el hambre, con la
discriminación racial, con la
marginalidad, al parecer el conocimiento
nos ha orillado a vivir
una totalidad, pero es en apariencia,
es ficticia, porque es cierto que
todos conocemos, en grados diferentes y con paradigmas diferentes, pero no
todos hacemos uso igual del conocimiento.
Mientras
más conocemos más controlamos, mientras mejor controlamos, mejor podemos conocer, porque conocer es poder y tener Poder es tener bajo control a otros sujetos; y donde hay poder hay resistencia y
ninguna forma de resistencia es exterior al poder, asó toda forma de resistencia estaría
condenada a un eterno
fracaso.
Todo poder genera resistencia y toda resistencia genera una nueva forma de ejercer poder negativo.
En
el caso de la escolarización en México, el principal papel histórico que ha desempeñado la escuela ha sido el de la transmisión del conocimiento, sobre todo, durante el siglo XX, esta transmisión se ha dado
como la verdad, aquel procedimiento prescrito con precisión que establece conclusiones
mediante el libro de texto y la
exposición del docente. No se analiza
cómo el conocimiento transmitido afecta el conocimiento de quien conoce, ni se preocupa el docente por el qué
conoce el sujeto, solamente
preocupa el cómo conoce. Los intereses marcados hacia
el cómo, están fundamentados en la
obsesión por alcanzar los objetivos planeados, a través de una serie
de técnicas aplicadas al interior del aula, para alcanzar los fines propuestos por el currículum planeado.
En
1994 Fukuyama afirmó que habíamos
llegado al fin de la historia, si la
historia llegó a su fin ¿el conocimiento también llegará a su fin? Su
afirmación iba en el sentido de que la búsqueda del conocimiento puro, requiere primariamente del interés
y la voluntad, seguidos del poder, y
hoy por hoy el hombre está dejando de
interesarse por el saber, tal como lo concebía
Aristóteles, el conocer por el interés de saber, estamos en un momento en que
la tecnología llegó a tal grado que al estudiante se le facilita
la obtención del conocimiento elaborado por otros, y son pocos aquellos
que se interesan en conocer
por conocer.
El avance de las sociedades y el inicio de la globalización, posibilitaron la reproducción del conocimiento,
y el conocimiento del conocimiento a
manera de cascada, desde aquellos generadores
del mismo, hacia la población en
general. Sin ser todos Einstein, Darwin, Rousseau, Mach,
etcétera, sus conocimientos serán aplicados y de una forma consciente o inconsciente, llegarán a todos o estarán en todos los seres humanos,
con la posibilidad de generar resistencias.
¿Resistencia a qué?
Dice
Foucault que la disciplina tiene como función principal ‘enderezar conductas’, y
dentro de la escuela, se debe estar dentro de la norma, dentro
de lo normal , quien
se atreva a transgredir lo establecido,
será merecedor de un castigo, sea estudiante o docente. “El éxito del poder disciplinario se debe sin duda al uso de instrumentos simples: la inspección jerárquica, la sanción normalizadora
y su combinación en
un
procedimiento que
les
es
específico: el
examen”
( Foucault;1988:175)
Aquí
cabría la pregunta ¿qué es lo normal? ¿lo
creado?, ¿lo establecido? ¿es anormal un estudiante creativo? Creativo no en el sentido de tener iniciativa
para cambiar un método de enseñanza, sino para producir
el conocimiento, para crear y
re crear el conocimiento. La frontera entre lo normal y lo anormal, ees tan
tenue, que cuando alguno
se atreve a transgredir la norma, lo establecido, lo impuesto,
de inmediato recibe una sanción y es el momento de aprender a simular, se puede
simular aprendizaje, pero en el fondo se resiste a aprender, y la simulación
del aprendizaje impide el aprehender el conocimiento, es un obstáculo.
El
ejercicio de la disciplina, supone un dispositivo que coacciona por el juego de la mirada; un
aparato en el que las técnicas que permiten
ver inducen efectos de poder y donde, de rechazo, los
medios de coerción hacen claramente visibles aquellos sobre quienes se aplican.
La mirada del docente sobre el estudiante es una de las formas de
control sutiles, de ahí que los
estudiantes simulen aparecer como
iguales,como uno, porque en el momento
en que la mirada del docente
encuentra a alguien diferente,
anormal, tiende a separarlo,
porque mientras la normalidad tiende
a homogeneizar, la anormalidad particulariza, exalta, excluye, margina al individuo; el sujeto que actúa diferente a los demás, tiende a ser sujeto de conocimiento por parte de quien controla, desde, por y con la mirada se da la posibilidad de ser separado de la comunidad estudiantil. (Foucault, citado por Canguilhem)
De
lo anterior, podemos desprender que solamente son aceptados en la escuela,
aquellos sujetos que a decir de
Bordieu (1977) están dotados de la predisposición suficiente, condición
del éxito de la transmisión e
inculcación de una cultura, que tiene como base la herencia familiar del
sujeto, a través de normas y valores
establecidos por la clase dominante, en los padres del sujeto,
lo que permite que lleve a la escuela un pensamiento,
un estilo de vida, con aceptación, estatus
y valor social; aspectos todos,
que garantizan la normalidad que exige el sistema educativo.
El
control que se maneja para mantener al
sujeto dentro de la norma, se da en múltiples formas, lo podemos observar desde la transformación de la arquitectura,
se da para ejercer el poder
disciplinario, en las escuelas, por ejemplo: abriga y
permite conducir los efectos del poder mediante
el conocimiento, modificando la conducta.
“Como
la escuela – edificio debe ser un operador de encauzamiento de la conducta. Es
una máquina pedagógica que París –
Duverney había concebido en la Escuela militar (...) Educar cuerpos vigorosos,
imperativo de salud; obtener oficiales competentes, imperativo
de calidad; formar militares
obedientes, imperativo político; prevenir el libertinaje y la homosexualidad,
imperativo de moralidad. Cuádruple razón
de establecer
mamparos estancos entre
los individuos, pero también aberturas de vigilancia continua.
El edificio mismo de la Escuela debía ser un aparato
para vigilar: los aposentos estaban repartidos a lo largo de un pasillo como una serie
de pequeñas celdas; a intervalos
regulares, se encontraba el alojamiento de un oficial, de manera que cada decena de alumnos
tiene un oficial a derecha y a izquierda” Los
alumnos estaban allí durante toda la noche” ( Foucault;1988:176)
El examen combina las técnicas de la jerarquía
que vigila y las de la sanción
que se normaliza. Es una mirada normalizadora, una vigilancia que permite calificar, clasificar y castigar. Establece sobre los individuos una visibilidad a través de la
cual
se los diferencia y sanciona. A esto
se debe que, en todos los dispositivos de disciplina, el examen se halle altamente ritualizado. En él vienen a unirse la
ceremonia del poder y la forma de la experiencia,
en el despliegue de la fuerza y el
establecimiento de la verdad. En el
corazón de los procedimientos de disciplina, manifiesta el
sentimiento de aquellos que se
persiguen como objetos y la objetivación de aquellos, el examen es uno de los rituales más socorridos en el
ámbito escolar mexicano, y es el que ha generado una serie de resistencias que se evidencian con la creatividad del estudiante a través del copiado tan exquisito, que
permite hacer obras de arte, que dejaría
perplejos a un buen número de docentes, la capacidad creativa
del estudiante, por
resistirse a
aprender algo impuesto, que no le
interesa, que no le significa para su
vida cotidiana, si le enseñáramos la
importancia, el significado de la construcción del conocimiento, el
estudiante generaría con la resistencia, la
posibilidad de crear y recrear el
conocimiento.
Conclusión:
La
mayor parte de los textos, abordan la resistencia como un fenómeno
cultural, aún aquellos que hablan de
resistencia en educación (cfr. Giroux;1997) toman en
cuenta la cuestión de género,
de etnia y de
condición social, para abordar
la resistencia, estamos de acuerdo con que la resistencia en y para la educación, está inserta en el ámbito
cultural, que es una cuestión cultural. Empero nuestro estudio se aboca al
acontecer escolar, haciendo énfasis en el áulico, que invoca el currículum oculto. La resistencia a la
que nos referimos, corresponde al ámbito
pedagógico, es decir, el alumno que
se resiste al aprendizaje de la Historia, no
lo hace desde el género, no por ser mujer o varón se tiene mayor disposición a aceptar o rechazar el aprendizaje
de la Historia; ni es una cuestión étnica,
el devenir histórico de nuestro
pueblo mexicano tiene una tradición
arraigada de respeto hacia los símbolos patrios, sin conocimiento histórico, sólo por tradición
oficial, y ésta poco a poco se está perdiendo.
La resistencia que el alumno o
alumna tienen hacia el aprendizaje de la Historia, deriva de las formas
anacrónicas de enseñanza
de la disciplina,
desde los primeros niveles escolares hasta
el posgrado mismo, tenemos Colegios que
informan del acontecer histórico
a sus estudiantes, pero que distan de enseñarlos
a pensar históricamente, es al esto último
a lo que nos referiremos cuando se hable en la presente
investigación de resistencia. Es un aceptar
velado y un resistir oculto el aprendizaje que de la Historia.
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HOGAN,
John. El fin de la ciencia. Los límites del conocimiento en el declive
de la era científica. Barcelona, España. Paidós. 1998.351 páginas.
Título original. The end of the Science. Facing the
limits of knowledge in the twilight of the scientific age.1996.
Mc.LAREN, Peter.
Pedagogía Crítica, Resistencia Cultural y la Producción
del deseo. Arhgentina, Instituto de Estudios y Acción Social. 1993. 171
páginas.
RESUMEN
La
resistencia es abordada en la mayor parte de las veces, como un fenómeno cultural, aún en el ámbito de la educación; se toma en cuenta la cuestión de género, de etnia y de condición social.
Para abordar la resistencia, estamos
de acuerdo con que la resistencia en y para la
educación, está inserta en el ámbito cultural, que es una cuestión
cultural. Empero nuestro estudio se aboca al acontecer escolar, haciendo énfasis en el áulico, que invoca el currículum oculto.
En este espacio presentamos
exclusivamente la resistencia al aprendizaje de la
Historia.
La resistencia a la que nos referiremos, corresponde al ámbito
pedagógico, es decir, el alumno que
se resiste al aprendizaje de la
Historia, no lo hace desde el género, no por ser mujer o varón se tiene mayor disposición a aceptar o rechazar
el aprendizaje de la Historia; ni es
una cuestión étnica, el devenir histórico de nuestro pueblo mexicano
tiene una tradición arraigada de
respeto hacia los símbolos patrios, sin conocimiento histórico, sólo
por tradición oficial, y ésta poco a poco se está perdiendo.
La resistencia que el alumno o
alumna tienen hacia el aprendizaje de la Historia, deriva de las formas
anacrónicas de enseñanza
de la disciplina,
desde los primeros niveles escolares hasta
el posgrado mismo, tenemos Colegios que
informan del acontecer histórico
a sus estudiantes, pero que distan de enseñarlos
a pensar históricamente, es al esto último
a lo que nos referiremos cuando se hable en la presente
investigación de resistencia. Es un aceptar
velado y un resistir oculto el aprendizaje que de la Historia.
Georgina Flores García
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