PEDAGOGÍA INFORMACIONAL:
ENSEÑAR A APRENDER EN LA SOCIEDAD
DEL CONOCIMIENTO
Por Oscar Picardo Joao1
Abstract
El presente
artículo aborda una trilogía de
ideas y reflexiones en torno al
tópico “Pedagogía Informacional”, intentando plantear una nueva hipótesis educativa ante
la sociedad del conocimiento; en la
primera parte, se proponen las discusiones de los
escenarios educativos actuales; en la segunda parte, una reflexión más densa sobre un
modelo pedagógico alternativo: “Pedagogía Informacional”; y se
cierra con la tercera parte presentando
algunas incidencias de la propuesta
pedagógica en el ámbito educativo.
I.- El Escenario:
Modelos pedagógicos e información
En la vorágine de las encrespadas
aguas informáticas comienzan a emerger un considerable
y preocupante cantidad de ofertas de Educación
a Distancia a través de internet; algunos le llaman Educación Telemática, otros Educación Virtual o Digital. Lo cierto es que internet, como medio
o herramienta, posibilita la capacidad de movilizar
información, documentos, imágenes y guías
didácticas que permiten establecer una “relación” educativa
entre tutores y alumnos, más allá de las
barreras espaciales y temporales.
Pero como suele suceder,
en el amplio escenario de la oferta
educativa, comienzan a pulular
cursos, diplomados, maestrías
y doctorados a distancia
que poseen un carácter más mercantil que académico, lo cual invita a la reflexión, profundización y
conocimiento.
Efectivamente, Internet
puede ofrecer y garantizar estudios de alta calidad –tanto o más que la presencial- siempre y cuando la seriedad
de los programas esté respaldada por ciertos criterios
institucionales, empezando por el prestigio
de la institución, y siguiendo por la calidad
de los tutores; pero sobre todo, en educación Telemática lo más importante es el “Modelo
1 Investigador
educativo, Director
Académico
de la UFG y alumno del programa
de Doctorado UOC
2001-2003.
Pedagógico”. ¿Qué significa el Modelo Pedagógico?: la configuración
de una “plataforma” Web, que no solo integre los espacios tradicionales de aulas y bibliotecas virtuales, sino que además, cuente con diseños de guías didácticas para la orientación que eviten el “naufragio” en la navegación, y
que dichas guías estén
sustentadas en una concepción psicopedagógica coherente
y en un manejo versátil, a través de
tutores especializados.
La Educación Telemática o a Distancia por Internet, bajo
el rigor de un programa serio y honesto es tan exigente como la educación presencial; generalmente, la evaluación en
estos programas se constituye a
partir de los foros debates por correo electrónico, lo que supone el dedicar tiempo suficiente a las lecturas del curso para acceder al conocimiento
necesario y participar
demostrando los propios puntos de
vista; por otra parte, la variada
participación de personas en los
debates, que se encuentran en escenarios
geográficos distintos y distantes, enriquece
la experiencia del aprendizaje, siendo
sustancialmente dialógica, constructiva y aprovechando
los entornos.
Pero con el advenimiento
de las Nuevas Tecnologías y su implacable persecución en todos los ámbitos, el sector educativo ha sido
uno de los más acorralados; en efecto, la conjugación
telemática-educación es fundamental en
la sociedad global, pautada por los paradigmas de la información, del conocimiento y del aprendizaje permanente.
La primera
pregunta que se plantearon los expertos en
pedagogía y didáctica fue sobre el
“lugar” de la telemática en el proceso de enseñanza- aprendizaje; algunos teóricos
pensaron que era un “contenido” fundamental del curriculum, mientras que otros
plantearon la visión “instrumental”, es decir, como recurso de apoyo educativo.
En el fondo, la discusión era si la telemática era “medio” o “fin”. Para no hacer larga la
historia, el consenso generalizado se fue inclinando hacia la visión de las nuevas tecnologías
(internet, correo electrónico, multimedia,
video, etc.) como herramientas de
apoyo para facilitar los aprendizajes.
En un segundo
momento, se planteo la compatibilidad
de la telemática con los enfoques
psicopedagógicos, particularmente
con las teorías que están en boga: Constructivismo (Vygostky), Conversación (Pask), Conocimiento Situado (Young) y Acción Comunicativa (Habermas);
considerando las variables de estas teorías
se concluyó que la telemática articulaba con los
enfoques
psicoevolutivos y psicopedagógicos
por las siguientes razones: Sobre el Constructivismo, partiendo de los tres elementos fundamentales de toda situación
de aprendizaje Contenidos
(QUE
aprende), procesos (COMO aprende) y condiciones (ENTORNO que facilita el aprendizaje y EXPERIENCIAS del alumno), se puede concluir, que por ejemplo, internet
y sus recursos, amplían la capacidad de
interacción personal con estos elementos. Con la teoría
de la Conversación de
Pask, que supone
que aprender es por naturaleza un fenómeno social,
hay también compatibilidad por la red de relaciones
que ofrecen las nuevas tecnologías.
La teoría conocimiento situado de Young, señala
que el conocimiento es una relación
activa entre el individuo y un determinado
entorno, y además el aprendizaje se produce cuando el aprendiz
está envuelto activamente en un contexto complejo y real; aquí también internet
propicia innovadores entornos. Y finalmente la teoría de acción
comunicativa de Habermas, sustentada
en el rigor, la racionalidad y la crítica, impulsando cierta capacidad de expresarse, hacerse entender y actuar
coherente,
también
es
congruente
con
las
aristas
de
la
telemática y sus recursos lógicos2.
La
salvedad que vale la pena señalar, es que las nuevas tecnologías aplicadas a la educación, especialmente
internet ofrecen “realismo” y no
“realidad”, esto significa que queda
pendiente un imperativo ético como responsabilidad de la persona para ensamblar el andamiaje de la información y el conocimiento con las circunstancias históricas; de hecho
lo mismo ocurre con los aprendizajes
tradicionales: se corre el riesgo de
que se queden en teoría, en las aulas,
en las bibliotecas y en los laboratorios.
La efectividad pedagógica de
las nuevas tecnologías demanda la desmitificación de al menos tres aspectos: a)
que la computadora va a ahorrar
trabajo; b) que la computadora va a sustituir al profesor; y c) que el internet y la cultura digital va
hacer desaparecer a los
libros; todo estos
es falso, a´) elaborar materiales didácticos en multimedia
da mucho trabajo; b´) la afabilidad
humana es insustituible; y c´) los
libros estarán ahí, necesitan
ser subrayados, diagramados y palpados.
En este contexto y desde esta perspectiva, internet es efectivo pedagógicamente para: hacer que aparezcan nuevas formas de
2 Cfr. Picardo Joao, Oscar; Espacios y Tiempos de la Educación; Ed. Servicios Educativos;
San
Salvador,
2001.
trabajo
grupal y asincrónicas, posibilita
nuevos vehículos de información más
veloces y simultáneos
que superan los
obstáculos de tiempo
y espacio y permite utilizar más y mejores recursos: bases de
datos, museos, software, bibliotecas digitales, redes especializadas, multimedia, fotos digitales, revistas electrónicas, buscadores,
tutoriales, FTP, Clip-art,
Shareware, etc.
Más allá de internet y de los modelos pedagógicos, existe otro factor importante asociado a
las NTIC: la información; es decir, el ente articulador -y epistemológico- entre los usuarios
educativos y los ordenadores. En efecto,
una de las mayores preocupaciones actuales de los sistemas
educativos, en los países
desarrollados, es el acceso y la
producción de “información”; así lo
demuestra el libro “Las fuentes de información: estudios
teórico-prácticos”,
publicado recientemente en España3, el cuál presenta
la producción colectiva
de
un grupo de distinguidos catedráticos, coordinados por Isabel de Torres Ramírez
de la Universidad de Granada. la obra se divide en cuatro apartados;
el primero, aborda la recuperación de la información y sus fuentes; el segundo, trata sobre la búsqueda de la información; el tercero, presenta
los instrumentos para identificar, localizar y evaluar la información; y el cuarto,
cierra con instrumentos específicos
para la identificación de
repertorios, catálogos, bases de datos
y redes.
Si el conocimiento
es poder, lo que alimenta el apetito epistemológico es la información; Humberto Eco en su obra “Péndulo de Foucoult” anota: “…no hay informaciones
mejores que otras, el
poder consiste en ficharlas todas, y
después buscar conexiones”; efectivamente, en las sociedades informacionales
–o más desarrolladas- la
lógica política y económica se
sustenta en una innovadora trilogía: el capital debe ser el humano, el sistema de producción debe estar organizado sobre un aparato de conocimiento e información, y la materia prima es consustancial y paradójicamente:
conocimiento e información. En este
contexto, el desarrollo científico,
se desenvuelve en estas mismas coordenadas, y
desde la información de los códigos genéticos hasta los microprocesadores de las nuevas tecnologías, están
embriagados de información y conocimiento.
3 Cfr. AaVv
(coordinados por Isabel
de Torres Ramírez); Las Fuentes de
Información, Estudios teórico-
prácticos; Ed. Síntesis;
Madrid, 1999
Si la información es el hecho
que comunica (Recueil de documentation et
information
, ISO, 1998), y es a su vez proceso y resultado
(el hecho de comunicar algo y el resultado de esa comunicación), y por ende,
genera una modificación mental, podemos decir que tiene mucho que ver con lo educativo. Por cierto, el proceso de enseñanza
aprendizaje, desde la perspectiva
docente, implica facilitar
el acceso a nuevos conocimientos utilizando
diversas estrategias didácticas
de información
(libros, separatas, artículos, enciclopedias, internet,
etc.); y desde el estudiante, implica construir nuevos conocimientos utilizando experiencias cotidianas
y conjugándolas con la información que brinda el docente y con otros
medios.
En la actualidad, a pesar de nuestras carencias, es absurdo imaginarnos una educación mediocre, ya que las fuentes
de información, cada vez más nos
acorralan e inundan; nuestro problema no es la
falta de información, sino que la
mayoría de docentes no canalizan adecuadamente
el potencial latente de información que nos rodea. Hoy tenemos vertiginosos medios de comunicación a través de internet, particularmente de prensa escrita que circulan hasta el último rincón del país, además contamos
con Infocentros
y Cybercafés en todos los departamentos, y poco a
poco, los ciudadanos caen en la cuenta que es mejor invertir en una PC que
en otros aparatos triviales.
En una hora de navegación –cuyo costo es igual a una
cerveza, caja de cigarros u otro
gasto recurrente- podemos acceder a un
mundo insondable de información que enriquece
nuestros conocimientos, bien sea para preparar
una clase o para complementar una tarea. El problema crucial de nuestra realidad
educativa puede tener dos vertientes o: por un lado, el “desconocimiento” de
cómo utilizar la información en
el proceso de enseñanza-aprendizaje, yendo mucho más de los tradicionales
libros de texto, e incorporando otras fuentes de
información más “seculares” o menos tradicionales; y por otro lado, la falta de
“conocimiento” sobre el uso de nuevas tecnologías de la información y comunicaciones,
concretamente uso de internet y correo electrónico.
II.- Pedagogía Informacional: Enseñar a aprender en
la Sociedad del Conocimiento
Los antecedentes
propuestos en la primera sección no agotan o resuelven algo más profundo:
¿cuál es el modelo pedagógico que demandan las
NTIC y la sociedad informacional?; en efecto, el giro copernicano que se
vive en las sociedades actuales y la
transición de la era postindustrial
a un escenario global pautado por lo informacional, demandan un nuevo sistema
educativo, tal como lo señala el sociólogo Sergio Vilar: “la sociedad en que vivimos, especialmente
sus centros de enseñanza, se
encuentran anclados en una vieja racionalidad: la que dimana
de la lógica aristotélica,
la de las divisiones metodológicas cartesianas y la del determinismo newtoniano…más que una reforma de
la enseñanza, es necesaria
una revolución del pensamiento, en la elaboración de nuestras
construcciones mentales y en su
representación. En pos de esas
finalidades, la conjunción de las nuevas tecnologías con métodos
transdisciplinarios es la que puede
ofrecer
una
inteligencia estratégica y a la vez estrategias inteligentes4…” . Esta revolución
del pensamiento,
que implica una verdadera
transformación educativa no puede sustentarse
en los enfoques pedagógicos tradicionales; en efecto,
los grandes cambios educativos empiezan
en el
aula, en una relación pedagógica definida entre el docente y sus
estudiantes…el punto de partida es pedagógico…
A lo largo de la historia
educativa de la humanidad, la concepción de
pedagogía como universal, a evolucionado, condicionadamente, por los andamiajes sociales, culturales e ideológicos de los pueblos.
La pedagogía pasó de un servicio doméstico -de la sociedad
esclavista
griega- a un modus operandi de
transmitir formalmente conocimientos para preservar la cultura o un orden social establecido –sistema educativo-. No obstante, todo enfoque
pedagógico ha contado con un adjetivo circunstancial determinado por los énfasis de la comprensión educativa; así por ejemplo, “La pedagogía del oprimido” de Freire denunció la “educación bancaria”, dando pautas para plantear una “Pedagogía de la Liberación”.
Las teorías o corrientes
pedagógicas han oscilado en enfoques,
más o menos, centrados en el docente o
en el estudiante; sin embargo, en la
actualidad, ante las encrespadas aguas de la globalidad, las sociedades se
4 Cfr. Grande, Bernanrdo; Informe Agora; Ciudad de Viladecans,
proyecto APREMAT; San Salvador,
2000.
debaten
en la transición para llegar a constituirse en “sociedades
informacionales”, “Sociedades del conocimiento” o “sociedades del aprendizaje”, sustentadas en la vorágine del las nuevas tecnologías de la
información; y ante estos retos, es necesario re-plantear el quehacer pedagógico –como base educativa- para formar al ciudadano de estas posibles ciudades.
En los análisis
sociológicos actuales (Castells, Cornella, Vilar,
entre
otros) se pone de manifiesto la “sobre-información”
y las “info-estructuras5”; es más, se despliegan
las nuevas ecuaciones para pensar en estas sociedades
informacionales considerando las “economías informacionales” y la
“cultura de la información”; asimismo,
se definen las nuevas “habilidades
informacionales” (literacy
skills) yuxtapuestas y análogas a las emergentes manifestaciones de los “analfabetismos
funcionales” (informático, idiomático
e informacional).
Estos escenarios
demandan una nueva arquitectura educativa que apunte y apueste al aprendizaje de por vida (lifelong learning)
lo que implica entablar una nueva
hipótesis educativa:
enseñar a aprender,
y sobre todo utilizar adecuadamente la
información en el proceso de enseñanza aprendizaje. Se plantea entonces una nueva hipótesis, un nuevo enfoque para comprender el quehacer educativo
llamado “Pedagogía informacional”,
ante el cual, los docentes y estudiantes deben asumir un nuevo rol de
“mediaciones” entre la experiencia humana y la información existente, y sobre
todo caer en la cuenta que la información debe ser punto de partida y de llegada en el
proceso de enseñanza aprendizaje.
Desde esta perspectiva, un macro-supuesto de la “pedagogía informacional” radica, en que, los
verdaderos rendimientos educativos para responder a las exigencias de aprender
para toda la vida implican el uso de la información en todas sus
dimensiones: acceso, análisis, interpretación, evaluación, producción, etc.;
pero este nuevo
paradigma no es en sí mismo una
respuesta teorética, sino
que cuenta con implicaciones practicas de carácter laboral; por ejemplo, cada vez
más, la generación, proceso y transmisión de la información configura los sistemas productivos, financieros y
políticos, y en el campo laboral, más allá de la Leyes de retorno decreciente de
5 Cfr. Cornella, Alfons;
En la sociedad
del conocimiento la riqueza está en las ideas; (1999) Curso de
Doctorado
UOC 2001-2003
los
tangibles, los “trabajadores del conocimiento”
acceden a más y mejores empleos, ya que la sociedad industrial con sus aparatosas maquinarias y líneas de obreros inmensas, dan paso a la cultura
del microchip, de la
información, de la telemática y de la robótica, en donde predomina la
información y el conocimiento como el capital por excelencia.
La “pedagogía informacional” por su propia
conceptualización está íntimamente relacionada a las Tecnologías
de la Información y las Comunicaciones (TIC); en
efecto, tal como lo señala Berta Sola Valdés “el
impacto de las nuevas tecnologías en el área de la información y la
comunicación nos lleva a reflexionar sobre los
métodos y procesos educativos…el
potencial que ofrece internet para la
educación es enorme si tomamos en cuenta
que para el sistema educativo lo más importante es la
información
y el conocimiento6”.
Pero ¿cuál es la relación entre esta teoría pedagógica y la sociedad
informacional?; tal como
lo
señala Carlos Frade –citando a Castells- la
sociedad informacional es “una forma específica
de organización social en la que la generación, el procesamiento y transmisión de la información se convierten en fuentes
fundamentales de productividad y poder”7;
de ser así, los centros
educativos, y en ellos las aulas, y por
ende sus docentes y estudiantes
deberán asumir que la información es lo crucial
y el punto neurálgico para articular los sectores educativos y productivos;
es decir, el sistema educativo debe preparar ciudadanos para estas nuevas formas de producción y de poder. Sobre esto, anota Cornella en su ensayo que “una población educada es parte de la política industrial” de una
nación, señalando que las políticas educativas
deben perfilarse hacia el enfoque competitivo
de la economía nacional; asimismo, citando al Premio Nóbel Gary Becker (1997) argumenta que la educación de la población es el mejor salvavidas de una economía;
en este contexto, toda inversión
en educación es un “seguro” frente a la fragilidad de las burbujas especulativas y bursátiles.
Ahora bien, el reto siguiente
será conceptualizar los límites y alcances
de lo informacional como tal; al definir la categoría informacional nos remite
6 Cfr. Montes
Mendoza, Rosa;
¿Una Pedagogía Distinta?, cambios paradigmáticos en
el proceso educativo; Cuadernos de
Iberoamérica; Ed. OEI; Madrid, 2001.
7 Cfr.
Frade, Carlos; Estructura,
dimensiones, facetas y dinámicas fundamentales de la
sociedad
global de la información;
Curso
de Doctorado UOC
2001-2003
automáticamente
a la concepción de información, término
que posee dos vetas hermenéuticas: por un lado, el valor estadístico que designa el grado de probabilidad de que un fenómeno se produzca dentro de un sistema; por otro
lado, el valor de significación, que permite decodificar e inquirir sobre
determinado fenómeno. Desde esta perspectiva,
la información para ser “tratada” requiere
conocimiento o capacidad epistemológica, lo que permite su descubrimiento e interpretación. La información y su entorno informacional, es decir
las diversas fuentes: internet,
bases de datos, medios
de comunicación, la realidad misma, los aportes de las ciencias, los libros, revistas,
en la actualidad desbordan la capacidad de asimilación humana, y pueden llegar a producir una verdadera “Infoxicación” (Cornella);
esta complejidad de
fenómenos estadísticos y significativos posibilitan un espectro, ante el cual, los aprendices o estudiantes orientados por el docente, pueden entablar un verdadero
diálogo y construir aprendizajes significativos, a través de metodologías innovadoras, tales como: seguimientos
temáticos informacionales (portafolios),
búsquedas especializadas, redes de trabajo
temáticas, micro-bases de datos según asignaturas, lecturas
digitales alternativas,
foros y discusiones virtuales a través de lecturas digitales, conceptualizaciones icónicas
con imágenes digitales, uso de prensa digital, entre otras.
El clásico y lancasteriano “yo enseño, tu aprendes” y todo su
entorno, comienza a ceder espacios a un nuevo paradigma, en el cual, tal
como lo describen Coderech y Guitert: “las nuevas tecnologías, específicamente a los sistema
telemáticos, son medios interesantes para introducir pedagogías
alternativas y potenciar cambios en
las estructuras educativas8”.
Desde Freire
hasta nuestros días el avance y la innovación en materia
pedagógica ha sido relativamente lento, tomando en cuenta la dinamicidad científica en
otras áreas; cuando actualmente se propone la
concepción de “Pedagogía Informacional”, lo más cercano
al concepto –como antecedente- que encontramos es
el trabajo de María Adélia Aparacida de Souza (profesora
de la Universidad de Campinas, Brasil) quien presentó el informe: “Pedagogía
cidadã e tecnología da informação: um projeto piloto
para a periferia Sul
8 Cfr. Coderech-Guitert;
¿Cómo
podemos aprender y
enseñar con internet?; lectura
Curso Doctorado
UOC 2001-2003.
da ciudade
de São Paulo9”;
no es casualidad, que esta propuesta surja en Brasil, y que a su base tenga una plataforma de movimientos
sociales y populares –siguiendo a
Freire- ; el objetivo fundamental del proyecto es “aprovechar las posibilidades tecnológicas disponibles para
difundir la información, generar
demandas, y con ellas, estimular
un diálogo más objetivo
y consecuente dentro de la comunidad,
y de ésta con las instituciones públicas y privadas que ofrecen y gerencian
servicios de interés colectivo. Además,
se busca instituir un proceso pedagógico, de modo que valorice la memoria de las
luchas urbanas de los movimientos sociales10”. Para de Souza, lo importante
de
su plataforma es acceder a una información válida
y confiable, sin filtros previos, pero además, la información es la estrategia clave y fundamental de la nueva
dinámica social.
Sin lugar a dudas, cuando
se propone
una “pedagogía informacional” desde
América Latina, no podríamos obviar
los aportes y fundamentos metodológicos de Freire, ya que estamos ante un nuevo
fenómeno de alfabetización
–funcional-; según Freire, la
alfabetización tradicional, por la
que él abogó suponía “un aprender a escribir su vida, como autor y como testigo
de
su historia”, dicho de otro modo por él mismo: “alfabetizar es concienciar”11. En
la
actualidad sucede lo mismo, tenemos
la imperiosa necesidad de tomar conciencia
de las coordenadas de la sociedad del conocimiento, y además la tarea de crear, administrar, seleccionar, procesar y difundir información12, como una herramienta
fundamental para el desarrollo educativo.
“Una vez más los hombres, desafiados
por la dramaticidad de la hora
actual, se proponen así mismos como problema. Descubren qué poco saben
de sí, de su puesto en el cosmos, y se preocupan por saber más. Por lo demás, en el reconocimiento de su propio
saber de sí radica una de las razones de esa búsqueda. Instalándose en el trágico descubrimiento de su poco saber de sí, hacen
de sí mismos un problema. Indagan.
Responden y sus respuestas los
9 Cfr. Disponible [on line]
www.clacso.edu.ar/~libros/urbano/souza.pdf (en: Repensando
la experiencia urbana de América
Latina: cuestiones,
conceptos y valores pags.221-233)
10 Idem
11 Cfr. Freire,
Paulo; Pedagogía del Oprimido; Ed. Siglo XXI; México 38ª edición;
pag. 5
12 Nota: Ver en Information Literacy in an information Society (ERIC Digest – ED372756): “Information
Literacy
is the ability to access, evaluate, and use information from a variety of sources. As students prepare for the 21st century, traditional instruction in reading, writing, and mathematics needs to be
coupled with practice
in communication, critical
thinking, and problem solving skills. Disponible [on
line] http://www.ed.gov/databases/ERIC_Digests/ed372756.html
conducen a nuevas preguntas.
El problema de su humanización, a pesar de haber sido siempre, desde un punto de vista axiológico,
su problema
central, asume hoy el carácter de preocupación
ineludible” (Freire, 1969); estas palabras de Freire, con las que
inicia su “Pedagogía del
Oprimido” tienen en la actualidad una peculiar vigencia, no sólo por el poder la información
de cara al destino del cosmos, sino por
el desbordamiento de la
información que ha agudizado la crisis de identidad, y por ende el surgimiento de las nuevas “prescripciones” y “adherencias” que configuran los
escenarios globales…
III.- Incidencias del enfoque pedagógico en lo
educativo.
La predestinación
educativa, cada vez más, se encamina a una comprensión pautada
por las NTIC, el conocimiento, la
información y las capacidades
autónomas y permanentes de
aprendizaje; por ejemplo,
al observar las recomendaciones estratégicas
del Informe de la Comisión al Consejo y al Parlamento Europeo: “Concebir la Educación del Futuro y Promover la Innovación con las Nuevas Tecnologías
(Bruselas, 2000), descubrimos los siguientes tópicos: 1) valorizar el capital de conocimientos; 2) estimular la observación y uso de las tecnologías; 3) formular una visión compartida; 4) desarrollar análisis prospectivos; 5) gestionar y promover la innovación; 6) emprender experiencia innovadoras; 7) favorecer el desarrollo
de la calidad; y 8) reforzar
la cohesión social; dicho de otro modo y en forma
sintética: ingresar al umbral de las ideas, a través de las TIC…y esto se puede
lograr desde una “pedagogía
informacional”, análoga y consecuente con las sustantivas ideas que
orientan el devenir educativo hacia las sociedades del
conocimiento, del aprendizaje y sobre
todo, a la sociedad informacional.
A continuación, presentamos las
incidencias de la Pedagogía Informacional en la hiperestructura
educativa, es decir en los grandes bloques sistémicos que comprenden lo
educacional: Curriculum; Escuela; Docente; Estudiante; Evaluación; Didáctica; y el Entorno.
Curriculum: Las tendencias curriculares contemporáneas giran en torno a diferentes corrientes y/o teorías, entre ellas: Conversación de Pask, Constructivismo
de
Vygostki, Conocimiento
Situado
de
Young,
Acción
Comunicativa de Habermas, Orientación Cognoscitiva de Kholberg,
y por qué no agregar, la visión “informacional” planteada a partir de la obra de Castells. Asimismo, los enfoques educativos, desde el punto de vista estructural, cada vez más se inclinan hacia los siguientes supuestos:
a) los nuevos enfoques sobre los aprendizajes (aprender a aprender, aprender toda la vida y aprender
a conocer,
ser, hacer y convivir13); b) el advenimiento y uso de las NTIC; c)
trabajo en redes y clusters;
d) complejidad e incertidumbre14; e) los nuevos analfabetismos funcionales (literacy
skills); y
f) la información
y lo informacional..
Tomando en cuenta que el curriculum
debe responder a tres preguntas fundamentales: ¿qué se aprende?,
¿cómo se aprende?,
y ¿cuál es el entorno de aprendizaje?, y a la vez debe considerar factores
condicionantes (social, histórico, económico, político, filosófico y científico) y condiciones sustanciales (antropológica,
epistemológica, psicológica, biológica), se puede llegar a definir un conjunto
de fundamentos curriculares que sustentan un modelo innovador llamado “Modelo
Curricular para la Sociedad del Conocimiento”, el cual
tiene como centro a la colectividad
–o redes- de estudiantes, quienes
están circunstancialmente condicionados por el uso de NTIC, la información y el
conocimiento, factores que articulan con la realidad global en todas sus
expresiones.
En este contexto, la definición curricular
puede tomar en cuenta cuatro importantes factores, asociados
entre sí e interrelacionados dinámicamente:
• El
aprendizaje centrado en las redes de estudiantes;
• La
información como fuente del aprendizaje;
• El conocimiento como punto de llegada y punto de partida;
• Las NTIC como medio o instrumento articulador, entre todo lo anterior.
13 Cfr. UNESCO-Delors; La
educación encierra
un tesoro.
14 Cfr. UNESCO-Morín; Los 7 saberes para la
educación del futuro.
Escuela: ¿Cómo concebir el centro escolar ante la pedagogía informacional?; ante todo, como una “comunidad
de aprendizaje” –o en aprendizaje-, es decir organizada
en equipos de trabajo, que permitan
administrar y mediar la sobrecarga de información
existente, no sólo a nivel de ciencia, sino toda la información que
puede generar un valor agregado en el proceso de enseñanza aprendizaje.
En este contexto,
la escuela debe transformarse en un “centro de acopio informacional”, y debe destinar un espacio central -¿la biblioteca?-
como depósito y fuente de información,
que se articule con el docente, con los
estudiantes y con el aula. En este
contexto, y desde esta perspectiva,
el liderazgo de la dirección para
orientar el curso informacional y para
exigir o evaluar la producción de información local es de vital importancia; porque, en efecto, no se trata solamente de recibir y
administrar información, sino también de crear o producir
nueva información como principal producto
del quehacer educativo local;
dicho de otro modo, “interactuar”
informacionalmente con el entorno, con las fuentes
documentales, con las ciencias, y con los medios de información, en una relación dialógica, que implique recibir y producir
información, lo que exigirá crear en la escuela una “info-estructura”, o una
plataforma informacional. Si no hay producción
de información, la escuela se
transforma en un ente mimético que reduplica o
repite un saber ante el cual se desconoce su origen, y esto es sinónimo
de pobreza, subdesarrollo y exclusión.
Docente y el estudiante: El docente, ante la pedagogía informacional se debe transformar en un “pedagogo investigador”, quien debe propiciar aprendizajes significativos en una verdadera mediación entre: 1) la experiencia de los estudiantes;
2) la información existente; y 3) la Red de Estudiantes producción colectiva de nueva información. En efecto, “los nuevos entornos de enseñanza-aprendizaje exigen nuevos roles en los docentes y estudiantes. La perspectiva tradicional en educación superior, por ejemplo, del docente como
única fuente de información y sabiduría
y de los estudiantes como receptores
pasivos debe dar paso a
papeles bastante
diferentes. La información
y el conocimiento que se puede conseguir en las redes informáticas en la actualidad es ingente…15”.
Estos nuevos paradigmas exigen al docente
actual acceder a nuevas
herramientas (Literacy
skills) informáticas e idiomáticas,
y sobre todo, a crear nuevas estrategias
para acceder a la información
pertinente y oportuna, y para comunicarse –en redes- con otros docentes,
y así trabajar en nuevos equipos digitales.
Por su parte, los estudiantes deberán dejar la pasividad
tradicional y transformarse en
un agente activo en la búsqueda de
información; además deberán trabajar colectivamente
en equipo intentando en todo momento:
acceder a la información pertinente, administrar
e interpretar la información, y sobre todo “crear” información.
Finalmente, sobre el tema de docentes y estudiantes desde la perspectiva
informacional, habría que plantear la idea de aprendizaje en entornos virtuales, es decir, educación telemática,
en donde los actores protagónicos están distantes y utilizan la red
de internet como herramienta de comunicación; desde esta perspectiva,
la tradicional Lectio se disipa,
ingresando a la arquitectura educativa cuotas más amplias
de responsabilidad, autonomía y sobre todo de
información pertinente.
Evaluación: Generalmente, los procesos de Evaluación educativa tradicionales se pueden definir, en términos generales, bajo las siguientes
coordenadas: 1) sólo se evalúa al alumno; 2) la evaluación de centra en los
resultados; 3) sólo se evalúan los efectos observables; 4) no se contextualiza la
evaluación; 5) se evalúa para controlar; 6) se utiliza
la evaluación como
instrumento de poder; 7) se evalúa para preservar;
y 8) no se propicia la evaluación honesta.
En este contexto
y desde esta perspectiva, los procesos evaluativos se debaten entre una búsqueda
obsesiva de confiabilidad y validez con metodologías que ostentan
cierto
cientificismo centradas en el instrumento
15 Cfr. Adell, Jordi; Tendencias en
educación en la sociedad
de las tecnologías de la
información; EDUTEC, Revista electrónica de tecnología educativa;
Nº 7; Noviembre
1997; disponible [on
line] www.ubi.es/depart/gte/revelec7.html
(medición), pero dejando
de lado factores fundamentales en
torno al objeto de evaluación. Generalmente, las definiciones de evaluación apuntan y apuestan a tres vertientes: obtención
de información (medición) + juicios de valor (contra
un baremo) + toma de decisiones (asignar un código
hermenéutico de nota) (Terri D. Tenbrink, María Antonia Casanova), aunque
en la práctica lo que predomina es el cúmulo de información –muchas veces mal
obtenida y mal medida- para elaborar juicios de valor subjetivizados y luego no
tomar decisiones coherentes.
En nuestro espectro cultural evaluativo se manejan dos constantes que
muchas veces se
confunden: evaluación y medición;
inclusive, dada la influencia
estadounidense se comete un error
gravísimo cuando se traduce el concepto Assesment cuyo significado es “Valuación”;
y aquí es importante detenerse un
poco, Measurament es medición, Assesment es valuación y Evaluation es evaluación; nuestro enfoque
pedagógico exige centrarse
en la “valuación” en los juicios de valor, lo cual es más
amplio y considera otras variables
menos visibles pero existentes
circunscritas a la realidad a ser
evaluada; generalmente medimos y sobre los datos estadísticos sacamos conclusiones, pero no tomamos
en cuenta el entorno inmediato
que determina a los alumnos o escuelas que se evalúan. Desde esta perspectiva, tenemos que romper con los cánones tradicionales centrados en la
“nota”, la evaluación como proceso formativo y sumativo supera el establecimiento de un signo matemático; más bien, la evaluación es un proceso
análogo al propio aprendizaje, y como tal debe considerar otras variables, tales como la madurez, la responsabilidad, la integridad,
etc.. Ciertamente, es necesario
valuar la calidad de información que se maneja y la calidad de información que se
produce.
Didáctica y el entorno: La didáctica
de la pedagogía informacional asume todos los recursos asociados a la
información; entre ellos se destacan:
internet, medios de comunicación, libros, CD-ROM, y otros datos estadísticos y significativos que están en el entorno aportando algún indicio informacional; no
obstante, no es novedoso que esto sea
información, lo que sí cambia, es el lugar de estos referentes, ya que la pedagogía informacional exige que estos
recursos ingresen al aula, y se tornen una plataforma para el proceso de
enseñanza aprendizaje.
La información, desde el punto de vista didáctico,
son los datos tangibles e intangibles que posibilitan nuevos
conocimientos, o bien, la base sobre la
cual se piensan, discuten, analizan y proponen ideas y proyectos. Dicho de
otro modo, ya no basta que exista un libro de
texto y un retroproyector de acetatos para desarrollar una clase, ahora se necesitan: a) los diversos partes noticiosos para discutir la problemática social,
cultural, económica
y política; b) los
motores de búsqueda para acceder a información pertinente y a antecedentes sobre el tópico estudiado; c) el correo
electrónico para comunicarse con más
eficiencia; d) la creación de redes
de trabajo para optimizar los grandes
volúmenes de información; e) los
espacios virtuales o digitales para registrar o discutir la información; y f) la
creación de una nueva cultura académica sustentada en el aprendizaje permanente; entre otras formas o expresiones
didácticas.
A Modo de Conclusión
Sin lugar a dudas, desde los tres puntos
de vista planteados, la conclusión apunta a señalar el significativo valor de una pedagogía
informacional asociada al uso de las Nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (NTIC);
pero más que un medio didáctico, las NTIC representan un nuevo
escenario para comprender el
fenómeno educativo, que implica una nueva cultura organizacional y
pedagógica.
Las NTIC superan la visión reductiva de
comprenderlas como un instrumento excepcional
en la educación; poco a poco avanzan
invadiendo la privacidad de los espacios educativos tradicionales, comenzándose a utilizar en las
prácticas cotidiana del docente; así, el uso de correo electrónico, de los motores de búsqueda y de chat con
fines educativos, ya se incorporan en
la planificación didáctica tradicional,
y en algunos sistemas se comienza a pensar
en la educación
digital –o virtual-
como un
medio de actualización
y capacitación permanente, e inclusive como un medio de desarrollo académico profesional accediendo
a grados y postgrados, revolucionando así la
concepción pedagógica tradicional.
No obstante, ante la vertiginosa velocidad de los cambios educativos, y ante
el avance de las NTIC, cada vez más se debe desarrollar
el pensamiento educativo, es decir,
definir las aristas de la pedagogía y
de la didáctica en toda su comprensión; dicho de otro modo, re-pensar la pedagogía y la didáctica
para la educación telemática, e intentar crear una pedagogía alternativa…una
pedagogía informacional.
La cautela, ante las brechas y limitaciones, debe ser un paso previo
fundamental; si bien el desarrollo
de una sociedad informacional se percibe en el horizonte cercano, no se debe olvidar que detrás de la vorágine tecnológica y de desarrollo están las personas,
y en este mundo de relaciones humanas, debe privar un marco axiológico
sustentable; de hecho, es así como el carácter
o talante de lo “pedagógico” humaniza lo “informacional”,
y no se trata de una dicotomía, sino de una unidad sustantiva entre la
persona y sus principales características taxonómicas;
en efecto, cuando hablamos de
racionalidad supone la intelección de la información, o bien, la interpretación,
codificación, creación, reflexión y discusión sobre tópicos informacionales; la persona en esencia, tiene conciencia
histórica debido a su capacidad de crear, conservar y manipular información; somos cada vez más seres informacionales…hoy por hoy, parafraseando a Descartes, podemos
asentir: Me informo y luego existo;
una persona asilada de lo informacional puede sobrevivir en las
rutinas y oscilaciones de lo cotidiano, pero no puede dialogar con el devenir de la nueva
sociedad que se está fraguando y
emancipando sustentada en el
conocimiento, el aprendizaje permanente
y el
desarrollo tecnológico.
Bibliografía
AaVv (coordinados por
Isabel de Torres Ramírez); Las Fuentes de Información, Estudios teórico-prácticos; Ed. Síntesis; Madrid, 1999
Adell, Jordi; Tendencias
en educación en la sociedad de las tecnologías
de la información; EDUTEC, Revista electrónica de tecnología educativa; Nº 7; Noviembre 1997; disponible [on line] www.ubi.es/depart/gte/revelec7.html
Coderech-Guitert;
¿Cómo podemos aprender y enseñar con internet?; lectura
Curso Doctorado UOC
2001-2003.
Cornella, Alfons; En la
sociedad del conocimiento la riqueza
está en las ideas; (1999) Curso de Doctorado UOC 2001-2003
ERIC Digest – ED372756: “Information
Literacy
is
the
ability
to
access,
evaluate, and use information from a variety of sources. As students prepare
for the 21st century, traditional instruction in reading, writing, and mathematics needs to be coupled with practice
in
communication,
critical
thinking,
and
problem solving skills. Disponible [on line] http://www.ed.gov/databases/ERIC_Digests/ed372756.html
Frade, Carlos; Estructura, dimensiones, facetas y dinámicas fundamentales de la sociedad global de la información; Curso de Doctorado UOC 2001-2003
Freire,
Paulo; Pedagogía del Oprimido; Ed. Siglo
XXI; México 38ª edición
Grande, Bernardo; Informe Agora; Ciudad de Viladecans, proyecto APREMAT;
San Salvador, 2000.
Montes Mendoza, Rosa; ¿Una
Pedagogía Distinta?, cambios
paradigmáticos en el proceso educativo; Cuadernos de Iberoamérica; Ed. OEI; Madrid, 2001.
Picardo
Joao, Oscar; Espacios y Tiempos
de la Educación; Ed. Servicios
Educativos; San
Salvador, 2001.
UNESCO-Delors;
La educación encierra un tesoro.
UNESCO-Morín;
Los 7 saberes para la educación del
futuro.
www.clacso.edu.ar/~libros/urbano/souza.pdf (en: Repensando la experiencia urbana de
América Latina: cuestiones, conceptos y valores)
http://informationr.net/ir/4-2/isic/pickard.html The impact of access to electronic and digital
information resources on learning
opportunities for young people: a grounded theory approach; Alison Jane Pickard; Department of Information and Library
Management; University of Northumbria at Newcastle,
UK
No hay comentarios:
Publicar un comentario
ÁNIMO: TODAS Y TODOS TIENEN LA PALABRA...COMENTEN...