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lunes, 31 de octubre de 2011

La formación ciudadana en la obra de Freire




La formación ciudadana en la obra de Freire1


Orlanda Jaramillo2

Facultad de Educación, Universidad de Antioquia



La ciudadanía no llega por casualidad: es una construcción que jamás termina, exige luchar por ella. Exige compromiso, claridad potica, coherencia, decisión. Es por esto mismo por lo que una educación democrática no se puede realizar al margen de una educación de y para la ciudadanía”.

“El acto de leer y aprender como condiciones para una auténtica ciudadanía y transformación del mundo”.




Resumen

El texto reconoce la estrecha relación que Freire establece entre educación y ciudadanía, para lo cual parte del planteamiento de que los problemas de la educación no se reducen al campo metodológico o pedagógico, sino que tienen un alto componente político. Este planteamiento permite afirmar que uno de los principales aportes de Freire a la educación es el cuestionamiento a la unidireccionalidad educador - educando, y no a la escuela como institución educativa; contribución que se refuerza con los trabajos de educación popular y la concepción de ésta como un proceso político y social, cuyo interés y espacio fundamentalmente está dedicado al análisis de las condiciones de vida de los sectores más pobres y vulnerables de la sociedad;  análisis que busca  generar y apropiar procesos de concientización para la trasformación social, a lo que Freire denominó una educación para la decisión y para la liberación, siendo estos dos elementos claves para la ciudadanía. La consideración del papel político de la educación, permite subrayar la convicción que tuvo Freire en la alfabetización y en la educación popular como componentes necesarios en la formación y para un verdadero ejercicio de la ciudadanía.


El texto hace una recorrido por el pensamiento político - educativo de Paulo Freire, para lo  cual  se  inicia  con  una  breve  exposición  de  su  trayectoria  educativa,  pretendiendo mostrar la coherencia entre su proyecto de vida  y sus prácticas educativas; continúa con la  exposición  de  los  principales  aportes  al  campo  de  la  educación  y  finalmente  se establecen las contribuciones al tema de formación ciudadana.

Palabras clave: Freire Paulo, formación ciudadana, pedagogía social, educación y política.



1El texto hace parte de las reflexiones del desarrollo de la tesis doctoral: La biblioteca pública lugar para la formación ciudadana”, del Doctorado en Educación de la Facultad de Educación de la Universidad de Antioquia.
2Profesora Titular. Universidad de  Antioquia, Escuela Interamericana de  Bibliotecología. Estudiante
Doctorado en Educación, Línea Formación Ciudadana, Facultad de Educación, Universidad de Antioquia.

Summary

Citizenship education in the works of Freire. Orlanda Jaramillo. The document recognizes the closed relationship that Freire establishes between education and citizenship.  Based on this, he begins stating that the existing problems in education shall not be limited to methodological or pedagogical matters, but that it has a highly political component.   This statement affirms that the main contribution of Freire to education is the query to a oneway teacher-student relationship, and not to the school itself as an educational institution.  Such a contribution is reinforced by the work done through popular education, considering this as a social and political process which fundamental interest is to analyse the living conditions of those in the poorest and most vulnerable areas of society.  Such analysis looks to generate an awareness process for social transformation, which in the words of Freire can be stated as an education for decision making and liberation, keypoints needed to achieve citizenship. The political role played by education as considered by Freire, allowed him to strongly believe that teaching adults  that  do  not  know  how  to  read  and  write,  and  popular  education  are  necessary components of  education and the exercise of citizenship.

This  text  makes  a  journey  through  the  political    educational  thought  of  Paulo  Freire, beginning  with  a  short  insight  of  his  educational  path.  It  pretends  to  show  the  existing coherence between his life and in his educational practices. It then presents its main contributions to the field of education, and finally it establishes the contributions to the topic of citizenship education.

Key words: Freire Paulo, citizenship education, social pedagogy, education and politics.




Introducción

Paulo  Freire,  reconocido  como  la  voz  de  los  oprimidos,  el  maestro  de  la  tolerancia,  el constructor de sueños y utopías y el incansable pregonero del diálogo y la autonomía como elementos esenciales para trasformar y para transformarnos, es uno de los autores que más perseveró en plantear la educación como un proceso eminentemente potico, y como tal entraña al acto educativo como una squeda permanente por la libertad  de pensar, de ser, y de hacer; en otras palabras, una formación para concientizar, para emancipar, para humanizar, para liberarnos de todo aquello que no nos deja ser verdaderamente personas.

En la obra de Paulo Freire es constante y clave la tríada educación - potica -ciudadanía, pues no es posible entenderlos de manera independiente. Para  Freire el acto educativo es la principal estrategia para formar ciudadanos y como un modo de intervención en el mundo; desde éste se devela el carácter político y el deber de la educación en la formación ciudadana. De ahí, la pertinencia y relevancia de su afirmación sobre el sentido político de la educación, que se fundamenta en la propia educabilidad del ser humano, en su naturaleza inacabada, incompleto pero consciente de su finitud; situación que lo caracteriza como un ser programado para aprender”, en permanente squeda, indagador de su entorno, de su contexto y de sí mismo. Es justo esa condición de finitud la que da la posibilidad de optar, de decidir, de romper, de escoger, de transformar; es decir, soñar con otra realidad.

El  texto  parte  de  reconocer  la  estrecha  relación  que  Freire  establece  entre  educación  y ciudadanía, por lo tanto plantea que los problemas de la educación no se reducen al campo metodológico o pedagógico, sino que tienen un alto componente político. Este planteamiento permite  afirmar  que  uno  de  los  principales  aportes  de  Freire  a  la  educación  es  el cuestionamiento a la unidireccionalidad educador - educando y no a la escuela como institución

educativa; contribución que se refuerza con los trabajos de educación popular y la concepción de  ésta  como  un  proceso potico  y social,  cuyo  interés  y espacio  fundamentalmente  está dedicado al  análisis de las condiciones de vida de los sectores más pobres y vulnerables de la sociedad;   análisis que busca   generar y apropiar procesos de concientización para la trasformación social;   es lo que Freire denomi una educación para la decisión y para la liberación, siendo estos dos elementos los principales componentes de la ciudadanía. La consideración del papel político de la educación, permite subrayar la convicción que tuvo Freire en la alfabetización y en la educación popular como componentes necesario en la formación y para un verdadero ejercicio de la ciudadanía.

1.  Trayectos y proyectos de la vida de Freire


Son los trayectos los que marcan  y definen las apuestas y los  ideales  con los que se vincula o con los que contribuye el ser humano en el trascurso de la existencia; e igualmente estos trayectos están determinados por los textos y contextos desde los cuales se mira el mundo.


Concretamente, el pensamiento y aportes pedagógicos de Paulo Freire fueron influenciados, especialmente, por dos situaciones: Su acercamiento a importantes filósofos y autores del área social como Hegel, Marx, Engels,  Karl Jaspers, Martin Buber, Gramsci, autores que, sin duda, orientaron y contribuyeron en la perspectiva socio política de su pensamiento y hacer educativo; así mismo, las restricciones económicas que hicieron parte del contexto familiar durante la niñez y juventud, contribuyeron a sus preocupaciones por los sectores populares, los oprimidos y por la injusticia social, determinantes en la construcción de su perspectiva educativa y su simpatía por los sectores populares y la clase trabajadora.


Una mirada rápida a la vida y obra de uno de los más grandes pedagogos latinoamericanos del siglo XX, deja ver como uno de sus principales aportes el   método de alfabetización, cuya contribución radica, precisamente, en la definición de los contenidos de aprendizaje en forma conjunta por educandos y educadores, desde los contextos y contenidos a partir de palabras generadoras. Una de las principales experiencias de alfabetización y de educación popular la constituye la puesta en escena del Método de Alfabetización (siendo director del Departamento de Extensión Cultural de la Universidad de Recife-1961), la cual fue realizada con 300 trabajadores rurales quienes lograron su proceso de lectoescritura en tan sólo 45 días; esta experiencia también permitió la reorganización del Programa Nacional de Alfabetización de Adultos, con la instalación de 20mil círculos de cultura para dos millones de analfabetas, de la cual Freire fue el artífice.


Las condiciones sociales y políticas tanto de Brasil como de América Latina, en los os 60, conllevan a que Freire tenga que abandonar su país, camino al exilio, con un equipaje cargado de experiencias en educación popular y alfabetización. Equipaje de grandes proyecciones y alcance social, que se convirtió en su carta de presentación y la cual rápidamente encontró acogida, respaldo y apoyo por los diferentes sectores de la sociedad: el gobierno, los educadores e intelectuales. Concretamente en Chile, país que le dio el exilio,  encontró un espacio político, social y educativo dimico, rico y provocador, que le permitió re-estudiar y sistematizar su método, consolidar su obra y concretar su pensamiento político pedagógico, hasta 1969 cuando por razones políticas, Freire abandona a este país.

En 1969, Freire es invitado por el Consejo Mundial Ecuménico de las Iglesias (Ginebra) para participar en la experiencia educativa como "consejero andante", cargo que le dio la posibilidad de viajar por tierras de África, Asia, Oceanía y América con excepción de Brasil, siendo la

coyuntura ideal para que sus aportes político-educativos trascendieran a varios continentes. En esta  misma  perspectiva,  junto  con  otros  brasileros  exilados,  fundó  el  Instituto  de  Acción Cultural (IDAC), para desarrollar acciones educativas en los países del Tercer Mundo que luchaban por su independencia.

El periodo de amnistía política que vive Brasil en 1979, fue la oportunidad para Freire regresar a su país. Durante la primera etapa de retorno, su principal preocupación fue la reacomodación, comprensión y aprendizaje de  los nuevos contextos de su país; para ello realizó viajes por todo Brasil dando conferencias, escribiendo y promoviendo diálogos con estudiantes y profesores. Este retorno signifi un momento de gran apoyo a la alfabetización y educación de jóvenes y adultos en Brasil, especialmente por sus aportes como profesor de varias universidades y del Centro   de   Estudios   en   Educación,   en   Sao   Paulo,   institución   donde   realizó   trabajos investigativos, asesorías y, en forma muy especial, actividades de formación de profesores dedicados a la educación popular. Esta experiencia le permitió la creación de movimientos de profesores y de educación popular, orientados a trabajar por la reivindicación de los trabajadores y la conciencia social. Del trabajo con los movimientos populares, Freire cr el Movimiento de Alfabetización de la Ciudad de São Paulo (MOVA-SP), orientado a la educación de jóvenes y adultos y como una estrategia para fortalecer los movimientos sociales y populares dentro del propósito de establecer nuevas alianzas entre sociedad civil y el Estado.


A partir de 1987 Freire hace parte de la UNESCO como miembro Internacional y es reconocido como uno de los principales exponentes de educación popular, transformadora y progresista. En
1991 Freire deja el cargo de Secretario, pero continúa como colaborador y se dedica a escribir
artículos y libros, a colaborar con el desarrollo de programas de otros educadores y retorna a la docencia universitaria.  El 2 de mayo de 1997 un infarto silenció el palpitar del corazón de uno de los grandes hombres de la educación popular del siglo XX, de ese silencio se levantan las voces de quienes siguen su legado, expresado en una inmensa contribución a la educación, plasmada en sus reflexiones teóricas y su experiencia educativa. Freire fue y será siempre el maestro de la educación popular.

Los reconocimientos a los aportes de Friere se evidencian en la traducción de sus obras a más de doce  idiomas,  los  casi  30  títulos  de  Doctor  Honoris  Causa  que  le  fueron  concedidos  por diferentes universidades del mundo y los premios recibidos, incluyendo el premio de la paz otorgado por la UNESCO en 1987. Hablar de Freire es hablar de un método de educación para la emancipación, la humanización, la tolerancia, para la trasformación social; elementos necesarios para la ciudadanía y sin los cuales no se puede lograr una sociedad democrática, sociedad donde el acto educativo debe ser, ante todo, un acto político que se fundamente en la concientización y la liberación como factores claves para una verdadera la humanización.


2.  Contribuciones tricas


Freire es uno de los pedagogos más significativos del siglo XX. Considerado como el pedagogo de los oprimidos, su trabajo se centra, ante todo,  en una  pedagogía de la esperanza. Sus aportes nacen de su práctica, de la experiencia, y especialmente, del trabajo educativo con campesinos y trabajadores; aportes que han dejado significativas huellas en el desarrollo de la educación, fundamentalmente en el campo de la educación popular orientada a la alfabetización y la concientización  potica  de  jóvenes  y  adultos  de  los  sectores  populares,  y  también  en  los procesos democráticos de América Latina y algunos países del mundo.

Indudablemente, uno de los principales aportes es el método de lectoescritura,  conocido como el Método de Freire o de la Palabra generadora. Con este método Friere buscaba no sólo ensar a leer y a escribir, sino también, el cambio de los sujetos del acto educativo,  tanto en su auto-

comprensión, como en la comprensión del mundo que los rodea. El Método se fundamenta en la articulación de la teoría con la práctica: desde la reflexión y el diálogo con la realidad; en la búsqueda de la participación del educando y el educador de la transformación del mundo. Las principales características del método son: la concientización y la politización, partir de la práctica social para volver a la reflexión, y sobre la misma práctica transformarla; la consideración de la educación como acto político y como acto de conocimiento y de inclusión.

En ntesis, el Método de Freire parte de la praxis y busca la concientización para la emancipación, para humanizar; es decir, el método busca que el acto educativo sea un ejercicio de libertad: liberar al hombre de todo aquello que no lo deja ser verdaderamente persona. Bajo la consideración del hombre como ser en acción y en la acción, entonces éste puede transformar la realidad, en interacción y diálogo con el otro y con los otros. Otros aportes de la obra y el pensamiento de Freire a la educación, tienen que ver con la fundamentación de la neutralidad de la educación, el principio del diálogo y de la pregunta; principios donde el eje transversal es la coherencia en lo que se piensa, dice y hace.

Tanto la definición de la educación como un acto eminentemente político; el diálogo como una apuesta para generar espacios de reconocimiento, de respeto y de participación; y la pregunta como una estrategia creativa que posibilita develar y estimular nuestra capacidad de transformarnos y trasformar el entorno, permiten señalar aquellos elementos claves para una formación ciudadana que plantee en la persona la necesidad de tomar opciones, es decir, de decidir, de escoger; pero también, la necesidad de ser coherente con la opción tomada y las acciones a desarrollar. En otras palabras, los aportes pedagógicos de Freire se orientan a concientizar en el reclamo y uso de los derechos y el derecho a tener deberes de ciudadano; para ello Freire sostiene que el acceso y puesta en práctica de la lectoescritura, es un elemento fundamental para hacer efectiva la ciudadanía. A modo de ilustración, se exponen, de manera muy sucinta, estos aportes.



La educación como acto político = educación liberadora


Para Freire no existe una educación neutra. En toda su obra, la educación tiene un papel imprescindible en el proceso de concientización de las personas; papel que, indudablemente, es generado por la capacidad provocadora y transformadora de la educación; de a el gran aporte de su pensamiento al plantear el proceso de educativo como un proceso de liberación: educación liberadora. Pero, para que la educación sea liberadora, debe partir de un diálogo crítico y de convivencia donde educador y educando se muevan en el mismo escenario. Este proceso más que   pedagógico es político, pues hace del educador un sujeto político, un creador, un protagonista, pero jamás un sujeto neutro. Desde esta concepción, la educación se asume como un proceso de humanización, un acto político, de conocimiento y de creación.

La educación liberadora es un proceso de toma de conciencia de la condición social de la persona, que la adquiere mediante el análisis crítico y reflexivo del mundo que le rodea. Es una forma de entender la educación que se ubica en una horizontalidad de las relaciones humanas, y que, necesariamente implica el diálogo y la continua reflexión sobre la realidad. Si la práctica educativa se da entre sujetos que se relacionan por medio de métodos, de técnicas y materiales, entonces la práctica educativa es una práctica política.



Diálogo


Su principio del diálogo mostró un nuevo camino para la relación entre educador y educando. La educación debe ser un acto dialogical o conversacional más que curricular y de contenidos

preseleccionados, debe dar relevancia e importancia a la praxis en la actividad educativa y la concientización del oprimido a través de la educación. De ahí la necesidad de que el acto educativo se inicie y se realice desde la generación de palabras articuladoras del pensamiento crítico y de los contextos de los que hacen parte educandos y educadores.

El diálogo puede posibilitar la inserción crítica y transformadora de los educandos y educadores a su propia cultura, desde la discusión de los problemas y situaciones cotidianos de las personas y sus comunidades. El diálogo debe ser el punto de encuentro entre dos o más sujetos en la búsqueda del conocimiento y de la construcción en un mundo en continua reelaboración; es la lectura de sí y del mundo en conjunto con los otros. Por ello, el diálogo necesita de situaciones de igualdad y confianza que no coarten la libre expresión de los sujetos del proceso: El diálogo como encuentro de los hombres para la pronunciación del mundo es una condición fundamental para su verdadera humanización.” (La educación en la ciudad. 1991).

Para Freire, el diálogo no existe fuera de una relación se da en la reflexión común, es una actitud y una práctica que desaa al autoritarismo, la intolerancia, los fundamentalismos y la homogeneización; por eso el diálogo debe ser la práctica de quienes quieren construir un mundo mejor y más justo. El diálogo implica que las diferencias entre educadores y educandos no representan un antagonismo, sino la consideración de ser portadores de saberes distintos y complementarios. En este sentido, Freire veía el diálogo como elemento fundamental del acto educativo y a éste como una estrategia para favorecer el pensamiento autónomo, ctico y creativo, así como la formación de actitudes y cualidades éticas y políticas, en tanto elementos básicos para hacer sustantiva la democracia:  Desde la educación, Freire puso todo su empeño, energía, capacidad de sar y talento teórico-práctico en el desarrollo y promoción de una pedagogía y una escuela realmente democráticas y populares, capaces de convertirse en instrumentos generadores de auténtica ciudadanía” (Ovelar, N. 2005, p. 3). El diálogo como esencia de las relaciones humanas y de una democracia, empodera a la persona para actuar y para entender que el poder de trasformación está en cada uno.



La Pregunta


Lo ideal es que todo proceso educativo esté mediado por la pregunta; pues la pregunta es la expresión de la incertidumbre frente a algo, frente al mundo; es la inquietud que convoca y provoca a la imaginación, a la intuición, a la conjetura; Freire invita a subvertir el orden: preguntar  significa  vivir  la  curiosidad  y  la  indagación,  y  el  reconocimiento  que  no  hay “preguntas bobas ni respuestas definitivas”; la experiencia con la pregunta brinda una actitud abierta, dialógica, indagadora y no pasiva, se convierte en promotora de conocimiento; de ahí que  la función del educador sea invitar a los estudiantes a acercarse al conocimiento desde sus propias preguntas. Freire advierte que la educación ha sido una educación de respuestas en lugar de una educación de preguntas: Una educación de preguntas es la única educación creativa y apta para estimular la capacidad humana de asombrarse, de responder a su asombro y resolver sus verdaderos problemas esenciales, existenciales y de conocimiento” (Pedagogía de la pregunta, p. 61).  La pregunta debe ser el  componente del acto educativo orientado a afianzar el compromiso frente a la injusticia, la inequidad y la impunidad, que le permite al educando aprender a aprender, es decir, que el educando devele la significación de los contenidos, que le de la posibilidad de vivir sensatamente la tensión entre la autoridad y la libertad; en otras palabras vivir es asumir responsablemente el ejercicio de sus deberes y derechos.

La educación como acto político que se fundamenta en diálogo, la pregunta y  la autonomía, debe ser asumida de manera crítica y como proceso de   liberación y humanización de la sociedad en la urgente necesidad de promover   la tolerancia y hacer posible el derecho a la diferencia en una apuesta por una verdadera sociedad democrática.

3.  Educación y ciudadanía


Mujeres y hombres, seres históricos sociales, nos volvemos capaces de comparar, de valorar, de intervenir, de escoger, de decidir, de romper, por  todo  eso  nos  hicimos seres éticos.  lo  somos porque  estamos siendo. Estar siendo es, entre nosotros, la condición de ser”.

Con su trabajo, pensamiento y obra, Freire mar significativas huellas a la educación. Para algunos, su principal contribución tiene relación con el método de alfabetización para jóvenes y adultos; para otros, los aportes se ubican en la base pedagógica de la educación popular y con ella en la concepción política de la educación, es decir, la influencia de su pedagogía político- emancipador al desarrollo social, tal como lo expresó Federico Mayor, Secretario General de la UNESCO: la educación es la base de todas las libertades, que puede dar a la gente el dominio de su destino”.

Al introducirse en la obra de Friere, tal como se ha insistido en la líneas anteriores, se encuentra una  postura  sobre  el  papel  político  de  la  educación.  Freire    plantea  que  es  imposible  la educación neutra, sin ideología, sin el poder transformador que tiene la educación. El papel político de la educación lo fundamenta en la ética, el respeto y la tolerancia con el otro; no puede haber crecimiento democrático por fuera de la tolerancia. El espacio y acto educativo, debe ser ante todo un acto donde convivan, estén y recreen los conceptos de ciudadanía, democracia, representación potica y participación, y además, un espacio donde se desarrollen valores como la autonomía, la igualdad, la diferencia, el respeto y la justicia; es por esta razón que Freire insiste en que se necesita de una educación liberadora, dialógica y democrática que contribuya a la formación de la ciudadanía.

Indudablemente, la educación liberadora (conjunto de conocimientos, actitudes, principios y acciones generadores de la capacidad de reflexionar, comprender, analizar y actuar sobre una realidad para transformarla) es el tema nodal y de mayor importancia del pensamiento de Freire, pues permite articular  críticamente la realidad y, desde ella, generar acciones de transformación y cambio. La educación liberadora plantea la tolerancia como elemento esencial, pero no la tolerancia por la tolerancia o como indiferencia frente a las cosas o al otro, sino   desde el respecto por la diferencia, el reconocimiento de la igualdad  y en la squeda de la equidad. La educación liberadora también tiene que ver con el desarrollo de una conciencia crítica que le permite, tanto el educador como al educando, develar los mecanismos que impiden la plena humanización y el reconocerse como ciudadano, comprometido en la defensa de sus derechos civiles y políticos.

Lo anterior permite fundamentar la educación liberadora desde los valores propios de una ciudadanía activa: solidaridad, igualdad, justicia, libertad con responsabilidad y respeto por el otro. Igualmente, comporta algunas características comunes: formación para la convivencia y la práctica de democracia, para la libertad de expresión, el diálogo y reconocimiento del otro, la valoración y respecto por la identidad cultural, el desarrollo del pensamiento crítico para la participación y la toma de decisiones. En palabras de Freire, la ciudadanía no llega por casualidad, sino que es una construcción que jamás termina; exige lucha por ella, compromiso, claridad política y coherencia. Es por esto que, una educación democrática no se puede realizar al margen de una educación de y para la ciudadanía. Estaremos desafiándonos a nosotros mismos a luchar más en favor de la ciudadanía y de su ampliación. Estaremos forjando en nosotros mismos la disciplina intelectual indispensable sin la cual obstaculizamos nuestra formación así como la no menos necesaria disciplina política, indispensable para la lucha en la invención de la ciudadanía  (Cartas a quien pretende enseñar. 1994, p. 133).

La educación para la liberación tiene correspondencia con la educación democrática desde el planteamiento del diálogo como herramienta fundamental para el proceso de humanización, pues para Freire la educación es: "El mecanismo pedagógico y político por medio del cual se establecen las condiciones ideológicas y las prácticas necesarias para inventar otra democracia." (Achkar, S. 2002, p. 14.); también desde la consideración del educando como el sujeto central del acto educativo, que parte de sus saberes y experiencias para facilitar una discusión generadora de ideas y conocimientos;  y a partir de estos nuevos saberes  participar en la trasformación de sí mismo y de la realidad que vive.

Tanto la educación como la democracia necesitan de la crítica, el deber y la verdad (la verdad como imperativo del aprendizaje: “Es posible equivocarse, errar, pero nunca mentir), también de estructuras democratizantes, flexibles y participativas que hagan posible el ejercicio de la autonomía; por ello su    propuesta educativa se fundamenta en la relación dialéctica teoría y práctica, es decir en la conexión entre los contenidos y la  realidad del educando: "Quien enseña aprende al enseñar y quien aprende enseña al aprender". (Pedagogía de la Autonomía, p. 25).

De lo dicho hasta ahora se desprende la necesidad de subrayar la reiterada  advertencia de Freire sobre las condiciones requeridas para lograr la participación y acceso a la toma de decisiones por  parte  de todos; condiciones  que  se dan cuando entendamos  y actuemos como  sujetos capaces de trasformar y transformarnos, de allí nuestra capacidad protagónica, política e histórica.    Esta  capacidad,  está  íntimamente  relacionada  con  la  formación  de  ciudadanos críticos, reflexivos, analíticos, con actitudes y valores orientados al cambio y a la construcción de una sociedad más democrática. En este orden de ideas, la ciudadanía es una lucha y una conquista (no se nace ciudadano, se hace ciudadano) que exige compromiso, claridad política, coherencia y decisión, producto de procesos educativos democráticos, en cuya base debe estar la libertad, la igualdad y la tolerancia; dicho de otro modo: reconocerse como miembros de una sociedad es reconocerse como ciudadanos: Para que la educación no fuera una forma política de intervención en el mundo, sería indispensable que el mundo en que se diera no fuera humano”. (Pedagogía de la Autonomía, p. 107).

Algunas frases que reflejan la profunda convicción, de Freire, en la  formación ciudadana como una tarea del acto educativo son: Necesitamos una educación para la decisión, para la responsabilidad social y política”“La educación no es suficiente para perfilar la plenitud de la ciudadanía, pero sin la educación es difícil construir ciudadanía…”La construcción, mantenimiento y vivencia de la sociedad democrática es responsabilidad de todos”…“La alfabetización va más allá del ba, be, bi, bo, bu. Porque implica una comprensión crítica de la realidad social, política y económica en la que está el alfabetizado”.   De acuerdo con los planteamientos de Freire, la formación en materia de ciudadanía, debe ser definida como un referente para la transformación del orden social existente, para un mundo más humano;  desde la apuesta a la sustantividad democrática.

Hablar de la educación como acto político, necesariamente implica hablar de ciudadanía, pero como proyecto inconcluso en la sociedad, es decir ciudadanía como conciencia de derechos y deberes (civiles, sociales y poticos) y como ejercicio de la democracia. Desde este planteamiento, la formación ciudadana tiene que ver con el empoderamiento del individuo sobre su entorno, su tiempo, su historia y su cultura; empoderamiento que lo hace sujeto histórico, activo y protagónico, en actitud vigilante y de cambio, capaz de transformar su realidad personal y su entorno social, en la convicción y el prosito de una sociedad más democrática.

Para Freire la ciudadanía es una invención, es una producción política en permanente construcción; el ciudadano no nace, el ciudadano se  hace y este hacer es permanente, dimico, que exige compromiso, decisión y postura política. Por ello, la ciudadanía tiene que ser un

derecho, una conquista y es precisamente esa permanente conquista la que posibilita el crecimiento de una sociedad democrática.



BIBLIOGRAFÍA


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ESCOBAR Guerrero, Miguel. Las cuatro etapas de Paulo Freire en sus cinco pedagogías: Del Oprimido, De la Esperanza, De la Autonomía, De la Indignación y de  la Tolerancia. México: Universidad Autónoma de México, 2007. (Conferencia  presentada en Mayo 17 de 2007). 18 p.

FREIRE, P.  Cartas a quien pretende ensar. México. Siglo XXI, 2001. 7 ed. (Trabajo original publicado en 1993).

.  La  educación como  práctica  de  la  libertad.  México:  Siglo  XXI,  1998.  47  ed. (Trabajo original publicado en 1969).

                . La educación en la ciudad. México: Siglo XXI, 1992.

. Pedagogía de la Autonomía. Saberes necesarios para la práctica educativa. México: Siglo XXI Editores, 1999. 3 ed. (Trabajo original publicado en 1996).

. Pedagogía de la Esperanza. México: Siglo XXI, 1998.   4 ed. (Trabajo original publicado en 1992).

. Pedagogía del Oprimido. 16º ed. Madrid: Siglo XXI de España Editores (trabajo original publicado en 1970)

. Política y Educación. México: Siglo XXI Editores, 1998. 3 ed. (Trabajo original publicado en 1973).

OVELAR, Nora. Educación, potica y ciudadanía democrática: a través de la especial mirada de Paulo Freire. Rev. Ped. [online]. maio 2005, vol.26, no.76 [citado 26 Março 2008], p.187-

TORRES, Carlos Alberto, comp. Paulo Freire e a agenda da educacao latino-americana no século XXI. Buenos Aires: CLCASO. Grupo de Trablho Educacao e sociedade, 2001. 353 p.

TORRES,      Rosa      Maa.      Los      múltiples      Paulo      Freire.      Disponible      en:






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