LA EDUCACIÓN DE LOS NIÑOS EN SUS PRIMEROS DOS AÑOS DE VIDA.
Avances y desafíos avances frente al nuevo siglo. (Primera Parte)
María Victoria Peralta Espinosa.
El presente trabajo pretende fundamentar desde una perspectiva histórico-educacional y desde la investigación actual la importancia de una educación oportuna y pertinente para los menores de dos años en especial considerando los desafíos y oportunidades que ofrece el siglo actual a los niños.
En tal sentido, propone un conjunto de sugerencias a considerar en el desarrollo de los currículos para estas edades.
Introducción.
“ Nos ha costado siglos reconocer que el aprendizaje comienza desde el nacimiento”.
Esta aseveración, planteada en el último documento estratégico para los próximos cinco años, de Unicef en América Latina y el Caribe, ejemplifica en forma certera la enorme dificultad que ha tenido la humanidad para reconocer que el aprendizaje es un derecho que tiene el niño desde que nace, o quizás desde antes y que es tan relevante como lo es su identidad y la satisfacción de diferentes necesidades básicas.
Este planteamiento, tan básico, que se relaciona con la idea de una educación permanente en la historia de la pedagogía moderna, tiene una larga trayectoria tanto en la teoría como en la práctica.
De hecho desde Amós Comenio, y luego con Johann Heinrich Pestalozzi y Fréderic Fröebel, éste ha sido un postulado esencial en una época en que no existían muchas de las ciencias que en la actualidad sustentan a la pedagogía. La psicología y las neurociencias, que hoy tanto le aportan, no existían en los siglos XVII y XVIII, lo que magnifica una vez más el pensamiento y hacer iluminado y de avanzada de estos educadores-pioneros.
Lo destacado es que no sólo plantearon la importancia de una educación desde el nacimiento, lo que ya había sido abordado por Platón y Quintiliano, entre otros, sino que, profundizando la idea, la llevaron a la práctica creando las primeras modalidades de trabajo con bebés, que fueron, dadas las características de la sociedad de esa época, del tipo “indirectas, en el hogar, y a través de los padres”.
Hoy, a casi cuatro siglos de estas primeras experiencias educativas, y cuando la evidencia científica que existe sobre los importantes procesos mentales que ocurren en el cerebro infantil durante los primeros meses de vida son constatables, ya que por primera vez los podemos "ver", es paradojal que aún se esté discutiendo en muchos foros e instituciones del sector en el nivel mundial, si cabe considerar estas experiencias como "educativas".
Una de las evidencias de esta falta de reconocimiento del derecho a la educación que tiene el niño a partir del nacimiento es la falta de inclusión de esta etapa en los Departamentos, Secciones o como se llame el tipo de dependencia administrativa, en los Ministerios de Educación de los diferentes países, entre los que, generalmente, esta área se ubica en los Ministerios de Salud o de Bienestar Social.
Por esta misma razón, orientaciones curriculares expresadas a través de "Marcos, guías o programas oficiales", surgidos desde el sector educación para el trabajo en este nivel, son escasas aún. En el nivel mundial, alguno de los países que lo han hecho son Chile, Argentina, Brasil, Costa Rica, México, Cuba, España, Nueva Zelanda, por mencionar algunos.
En este sentido, el presente documento pretende sintetizar alguno de los importantes aportes que la pedagogía infantil ha producido en esta materia, y relevar algunos de los antecedentes actuales que otras ciencias están entregando a este quehacer, a fin de propiciar que se aborde definitivamente el trabajo educativo en esta etapa como tal, a través de desarrollos curriculares pertinentes como corresponde a cualquier nivel educativo.
La pedagogía de los primeros años en la historia de la educación infantil
En la historia de la educación infantil, que nace con la configuración de la educación moderna en el mundo occidental, se identifica desde sus primeros postulados el reconocimiento de " una educación oportuna y pertinente" para el niño desde que nace.
En efecto, en Didáctica Magna, de Amós Comenio (1640), se encuentran varias menciones a una preocupación educativa desde los primeros meses debido a la plasticidad del niño. No deja de llamar la atención por la época en que fue escrito que: "La condición es todo lo nacido es que mientras está tierno fácilmente se dobla y conforma. [...] Evidentemente se obtienen todas estas cosas de igual modo en el hombre mismo, cuyo cerebro está húmedo y blando en la edad pueril, dispuesto a recoger todas las impresiones."
Posteriormente en su obra Pampedia (1662) desarrolla el tema con mayor profundidad y especificidad, como parte de lo que él entiende que implica este concepto: "una educación universal de todo el género humano" en la cual esperaba que "aprendan todos, todo y totalmente". Por ello es que, en función de la educación del niño pequeño, expresa: "desde muy temprano hay que abrir completamente los sentidos a los hombres de hoy que tienen que conocer, experimentar y ejecutar tantas cosas a lo largo de su vida. Y no es únicamente la multitud de cosas que hay que hacer lo que nos apresura sino también su variedad".
"La autopraxia (auto-actividad) es el gran secreto o la llave de toda actividad. [...]. Hágase lo mismo con los niños, para que ellos, tanto, eligiendo, recogiendo, se ejerciten".
Es a la escuela maternal donde Amós Comenio hace sus mayores aportes, no sólo a la teoría sino a la práctica de estos postulados al escribir a diferentes grupos de madres, orientaciones educativas específicas a aplicar con sus bebés. En efecto escribió primero en checo un libro para las madres de su país, el que después fue publicado en alemán en 1633, posteriormente en polaco, y finalmente en latín para los círculos más educados de Europa.
Lo interesante de estas distintas ediciones, además de su contenido, es que cada una de ellas fue preparada para un público específico, por lo que, si bien tienen similitudes, se detectan diferencias propias de una intencionalidad didáctica de responder a lectores y actores distintos. El contenido de este libro tiene orientaciones que asombran por su validez como se detecta en las citas a continuación: "los niños no se entrenan a sí mismos espontáneamente. Ellos son formados por una no menos cansadora labor". "La acción de enseñar y aprender es por su propia naturaleza agradable, un entretenimiento y una delicia mental". "Cómo los niños deben ser acostumbrados a una vida activa y a un perpetuo uso de ella"..
El desarrollo de estas y otras ideas acompañadas de ejemplos simples fue iniciado por edades, y por ciertos recursos tales como rimas y pequeñas canciones le otorgan a esta obra un valor muy especial, ya que sería lo que algunos llamarían "un manual de estimulación temprana", aunque con una dimensión más integral y aborda desde temas de valores hasta actitudes religiosas de quienes las aplican, es decir, por ejemplo: "los niños, el regalo más precioso de Dios, son un inestimable tesoro, reclaman nuestra atención más vigilante"..
Al ser todos estos aportes teóricos y prácticos sumamente valiosos, cabe en todo caso, señalar que lo fundamental fue el reconocimiento y aplicación del principio, que hoy postulamos como un derecho, de que la educación es un proceso permanente de perfeccionamiento humano que comienza desde el nacimiento. Ello se sintetizó en el título de uno de los capítulos de La Escuela Maternal: "en qué cosas los jóvenes deben ser ejercitados gradualmente desde su nacimiento, en qué, ellos deben hacerse expertos en los seis primeros años de vida.".
A estos aportes sin igual, por ser los primeros, les siguieron la obra y la práctica de H. Pestalozzi. Este destacado autor vuelve a tomar la idea de una educación desde el nacimiento y señala la importancia de la "educación doméstica", diciendo que "el amor maternal debe ser utilizado en forma instrumental en educación temprana más que cualquier otro agente". Esto escribe en el Libro de las Madres o Instrucciones para las madres que quieren enseñar a sus hijos a observar y hablar. Esta obra, publicada en 1803, que se publicó como la primera de una serie de dos. Incluye orientaciones en versos para realizar siete grupos de ejercicios vinculados con el cuerpo del bebé (la cabeza, las manos, etc.). Este libro tuvo también una edición en español, realizada por Luzuriaga en Madrid a comienzos del siglo XX, lo que permitió que sus orientaciones llegarán también a Latinoamérica.
Sin embargo uno de los aportes más destacados en la teoría y práctica de la educación con los menores de 2 años fue hecho por Fréderic Fröebel en una página de la historia de la educación inicial o parvularia.
Como hemos señalado en trabajos anteriores, a raíz de una investigación histórica reciente que hemos realizado en este campo, Fröébel, antes de crear el kindergarten en 1840, continuando con el estilo de educación que habían establecido sus predecesores, de complementar la educación que la familia hacía en el hogar con sus hijos, crea a otra "modalidad indirecta" en 1838.
Hace llegar al hogar un set de materiales que el mismo elabora, acompañado de un catálogo donde ejemplifica cómo usar estos “dones”, actividades que apoya además a través de la publicación de un semanario dominical, donde fundamenta la importancia del juego. Entrega, además, recursos de apoyo, como canciones. Lo interesante, con relación a los menores de dos años, es que en el catálogo donde sugiere actividades a hacer con los materiales, aparecen de vez encunado, niños en sus cunas mirando algunos de sus “dones” en movimiento, por lo cual es clara su intención educativa con ellos.
Este pensamiento sobre la educación desde el nacimiento había quedado claramente expresado al escribir “La Educación del Hombre” en 1826, donde Fröebel señalaba: "Conviene que desde su más tierna edad, la criatura, aún en su lecho o en su cuna, no sea jamás abandonada durante mucho tiempo a sí misma sin objeto ofrecido a su actividad.".
"Si no se aplican todos los cuidados al desarrollo del hombre en los primeros años de su vida, dificulta seguir para más tarde la marcha de la educación". Aparte "a la par que se desarrollan los sentidos del niño, desarróllase también el uso de sus miembros, con arreglo a su índole y a las propiedades del mundo físico. [...]. El deseo de sentarse o acostarse, de andar o de saltar, de tocar o de abrazar un objeto, provoca en el niño el uso de sus miembros. La acción de estar de pie es capital para el descubrimiento del centro de gravedad de su cuerpo y el uso de todos sus miembros.".
Sin embargo, su mayor aporte a la educación de los menores de dos años lo hace en 1844, cuando publica el libro Cantos de la Madre, con el subtítulo: “Un libro para la familia”, que por sus características asume un rol especial en su bibliografía.
En efecto, es un libro eminentemente didáctico de 28 cm de alto, portada azul en relieve contiene 50 juegos ilustrados para que los realicen las madres con sus bebés, acompañados de orientaciones y cantos.
Cada ilustración está separada de las demás por papel de seda, en colores amarillo, celeste y rosado. Sin embargo, su contenido es lo más importante. Por ejemplo en la introducción del libro, que hace en verso, algunos de los subtítulos que plantea son: "la madre mientras juega con su niño" "la madre cuidando el desarrollo de su niño".
Después del conjunto de ilustraciones, incluye explicaciones de ellas destinadas a las madres. Señala: "estos juegos y canciones para la madre, con las láminas complementarias, proveen un pequeño e imperfecto comienzo. No sólo sugieren que la etapa de bebé del niño es un período de brotes, el primer período de desarrollo de toda la vida humana, sino que es, también, el comienzo del conocimiento común, de la verdadera percepción y del reconocimiento profundo de todo lo cual tú, ¡Oh madre!, has hecho para tu querido hijo.”
Importante es el significado que el propio Fröebel le otorga a este libro. Expresa: “En él he conseguido lo más significativo de mis procedimientos educativos. Es el punto de partida para lograr una educación que esté de acuerdo con la naturaleza”.
En síntesis, con los antecedentes que hemos presentado, pensamos que queda suficientemente fundamentada la existencia de una pedagogía de párvulos desde el nacimiento, tanto en sus aspectos teóricos como prácticos, por parte de los educadores fundantes del nivel. Igualmente se perfila la introducción de estas ideas en Latinoamérica a través de sus obras originales y traducciones al español, además de la formación directa tuvieron en algunos casos los educadores e instalaron este nivel en la región.
Sobre la implementación de estas ideas en Latinoamérica a comienzos del siglo XX, sabemos poco aún y si es que ello ocurrió con los bebés. Al parecer, los mayores esfuerzos se vieron en el siglo siguiente.
Para los niños de tres a seis años, las primeras experiencias se centraron en instalar "kindergartens", que al parecer produjeron una gran impresión en quienes los conocieron o supieron de ellos en Europa.
De hecho, en la región existieron "salas cunas" en hospitales y en industrias nacientes, pero con un enfoque de asistencialismo.
Actualmente, las estadísticas de gran parte de los países, siguen mostrando la dificultad de asumir estos años con un enfoque educativo, a pesar de la evidencia científica sobre lo cruciales que son estos años. Por eso, nos parece importante sintetizar algunos de estos aportes a fin de contribuir en la extensión de este derecho de los niños.
Los aportes de la investigación actual a la pedagogía para los bebés:
Las investigaciones, tanto en el campo de la psicología cognitiva como de las neurociencias en particular, nos entregan cada día nuevos elementos que hacen necesario que se actualicen los currículos educacionales que se diseñan para esta etapa siendo muy amplia la bibliografía al respecto. Algunos de los aportes básicos que cabe tener presente son los siguientes:
Frente al aprendizaje en general, diferentes investigadores señalan la importancia de tener presente las posibilidades que ofrece el cerebro en los primeros años de vida los neurólogos indican que el número de neuronas que poseemos al nacer oscila entre 30 y 100 millones y que las sinapsis (puntos de conexión entre las neuronas) también pueden ser innumerables. Sobre esta base, el cerebro selecciona, filtra y establece los circuitos con los cuales va a funcionar.
Sin embargo, "para que una sinapsis se establezca y mantenga, es necesario un acontecimiento que lleve a que una neurona desee comunicarse con una neurona vecina". La ejercitación y prioridades que se establecen, hacen una “estabilización selectiva” de estas conexiones, a través de las cuales se organiza el mundo exterior.
Similar planteamiento hace la Corporación Carnegie, como resultado de sus investigaciones, señalando que el estímulo externo en el que se desenvuelve la vida del recién nacido influye en el número de células y las conexiones entre ellas que éste retiene.
Destaca que los recién nacidos cuentan al nacer con millones de células cerebrales, muchas más de las que tiene en el tercer año de vida y el doble de las que tendrán como adultos, y que, durante los primeros meses de edad las conexiones entre células (denominadas sinapsis) se multiplican rápidamente hasta llegar a 1000 billones, dando lugar a las estructuras que permiten configurar las condiciones para el aprendizaje.
La Corporación Carnegie da a conocer experimentos que demuestran que el cerebro se desarrolla de manera diferente en un ambiente externo más rico y estimulante, por lo tanto desarrolla más sinapsis. A la vez, se observa que los niños nacidos en ambientes de pobreza pueden llegar a tener a los 18 meses déficits cognitivos considerados como irreversibles.
Enfatiza que las situaciones de estrés tienen un efecto negativo en las células cerebrales relacionadas con el aprendizaje y la memoria.
Además, las investigaciones de esta corporación destacan que:
Ø El desarrollo del cerebro antes del primer año de vida es más rápido y extenso de lo que antes se conocía.
Ø El desarrollo cerebral es más sensible a factores del medio ambiente de lo que antes se sospechaba.
Ø La influencia del medio ambiente a temprana edad deja huellas para siempre.
Ø Existen evidencias científicas del impacto negativo del estrés en el funcionamiento del cerebro.
A una conclusión parecida llega el Premio Nobel de Medicina y Fisiología Gerald Edellman (1972), quien explica cómo se desarrolla este proceso de conexiones neuronales, y su importancia en el desarrollo humano. Señala que al comienzo las neuronas están aisladas y que, desde el nacimiento muchas de ellas empiezan a morir pero que, a la vez, comienza a ocurrir un proceso selectivo de permanencia de otras a través de interconexiones en la medida en que haya situaciones interesantes alrededor del niño con una cierta frecuencia y con variaciones.
Enfatiza que este proceso es singular, ya que es absolutamente distinto en cada niño y por razones que no se saben exactamente, escoge unos tipos de estímulos sobre otros, empezando a establecerse estas redes en el cerebro.
Una reciente investigación en el ámbito auditivo ejemplifica las características de este proceso. Isabelle Rapin, profesora de Neuropsiquiatría del Albert Einstein College de la Escuela de Medicina de Nueva York, señala que los componentes del lenguaje son disociados por el cerebro de un bebé.
La fonología (sonidos del lenguaje) activa el hemisferio izquierdo, en cambio, la melodía de las palabras se ubica en el derecho. Posteriormente, el niño hace sus preferencias, distribuye esta información hacia diferentes zonas y neuronas y establece las conexiones que le parecen más interesantes para cuando él las llame según sus prioridades.
Esto es lo que hace que cada persona sea única, porque sus "encadenamientos" cerebrales son diferentes dentro de ciertos órdenes comunes.
Hay autores que han denominado a este proceso como un "cableado neuronal". La relación es que, a mayor cantidad de "cableado" estable, mayores posibilidades de inteligencia y de aprendizaje tiene el ser humano.
La importancia de estos hallazgos es que en todo este proceso de conexión neuronal, al no establecerse ciertas relaciones, hay neuronas que desaparecen, lo que tiene implicaciones si se considera que a los 2 años de vida tres cuartas partes de las redes neuronales posibles ya están establecidas y que el proceso restante se va completando hasta los 10 años de edad aproximadamente.
Por lo tanto hay que tener presente que el cerebro humano es mucho más potente de lo que pensamos y conocemos aún, y que, según señalan todo tipo de investigaciones, el ser humano es muy versátil en sus aprendizajes, lo que nos plantea desafíos relevantes, ya que fundamente realmente hay que preocuparse en forma muy exhaustivas de lo que sucede es que ocasionalmente con los niños antes de los tres años.
No debe pensarse que el trabajo pedagógico con los bebés debe centrarse sólo en una amplia posibilidad estímulos interesantes auditivos, visuales y táctiles desde los primeros días. El condicionamiento básico para los niños es el amor y el afecto estable y manifiesto, como lo han señalado múltiples investigaciones en el área, lo que se sigue corroborando en investigaciones recientes. Estas investigaciones demuestran la importancia de un amor propositivo, ingenioso, entretenido y generador de confianza y oportunidades para los bebés. Estas investigaciones también señalan la importancia de tener presente que los factores que facilitan un mejor crecimiento y desarrollo con relación al aprendizaje son:
Ø La oxigenación, que le proporciona el elemento indispensable para el funcionamiento orgánico y cerebral.
Ø La luz natural que facilita la producción de neuromelamina, molécula indispensable para la organización cerebral.
Ø Una nutrición variada y rica en lecitina y fósforo.
Ø Una vida de alternancias: vigila/sueño. Actividad/reposo. Proyectos/realizaciones etc.
Los cambios en el mundo infantil y su incidencia en el desarrollo y en el aprendizaje.
Algunos aspectos que se visualizan de gran interés en el análisis de los cambios son las transformaciones culturales que se han producido en el ámbito de la concepción que la sociedad tiene de los niños, de sus derechos y su campo de acción.
Al igual que otras construcciones sociales la concepción sobre el niño es construida colectivamente acorde con las tendencias histórico- culturales de cada época.
A esto se agrega el hecho de una escasa participación de los propios actores, ya que hasta ahora hemos sido los adultos quienes hemos determinado principalmente lo que es un infante, que debía hacer y cómo.
Sin embargo, dentro de los cambios sociales significativos del siglo XX, cabría mencionar las ganancias que obtuvieron los niños en diferentes ámbitos:
En sus derechos, en el conocimiento de ellos y en la ampliación de su campo de decisiones y de actuación. En efecto, si sólo tomamos una imagen del niño a comienzos del siglo XX en cualquiera de nuestras ciudades latinoamericanas detectaremos los enormes avances que ha habido respecto de ellos.
A los niños de comienzos del siglo XX, los "traía la cigüeña” o "nacían de un repollo". Imágenes que nos indican lo "tabú" que era el tema de la concepción que, el general, se ocultaba bajo los amplios trajes de sus madres.
Nacían en los propios hogares, asistidos por una "partera", con graves riesgos de vida, tanto para las madres como para los niños.
Con respecto a la identidad, los bebés eran niños un tanto "indiferenciados" en cuanto a sus diferentes etapas del desarrollo, e incluso en cuanto a su sexo, y tenían escaso nivel de participación en aspectos que les concernían. Por ejemplo, en los primeros dos años de vida, se vestía a los niños y niñas de forma similar con largos vestidos y peinados comunes, y se desconocían, entre otros aspectos, los diferentes procesos de cambio que los niños experimentan en esta etapa.
Sus nombres, muchas veces, eran asignados como una forma de honrar a abuelos u otros personajes destacados, además de los personajes religiosos a los cuales se ofrecía el niño para su protección.
El vestuario, un tanto elaborado y decidido por los adultos, era muy poco facilitador de movimientos y juegos propios de la etapa. Los colores eran generalmente suaves y muy formales, como era la concepción de la infancia que existía en la época.
La práctica de envolver a los niños con “fajas” eran la clara evidencia del concepto del niño tranquilo al que se aspiraba.
Los juguetes no siempre eran adecuados a las características de los niños, debido, entre otras causas, a los materiales con los que se contaba, pero también al concepto de infancia que se tenía. Cabe señalar al respecto, las hermosas pero delicadas muñecas con cabeza de porcelana, con finos trajes similares a los de su dueña. Los niños jugaban con soldaditos de plomo (bastante tóxicos y belicistas según el concepto actual), amplios aros para rodar, pesados caballitos de madera, en fin, objetos generalmente grandes, pesados, rígidos, muchas veces peligrosos o por el contrario tan delicados que no podían ser manipulados por los niños.
Las posibilidades de los niños de interactuar con sus padres, en especial en los sectores más acomodados, también eran en esa época bastante limitadas. Muchas veces eran amamantados por "amas" y básicamente se mantenían en el "tercer patio", participando en ciertos momentos determinados consumos mayores. Su derecho a hablar y opinar era bastante reducido, y había un gran énfasis en los consejos, moralejas y otras recomendaciones "morales".
En lo que respecta a las vidas de los niños actualmente, son claros los cambios que se han producido. El niño nace en un medio donde su padre corresponde a la tercera o cuarta generación de alfabetizados, o de una educación mucho mayor. El nacimiento se produce en situaciones de mayor control médico, aunque aún en sectores rurales de Latinoamérica, el parto se produce en el hogar, con riesgos importantes para la madre y el niño.
Las vacunas empiezan, junto con otras medidas, a resguardar tempranamente la vida y la salud de los niños por lo que la supervivencia es mayor.
Culturalmente, el niño recibe su nombre incluso antes de nacer por las posibilidades que ofrece la ecografía, que incluso permite ya verlos en dimensión tridimensional.
Los nombres, si bien es cierto que siguen siendo asignados por los adultos, cada vez corresponden más a su época y tienen menos complicaciones para ellos.
La cultura material (mobiliario, juguetes, vestuario, animales, biberones, chupetes y otros) que se ha creado en torno a las necesidades y características de los niños, es enorme, y sin duda les ha facilitado la vida tanto a los padres como a los propios niños.
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