PEDAGOGIA
DEL CAOS
Por JV Rubio
PRESENTACIÓN
Las ideas que se exponen a
continuación son fruto de 10 años de investigación sobre Potencial Humano y
Creatividad en procesos de Educación Formal y No Formal, con niños y jóvenes
cuyas edades han oscilado entre los 5 y los 20 años.
Hemos hallado que mediante el
desordenamiento de nuestras formas de conocer y el desordenamiento de la
realidad que vivimos, se pueden generar múltiples perspectivas de desarrollo
humano.
La génesis de estos procesos, así como
su desarrollo, ha dado pie a la formulacion de una serie de categorias y
herramientas que conforman el cuerpo teorico de una nueva propuesta Pedagogica
basada en una reconceptualizacion de la creatividad .
Esta nueva teoría y práctica de la
educación se ha denominado PEDAGOGÍA DEL CAOS debido a factores que la asocian
con ambientes y fenómenos caóticos. Podría llamarse también pedagogía de la
COMPLEJIDAD porque está diseñada para responder a esta época dentro de la
caracterización de complejidad que han hecho grandes pensadores de nuestro
tiempo.
Hay al menos tres razones para que
expongamos nuestras ideas y esperamos que alguna de ellas constituya un motivo
de lectura de estas líneas:
1.La Pedagogia del Caos al hacer
énfasis en nuestra forma de conocer, se convierte en una teoría y practica
interdisciplinaria que toca múltiples campos del conocimiento. No es
coincidencia que muchos de los hallazgos de los que vamos a dar cuenta, tengan
su aproximación con las preocupaciones actuales de numerosas disciplinas campos
y teorias: La física cuántica, las ciencias del caos y las complejidades, lo
más actual de la filosofía de las ciencias, las teorías de los fractales y de
las catástrofes, la lógica borrosa, las teorías del conocimiento basadas en los
desarrollos de la cibernética, la ciencia cognitiva, la inteligencia
artificial, la neurofisiología y en general los nuevos paradigmas que están
surgiendo hoy en las diferentes ciencias y disciplinas en la perspectiva de los
cambios acelerados hacia el siglo XXI.
El hecho de que la investigación se
realice en Colombia, tierra de complejidades ; en un sector de su Capital (en
CAOS, permanente), y con jóvenes que viven el conflicto, la violencia y el
"no futuro", nos ha permitido explorar estos fenómenos que parecen ser
una materia prima fundamental de la Época.
Intentamos , ofrecer nuevas miradas y
nuevas luces en los campos de las Complejidades, el Caos, el Orden y el
Desorden, sobre los cuales están tejiendo saber hoy las Ciencias Naturales y
Humanas.
La búsqueda se ha centrado en el
potencial creador del Ser Humano y se ha hallado que hay problemas
estructurales que inhiben nuestras capacidades creativas.
A cualquier persona que investiga y
cuyo quehacer es la construcción de posibles, le interesará saber por qué y
cómo se ha puesto en duda el concepto convencional de creatividad y le será
útil conocer una propuesta que nos deja a las puertas de una nueva concepción y
practica de desarrollo humano .
¿QUÉ ES
LA PEDAGOGÍA DEL CAOS?
Es una teoría pedagógica cuyos
principios plantean sistemas educativos muy abiertos, donde la diversidad
presente tanto en los entornos como en los elementos y grupos, tiende a fluir y
reflejarse en todas las dimensiones espacio temporales y de sentido, mediante
procesos de mutua consistencia, que al alejarse de las condiciones normales de
equilibrio, y por tanto del paradigma humano vigente, propician por
autoregulación redes de interpenetración en el conocimiento y en la vida.
Es una nueva concepción y práctica de
la pedagogía porque parte de nuevas formas de asumir la realidad y el
conocimiento bajo condiciones que solo se están reuniendo ahora, a finales del
siglo XX; en este sentido rompe con los conceptos tradicionales de adquisición
de conocimiento, enseñanza, aprendizaje, autoridad, disciplina, asignaturas,
currículo, programas y evaluación. Por supuesto también cuestiona y deconstruye
la organización escolar que le daba forma material a todas esas concepciones.
A partir del caos y del
desordenamiento y a través de procesos de internomía, flujicidad y
configuración, la Pedagogía del Caos propicia la formación de mini
complejidades que en su holomovimiento generan rizos de realimentación que se
autorregulan tornandose reordenantes creadores de nueva realidades. Aquí
aparece una nueva concepción y práctica de la creatividad, pues son ahora las
personas mismas quienes emprenden procesos autónomos de desarrollo humano.
Este lenguaje puede sonar extraño,
pero cuando aparece un nuevo sistema (de pensamiento y de vida, en este caso)
las palabras que le daban fuerza al sistema anterior, empiezan a quedar
obsoletas; desaparecen con la concepción y la práctica que les daban sustento y
se hacen necesarios nuevos conceptos para entrar y trabajar en ese nuevo mundo
de sentido.
Si bien las categorias se van presentando
a manera de proceso de acuerdo con la etapa en la que fueron apareciendo, o se
fueron creando, tanto su lectura como su aplicacion pueden tomar otro orden o
perspectiva.
1. MINI
COMPLEJIDADES
Habiendo definido como simples, desde
una mirada más compleja, tanto los grandes como los pequeños sistemas a través
de los cuales funciona o se manifiesta una institución educativa, y ante la
expectativa de complejificación de uno de ellos, preferimos trabajar con los
sistemas pequeños, es decir, con grupos de jóvenes o con aspectos, propuestas,
actividades o proyectos que no parecían tener mayor trascendencia.
Suponíamos que estos pequeños sistemas
al ser atravesados por fuertes flujos de información y al ser tocados por
procesos de desordenamiento se convertirían poco a poco en pequeñas
complejidades.
A estos procesos los denominamos Mini
complejidades (M.C),pues pensábamos que allí, en aquellos pequeños laboratorios
se irían concentrando los rasgos del Caos y de la Complejidad, abriéndose a
perspectivas creadoras.
2.CONDICIONAMIENTO
Deben existir razones poderosas para
que un elemento tan importante en el desarrollo humano, una riqueza tan
entrañable para el hombre, como es la creatividad no se manifieste, o lo haga
en algunas personas y a un costo demasiado alto.
Apoyados en numerosos autores y en
nuestra propia experiencia podemos afirmar que existe una maquinaria de
condicionamiento genético y sociocultural que nos exige ser homogéneos para
poder movernos como humanos en los juegos de reglas de este mundo biofísico y
sobre todo en el tejido social que ha construido la humanidad.
Derivar, variar allí más de lo
permitido, ser más diferente que la diferencia que puede soportar el sistema
para mantenerse, es casi imposible; a lo sumo se acepta en dosis que sean
recuperables, que funcionen como retroalimentación del sistema mismo, o en
campos que no comporten mucha peligrosidad.
Por eso la creatividad ha sido un
patrimonio casi exclusivo de los artistas o de la recreación, la lúdica,o lo
estrictamente privado, o se le ha atribuido a las edades que pueden ser más
controlables (niños y jóvenes) o se admite en seres considerados como "muy
especiales" en quienes se deposita un voto de confianza para que nos
tracen los caminos hacia el futuro (caso de algunos científicos, genios u
hombres notables).
La creatividad está excluida de la
mayor parte del mundo de la vida y a esto contribuye la propaganda sobre el
grado de dificultad que ella requiere, y la vedetización de quienes son
considerados sus máximos exponentes.
En la vida cotidiana y en el hombre o
la mujer del común la creatividad está casi ausente y es allí donde se tornaría
más generadora de alternativas, más fecunda en variaciones y por tanto más
peligrosa para una mecánica social que insiste en funcionar de maneras
predeterminadas.
Nuestra investigación ha abordado este
fenómeno allí donde se hace más difícil y por eso ha asumido la vida diaria de
jóvenes común y corrientes en un intento por crear ambientes donde aflore su
más amplia dimensión humana.
Una gran dificultad que se encuentra
es la presión que ejerce el sistema de condicionamiento mencionado sobre cada
uno de los jóvenes que comienza a participar de un nuevo proceso. Esa mini
complejidad inicial (grupo o proyecto) puede volverse una camisa de fuerza inhibitoria
para su creatividad, pues tiende a replicar las formas de organización y de
funcionamiento de la sociedad. Es decir, el sistema replica sus formas de
constricción en cualquier fórmula organizativa.
No sabíamos cómo romper esa cadena
replicadora desde arriba y pensamos que desde el interior de cada joven podría
liberarse la energía suficiente para variar esa situación. Estudiamos la teoría
y la práctica de múltiples sistemas en diferentes disciplinas, que ofrecían
propuestas al respecto, pero entendimos que el problema no era solo de falta de
conocimiento o de voluntad, que era lo que estaba al fondo de ellas.
3.FLUJICIDAD
Para que un proceso educativo como los
que estamos trabajando, se mantenga dentro de ciertos márgenes de libertad, o
en cierto modo, para que se autoproduzca permanentemente, hemos hallado
necesario que la información que necesita fluya a través de él, que lo
atraviese de tal manera que a ser posible todos sus elementos sean tocados y
conectados o reconectados por esa información.
Al hablar de información y al hablar
de jóvenes, estamos hablando de lo que para ellos es o puede tornarse
significativo. Cualquier elemento que pueda ser detectado por ellos (sonidos,
palabras, gestos, emociones, imágenes) se puede convertir en información
importante, pero aún, la ausencia de elementos de cualquier orden en un
momento-espacio determinado, puede convertirse también en información: de
pronto se dan cuenta que algo falta, que algo se detuvo, que algo no se hizo
... y esto puede ser más relevante aún, que lo no visible o detestable por sus
sentidos.
Si cada joven tiene oportunidad de
acceder a lo que ocurre en el sistema o minicomplejidad del cual está
participando, y si cualquiera de esos sucesos o no sucesos lo conecta con los
otros chicos y con los demás elementos físicos del sistema, es bien probable
que él asuma el proceso o evento como propio, que se sienta parte, actor,
protagonista.
Una buena forma para lograr que el
sistema no constriña los elementos que lo forman es permitir que se filtre toda
la información posible (en todas las formas o no- formas que ella adopte) por
el mayor número de elementos y resquicios de la Mini Complejidad , aunque de
esa forma se ponga en riesgo su permanencia.
Pero ya conocemos por diversas
ciencias las posibilidades de autorregulación que aparecen en sistemas cuyos
elementos adquieren fuertes grados de autonomía, y más aún, las posibilidades
autoproductivas de sistemas alejados del equilibrio.
Facilitar los procesos de flujicidad
no es aún propiciar el evento creativo pero si prepara el ambiente, torna más
flexible al sistema, rompe o inhibe hegemonías, dispara múltiples fuerzas en
diferentes sentidos. La flujicidad induce a un mayor caos, a una mayor
complejidad en términos de aumento de información, de comunicación y de
interacciones y por tanto se da un incremento en la velocidad de los sucesos y
de los procesos. Estas Mini Complejidades se tornan cada vez más abiertas y
cada uno de sus elementos establece con sus entornos nuevos flujos que
retroactúan sobre el sistema produciendo una descomunal actividad en su
interior.
Los flujos penetran tanto al sistema
que los propios elementos de la Mini Complejidad (en este caso los chicos) se
vuelven flujos que circulan libres en su interior pero también entran y salen
del proceso; se mantiene un horizonte de libertad, tanto para los elementos
como para la Mini complejidad. En este sentido, un grupo puede variar de
integrantes y mantenerse como grupo como proyecto o entidad.
Podríamos preguntarnos: ¿Si
no aparece ninguna organización clara, si no hay directivos ni liderazgos
definidos, y si existe una información que se torna exponencial a medida que
circula por el sistema, entonces cómo y por qué se mantiene una Mini
Complejidad? ¿Qué es lo que justifica o hace posible su permanencia?
Hemos hallado al menos tres razones a
lo largo de nuestra investigación: Para los jóvenes, la ausencia de presión, la
posibilidad de espontaneidad, la sensación de libertad, el vacío de programas o
de horarios es algo bastante atractivo. Una de las frases que ha brotado de
nuestra experiencia es que "los jóvenes no tienen horarios ni programas
para sus emociones y sus problemas". Si lográramos comprender lo que esta
frase implica variarían todas las formas de organización que hemos creado los
adultos para ellos.
Al hallarse un grupo de jóvenes en ese
ambiente, en esa sensación, en esa forma organizativa tan cercana a su forma de
ser y de sentir, es apenas natural que se sientan cómodos y que quieran
compartir allí al menos parte de su tiempo.
En segundo lugar, y esto puede parecer
contradictorio, una M.C. puede mantenerse porque no se ve como necesaria, sí!
porque puede acabarse, desaparecer. O sea que su razón de ser durante un tiempo
es su sin razón.
A los jóvenes les encanta que las
cosas comiencen pero también les gusta que se acaben. Entonces moverse en algo
que no va para alguna parte y además, que se puede acabar en cualquier momento,
eso es también sentirse joven.
Al detectar esa realidad encontramos
bastante relación entre ese hecho de ser joven y uno de los signos de esta
época: la inestabilidad, la incertidumbre, entendidas como algo positivo,
interesante, fecundo. Así nuestra investigación a medida que se conectaba con
los jóvenes, se conectaba con la época. Y a medida que comprendía esta nueva
época se sumergía más en el mundo de los jóvenes.
Al principio nos molestaba la
sensación casi de vértigo cuando un grupo o un proceso estaba por acabarse, en
ocasiones ni siquiera había despegado, o se habían invertido esfuerzos grandes
para dinamizarlo.
Nos preocupaba el retiro de algunos de
los jóvenes (sin comprender aún que como cualquier flujo podían estar de vuelta
en cualquier momento). Y no sabíamos si insistirle o ponerle mejores
condiciones descuidando un poco la Mini complejidad, o volcar nuestra atención
sobre ésta para que no se debilitara con su ausencia.
Fuimos comprendiendo poco a poco que
cada elemento y cada mini complejidad eran parte de una misma dimensión y que
podíamos atender al todo y atender al elemento al tiempo en una especie de
complementariedad. No podíamos ni debíamos sacrificar uno en función del otro.
Surgió una tercera razón para que una
Mini Complejidad se mantuviera: la armonía entre el todo y las partes; una
especie de todo en uno y uno en todo donde ese juego maravilloso de ser uno
mismo y a la vez ser grupo o proyecto sin ser más ni menos que la mini
complejidad nos recordó la representación de un holograma: la Mini Complejidad
no se podía partir ni extinguir mientras cada elemento fuera en sí mismo la
Mini Complejidad; y como había otros elementos además de personas, entonces en
la medida en que subsistiera allí, aún de manera simbólica uno de esos
elementos, la minicomplejidad se sostenía.
Esta razón nos dio más confianza y
flexibilizó o aflojó aún más nuestra intervención sobre los procesos.
4.DINAMIZACIÓN
Al hablar de mini complejidades no
estamos hablando de cualquier tipo de grupo o proceso que surge o se desarrolla
espontáneamente. Hemos dado ya al menos una característica que las diferencia
de cualquier otro tipo de sistema: Aquí ya se ha instaurado una dinámica a
partir de la flujicidad.
Esta flujicidad ha surgido o ha sido
facilitada por condiciones particulares o alguien que tiene algún dominio en su
manejo. Esta es la primera función de una persona a quien hemos llamado
Dinamizador. El dinamizador no inicia los procesos ni los acompaña para
dirigirlos o direccionarlos. El es alguien más que hace parte de la Mini
Complejidad y está tan expuesto a los avatares del proceso como otro cualquiera
de los elementos.
Sin embargo, por su capacidad de
visión más aguda o por el ejercicio en este tipo de procesos, puede estar
atento a que la Mini Complejidad tenga cierta permanencia. Eso mismo se torna
contradictorio con su función porque en el momento en que entra a presionar
pone en peligro la permanencia de la Mini Complejidad como Mini Complejidad; no
puede ser ni más débil ni más fuerte que el promedio de los elementos del
sistema y esto le exige un gran tacto y un gran conocimiento e intuición sobre
esos mundos jóvenes.
El dinamizador no debe tener grandes
expectativas sobre los procesos y menos ejercer presiones que le exijan darle a
estos continuidades artificiales. Por eso este tipo de investigación no resiste
subvenciones condicionadas ni tesis de grado predeterminadas, pues se volverían
una exigencia que malograría los procesos.
El tipo de investigación en el que
hemos trabajado ha sido participante, caótica, rizomática y esto es algo que se
ha experimentado poco, y que además, por su carácter abierto incierto,
aleatorio da la impresión de hacerse cada vez como si fuera la primera.
Es escasa la ayuda que se puede dar o
recibir a lo largo de cada experiencia, porque ésta se va inventando a lo largo
del camino. No es que se quiera improvisar por falta de esfuerzo o por ausencia
del programa, es que no se puede hacer un programa, no se puede constreñir nada
desde el principio ni a lo largo del proceso.
Se pueden plantear estrategias, hacer
propuestas que deben ser el fruto de un gran esfuerzo de reflexión, de estudio,
pero todo lo que se lleva o se pretende, puede variar sustancialmente de un
momento a otro; al fin y al cabo si existe alguna intención ésta puede ser
introducir la variación en la mini complejidad a través de las variaciones que
vayan apareciendo en sus elementos y estas variaciones son impredecibles.
Entre las múltiples formas que podrían
existir para iniciarse en un proceso de esta naturaleza hay una que ofrece la
doble ventaja de incidir sobre el investigador (ahora dinamizador) y que abre
desde el comienzo una libertad para el proceso.
Se trata de PARAR, abandonar el lugar
desde el cual se veían las cosas; dejar de usar por un tiempo los instrumentos
con los que uno se conectaba con el sistema; dejar de moverse en la órbita o el
espacio en el que se venía moviendo.
En otras palabras, se trata de
DESCENTRARSE, DISTANCIARSE, asumir otra posición, otro punto de mira, o si se
quiere, blanquearse, bloquearse en forma consciente. Es como viajar
teóricamente en el sistema y ubicarse en un punto que antes no existía para uno
y desde el cual puede verse o sentirse mucho más, bien sea por extensión o por
comprensión.
Este ejercicio plantea un esfuerzo
descomunal, pues a fuerza de haber girado mucho tiempo en torno al mismo
centro, al mismo problema, se ha generado una alta dependencia gravitatoria.
Moverse de pronto en la dirección y el sentido no acostumbrados es una tarea
casi imposible.
Por eso lo máximo que podemos hacer de
principio es parar; y como el sistema continua en movimiento, de pronto
sentimos que nos hallamos en otro sitio porque vemos las cosas en forma
diferente.
Tras ese sacudimiento inicial, quizá
aprendamos a descentrarnos, quizá comencemos a circular en torno a centros
móviles, quizá comprendamos que podemos movernos un tanto a la deriva.
Otra buena manera de llegar a esta
sensación es entrar en reflexiones interdisciplinarias, tomar contacto con
grupos de discusión metateórica, distanciarnos un tanto de nuestra disciplina
hallando centros en problemas o fenómenos universales. Variará sin duda la
velocidad de las cosas a nuestro alrededor y los objetos y preocupaciones sobre
los que antes girábamos.
5.
GENERADORES
Aprender a observar al interior de un
sistema complejo es una tarea difícil para el investigador o dinamizador. Pero
si hemos venido haciendo parte en la construcción de una mini complejidad y no
tenemos fuertes exigencias externas que determinen el objeto de observación,
podemos nosotros mismos definir qué es lo que va a ser observado tratando de
que esta acción sea coherente con las condiciones de la Mini complejidad.
Hemos dicho que toda minicomplejidad
es en esencia un engendro de sin razón. Pero si bien no puede ser definida por
su razón a largo plazo, quizá sí justifique razones pasajeras. Los jóvenes se pueden
comprometer y hasta dar la vida por un rato de felicidad o de algo que les
parezca con sentido así se acabe muy pronto.
parece que un buen objeto de
observación son aquellos elementos o factores que le ofrezcan a la Mini
Complejidad y a cada joven alguna razón, algún sentido, alguna motivación para
permanecer o continuar en el proceso al menos por un tiempo determinado.
A estos elementos los hemos denominado
GENERADORES.
Los generadores pueden ser momentos,
elementos, espacios, sucesos, instrumentos, personas ... en los cuales hay al
menos en un instante, una fuerte concentración de energía; o a partir de los
cuales se inicia algún tipo de variación o de dinamización. Pueden ser también
atractores, nodos de paso, ordenadores iniciales ...
Una característica que hace bastante
difícil el trabajo con generadores, es que estos no existen como tales, pues
son y no son a la vez, o en otras palabras pueden aparecer o no aparecer, tomar
forma real, activa, productiva o no tomarla nunca.
¿De qué depende que
aparezcan, que sean evidenciables, que adopten formas generadoras? De que
alguien los ubique, los sienta, los convierta de energía potencial en materia
real y en el momento preciso.
Esta es una de las grandes tareas del
dinamizador o de los elementos que se hallan vuelto activos dentro del sistema:
aprender a detectar, a cazar generadores.
La ventaja de dedicarse a detectar o
"cazar" generadores es que se evita la saturación de información, la
confusión y las conclusiones aventuradas.
Aquí no hay que hacer diagnósticos, ni
acceder al pasado, ni manejar el presente completo, pues no se maneja la
temporalidad dividida ni la espacialidad segmentada sino la
espacio-temporalidad unificada.
Se trata de estar atentos, en estado
permanente de alerta y dedicarnos a reconocer generadores. Para aprender a
detectar los generadores, los recursos potenciales, los momentos claves de
dinamización, las mejores maneras que hemos hallado hasta ahora son: la
intuición, el tacto, y el dominio de la información que circula en la mini
complejidad y todo esto se logra estando involucrados, participando.
Es tal la velocidad de flujos, el
juego de interacciones que se da, que si no estamos a tiempo y en el lugar
preciso, el suceso se pierde, la información se nos escapa; la confluencia de
circunstancias ya no existe más.
Puede que más adelante se construyan
herramientas físicas para detectar generadores, pero estas, con dificulad
podrán captar momentos psicológicos, emocionales, códigos expresivos de
diferentes niveles, y las mil variables que los acompañan; todo esto es lo que
un buen dinamizador, con una buena práctica, puede llegar a captar "al
vuelo".
Los generadores son fugaces, porque
además de depender de la velocidad del espacio-tiempo, dependen también de la
circunstancia, el contexto y el sentido.
Si un generador no se aprovecha de
inmediato, en el momento en que podría aparecer como una luz de significado
para la Mini complejidad, pasa y deja de ser generador. No tiene sentido
registrarlos, enlistarlos, enunciarlos como fórmulas. Allí todo se juega en la
acción y debemos aprender a vivir en el instante.
Sin un tratamiento adecuado, los
generadores tienen tal poder que se pueden tornar ordenadores, esclavizadores,
homogenizadores y la minicomplejidad puede caer de nuevo en la repetición de
esquemas, la rutina, la esterilidad. Pero un buen tratamiento de generadores
pone a la Mini complejidad en una pista de alta velocidad hacía su desarrollo
creativo.
6.
COGNICION
Cuando indagamos en diversos campos
del conocimiento, uno de los aspectos que se nos revela, por ser común a todas
las disciplinas, es la forma en la cual éstos acceden al conocimiento y las
formas en que lo producen.
Notábamos que quienes generaban
conocimiento en cada una de las disciplinas lo hacían porque se colocaban en
otra perspectiva sobre la realidad que observaban, o por alguna razón habían
sido desacomodadas de su posición convencional y habían entrado en otro nivel
de orden; desde allí veían otros mundos, otras realidades, y esto era lo que se
definía como descubrimiento o creación.
Se producían en ellos rupturas o
derivas frente al orden de cosas existente. Algo había ocurrido en su interior
(en una relación de acoplamiento estructural con el entorno o con su objeto de
observación), que les permitía o les hacía ver sentir o pensar de manera
diferente a como ellos o sus colegas lo venían haciendo.
Fue esta imagen la que al conectarse
con la idea del mecanismo de replicación que nos era evidente en la especie
humana, la que hizo que "sintiéramos" que la falta de creatividad así
como la aparición del fenómeno creativo se daban en el ACTO MISMO DEL CONOCER.
Y así llegamos a la concepción de
creatividad como una forma de cognición diferente de la forma habitual en la
que el hombre conoce, pues esta forma convencional con la que conocemos todos
los días es la que ha propiciado y reproducido la humanidad a lo largo de los
siglos.
Si la creatividad quería ser creadora,
si quería variar en el conocimiento, el pensamiento, el sentir, la acción,
debía romper esa cadena de conocimiento y reservarse para sí formas diferentes
de conocer.
La forma de conocer normal es una
necesidad para comunicarnos, para captar una realidad objetiva, estable, para
poder movernos en una realidad, para sobrevivir de la mejor manera. Pero existen
campos y situaciones donde algunos seres humanos pueden acceder de manera
diferente a la realidad, incluso pueden acceder a otras formas de realidad
poniendo en duda la presente.
Esto ha preservado en la especie
humana el potencial creativo y ha dejado el margen apenas necesario para el
desarrollo de la humanidad, para sus avances; pues la humanidad ha mantenido el
control sobre esos márgenes creativos: o campos de exploración no muy
peligrosos, o espacios de creación controlados.
Pero la complejidad de la humanidad y
la simultánea complejificación de su hábitat hicieron que de un lado se
empezaran a abrir grietas por todas partes a la forma ancestral de conocer y
que nuevas formas se revelaran y circularan universalmente favorecidas por la
formidable interconexión que se iba dando en el planeta; de otro lado, que la
tradicional forma de conocer ya no fuera tan útil para una nueva época donde la
comunicación dio un salto a otros niveles de orden, donde la realidad se diluyó
en el laboratorio de la ciencia responsable de su antigua objetividad y donde
se tornó difícil e inoperante hablar de verdades y certidumbres.
La acumulación de experiencia, la
repetición, el aprendizaje convencional y en general los grandes principios en
los que se basaba el antiguo paradigma se fueron diluyendo y los seres humanos
quedamos sobre un piso en movimiento, en un sismo permanente.
No pretendemos tomar partido por
ninguna de las teorías del conocimiento que se han planteado a lo largo de la
historia. Tampoco pretendemos inventar una más. Lo que en el fondo de este
escrito se afirma es que sea cual sea la forma en que ha conocido el hombre,
esa forma de conocer se ha transmitido genética y culturalmente a toda la
humanidad. Otra cosa es que existan diferentes interpretaciones o intentos por
explicar ese mecanismo.
Pero lo que nos ha preocupado son las
consecuencias que ese hecho tiene: Si la humanidad está dotada de un sistema de
cognición homogéneo, entonces todo hombre ve, siente, piensa, más o menos de la
misma manera y el hecho de que compartamos una misma realidad y cada uno de
nosotros la modifique tan poco, lo confirma.
comenzamos a indagar: ¿De
dónde ha surgido esa idea y esa vivencia de realidad única?
Muchos investigadores están de acuerdo
en afirmar que surge de los modelos explicativos que se ha ido haciendo de ella
la humanidad. Es decir, yo accedo a la realidad o al mundo (así sea a mi propio
mundo) a través de una cierta capacidad de acceso que tengo prefijada y esa
capacidad me la dan los modelos conscientes o inconscientes que tengo de ella.
Luego, los modelos o representaciones, que son más simbólicos o inmateriales,
también deben ser homogéneos porque participamos de un mundo perceptual común.
Entonces la relación que establecemos tanto con la realidad física como
simbólica la establecemos todos más o menos de la misma forma. Estamos
entrampados, encerrados en un orden tan evidente tanto en su realidad como en
su imagen que parece no haber nada fuera de él ni ninguna salida posible.
7.
DESORDENAMIENTO
Nada nos impide pensar que si no fuera
tan fuerte el esquema sobre nuestra forma de cognición, habría muchas personas
que podrían comenzar a conocer de manera diferente y podrían sentir, pensar,
imaginar, construir mundos diferentes y realidades simbólicas diferentes y
establecer con ellas relaciones diferentes ... ESTO SERIA CREAR.
¿Pero cómo lograríamos
conocer, pensar, sentir y hacer de maneras diferentes?
¿Cómo romper esa barrera de
replicación, esos órdenes inherentes en los jóvenes y en las minicomplejidades?
¿Cómo debilitar ese condicionamiento, ese esquema mudo y universal
que impide ver, sentir, pensar y hacer de otras maneras?
El descentramiento, el giro
metodológico y una inmersión por campos epistemológicos, nos trajo una respuesta
sencilla pero poderosa: DESORDENANDO; haciendo que el orden en el que nos
sentimos en un momento, se sienta o se vea diferente en otro momento; y este no
es un problema de alta teoría ni de alta complejidad, pues no queremos decir
que se trata de hacer rupturas epistemológicas radicales, ni de variar de un
tajo todo nuestro sistema de cognición.
Si la humanidad, además de conocer más
o menos de la misma manera, hubiera logrado definir esa manera como única forma
de conocer, es decir, si todos los pensadores se hubieran puesto de acuerdo
sobre una única teoría del conocimiento como válida, bastaría desordenar esa
forma de conocer para poder crear.
Pero como bien sabemos, las ciencias
que indagan sobre estos fenómenos no han definido ni van a definir un único y
claro mecanismo de cognición. Por tanto no sería adecuado desordenar a partir
de los numerosos mecanismos o sistemas que plantean las diversas teorías del
conocimiento.
La práctica apareció en nuestra ayuda
mostrándonos un camino mucho más sencillo para desordenar de tal manera, que
poco a poco el engranaje general de la cognición quedara implicado en ese
desordenamiento.
Habíamos estado intentando ver las
cosas de otra manera y ese esfuerzo lograba algo pero sólo en el orden
simbólico, en lo imaginario, y esto se nos hacía normal en el quehacer diario
de un artista o de un ser medianamente dotado de cierta creatividad, pero se
nos hacía difícil para la gente del común y para los jóvenes.
De pronto, un día cualquiera, al
intentar volver a su disposición habitual un objeto que se había torcido en la
pared, uno de nosotros cayó en cuenta de algo que se tornó muy revelador:
UNA FORMA DE VER LOS OBJETOS DE MANERA
DIFERENTE ES VARIANDO CONSCIENTE Y FISICAMENTE SU DISPOSICION.
A pesar de parecer esta una verdad tan
obvia y tan simple, nos dedicamos a variar de alguna manera lo que teníamos en
frente o a nuestro alrededor y nos dimos cuenta también de que en ese intento
por despistar nuestra forma de ver y de sentir no era tan necesario construir
instrumentos o experimentos complicados, inalcanzables para cualquier persona
común o para los jóvenes de nuestra investigación.
Lo más interesante del descubrimiento
era que EL MECANISMO DESORDENADOR ESTABA AHÍ A LA MANO DE CUALQUIER PERSONA Y
EN TODO TIEMPO Y LUGAR.
Esto trastocaba de alguna manera las
concepciones convencionales de creatividad en términos de tiempo, acumulación,
nivel, esfuerzo, inspiración, utilidad y originalidad.
Se constituía en un patrimonio de
acceso inmediato para cualquier ser humano y surgía así un nuevo potencial, un
nuevo recurso abundante e inacabable para la Humanidad.
Sin embargo, había otra gran
preocupación: Si el desordenamiento era una herramienta tan sencilla y tan
accesible y a la vez si podía ser tan poderosa como para variar la forma de
cognición y llegar a producir personas, situaciones y aún realidades
diferentes, entonces no se podía presentar públicamente ni experimentar de
manera inmediata con los jóvenes en los procesos que veníamos adelantando.
¿Qué podríamos hacer con esa herramienta sencilla pero sorprendente,
si no la podíamos usar?
Decidimos iniciar nosotros mismos la
experiencia y de esos procesos personales y de lo que ellos nos han aportado
hemos deducido que en una investigación como la que venimos planteando, el
dinamizador debe asumir inicialmente la práctica desordenadora.
Se debe comprender que nuestra
propuesta de desordenamiento no plantea cambios definidos, no dice qué
desordenar ni hacia dónde. Cada persona y en cada caso cada investigador,
decide por cuál o cuáles de las infinitas variaciones posibles comienza. Todo
lo que es, lo que hace, lo que usa, lo que cree, lo que piensa, lo que ve, lo
que siente ... puede estar sujeto a desordenamiento, puede variarlo, moverlo,
cambiarlo en la forma que desee.
No creemos que exista en ninguna
persona o en su entorno algo tan inmutable que ella no pueda modificar en algún
sentido y parece mucho menos probable que no haya allí al menos algo en
posibilidad de ser variado, desordenado.
Para evitar malentendidos queremos
diferenciar éste de por lo menos otros tres procesos que parecen similares:
Hay propuestas que plantean una
contradicción absoluta con algún orden de la realidad, y su oposición y su
rechazo llevan a proponer e instaurar el orden contrario como una nueva verdad.
Esto no coincide con nuestra propuesta porque aquí lo que se va a variar no se
carga se sentido ni de connotaciones negativas. Se varía eso en particular
porque está a la mano, no porque esté mal o deba cambiarse. Y lo que surge de
ese cambio no es ninguna verdad ni un orden contrario nuevo para mantener.
Otra interpretación posible del
desordenamiento es pensar que se trata de descomponer, atomizar, anarquizar o
desorganizar cualquier cosa, circunstancia o proceso, con la idea de que hay
que desordenar sólo lo convencional, lo que es regular, organizado, estable.
Pero nuestra propuesta plantea el desordenamiento de cualquier tipo de orden o
disposición así éste sea desorganizado, caótico o complejo.
Una persona, espacio o ambiente
considerado como desordenado y caótico, podría ,al entrar en procesos de
desordenamiento, adquirir cierta coherencia que devuelva la confianza a su
entorno:
Por ejemplo, al iniciar procesos de
este tipo con jóvenes bastante agresivos y violentos, su auto- desordenamiento ha
construido otros caminos y no necesariamente opuestos, donde incluso la
agresividad se ha trascendido; así hemos llegado al concepto de
"transgresividad".
Habría al menos otra propuesta que
respetamos pero que es bastante radical en la perspectiva del desordenamiento.
Se trata de romper ordenes demasiado grandes o profundos que están más en el
fondo de las personas que fuera de ellas. Este proceso requiere ponerse en
manos de alguien que maneja un camino del conocimiento y puede suponer peligros
y riesgos altos tanto para la persona como para su entorno.
La propuesta creática al plantear
desordenamientos simples, sencillos, a la mano, permite que el proceso sea
lento, personal, sereno y que el distanciamiento con su realidad sea apenas
perceptible.
El haber desarrollado una práctica
desordenadora nos permitió empezar a ver de manera diferente la realidad, nos
posibilitó el sentirnos cómodos en la movilidad interna de la mini complejidad
y nos hizo dúctiles para comprender y respetar los innumerables órdenes
posibles; Además nos hizo facilitadores de "ambientes generadores de
estímulos desordenadores"(o M.C)y nos fue dotando de una mirada y un
pensamiento complejo para poder "leer" y comprender mejor la Mini
complejidad.
8.
CONFIGURACION
El antiguo observador incólume, el que
estaba separado de su objeto y podía ver una realidad estática, objetiva, en
este tipo de experiencia investigativa queda comprometido a tal punto que él
mismo entra en conmoción movido desde adentro, desordenado.
¿Qué es lo que va a
observar ahora, si ha comenzado a ver, a sentir, a pensar y a relacionarse con
el entorno y con su objeto de investigación de manera diferente?
¿Qué instrumentos podrán serle útiles cuando las relaciones al
interior de la mini complejidad se han tornado diferentes?
A este nuevo tipo de observación,
compleja y desde un punto de vista móvil, donde todo se comienza a ver de
manera diferente la hemos denominado CONFIGURACION.
Si toda minicomplejidad está en
movimiento y en un contexto que también se mueve, no podemos determinar un
punto fijo de observación ni unas constantes a observar.
Recordemos que Caos es ante todo
velocidad y aquí tenemos que enfrentarnos a fenómenos de altísima velocidad y
en múltiples órdenes tanto físicos como de sentido.
Así que deben aparecer nuevos
instrumentos y de otro orden y ya la ciencia del caos y las complejidades han
hecho propuestas al respecto.
En nuestro caso, hemos llegado a la
configuración como una observación flexible, que ve en dinámicas, en
perspectivas; diríamos que es como una topología de sentido donde los bordes de
los sucesos y elementos se estiran hasta el límite de sus posibilidades y aún
allá.
Configurar no es la simple forma de
abordar una realidad para comprenderla, es la forma creativa de abordar una
situación, un elemento, un grupo, una mini complejidad tornándola susceptible
de transformación.
La configuración no es pasiva,
representacionista, objetivista ni subjetivista. Es la mirada compleja que es
abarcante y abarcada en la mini complejidad y que por tanto transforma y
redinamiza tanto a la mini complejidad como a sus elementos.
Este hecho de tornar maleable la
materia o el sentido total del proceso permite que la Mini Complejidad con
nosotros allí incluidos pueda movilizarse mejor hacia una dinámica creadora.
Configurar es detectar dónde está la
soltura, la diversidad, la potencialidad, para abrir por allí salidas hacia
nuevos estados de cosas en cambio permanente. La configuración es a la vez
fruto y origen del desordenamiento, pues éste le brinda a aquella la capacidad
para ver y producir nuevas disposiciones y tanto el acto mismo de la
configuración como lo configurado retroactúa sobre el sujeto o los sujetos que
configuran.
A este punto, la minicomplejidad está
ya penetrada por muchos flancos y por diferentes acciones y herramientas: La
flujicidad, las acciones desordenadoras, las miradas configuradoras ... y es de
suponer que todo este organismo, toda esa mini complejidad y por tanto todos
sus elementos ya han entrado en estas dinámicas; ahora cualquiera de los
elementos está en condiciones de ser dinamizador, además porque el alimento
básico de los procesos diferenciadores que son los generadores debe haber
seguido fluyendo a todo nivel.
Toda esta acumulación de factores nos
podría conducir a un estado cada vez más alejado del equilibrio (con lo
fructífero que según algunas teorías esto puede llegar a ser) y más divergente
aún desde cada uno de sus elementos propiciando mayor autonomía tanto
individual como de conjunto. Será difícil que el sistema tenga vuelta atrás
porque en esencia ya no es reversible sino autoproductivo.
9.
REGULADORES
Una persona que no esté al corriente
de las características de la época, de la condición que adoptan hoy día los
fenómenos y de las formas de aproximación que se hacen sobre ellos, no podría
comprender este tipo de procesos.
Ante la posibilidad de que un sistema
se dispare en múltiples direcciones y lejos del equilibrio, de que sus
elementos adquieran cada vez mayor autonomía, que su comportamiento global así
como el de sus partes se haga cada vez más impredecible, y de que no exista
allí alguien o algo que controle o maneje ese proceso en algún sentido o hacia
alguna parte, un espectador desprevenido podría sentirse asistiendo al parto y
al desarrollo de un mecanismo monstruoso y de alto poder destructivo.
Las ciencias del Caos, las
Complejidades, la Sinergética, la Termodinámica de los procesos irreversibles y
otros trabajos en este sentido han devuelto la confianza en este tipo de
procesos al hallar reguladores y formas propias que se van dando estos sistemas
para autoorganizarse y aún para tornarse productivos.
Además, una de las intenciones de
algunas de estas teorías y prácticas científicas y metacientíficas, es aprender
a observar estos fenómenos, diseñar y crear herramientas para tal efecto y de
alguna manera entrar a facilitar las condiciones para que se regulen los
procesos o para dotar al sistema de cierta capacidad de control.
En nuestra experiencia investigativa
hemos evidenciado muchas de estas regulaciones y autorregulaciones sobre todo
en las primeras etapas, cuando apenas entramos al fenómeno de la flujicidad.
Existe un catálogo amplio de reguladores, de zonas de atracción, de procesos
autoorganizacionales que fueron derivando de las ciencias mencionadas y de
nuestra práctica (Ver Rubio Creatividad…").
Los chicos con quienes trabajamos al
contrario de anarquizarse o "desordenarse" en el sentido convencional
de esta palabra, van conformando equipos, pequeñas unidades de producción
artística, social, etc., como puede constatarse en el documento
"sistematización de procesos educativos"
Creemos que al entrar en el proceso
fuerte del desordenamiento, ya las ayudas que teníamos de las diferentes
ciencias van a ser de poca utilidad. Sobre todo porque los terrenos de
aplicación de estas teorías han sido con elementos más determinables que el
espíritu humano, así se trate de las fluctuaciones más incontrolables en la
esfera de lo físico o lo biológico.
No estamos haciendo aquí una
afirmación cliché: no decimos que lo humano por ser humano es más indescifrable
que cualquiera de los otros órdenes. Ya hemos afirmado antes que la humanidad
está muy condicionada y sabemos que muchos de sus comportamientos pueden ser
previstos. Aún más, hay ciencias que han incursionado con éxito en el campo de
la autoorganización humana especialmente en la acción de conjunto.
Pero lo que aquí queremos decir es que
dada la misma circunstancia estocástica (aleatoria) en fenómenos de diferente
orden, en el orden humano confluye una mayor complejidad y por eso si los
jóvenes son como las unidades con las que cada una de las ciencias trabaja, son
elementos más complejos que todas ellas y el ámbito de libertad hacia el cual
pueden dispararse dado un "ambiente generador de estímulos desordenadores"
podría ser mucho más alto.
Esta situación y esta limitante ha
sido una de las razones para que surja la CREATICA como una disciplina que
estudia los procesos generadores y los efectos del desordenamiento en el ser
humano.
10.
REORDENANTES
Aquí podríamos comenzar un escrito que
plantee una nueva forma de creatividad y desarrollo sobre los mundos humanos
alejados del equilibrio, de la normalidad la normatividad y de los órdenes
convencionales, con todo lo que esto puede implicar. Podríamos comenzar a
hablar de seres que empiezan a vivir en mundos que ellos mismos construyen, en
realidades perceptuales diferentes; de seres humanos que requieren de otros
sistemas de comunicación, de expresión ... porque empiezan a manejar otros
sistemas de sensación, otros mundos de sentido.
Debimos hacer todo ese recorrido, para
tratar de comunicar que estos nuevos estados de cosas no son la locura ni
muchas otras condiciones que se conocen o imaginan como salidas o escapes de
esta realidad.
Son reordenamientos transitorios,
estados de paso impredecibles, ordenes que no se esquematizan sino que al
hallar creadoramente otros límites, exploran cada vez mayores posibilidades en
una visión de totalidad. Los hemos llamado reordenantes en una referencia clara
al científico David Bohm en su obra "La totalidad y el orden
implicado" ( "El reomodo" cap 2). Allí no se separan sujeto,
objeto y entorno sino que se construyen como una sola realidad, esto exige una
forma de lenguaje diferente que crea nuevos verbos sin sujetos; la acción se
desenvuelve en en un espacio- tiempo unificado que trasciende a otra dimensión
Si las formas de conocer se
diversifican si van existiendo más y más formas de acceder al mundo, de
comportarse con él o de estar-en-él, entonces muchos mundos van a empezar a
forjarse y muchos mundos diferentes van a entrar en un contacto productivo. El
tipo de comunicación y de convivencia variará y la idea de sociedad va a
derivar hacia otras formas al menos en los pequeños conjuntos de individuos que
construyan y vivan estos nuevos sistemas.
Las formas que adopten en muchos
sentidos serán impredecibles y tendran carácter de indecibilidad, pues si
apenas podemos tratar de comprender la mente humana replicadora y bastante
condicionada ¿cómo comprender especímenes humanos de elevado
potencial aleatorio?
Existen individuos de este tipo, se
los podría hallar en las culturas milenarias o a la vuelta de la esquina pero
prefieren pasar desapercibidos; por eso nos encantaría entrar en diálogo con
quienes avizoren este tipo de fenómenos y quienes conozcan experiencias al
respecto, sobre todo como consecuencia de la dinámica misma de esta época y del
desarrollo de nuevos paradigmas.
Los ordenadores de finales del siglo
XX ya están cercanos a convertirse en máquinas de creación, demostrándose que
su camino evolutivo podría superar en poco tiempo el lento desarrollo de la
especie humana. Es hora de que cada vez más seres humanos comiencen a
desarrollar en sí mismos su potencial creador y una de las formas de ponernos
en otra dimensión, en otro nivel de orden más poderoso que el de la creatividad
tradicional, es entrar por los múltiples y móviles senderos del
DESORDENAMIENTO.
VEA APLICACIONES PRÁCTICAS DE
ESTA TEORÍA EN:
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