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domingo, 25 de marzo de 2012

PIAGET Y L. S. VIGOTSKY EN EL ANÁLISIS DE LA RELACIÓN ENTRE EDUCACIÓN Y DESARROLLO



PIAGET Y L. S. VIGOTSKY EN EL ANÁLISIS DE LA RELACIÓN ENTRE EDUCACIÓN Y DESARROLLO



MARÍA  NELA BARBA TÉLLEZ MARITZA CUENCA  DÍAZ AIDA ROSA GÓMEZ
Centro de Estudios de Didáctica Universitaria de Las Tunas, Cuba






Introducción

El impetuoso desarrollo de la ciencia y la tecnología exige cada  día, a quienes  tienen que ver con la formacn del hombre  nuevo, la búsqueda consecuente del modo  más  eficaz de dirigir el desarrollo,  esta compleja tarea  solo pod ser resuelta si la comprensión de  la relación de  lo biológico y lo social en  la conformación de lo psíquico se fundamenta en la dialéctica materialista.

La explicación del proceso  de formación de la personalidad y de las relaciones  y significacn de lo biológico y lo social constituye uno  de  los grandes dilemas  de  la Psicología y la Pedagogía. Al respecto existen posiciones  extremas,  que  han  reflejado los problemas fundamentales del pensamiento filosófico, conocidas  como  biologizadoras  y sociologizadoras y otras  que  han  considerado a ambos factores  como significativos (interaccionistas) pero  que  no han  podido  dar  una  explicación satisfactoria  de  las complejas interacciones  que  se  dan  en  la ontogenia  donde  se  hace  preciso  considerar,  además, lo propiamente psicológico que comienza a desarrollarse y le confiere a la personalidad la posibilidad de asumir un papel activo que garantiza la posibilidad de autodeterminación de lo psíquico

Una  de  las  posiciones   de  mayor  implicación  en  la  arena  internacional  es  la  de  J.  Piaget, representante de  la escuela  sociogenética  y considerado por algunos  autores  como  interaccionista.  L.  S. Vigotsky, al analizar  la obra de este destacado psilogo suizo, señaló  que: "La Psicología le debe  aportes muy importantes  a J. Piaget y no creemos  que sea  una exageración que su obra revolucio el estudio del pensamiento y el lenguaje infantil" (Vigotsky, L. S., 1982, p. 17).



Desarrollo

En toda su extensa  obra J. Piaget ha tratado de explicar la naturaleza del conocimiento y cómo este se  construye,  lo cual  evidencia  su  preocupación por  dar  respuesta a  la demanda social de  desarrollar hombres  inteligentes, y es  por  ello que  su  teoría  resulta  de  especial  interés  en  la comprensn  de  las interrelaciones entre lo biológico y lo social y en consecuencia en las relaciones que se dan entre educación y desarrollo.






Este autor explica el desarrollo, y en especial, el de la inteligencia, como un proceso  progresivo de equilibrio con el medio, a través de los mecanismos de asimilación y acomodación, los cuales garantizan la transformación  de  las  estructuras  operatorias;   es  por  ello que  para  sus  seguidores la  creación  de  un desequilibrio  (contradicción) constituye un momento  importante en la práctica pedagógica, siendo  en este caso  la motivación no lo una  consecuencia sino un impulso hacia  un conocimiento que  se torna como necesario (Piaget, J., 1990).

Su idea  relacionada con  el papel  de  los motivos intrínsecos es  plenamente compartida  con  la posición  histórico-cultural  y,  precisamente,  un  aspecto   importante   para   el  diagnóstico   del  desarrollo intelectual lo constituyen los intereses cognitivos.

En varias  obras  J. Piaget  destaca el  papel  activo del  niño  en  el  proceso   de  construcción  del conocimiento, aspecto  este muy importante en el que también converge plenamente la posición vigotskiana. Sin embargo, Piaget al explicar el proceso  de construcción de conocimientos  hace  especial  énfasis en los siguientes componentes:

        Estructuras lógicas  que  permiten  la construcción  del  Sujeto: capaz  de  distinguir, relacionar, ordenar,  etc.

        Materiales: información, objetos, imágenes e ideas.

        Herramientas,  conocimientos.


Como se  evidencia,  para  Piaget, el adulto no tiene  aquí un papel  importante en  el proceso  de desarrollo  intelectual,  sólo constituye un facilitador  capaz  de  actuar  en el ambiente,  condiciones  externas que rodean  al pequeño con el objetivo de crear el desequilibrio.

Este hecho es consecuencia de que en los trabajos  de este autor el desarrollo  se explica como un proceso  que  va  de  lo individual a  lo social,  y no  como  propugna la  teoría  vigotskiana.  L.  S. Vigotsky, refiriéndose a J. Piaget señalaba, que: sus trabajos  lo conducen  a creer que el niño es impermeable a la experiencia   y  a  considerar   la  socialización  del  pensamiento  como   una   abolición  mecánica  de   las características de la inteligencia propia del niño” (Vigotsky, L. S., 1982, p. 26).

Estas ideas  se expresan con claridad en la concepción de J. Piaget en lo referente al egocentrismo en   el  pensamiento  y  el  lenguaje   infantil,  pues   el  egocentrismo   característico   de   estas   etapas  va desapareciendo en el proceso  de socialización en la misma medida en que el pequeño necesita  compartir su actividad con los demás niños, hecho  este  que  ocurre generalmente, según  él, en la edad escolar.  Así pues, para  este autor el egocentrismo  es entonces  un estadio intermedio en el desarrollo del intelecto entre el pensamiento autista y el dirigido. El carácter egocéntrico del pensamiento se expresa en el lenguaje; y, por tanto, el habla  egocéntrica  es un mero  acompañamiento de  la actividad infantil que  llega a desaparecer para dar pie al habla interiorizada (Vigotsky, L. S., 1982).

De acuerdo  a lo anterior la génesis  del desarrollo, para  J. Piaget, se explica de lo individual a lo social, hecho que se refleja también en el desarrollo de la funcn simbólica, algo que aparece con claridad en sus obras, al explicar el desarrollo del lenguaje y la formación de conceptos.  Para este autor, el lenguaje, al constituir un sistema  de  simbolización es  a  su vez heredero de  otros; por ejemplo, concretamente del juego, actividad que  en sus inicios crea  un espacio  para  la expansn  y expresn  individual en la cual el niño es considerado como un productor de símbolos.




En el juego, con el tiempo, se van integrando  cada  vez más  elementos  de copia de lo real, sobre todo  en  su  manifestación  como  juego colectivo, que  permite  el paso  del mbolo al signo  caracterizado sobre  todo  por la progresiva  socialización del significado. De este  modo  para  J. Piaget  en  el desarrollo simbólico hay un camino  que  va desde la  arbitrariedad inicial del símbolo multifuncional  y personal  a la adaptación impuesta por la necesidad de comunicación.  En esta  tesis también  el autor revela su posición naturalista,  ya que el desarrollo del no es examinado como la evolución del ser biológico en condiciones sociales, pero sin concebir que el eslan  mediatizador,  para  la estructuración de todas las manifestaciones psicológicas  del  no  desde su  nacimiento,  lo constituyen  las  personas y todo  lo humanizado  por  su actividad eminentemente social (Piaget, J., 1983).

Un  momento   importante  en  la  obra  de  J. Piaget  es  su  comprensión   acerca   del  proceso   de interiorizacn, estrechamente relacionado  con el tránsito sucesivo desde la inteligencia senso-motora a su forma  preoperatoria  y  de  esta   a  las  denominadas  operaciones concretas   y  formales.  Por  tanto,  el pensamiento en su manifestación  inicial tiene un carácter  externo, sin embargo, el paso  a las subsiguientes etapas de interiorización constituye un proceso espontáneo ligado a la maduración de las redes neuronales que se encuentran en la base  de las estructuras  intelectuales,  esta  explicacn evidencia sin duda  alguna una  explicación biologizadora  del proceso  de desarrollo. En consecuencia, para  J. Piaget la educación  y la enseñanza deberán adaptarse al desarrollo  psíquico del niño, es por ello que  al estudiar  las operaciones intelectuales el experimentador trata de obtener  las tendencias del pensamiento del niño en su forma pura totalmente  independiente del  aprendizaje,  lo cual  queda  claramente expresado  en  la  concepción  del diagnóstico asumida por el autor.

El proceso de interiorización de esas  estructuras,  Piaget lo explica a través de la elaboración  de una teoría  del  desarrollo  intelectual  en  la que  aparecen tres  grandes períodos:  inteligencia  sensorio-motriz, período  de  preparación y organizacn  de  las  operaciones concretas  y período  del pensamiento lógico- formal.

La  inteligencia   sensorio-motriz   que   comienza    con   el   nacimiento   a   partir   de   los   reflejos incondicionados,  es  inmediata, pues  trata  directamente con los objetos  y su  tendencia  es  el éxito de  la acción. Este período culmina alrededor  de los dos años,  y da paso  a la preparacn y surgimiento posterior de  las  operaciones concretas,   que  implica  un  nivel cualitativamente  superior  en  el  desarrollo  de  las estructuras intelectuales.

El  segundo período del desarrollo intelectual Piaget lo subdivide en  dos  grandes momentos:  el subperíodo de preparacn de las operaciones concretas  (pensamiento preoperatorio), y el subperíodo  de las operaciones concretas  (pensamiento operatorio concreto).

El pensamiento preoperatorio abarca desde los dos hasta  los siete años  aproximadamente, y se caracteriza  por ser un pensamiento preconceptual, intuitivo, egocéntrico,  muy influido por la percepción  y donde el niño se encuentra todavía centrado en su punto de vista.

El pensamiento operatorio  concreto comprende desde los siete u ocho años  hasta  los once o doce años,  y conlleva un importante  avance  en el desarrollo del pensamiento infantil. Aparecen  por primera  vez operaciones mentales,  aunque referidas  o ligadas  a  objetos  concretos.  Entre las principales  operaciones comprendidas en este estadio, Piaget señala la clasificación, la seriacn, la conservación, y otras.




Estas estructuras  lógicas se van haciendo  cada  vez más  complejas  hasta  culminar a los quince o dieciséis años,  con el desarrollo  de  estructuras  lógicas  formales  o pensamiento lógico-formal, el cual se caracteriza  por ser un pensamiento hipotético-deductivo que  le  permite  al sujeto llegar a  deducciones a partir de hitesis enunciadas verbalmente,  y que son, según  Piaget, las más adecuadas para  interactuar e interpretar la realidad objetiva. Estas estructuras lógico-formales resumen las operaciones que le permiten al hombre  construir, de manera efectiva, su realidad.  Todo conocimiento es por tanto, una construcción activa por el sujeto de estructuras operacionales internas.

La formacn de estas  estructuras  durante  la ontogenia  son un efecto de la maduración natural  y espontánea, con poco o ningún efecto de los factores sociales, incluida la enseñanza y la educación.

La obra de J. Piaget sirve de base al constructivismo contemporáneo, corriente de gran aplicación en la práctica cotidiana actual en diferentes países,  la cual tiene como premisa  la construcción de su propio desarrollo  en  el aprendizaje. Esta corriente  tiene  entre  sus  representantes fundamentales a  J. Novak y D. Ausubel, quienes  propugnaban en 1968 su teoría del aprendizaje en la Universidad de  Cornell en los Estados Unidos. La idea principal, que toman como pilar de su edificio teórico, es que el conocimiento previo constituye el elemento más importante en el aprendizaje, por cuanto es la base  del aprendizaje significativo. Este proceso  se produce  lo como resultado  de la interacción entre la nueva información y la ya existente en  las  estructuras   cognitivas  del  aprendizaje,  pues   se  torna  especialmente  significativa  para   ello,  al relacionarse con la información ya existente en el propio proceso de aprendizaje. Por tal razón, los conocimientos   previos  son   denominados,  por  estos   autores,   ideas   de   anclaje,   de   afianzamiento   o subsumidores (Moreira, M. A., 1994).

La Pedagogía Operatoria  parte  de la concepción  de que el conocimiento es una  construcción que realiza el individuo a través de su actividad con el medio. Sin embargo, el conocimiento de la realidad  será más  o menos  comprensible  para  el sujeto en dependencia de los instrumentos intelectuales que posea, es decir, de las estructuras  operatorias de su pensamiento, por lo que  el objeto de la Pedagogía Operatoria es favorecer el desarrollo de estas  estructuras,  ayudar  al niño para  que construya sus propios sistemas de pensamiento. Para esto, se debe  propiciar el desarrollo de la lógica de los actos del niño, de forma tal que sea  el propio sujeto el que infiera el conocimiento de los objetos y fenómenos de la realidad,  sin ofrecerlo como algo acabado, terminado.

En este  proceso  de  construcción  del conocimiento,  la Pedagogía Operatoria  le asigna  un  papel esencial  al error que el niño comete  en su interpretación de la realidad. No son considerados como falta, sino pasos necesarios en el proceso  constructivo, por lo que se contribuirá a desarrollar  el conocimiento en la medida  en que  se tenga  conciencia  de  que  los errores  del niño forman parte  de  su interpretación  del mundo.

En esta  tendencia,  el alumno  desempeña un papel  activo en el proceso  de aprendizaje, ya que se entiende  este como un proceso  de reconstruccn en el cual, el sujeto organiza  lo que se le proporciona  de acuerdo  con los instrumentos intelectuales que posee  y de sus conocimientos anteriores.

Es necesario   tener  en  cuenta   que,   según   esta   tendencia,   los  conocimientos   se  apoyan   en determinadas operaciones intelectuales que son construidas  por el individuo siguiendo procesos  evolutivos, por  lo que  la enseñanza debe  tenerlos  en  cuenta  para  poder  asegurar que  los conocimientos  que  se ofrezcan al alumno  puedan ser integrados  a su sistema  de pensamiento; si esto no ocurre, los mismos  se




convertirán en inoperantes. El niño podrá  llegar a realizar correctamente tareas o ejercicios escolares,  pero de  manera mecánica,   ya  que  todavía  no  ha  desarrollado  las  bases intelectuales  que  le  permitan  la comprensión  lógica de los mismos.

La enseñanza debe   tener  en  cuenta   el  ritmo  evolutivo del  niño  y organizar   situaciones  que favorezcan el desarrollo intelectual, afectivo y social del niño. Por lo tanto el profesor asume las funciones de facilitador del aprendizaje, ya que a partir del conocimiento de las características  psicológicas del individuo en cada  período del desarrollo, debe  crear las condiciones óptimas para  que se produzca  una  interacción constructiva entre el alumno y el objeto de conocimiento.

El  profesor  debe  evitar, siempre  que  sea  posible,  ofrecer la solución a  un problema  o transmitir directamente un conocimiento, ya que esto impediría que el estudiante  lo descubriese por mismo, además debe  contribuir a que el alumno comprenda que no sólo puede  llegar a conocer a través de otros (maestros, libros), sino también por mismo, observando, experimentando.

Luego de analizar la posición de J. Piaget en el análisis de la relación entre educación  y desarrollo y su vigencia en la actualidad,  es necesario  detenerse en la teoría histórico-cultural fundada por L. S. Vigotsky , quien revolucionó toda la teoría psicológica desde las posiciones de la dialéctica materialista, hecho que le permitió aseverar que el desarrollo ocurre como resultado de la asimilación de la experiencia histórico-social y se produce  gracias  a la actividad y comunicación del niño con el medio social, adquiriendo  características distintivas en las diferentes etapas de su desarrollo. De este modo, en la ontogenia,  se produce  un desarro- llo biológico socialmente  condicionado.

La dialéctica en la comprensión  de lo biológico y lo social en la obra  de L.  S. Vigotsky se aprecia desde sus postulados iniciales:

        La psiquis es  una  propiedad del hombre  como  ser material  que  goza  de  una  determinada organización física.

        La psiquis del hombre es social.


El  primer  postulado  nos  hace  rechazar cualquier explicación  de  la psiquis  como  algo  especial independiente de la organización  material del sujeto, mientras que el segundo exige superar  todo punto de vista biologizador  sobre  el desarrollo  humano,  y por  ende  comprenderlo  como  resultado  del desarrollo histórico-cultural. Así la clave para  la explicación del determinismo  social está  en la aplicación del método genético  en  el estudio  de  los fenómenos psíquicos  lo cual implica estudiarlos  en  su desarrollo  histórico, ontogenético y funcional, pues es imposible enfocar el estudio de la psicología humana como si se tratara de algo ya hecho, estático.

Al estudiar el proceso de surgimiento y desarrollo de los organismos vivos, (filogenia) se aprecia  que inicialmente existe un imperio o predominio de leyes biológicas, que garantizan las adaptaciones al medio, sin embargo, al complejizarse  los organismos como resultado  de la también  creciente complejización del medio aparece la necesidad de otro tipo de adaptacn, que  se produce,  no con la transformación  de las estructuras   anatomofisiogicas,   sino  con  la  ayuda   de   instrumentos   que   funcionan   como   órganos artificiales” o “amplificadores  sensoriales  y que  cambian  el modo  de  interacción  con  el medio,  el cual adquiere un carácter  mediatizado, de esta manera la transformación  de la adaptacn en actividad laboral,




instrumental,  mediatizada  hace  que  los procesos   psíquicos adquieran el mismo  carácter  mediatizado, debido a fenómenos peculiares que aparecen sobre la base del trabajo. Al respecto,  Vigotsky enfatizó en el papel de los signos, entre los cuales privilegió al lenguaje, mediante  el cual se acumula  y transmite la cultura humana, se garantiza  la interacción social, y reproduce  la planificacn de las acciones, lo cual conduce  a la aparición de la conducta volitiva, indicador peculiar del psiquismo humano.

El lenguaje  hace  que procesos  cognitivos como la memoria,  la percepción y otros, se conviertan en procesos  voluntarios, conscientes  y por tanto adquieran la categoría  de funciones psíquicas superiores,  que surgen   entonces   como  resultado   de  la  aparicn  de  la  funcn  simbólica  de  la  conciencia,  proceso condicionado   a  la  interacción  social.  Estas  ideas   quedan  explicadas   con  magistral   claridad   en  sus investigaciones  sobre  la memoria,  al respecto  señalaba que:  "La propia  esencia  de  la memoria  humana consiste en que  el hombre  recuerda activamente  con la ayuda  de signos" (Vigotsky, L.  S., 1984, p. 98). Su reflexn evidencia que concibe al signo como un medio de accn psicológica sobre  el comportamiento, o sea, dirigido hacia dentro, dicho de otro modo, la utilización de los mismos permite la regulación consciente del comportamiento.

Precisamente  al comparar la psiquis humana con la animal L. S. Vigotsky se dio cuenta  de que el hombre  es  capaz  de  crear  el estímulo que  determina  su modo  de  actuar,  y de  esta  forma, lo utiliza en calidad de medio que le permite dominar los procesos  de su propia conducta  y de la ajena.  A este proceso L. S. Vigotsky lo denomi signacn (Vigotsky,  L.S., 1984) y se produce como resultado de la asimilación y del uso consciente,  por el niño, de los signos de índole variada.  En sus obras  estableció  las fases  por las que atraviesa  el uso de los signos:

1)      NATURAL  O PRIMITIVA: en la cual los signos no son usados del todo.

2)    USO MÁGICO DEL SIGNO: cuando  estos se usan siguiendo el principio puramente exterior, pero no participan realmente  en la solución de tareas.

3)    USO DE LOS SIGNOS EXTERNOS: cuando  son utilizados de manera mediatizada para  la solución de diversas tareas.

4)    USO DE LOS  SIGNOS  INTERNOS: sobreviene  como resultado  del proceso  de interiorización de los signos externos, proceso  que se explica como el resultado  del tránsito de la actividad colectiva, social a la individual o de transformación de lo ínterpsíquico en intrapsíquico.

De esta  manera en los trabajos  de L. S. Vigotsky se plantea  que  en la filogenia del psiquismo  los planos  del desarrollo  transcurren  separados, primero  un predominio  de  las  leyes biológicas  y luego las sociales,  mientras  que  en la ontogenia  ambos planos  del desarrollo  (el natural  y el cultural) coinciden, se revierten el uno en el otro, ya que cuando  el niño nace  lo hace  en un medio cultural, donde  existe toda una experiencia  que  tendrá  que  asimilar,  de  este  modo  el proceso  de  formación  de  la personalidad es  un proceso  de maduración biológica del organismo,  históricamente  condicionado,  de allí que  los femenos psíquicos son sociales desde su mismo origen, y no son dados de una vez y para  siempre al momento  del nacimiento, sino que ellos se desarrollarán en dependencia de las condiciones de vida y educacn  a la que el sujeto se exponga.

Para  este  autor,  lo erróneo  en  las diferentes  posiciones  teóricas  que  trataron  esta  problemática radica en que explicaron el desarrollo en la ontogenia  de la misma forma en que transcurre en la filogenia,




lo que los llevó, incluso, a plantearse una interrogante relacionada con el papel determinante de uno de los dos factores, lo biológico o lo social en lugar de preguntarse cómo es que  se da  la interrelación de estos factores en el proceso de conformacn de lo psíquico en la personalidad.

Así, según  la  posición de  la  teoría histórico cultural, el desarrollo  en la ontogenia  es  un proceso complejo  que  ocurre conforme a las leyes  de  la dialéctica, de  este  modo  debe  explicarse  integralmente, pues todos los procesos  se interrelacionan y uno influye sobre otro para  conformar un cuadro general  de la estructura de la psiquis que se torna peculiar en cada  etapa del desarrollo, precisamente a esto L. S. Vigotsky lo denominó  como Sistemas Psicológicos, que guardan estrecha relación con las condiciones  sociales  que los generaron.

Por ejemplo, en una etapa inicial del desarrollo la memoria  tiene gran significación y constituye un proceso  directo generalmente muy ligado  a  la percepción  de  los objetos  y a  las acciones  prácticas  que realiza, la fuerza de los estímulos externos  determina  lo que  el no fija y recuerda, y el lenguaje  no tiene gran participación en las funciones de la memoria y no es capaz  de regular la conducta, lo que se refleja en la imposibilidad de planificar conscientemente las acciones. Posteriormente  el lenguaje  alcanza  un mayor desarrollo, de igual modo el pensamiento y comienza  entonces  a realizar acciones  que antes  se centraban en la percepción,  aparece la posibilidad de regular  su propia  conducta  lo cual se refleja en el desarrollo volitivo que se manifiesta, por ejemplo, en las formas de recordacn  que ya no depende tan directamente de los objetos sino que se mediatiza  por los propósitos y objetivos de las tareas,  pero la propia percepción cambia,  se constituye en un proceso  cualitativamente superior, de manera que lo que se percibe está  más influido por los propósitos y especificidades  de la tarea que por las peculiaridades de los objetos.

Así, el  desarrollo  psíquico  que  se  opera   en  determinado periodo  no  está  condicionado   a  la maduración biológica, lo cual constituye una  condicn necesaria para  el desarrollo,  pero  solamente eso, una condición , sin embargo el medio social en el que el pequeño nace y se desenvuelve  no es simplemente una  condición sino que  constituye la verdadera fuente del desarrollo  en el que  están  contenidos  todos los valores  materiales  y espirituales  que  el niño  debe  de  hacer  suyos  en  el proceso  de  formación  de  su personalidad.

De  manera que  el  proceso   de  apropiación   de  la  cultura  constituye  un  factor  esencial  en  el desarrollo, en dicho proceso  es necesario  considerar  al niño no como un receptor pasivo sino como sujeto activo que  interacciona no  solo  con  objetos  materiales,   sino  con  adultos  y coetáneos que  constituyen mediatizadores fundamentales ya que  sin su ayuda  no podamos  pensar  en la apropiacn  de la cultura por el niño de  manera independiente.  L.  S. Vigotsky demostró  el papel  del “otro “como potenciador  del desarrollo,  capaz  de organizar  y estructurar  conscientemente el proceso  de apropiación  del conocimiento. De estas ideas se desprende la ley genética del desarrollo, definida por L. S. Vigotski de la siguiente manera:

Cualquier función en el desarrollo cultural del niño aparece dos veces, o en dos planos  diferentes. En primer lugar aparece en el plano social y después en el plano psicológico. En principio aparece entre las personas como  una  categoría   interpsicológica.  Esto es  igualmente  cierto con  respecto  a  la  atención  voluntaria,  la memoria lógica, la formación de conceptos y el desarrollo de la voluntad (Vigotsky, 1995, p. 150).


Con esta  ley el autor  establece que  sólo  a  partir de  la interrelación del sujeto con  las  demás personas, “el otro”, el niño interioriza las funciones psicológicas y mediatiza sus relaciones con el resto de los miembros  de la sociedad. Además, reafirma una vez más la importancia de ver el desarrollo psíquico como un proceso que va de lo social a lo individual.




De ahí que todo hecho psicológico transcurre primero en un plano externo, como una funcn social, y posteriormente pasa al plano interno, intrapsicológico. El maestro  al diagnosticar  cada  sujeto debe  evaluar aquello que se encuentra en ambos planos y la posibilidad de poder hacer solo aquello que antes  hacia en el proceso de interacción social.

Esta ley básica  se sintetiza en el concepto que constituye la esencia  de toda la teoría vigotskiana: la zona de desarrollo próximo, este aporte resultó de gran valor para  el diagnóstico y pronóstico del desarrollo psíquico, tanto del niño normal como con necesidades educativas  especiales, y se define como: “La distancia entre el nivel de desarrollo real determinado por la capacidad de resolver independientemente un problema, y el nivel de desarrollo potencial, determinado a través de la resolución de un problema  bajo la guía de un adulto o en colaboración con otro compañero más capaz” (Vigotsky, 1995a, p. 15).

La zona  de desarrollo  próximo permite considerar  que lo que el no hoy puede  hacer  con ayuda debe   llevarlo, a  que  cuando   se  apropie  de  ese  conocimiento,  pueda operar  con  el mismo  de  forma independiente, sea  capaz  de transferir su experiencia  a nuevas  situaciones.  Si siempre  que  el alumno  se enfrente  a  un nuevo  problema  va a  necesitar  de  la ayuda  de  un compañero mejor preparado o de  un adulto, entonces  la enseñanza no ha  sido verdaderamente desarrolladora como para  que  pueda asumir nuevas tareas  y solucionarlas a partir de la experiencia anterior.

De todo lo anterior se infiere que el proceso de desarrollo está, sin dudas, mediado por la acción de los otros, por lo tanto el proceso pedagógico es un proceso eminentemente interactivo en el que la categoría comunicación tiene una gran significación. Sin embargo, fue poco tratada  aún por sus seguidores, quienes destacaron en la zona de desarrollo próximo principalmente la relacn entre el sujeto y la tarea cognoscitiva dejando  al margen las ltiples relaciones  interpersonales que  mediatizan dicho proceso,  además, tal situación condujo a que, erróneamente, se centrara  la atención en el producto o resultado  de dicha tarea  y no en el proceso y en su principal resultado “el desarrollo psíquico generado como fruto de la interacción”, lo cual escapa de la conciencia de muchos maestros que se centran en el aspecto  externo de la tarea cognitiva y como consecuencia tampoco  se hace  conciente por los alumnos,  lo que  propicia que  estos  asuman un papel pasivo y que las actividades que realicen no sean  significativas para ellos.

Así, es necesario  reflexionar acerca  de cómo lograr que estas  interacciones sean  más efectivas, por otro lado, el maestro  debe  concientizar que él es el encargado de organizar  estas  interacciones sin eliminar el papel  activo de  los educandos, en este  sentido  en las investigaciones  pedagicas queda mucho  por tratar.

Si  se  habla  de  interacción en  la zona,  quiere  decir que  los sujetos  de  la interacción deben  ser conscientes  de los objetivos y compartir motivaciones. Al respecto  L. Morenza  habló de la necesidad de la negociación  de  intenciones  en el proceso  pedagógico, sin embargo esto no siempre  ocurre, es frecuente observar  que  en  el proceso  docente  muchas  veces  los objetivos y motivos de  los alumnos  y maestros difieren, por eso no se logra una verdadera interacción, lo cual no garantiza una verdadera potenciación del desarrollo.  Esto no quiere decir que  el maestro  debe  conocer las motivaciones e intereses de los alumnos para  adaptarse a ellas, sino que sobre la base  de este conocimiento debe propiciar la aparición de intereses y necesidades que  se  correspondan con  los objetivos curriculares,  o sea  la actividad docente  debe  ser significativa para  el estudiante,   quien  tendrá  también  entre  sus  objetivos alcanzar   mayores  niveles de realización, únicamente de este modo lograremos que asuma un papel activo.




Al  abordar la zona  de  desarrollo  próximo es  preciso  también  considerar  lo relacionado  con las ayudas,  las cuales  deben  corresponder con las reales  necesidades del sujeto, una  ayuda  prematura no genera desarrollo, provoca pasividad  intelectual, convierte al sujeto en un ser pasivo que se acostumbraesperar que  la ayuda  provenga  siempre  desde afuera.  La ayuda  siempre  debe  considerar  las potencia- lidades del sujeto, apoyarse en sus reservas, incluso algunos autores consideran la posibilidad de generar la auto ayuda.

El  proceso  de  ayuda,  sobre  la base del “otro” se  percibe  como  un  proceso  en  el que  el “otropromueve,  facilita que  el sujeto  alcance  un  nivel de  realizacn,  una  apropiación  y un  aprendizaje que permita un nivel de desarrollo de las estructuras  que están  comprendidas o cristalizadas  en el conocimiento aprendido.

A partir de la teoría de L. S. Vigotsky se recomiendan los siguientes niveles de ayuda:


     PRIMER  NIVEL: El “otro”   lo brinda o recuerda una  orientación general  de la tarea,  procurando que el sujeto haga uso, de la forma más  independiente posible, de lo que ya tiene formado o en vías de formación y llegue por solo a una solución.

     SEGUNDO   NIVEL: Recordatorio  de  situaciones  semejantes a  la  tarea  que  se  le ha  indicado, procurando que  el alumno realice,  por sí mismo, una  transferencia  de  lo que  posee  en  el desarrollo actual o real, a la nueva tarea que se le propone.

     TERCER NIVEL: Colaboración o trabajo conjunto entre el otro” y el sujeto, en cuyo proceso se deja, en un momento determinado de la colaboración, que el sujeto termine la tarea por solo.

     CUARTO  NIVEL: Demostración  de cómo se realiza la tarea.  Ésta sólo se debe  utilizar cuando  el sujeto demuestra que  no tiene reservas  y recursos  internos formados  o en formación que  le permitan actuar y resolver las tareas de forma más o menos independiente.

El empleo de niveles de ayuda es muy importante en el proceso de enseñanza desarrolladora, pues impone que la enseñanza no sea explicativa, verbalista, demostrativa, sino que tenga un carácter científico e investigativo, lo que obliga al estudiante  a tener una participación activa e independiente en este proceso.

La utilización de las ayudas  sólo tiene un objetivo transitorio, o sea el de promover el desarrollo y dar los recursos para que el sujeto llegue a realizar de manera más independiente las tareas  cognitivas.

Con esta  teoría  L.  S. Vigotsky demostró  que  la educación  y la enseñanza guían  y conducen  el desarrollo,  por lo tanto el aprendizaje y el desarrollo  psíquico están  interrelacionados desde los primeros días  de  vida del niño y señaló  que  en  los niños de  idéntico nivel de  desarrollo  mental  variaba  en  gran medida  la capacidad para  aprender con ayuda  del adulto  o un compañero más  capaz,  y por tanto  su aprendizaje sería distinto (Vigotsky, 1995a, pp. 11-15).

Al respecto  L. S. Vigotsky afirmó que  el aprendizaje solo puede  ser efectivo en la medida  en que tome en cuenta la lógica interna del proceso de desarrollo de lo psíquico en el niño, las leyes que lo rigen, de esta  manera conside la significación de  tener  en  cuenta  los períodos  sensitivos, categoría  inicialmente dada por M. Montessori, que se relaciona con aquel momento  del desarrollo psíquico en que están creadas todas las condiciones para  el desarrollo de determinada formacn psicológica. Por otro lado el aprendizaje debe  apoyarse en lo ya adquirido, solo así se capaz  de estimular un verdadero  desarrollo.




La zona de desarrollo próximo indica entonces  que el desarrollo psíquico puede  ser dirigido desde afuera,  Siguiendo estas  ideas,  P. Ya. Galperin, uno de sus más  fieles seguidores, destacó  que el papel  del adulto radica  en enseñar al niño a orientarse  en la solución de la tarea,  pues  solo de este  modo  tomará conciencia  de  la estrategia más  efectiva a utilizar para  su solución y podrá  trasladar  lo aprendido a una situación similar en la que actua de manera independiente; a este tipo de orientación la denominó  Base Orientadora de Tipo III, que aparece magistralmente descrita en sus trabajos y que sugerimos  profundizar.

Este  tipo  de  base  orientadora está   relacionado   con  la  necesidad  de  estimular  la  actividad metacognitiva como garantía  de un aprendizaje verdaderamente desarrollador.

Siguiendo las ideas antes  expresadas se puede  comprender que el desarrollo se explica gracias  a la compleja interrelación que se produce entre lo interno (lo psíquico) y lo externo (influencias del medio), que se produce gracias a la actividad y la comunicación. Es necesario destacar que, a pesar  de que se reconoce la determinación  de lo psicológico por las condiciones de vida y de educación, lo interno propiamente psicológico tiene  relativa  independencia, automovimiento  como  expresara Rubinstein, lo cual  garantiza que  seamos sujetos activos, capaces incluso de transformar  la realidad  que nos rodea,  por eso un indicador del desarrollo importante lo constituye la posibilidad de autorregular la conducta y en sí todas las formaciones que tienen que ver con la autoconciencia, entiéndase autovaloración, autoestima, metacognición, entre otras.

De acuerdo  a lo anteriomente planteado se infiere de la comprensión  vigotskiana sobre la relación entre educación  y desarrollo, las siguientes tesis:

1)       El  desarrollo  es  producto  de  la asimilación de  la experiencia  histórico-social que  se  produce como resultado de la actividad y la comunicación.

2)    El  principio de  formación de  lo psíquico es  el resultado  de  la interiorización de  las acciones externas  que realizan la función de orientación, por tanto, este proceso  puede  ser dirigido por el adulto.

3)    La enseñanza guía y conduce el desarrollo y este no deberá orientarse hacia el ayer, sino hacia el futuro próximo.

4)    El  papel  de  las otras  personas (adultos  y compañeritos)  es  significativo para  el desarrollo intelectual de los niños.

5)     Es necesario  tener en cuenta el nivel de ayuda que pueda precisar el niño en el aprendizaje.




Conclusiones

La explicación del proceso  de formación de la personalidad y de las relaciones  y significacn de lo biológico y lo social constituye uno de los grandes dilemas  de la Psicología y la Pedagogía. Por eso, para todos aquellos  que tienen que ver con la formación del hombre  nuevo, la búsqueda consecuente del modo más eficaz de dirigir el desarrollo es una compleja tarea que presupone el estudio profundo de las diferentes corrientes psicológicas del aprendizaje.

De lo anterior se desprende la necesidad de  que  todo maestro  o profesor conozca  y estudie  los conocimientos  psicológicos  que  explican  cómo  ocurre  el  proceso   de  desarrollo  de  la  personalidad  y




las características  que debe  tener el proceso  de enseñanza aprendizaje para  lograr este desarrollo, es por ello que es importante profundizar en este sentido en la obra de Piaget y Vigotsky.



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