EL NUEVO
CONCEPTO DE CULTURA: LA NUEVA VISIÓN DEL MUNDO DESDE LA PERSPECTIVA DEL OTRO
Lic. Nera González Ramírez
Prof. Lic. Josefina Mas
Prof. Lic. Josefina Mas
Introducción
En el presente papel de
trabajo tiene como finalidad primordial plantearnos algunos interrogantes sobre
conceptos claves para una redefinición de las políticas públicas culturales y,
en primer lugar, buscamos respuestas a la finalidad de la cultura.
Como marco de referencia
comentaremos los grandes saltos en la historia de la humanidad planteados por
Alvin Toffler, en relación con los períodos históricos para definir el carácter
multidimensional del concepto de cultura. Al respecto en la antigüedad veremos
cómo los griegos y los romanos concebían la cultura y su relación con la
naturaleza, en tanto que para la modernidad, el fin último de la cultura estaba
centrado en la dominación de la naturaleza y por ende del ser humano. En síntesis,
en la concepción ilustrada la civilización europea propicia la oposición entre
naturaleza y cultura, pueblos cultos e "incultos". En contraste con
lo anterior la postmodernidad todas las estructuras del pensamiento,
revitalizando el concepto de cultura y expandiendo su dimensión mucho más allá,
resquebrajando los axiomas de la modernidad.
Ante esta realidad tan
perturbadora sobre el quiebre de los axiomas, los investigadores se replantea y
formularon nuevas teorías para abordar la realidad existente; por ello,
cuestionaremos el papel de la educación en relación con la cultura.
En segundo lugar, los
conceptos como lo multicultural y lo intercultural serán tratados como con
detenimiento, pues en la perspectiva modernista surgieron errores de concepción;
en tanto que la negación del otro caracterizó gran parte de la Historia
Latinoamericana.
Visto lo anterior, valdría
la pena mostrar la nueva concepción que plantea el profesor Martín Hopenhayn en
relación con el multiculturalismo proactivo; la cual nos brindará una nueva
visión de este tema. Por lo tanto, para los pueblos latinoamericanos se hace
imprescindible deslindar la cultura es un medio o un fin del desarrollo .
Por último, plantearemos
una noción extensa de cultura que nos involucre a todos, tomando en
consideración los rasgos distintivos de cada una de los países y las
características fundamentales que nos diferencian y convertirlas en ventajas
competitivas en beneficio de la Humanidad.
El nuevo concepto de
cultura: la nueva visión del mundo desde la perspectiva del otro.
¿La finalidad de la cultura
será separarnos o independizarnos de la naturaleza ?
Consideraciones generales
En el trabajo titulado “Las
Organizaciones Culturales del Siglo XXI: un sinónimo de cambio; Desarrollo de
las capacidades y habilidades del gerente cultural” mencionábamos como
Alvin Toffler divide la historia de la humanidad en tres grandes espacios que
oscilan entre sí, denominadas olas, donde la primera de ellas está representada
por la sociedad agrícola-ganadera, simbolizada por la azada, la segunda es la
sociedad de la revolución industrial, simbolizada por la cadena de montaje, y
la tercera ola la sociedad del conocimiento y de la información, simbolizada
por la computadora. Estos grandes saltos en la historia de la Humanidad tan
sólo son un marco de referencia para definir el carácter multidimensional del
concepto de cultura. Por lo tanto “el carácter polisémico y la
heterogeneidad de las acepciones de cultura no nos exime de intentar
aproximaciones históricas, contextuales o teóricas a los conceptos de cultura.”
Martinell, Alfons; Roselló, David; “Diseño y elaboración de proyectos
culturales” en www.chaco.gov.ar/PDDC/doc/apuntes%20oei.doc.
En el presente trabajo lo
enfocaremos básicamente en la esencia de la cultura, los conceptos de
multiculturalidad, la cultura y el desarrollo y un concepto amplio de cultura
que abarque todos los ámbitos del ser humano, con fin de aprehender cual es el
campo de acción de los agentes culturales (gerente cultural y agregado
cultural) para definir, coordinar y ejecutar políticas públicas culturales que
sean envolventes, específicas, definidas, concretas y aplicables para
garantizar la eficiencia y eficacia de los programas que se realicen en
beneficio de las comunidades; para así lograr el desarrollo sostenible en esta
nueva era del conocimiento para nuestros países latinoamericanos y
especialmente Venezuela. Esta nueva mirada debe abarcar políticas públicas
culturales a corto, mediano y largo plazo, con una visión de futuro que
garanticen el bienestar de una localidad; vale decir que repotenciando una
estrategia local.
¿qué es la cultura?
La finalidad de la cultura
ha variado a lo largo de la Historia de la Humanidad, a la parte que su
conceptualización; por ello, la abordaremos en relación con las reflexiones
propuestas al principio de este papel de trabajo.
En el sentido lato del
término cultura significa: “cultivo”, en la cuarta acepción implica “el
resultado o efecto de cultivar los conocimientos humanos y de afinarse por
medio del ejercicio de las facultades intelectuales del hombre” (Diccionario
de la Real Academia de la Lengua); en este sentido, cultura coincide con la
educación intelectual y moral; es decir el hombre culto es el que participa de
los más altos valores conservados por esta tradición de la sociedad; en este
sentido, la cultura se asocia a la educación intelectual y moral, el concepto
de cultura ha oscilado como en un péndulo, entre dos concepciones
diametralmente opuestas. Por un lado, la formación de la personalidad, lo que
los griegos llamaron Paideia y los latinos Cultus Anima (cultivar
el alma); y por otro, lo que el hombre realiza para dominar la naturaleza,
modificar el ambiente natural y adaptarlo a sus necesidades, fines, intereses y
valores.
La cultura en la antigüedad
y su relación con la naturaleza
Como mencionábamos
anteriormente para los griegos y latinos “ el sentido de la cultura es
armonizarse o cultivar una naturaleza dada de antemano” Martinell, Alfons;
Roselló, David: Diseño y elaboración de proyectos
culturales .
La cultura en la modernidad
Para la modernidad el
concepto predominante fue independizarnos de “ la naturaleza animal para
configurar lo verdaderamente humano.” Martinell, Alfons: Roselló, David: Diseño
y elaboración de proyectos culturales:
www.chaco.gov.ar/PDDC/doc/apuntes%20oei.doc.
Para estos autores, en el
siglo el siglo XI dos corrientes circularon X en el mundo, la La tradición
ilustrada y la tradición romántica, la primera “ insiste en la
noción de universalidad y con ella la de razón y naturaleza iguales para todos
los hombres”; la segunda discute el universalismo y valora la diversidad de
culturas”. La primera concepción nos independiza y separa de la naturaleza, la
segunda intenta incluirnos, a pesar de nuestros instintos, formas de vida,
valores y costumbres.
En síntesis, en la
concepción ilustrada la civilización europea propicia la oposición entre naturaleza
y cultura, pueblos cultos e "incultos", por lo tanto el viejo
continente era la cuna de la cultura y de la civilización, considerando algunos
pueblos más desarrollados que otros, en tanto que los otros pueblos con
catalogados y etiquetas como atrasados e inclusive como bárbaros o salvajes. La
tradición romántica, inspirada en Rousseau supone por el contrario una
comprensión exhaustiva de los procesos históricos de cada cultura y
civilización y cuestionando la idea de progreso como máxima bandera para el
desarrollo de los pueblos, “mostrando cómo cada cultura es autónoma y no puede
ser juzgada con los parámetros con los cuales se juzgan otras culturas en “Elaboración
de proyectos culturales” en www.chaco.gov.ar/PDDC/doc/apuntes%20oei.doc
En América Latina es la
lucha de la civilización contra la barbarie tantas veces difundida en toda la
literatura del siglo XIX y mitad del siglo XX . Dicho con otras palabras, “Se
trata de ver que, gracias a la cultura, se supere el "animalitas"
para llegar al "humanitas"; es decir; “la cultura en la modernidad es
el camino hacia la humanización”. Martinell, Alfons; Roselló, David (cit.
ant.). Haciendo una relación con los planteamientos expuestos al comienzo del
presente trabajo, coincide con lo que denominó Alvin Toffler como la Primera
Ola, donde el hombre apeló por la azada para dominar la naturaleza; sin embargo
en el contexto contemporáneo, para la primera mitad del siglo XX la noción
cambió.
Contexto contemporáneo
En la primera mitad del
siglo XX esta concepción fue cambiando paulatinamente, caracterizándose por “
el debate filosófico y antropológico occidental por el sinnúmero de esfuerzos
para consolidar un concepto extenso y amplio de cultura que, incluyendo las
artes y las ciencias, no se limite a ellas” en Diseño y Elaboración de
Proyectos culturales (cit. ant.)
Hacia el tránsito de una
sociedad moderna a una sociedad postmoderna
Al analizar los fenómenos
que impactan a los seres humanos, se pueden establecer distintas clases de
relaciones. Estas relaciones se pueden dividir en cinco: relaciones con las
cosas, los lugares, la gente, las organizaciones y las ideas, los cuales
constituyen los componentes básicos de las situaciones. El conflicto comienza
cuando el hombre ante la imposibilidad de captar la realidad tan cambiante, “en
su sentido de compromiso, y en su capacidad o incapacidad de enfrentarse con
las situaciones” (Alvin Tofler, ob. cit, pag. 61)
Alvin Tofler se anticipó al
impacto del futuro sobre el hombre, el cual no está capacitado para descifrar
los códigos y el lenguaje del mañana, pues aún conserva las estructuras
modernas para explicar fenómenos de la postmodernidad, al respecto expone que “
El fenómeno del Shock cultural explica en gran parte el asombro, la frustración
y la desorientación que aflige a los americanos en sus tratos con otras
sociedades. Produce una ruptura de la comunicación, una mala interpretación de
la realidad y una incapacidad de enfrentarse con ésta.” (Alvin, ob. cit., pag.
25). Por ello, el comportamiento humano ante la vertiginosidad de las
situaciones que plantea el mundo de la postmodernidad, adopta dos actitudes
antagónicas: por atracción o repulsión del ritmo vital, impuestas por el
individuo por la sociedad o grupo de los que forma parte. El fracaso en captar
este principio se debe a la peligrosa.
El paradigma postmoderno
quiebran todas las estructuras del pensamiento, revitalizando el concepto de
cultura y expandiendo su dimensión mucho más allá. Por ello, George Steiner en
su ensayo de 1971 "En el Castillo de Barba Azul: una aproximación a un
nuevo concepto de cultura", señala que en la actualidad se han
derrumbado tres axiomas de la modernidad que han dado al traste la idea de
progreso: El hombre para su desarrollo debe dominar la naturaleza; por
consiguiente, “Primero, se ha perdido o al menos está decididamente dañado
el axioma del progreso que concebía la historia occidental como una curva
permanente de ascenso. Segundo, ya no aceptamos la proyección según la cual el
progreso necesariamente habrá de difundirse desde los centros privilegiados a
todos los hombres. Tercero, ya no podemos apelar sin excesiva reserva al
programa educativo del humanismo que sostenía que la ignorancia racional e
ilustrada era la fuente de la crueldad y la barbarie; el tipo de conocimiento y
formación otorgado por esa educación humanística no ha disminuido los niveles
de violencia e injusticia en las sociedades occidentales contemporáneas”
en: www.chaco.gov.ar/PDDC/doc/apuntes%20oei.doc
Por lo tanto, estos axiomas
mencionados anteriormente en los cuales el hombre basaba su pensamiento, se han
desvanecido y en líneas generales no dan respuestas a la idea del progreso como
fuente de toda solución a los problemas del hombre ni mucho menos a la
dicotomía entre la civilización y la barbarie; pues a pesar de que ha
desarrollado nuevas tecnologías y avances en la ciencia, no ha podido entender
su propia naturaleza ‘salvaje’ e ‘irracional’, ni su violencia, ni las
desigualdades sociales en un mundo cada vez más empobrecido.
El hombre está solo sin
ninguna respuesta a las preguntas fundamentales y a las últimas interrogantes
que se plante el Hombre en relación con la vida, la naturaleza, sobre el ser y
sobre Dios.
Con el pensamiento
postmoderno el hombre se ha percatado en primer lugar que la naturaleza posee
una suprainteligencia (Gea) y que a lo largo de más de mil años el ha tratado
de dominarla, sin poder hacerlo; puesto que cada vez cobra más fuerza; en este
sentido; durante el pasado siglo XX, errupciones volcánicas, sismos, y los
fenómenos climatológicos (fenómeno el Niño) ha provocado lluvias torrenciales
han cobran más vidas humanas y pérdidas materiales que en las dos guerras
mundiales; por consiguiente el hombre se ha visto en la necesidad imperiosa de
comprender que en su esencia proviene de la naturaleza misma y por lo tanto
debe armonizar con ella. Recuérdese que en el año 2001 varios países de
distintas latitudes del planeta firmaron el Tratado de Kioto, donde se evidencia
el deterioro de la capa de ozono, reconciliándose con la naturaleza. Día tras
día cobran más fuerza los grupos ecologistas como el Greenpeace que procuran
conducir a la humanidad hacia un desarrollo ecológico sustentable.
Las últimas tendencias en
lo que respecta al turismo como estrategia cultural convienen en desarrollar
complejos sin dañar el ecosistema original; por cuanto se convierten en negocio
rentable que puede financiar proyecto o programa cultural concebido en función
del beneficio de toda una comunidad; por ende, la elaboración, ejecución y
seguimiento de una política cultural debe estar encausada hacia la
participación de todos los agentes de esa comunidad en relación con la armonía
con la naturaleza.
Por todo lo antes expuesto,
este cuestionamiento ha conducido a la mayoría de los países a plantearse en
diversos foros, seminarios y charlas a plantearse cinco temas de capital
importancia para Hombre y las futuras generaciones, en relación a la
formulación, coordinación, orientación y ejecución de las políticas públicas
culturales que regirán este siglo XXI y que por otro lado, constituirán la base
fundamental del presente trabajo. Estos temas son los siguientes:
- Las relaciones entre Naturaleza y Cultura;
- Los fenómenos de multiculturalidad e interculturalidad;
- Los nexos actuales entre cultura y desarrollo y,
- La búsqueda de una noción extensa, pero con rasgos distintivos de lo cultural.
¿La educación es el único
camino hacia lo cultural?
La cultura ha expandido su
concepción como hemos mencionado anteriormente. Esta nueva dimensión abarca
diversos aspectos:
- Cultura y política
- Cultura y economía
- Cultura y sociedad
- Cultura y tecnología
- Cultura y religión
- Cultura y Deporte
- Cultura y Turismo
- Cultura y Educación
- Cultura y recreación
Estas relaciones será
explicadas con más detenimiento en la pregunta ¿Cómo configurar una noción
extensa de cultura que determine algunos rasgos distintivos?, pues constituyen
la base de la nueva percepción e implicación de la cultura.
La educación es uno de los
caminos hacia lo cultural; pues por un lado, ésta le proporciona la metodología
necesaria para la planificación, elaboración y ejecución de proyectos y
programas dentro de una comunidad.
Por otro lado, la educación
basada en el humanismo propugnó una serie de ideales y valores considerados
como universales y únicos, susceptibles de ser implantados y difundidos en
todos los confines del planeta; en este sentido, el afán de dominación y de
transculturización del ser humano, en muchos casos devaluó su verdadera esencia
y la diversidad cultural propia de cada cultura de este planeta, otorgando
costumbres, formas de ser y de pensar distintas a las autóctonas, alienando a
las personas de todas la épocas de la Humanidad e imponiendo una cultura aun en
contra de sus propios intereses como individuos. Esto aunado a la
irracionalidad y a barbarie que todavía impera en el planeta no le han
garantizado al hombre culto y educado disminuir los índices de violencia e
injusticias sociales, étnicas y de género que imperan en las sociedades
orientales y occidentales de nuestra era.
¿Qué se comprende hoy por
multiculturalidad e interculturalidad?
La multiculturalidad bajo
la óptica modernista. El multiculturalismo y la negación del otro.
El discurso de la
modernidad en América Latina se sustenta en las ideas de progreso y desarrollo,
así como también en la negación del otro, centrándose en conceptos netamente
griegos Estado-Nación y del siglo XIX: Territorio e identidad nacional. Estas
nociones son de vieja data. “ los conflictos del multiculturalismo se vinculan
históricamente a la “dialéctica de la negación del otro”, ese otro que puede
ser indio, negro, mestizo, zambo, campesino, mujer o marginal urbano”: Martín Hopenhayn:
“Multiculturalismo proactivo: una reflexión para iniciar el debate” (Nuevos
Retos de las políticas culturales frente a la Globalización, Barcelona,
España, 22-25 de noviembre de 2000).
En este sentido, la
negación del otro en términos étnicos, sociales y culturales, transcurre y se
desarrolla durante los períodos del descubrimiento, conquista, colonización y
evangelización, y recorre la relación entre la metrópoli (España y Portugal) y
la periferia (América Latina y el Caribe), sin embargo esto no culmina aquí,
sino que se transforma durante toda nuestra historia republicana y en sus
procesos de integración social y cultural Iberoamérica. Donde el fenómeno de lo
multicultural se concibió y desarrolló desde sus orígenes hasta hoy como un eje
de poder, de disciplina y de expropiación.
Todas estas consideraciones
históricas son contempladas en este trabajo pues en América Latina coexiste a
nivel general pueblos y cultural con un grado muy desigual de desarrollo; como
bien lo planteó Alvin Toffler en el “Shock de futuro”, en el mundo
coexiste civilizaciones que pertenecen a la primera ola sociedad
agrícola-ganadera, simbolizada por la azada, la segunda es la sociedad de la
revolución industrial, simbolizada por la cadena de montaje, y la tercera ola
la sociedad del conocimiento y de la información, simbolizada por la
computadora, aunque en una civilización puedan convivir a la vez, la primera
con la segunda, o la segunda con la tercera.
En América Latina, la otra
faceta del multiculturalismo se evidencia en el complejo proceso de mestizaje
que es intrínseco en todos los procesos históricos, culturales, sociales y
económicos de nuestros pueblos, el cual se complementa como una irrefutable
realidad con un discurso autónomo que presupone lo multicultural y la mezcla de
distintas razas, costumbres, formas de vida y de pensamiento.
Por ello, aunado a la
leyenda negra sobre nuestro proceso histórico iberoamericano, subyace la
irrefutable concepción de una patria mestiza que por sí misma implica lo
multicultural y sus relaciones; es decir lo intercultural. Ventaja competitiva
y estratégica esta que deberíamos potenciar y perfeccionar los iberoamericanos
para el desarrollo de nuestros países.
Como bien mencionábamos
anteriormente en el primer segmento del presente trabajo en América Latina y el
Caribe coexiste y se mezclan la primera, la segunda y la tercera olas
“...porque coexiste y se mezcla lo moderno con lo no moderno tanto en su
cultura como en su economía; y porque la propia conciencia de la mayoría de los
latinoamericanos está poblada de cruces lingüísticos o culturales...” (Martín
Hopenhayn: “Multiculturalismo Proactivo: una reflexión para iniciar el
debate” en Nuevos Retos de las políticas culturales frente a la
Globalización, Barcelona, España, 22-25 de noviembre de 2000).
De esta manera lo
multicultural y la interculturalidad en Iberoamérica “...debe entenderse a
partir de la combinación de elementos culturales provenientes de las sociedades
amerindias, europeas, africanas y otras...” (Martín Hopenhayn: “Multiculturalismo
proactivo: una reflexión para iniciar el debate” en “Nuevos Retos de las
políticas culturales frente a la Globalización, Barcelona”, España, 22-25
de noviembre de 2000). Por ello nos resulta muy apropiado mencionar las palabra
que El escritor mexicano Carlos Fuentes señala que tiene, para América Latina,
una "denominación muy complicada, difícil de pronunciar pero comprensiva
por lo pronto, que es llamarnos indo-afro-iberoamérica; creo que incluye todas
las tradiciones, todos los elementos que realmente componen nuestra cultura,
nuestra raza, nuestra personalidad".(7)
Multiculturalidad vista
desde la perpectiva de la postmodernidad
El paso de nuestros países
hacia la postmodernidad; es decir hacia la era de la información o tercera
hola, se ha acelerado gracias al desmoronamiento de los conceptos propugnados
por la modernidad y a la globalización que ya borrado las fronteras entres
nuestros pueblos.
Con el advenimiento de la
globalización el ciudadano iberoamericano ha dejado “de ser sólo un depositario
de derechos promovidos por el Estado de Derecho o el Estado Social, para
convertirse en un sujeto que, a partir de lo que los derechos le permiten,
busca participar en ámbitos de “empoderamiento” (empowerment) que va definiendo
según su capacidad de gestión y según, también, cómo evalúa instrumentalmente
el ámbito más propicio para la demanda que quiere gestionar.” (Martín
Hopenhayn: “Multiculturalismo proactivo: una reflexión para iniciar el
debate” en “Nuevos Retos de las políticas culturales frente a la
Globalización”, Barcelona, España, 22-25 de noviembre de 2000).
Multiculturalismo
proactivo:
Por ello, en concordancia
los conceptos planteados anteriormente coincidimos con la concepción del
profesor Martín Hopenhayn, el cual plantea que perentoriamente el
multiculturalismo y la interculturalidad debe entenderse “como un proceso
proactivo que en el escenario de globalización y postmodernidad exacerba tanto
el multiculturalismo (como realidad y como valor), como también las
dificultades para asumirlo proactivamente”. Posteriormente manifiesta que el
entiende por multiculturalismo proactivo: “...como una fuerza histórica
positiva capaz de enriquecer el imaginario pluralista-democrático; avanzar
hacia una mayor igualdad de oportunidades y al mismo tiempo hacia un mayor
espacio para la afirmación de la diferencia”; por lo que una debilidad que
otrora era considerada como una amenaza, se ha convertido en una fortaleza.
Hoy en día, el mestizaje en
América Latina se ha convertido en una de las ventajas más competitivas que
pueda tener cultura alguna en este planeta. Por lo que esto implica la
elaboración, orientación e implementación de políticas públicas culturales
aglutinantes donde todos los agentes culturales esten incluidos, donde la
acción esté centrada en la reivindicación de los desposeídos, sin caer en la
demagogia que tanto daño le ha hecho a nuestros pueblos. “Se trata de promover
la igualdad en el cruce entre la justa distribución de potencialidades para
afirmar la diferencia y la autonomía, y la justa distribución de bienes y
servicios para satisfacer necesidades básicas y realizar los derechos
sociales.” (Martín Hopenhayn)
En conclusión, se debe
plantear la imperiosa necesidad de diseñar y aplicar políticas públicas
culturales donde a través de los distintos agentes culturales se combinen en
distintos campos de acción a nivel nacional e internacional. En relación con lo
nacional se debe constituir una base jurídico-política desde la cual se puede
avanzar en esta dirección, a través de la participación de todos los agentes
culturales nacionales, estatales y municipales; en tanto que en el ámbito
internacional, a través de las convenciones, foros, seminarios, tratados
conferencia, etc., los agregados culturales actúen en función de agentes
culturales en el exterior y/o como facilitadores para orientación,
planificación, diseño de proyectos y programas que coadyuven al desarrollo –
sostenible de nuestro pueblos, creando redes culturales que garanticen el libre
fluido de la información.
¿La cultura es un medio o
un fin del desarrollo? ¿existe un modelo de desarrollo?
Antes de entran en materia
precisaremos algunos conceptos fundamentales para el presente trabajo. ¿Qué se
entiende por desarrollo? Consiste en el hecho de repotenciar y regular la
actividad económica
Existen varios modelos de
desarrollo; en los cuales, la cultura es concebida de formas muy distinta. Por
razones metodológicas analizaremos, los más relevantes: El modelo socialista,
el capitalista y la globalización.
El socialista-comunista,
consiste en un gobierno central y un proceso de distribuciòn equitativa de la
riqueza y su pronta distribución.
Capitalista: países
desarrollados y sub-desarrollados- CEPAL. El liberalismo económico, en
particular, propugna un modelo rigurosamente uniforme de instituciones
económicas y de políticas públicas para todos los países, ricos o pobres. Esta
doctrina se apoya en la afirmación de que los beneficios económicos mutuos,
para todos los estados activos en los mercados internacionales, serán máximos
cuando dichos mercados estén libres de todo intervencionismo y de cualquier
traba reglamentaria.
Globalización: Las
contextualizaciones culturales e históricas afectan las condiciones económicas
y de desarrrollo. No hay desarrrollo si no hay crecimiento económico (PIB,
ingreso nacional neto y bruto, importaciones y exportaciones.
Para la perspectiva
socialista- marxista la cultura es caracterizar superestructura o ideología;
vale decir que constituye un medio para la difusión de los valores y de la
ideología.
Para el desarrollo visto
desde la perspectiva económica la cultura es vista como un medio para lograr el
lucro; en este sentido los pueblos latinoamericanos, y en especial Venezuela
desde hace unas décadas concebían la cultura asociada al factor económico, sin
embargo, a partir de la Conferencia Intergubernamental de Estocolmo sobre
Políticas Culturales para el Desarrollo se confirmó la importancia de
llevar la cultura de "la situación marginal" en que se encuentra
hacia el núcleo de la decisión política en pro del desarrollo sostenible;
teniendo como objetivo primordial “ ... el refuerzo de la promoción y de la
reflexión sobre las políticas culturales para el desarrollo...”; por lo tanto
el objetivo final de esta declaración consiste en promover las políticas
públicas que reconocen el papel crucial de la cultura en el desarrollo
movilizando y compartiendo la información y el nuevo conocimiento en este
ámbito, facilitando la elaboración de marcos de política más amplios, y reforzando
el potencial local a este respecto.
La UNESCO como organismo
internacional no diseña políticas culturales, tan sólo elabora marcos
referenciales que los agentes culturales de todas las naciones deben adoptar
para la orientación, definición, elaboración y aplicación de políticas públicas
culturales. Afortunadamente hoy por hoy en Iberoamérica y en Venezuela se está
despertando una conciencia creciente, a través de la participación de la
sociedad civil, organizaciones sin ánimo de lucro, economía social,
asociacionismo; es decir, nos referimos al tercer sector.
Este sector va creciendo
cada vez más, mostrando su sólida presencia y su potencialidad en la sociedad y
en la política, pues “...van tomando cuerpo en la reflexión sobre políticas
culturales por su importancia social y por su peso en el conjunto de las
actividades culturales y económicas...” (Alfons Martinell: “Los agentes
culturales ante los nuevos retos de la gestión cultural” en Revista
Periférica www.uca.es/extension/periferica.htm)
La UNESCO Y el nuevo
concepto de Cultura
En Mondiacult se afirmó
asimismo que "sólo puede asegurarse un desarrollo equilibrado mediante
la integración de los factores culturales en las estrategias para alcanzarlo".
Para llegar a esta meta, la UNESCO decretó el Decenio Mundial para el
Desarrollo Cultural (1988-1997), en este sentido, este decenio la UNESCO
formuló cuatro objetivos fundamentales:
- Reconocer la dimensión cultural del desarrollo
- Afirmar y enriquecer las identidades culturales
- Aumentar la participación en la vida cultural
- Fomentar la cooperación cultural internacional
Durante el lapso la gran
mayoría de los s países del mundo, gobiernos, comunidades locales y organismos
privados iniciaron más de mil doscientos proyectos. La suma de todos estos
esfuerzos tuvo como resultado un progreso sustancial en la aclaración de la
dimensión cultural del desarrollo.
Más concretamente, el Decenio
Mundial para el Desarrollo Cultural impulsó nuevas redes en este campo.
Además, reforzó la colaboración entre organizaciones, que prestaron a los
gobiernos asesoramiento en materia de políticas y reforzaron las capacidades
endógenas, en particular en el ámbito de la administración cultural. Esa
colaboración dio lugar a proyectos especiales como el Colegio Africano
Itinerante para la Cultura y el Desarrollo y la Cultura en el Barrio; el
primero puso en marcha un programa que plantea la integración de
consideraciones culturales en la planificación del desarrollo y el segundo está
orientado a incrementar la mutua comprensión entre personas de diferentes
culturas y grupos étnicos diversos y a mejorar la calidad de sus vidas
cotidianas mediante la organización de actividades culturales concretas en sus
barrios.
El objetivo central del el
Proyecto Cultura en el barrio, concebido durante el Decenio mundial para el
desarrollo cultural (1988-1997), fue iniciado y coordinado por la Comisión
Nacional Suiza para la UNESCO, aplicado en pueblos africanos, cuyo objetivo
principal es:
"La promoción de
las actividades culturales realizadas por y para los habitantes del barrio
sobre temas directamente relacionados con sus vidas con objeto de aproximar a
unos y a otros y de reforzar su sentimiento de pertenencia a un lugar de vida y
a una entidad social."
De esta manera al orientar,
elaborar, e implementar este tipo de programas como los mencionados
anteriormente los niveles de calidad se mantienen e incrementan: así la cultura
se ha convertido en un fin, que la vez también puede convertirse es un medio
para el desarrollo, pero nunca subordinar la cultura a un vehículo para
cualquier posición política que se adopte. Esto sería amordazarla, estrangular
y aniquilarla Por otro lado, traemos a colación estos ejemplos antes
mencionados pues debería ser implementados en América Latina y específicamente
en Venezuela para lograr la justicia social que requiere nuestro pueblo para su
desarrollo económico, social, cultural, tecnológico y turístico.
A pesar de lo expuesto
anteriormente, como señala el Profesor J. Mohan Rao Cultura y desarrollo
económico
http://www.crim.unam.mx/cultura/informe/cap1.htm
es indudable que el desarrollo y el crecimiento económico sigue siendo, hoy
día, una necesidad imperiosa tanto para los países pobres por los “... signos
inquietantes de una creciente desigualdad en la distribución de las rentas y de
la riqueza, que agrava los sentimientos de frustración económica y de
injusticia social...”, como para los “desarrollados”. Por “...las tasas de
paro y de subempleo, así como la inseguridad y la precariedad económicas
continúan siendo muy elevadas...”.
En este principio de siglo
y de milenio y dada la situación de emergencia planteada anteriormente que
profetizan un colapso financiero el mundo entero es un hervidero, y
específicamente América Latina, la cual según Profesor Claudio Katz en el
artículo titulado: “Las nuevas turbulencias de la Economía Latinoamericana,
agosto, 2000”...es un volcán de crisis políticas y levantamientos
sociales....
Asimismo en los países
‘industrializados’ la brecha se hace cada vez más evidente, por lo tanto “la
misma mundialización que ensancha la brecha entre los países avanzados y
subdesarrollados aproxima los reclamos de los oprimidos de ambos polos”
(art. cit). Por lo tanto, en el futuro tanto los países asiáticos, como
africanos y especial los latinoamericanos estarán estrechamente relacionados
con la radicalización de una protesta global “que replanteará la perspectiva de
un porvenir socialista. Ningún país periférico puede aspirar a convertirse en
una gran potencia capitalista, pero todos pueden intentar cumplir un rol en la
historia apostando a un proyecto emancipatorio común...” (art., cit)
Por ello, sin caer en
estereotipos estériles que tipifican y lo primordial sería conformar no un
modelo estándar para todos las naciones sino el buscar puntos comunes para
todos los países basados en que la vulnerabilidad del ser humano y el
sufrimiento son temas centrales y recurrentes en casi todas las tradiciones
culturales. De ahí proceden el principio ético, prácticamente universal, que
impone aliviar el sufrimiento, y el precepto, expresado de diversas formas, que
manda tratar a los demás como uno quisiera ser tratado.
Encontrar los medios
estratégicos y operativos para someter a los mercados mundiales a una ética universal
es el principal desafío político y económico con que debe enfrentarse la
comunidad mundial en la próxima década.
¿Cómo configurar una noción
extensa de cultura que determine algunos rasgos distintivos?
En un trabajo anterior
comentábamos la importancia que debe tener para la Gerencia el concepto de
cultura mediante el cual debe anclar su organización y estrategias,
mencionábamos cómo el gerente cultural debe analizar su visión en un concepto
amplio, “sin convertir en obstáculos las distintas miradas filosóficas
complejas y heterogéneas que caracterízan la concepción del trabajo cultural”
(OEI, Sergio Zurita, pag. 1)
Visto lo anteriormente
expresado y dado el concepto amplio de cultura expuesto por la UNESCO en la
Declaración Universal de la UNESCO sobre la diversidad cultural. MODIACULT,
México, 1982, estos rasgos distintivos tienen que cimentar sus bases en la
diversidad y el respeto por el otro; por ello, concepto como multiculturalidad
e interculturalidad tiene una importancia sustancial al conformar ese concepto
que nos abarca a todos por igual. Asimismo, la Gerencia Cultural debe estar
sustentada en una mirada totalizadora y globalizadora del fenómeno cultural,
tomando en cuanta todas sus dimensiones, dado que la cultura se puede
manifestar en las dimensiones entre:
- Cultura y política
- Cultura y economía
- Cultura y sociedad
- Cultura y tecnología
- Cultura y religión
- Cultura y Deporte
- Cultura y Turismo
- Cultura y Educación
- Cultura y recreación
La dimensión política
implica que a través de la cultura se pueden manifestar distintas ideología y
forma de pensar basadas en el respecto mutuo, asimismo comprende sus diversas
formas y medios de asignar el poder y la toma de decisiones. Entre otras cosas,
incluye los tipos de gobierno y los sistemas de gestión. También la forma en
que grupos pequeños de personas toman decisiones cuando no existe un líder
reconocido.
La dimensión tecnología y
científica constituyen las herramientas y conocimientos, y su forma de
relacionarse con su entorno físico. Así como también, la conexión entre la
humanidad y la naturaleza. , sino las ideas aprendidas y los comportamientos
que permiten al hombre inventarlas, utilizarlas y enseñar a los demás sus
conocimientos sobre ellas. la ciencia, la cultura puede, por un lado aglutinar
como un compendio todas los avances y los descubrimientos científicos.
La dimensión económica de
la cultura comprende sus diversas formas y medios de producción y asignación de
los bienes y servicios útiles y limitados (riqueza), ya sea a través de
regalos, obligaciones, trueque, comercio o asignaciones de propiedades.
La dimensión social de la
cultura la componen las formas en las que la gente actúa, se relaciona con los
demás, reacciona y cómo espera que los demás actúen y se relacionen. Esto incluye
instituciones como el matrimonio o la amistad, roles como el de madre u oficial
de policía, estatus o clase, y otros patrones de comportamiento humano.
La dimensión estética y de
valores de la cultura es la estructura de ideas, a veces paradójicas inconsistentes
o contradictorias que tiene la gente sobre lo bueno y lo malo, lo bonito y lo
feo, el bien y el mal, que son las justificaciones que cada persona cita para
explicar sus acciones.
. .
La dimensión conceptual, de
creencias constituyen la estructura de las ideas, también a veces
contradictorias que la gente tiene sobre la naturaleza del universo, del mundo
que le rodea, su papel en él, su causa y efecto, la naturaleza del tiempo y la
materia y sus comportamientos.
Por último, es importante
señalar que todas las dimensiones se encuentran en cada porción de cultura; sin
embargo lo más importante tomar en consideración que cada sociedad, comunidad o
institución, en cada relación entre individuos, hay un elemento de cultura, lo
que implica un poco de cada una de estas dimensiones culturales. En conclusión
todas las conexiones entre estas dimensiones culturales no son son ni simples
ni sencillas de predecir; por lo tanto los agentes culturales deben ser
conscientes de que existen, y estimular continuamente la observación, el
análisis, el intercambio de ideas, la lectura y la asistencia a conferencias y
seminarios a nivel nacional e internacional y comprender que trabajar con una
comunidad, deben ir aprendiendo más sobre su cultura, y la dinámica de sus dimensiones
culturales.
Conclusiones
A través de los conceptos y
reflexiones propuestas en el presente trabajo presentaremos una conclusión que
hemos venido madurando a lo largo de esta cátedra.
La políticas públicas
culturales deben concebirse involucrando todos los sectores de un país. Como
agentes culturales reconocemos a los siguientes sectores
Administración Pública
(Estado, Regiones Ayuntamientos, y Municipalidades)
Instituciones sin ánimo de
lucro Tercer sector (Fundaciones, Asociaciones, Org. no Gubernamentales,
Organizaciones, Iniciativa Social, Agrupaciones varias)
Instituciones privadas
(Empresas, Asociaciones privadas, Profesionales, Industrias y Servicios
privados).
Por consiguiente, para la
elaboración, orientación y aplicación de p.p.c. es imprescindible la
participación de los sectores antes señalados, para garantizar la efectividad y
eficiencia de los proyectos y programas que se realicen en beneficio de la
comunidad. Ello, sin perder de vista los lineamientos generados por los Organismos
internacionales (UNESCO, OEA, etc.), ni perdiendo la perspectiva de la
diversidad dentro de la unidad.
Al respecto nos atrevemos a
comparar las ppc con el efecto de un tornado cuando toca tierra. En la parte
superior están localizados todos los agentes culturales antes señalados y en la
parte inferior (el embudo) está focaliza el territorio (barrio, municipio,
estado, nación) en el cual se desee actuar. El efecto logrado se asemeja al
tornado, a mayor velocidad del viento, mayor impacto en la localidad.
Por último, la cultura se
puede convertir en negocio rentable que genere divisas para un país, pues puede
financiar proyecto o programa cultural concebido en función del beneficio de
toda una comunidad; por ende, la elaboración, ejecución y seguimiento de una
política cultural debe estar encausada hacia la participación de todos los
agentes de esa comunidad en relación con la armonía con la naturaleza.
Contribuyendo de esta manera a la diversificación de la economía de cualquier
país latinoamericano.
Caracas, enero de 2003
Bibliografía
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Decenio Cultural, Cresal/Unesco,año 1997 pp 87
Hopenhayn, Martín;
Multiculturalismo proactivo: una reflexión para iniciar el debate (Nuevos Retos
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de noviembre de 2000).
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Universidad de Massachusetts, Amherst (Estados Unidos)
Toffler, Alvin; El Shock
del futuro; Barcelona, Plaza & Janes, S.A. Editores, quinta edición:
julio 1972, 526 pp.
Lic. Nera González Ramírez
Prof. Lic. Josefina Mas
Prof. Lic. Josefina Mas
Unidad Curricular:
Políticas culturales II
Decanato de Post-grado, Especialización en Gerencia Cultura,
Vice-Rectorado Académico, Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez, Venezuela
Decanato de Post-grado, Especialización en Gerencia Cultura,
Vice-Rectorado Académico, Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez, Venezuela
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