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lunes, 5 de diciembre de 2011

REFLEXIONANDO EN TORNO A LA VIOLENCIA ESCOLAR: ESTRATEGIAS DE PREVENCIÓN E INTERVENCIÓN


REFLEXIONANDO EN TORNO A LA VIOLENCIA ESCOLAR:
ESTRATEGIAS DE PREVENCIÓN E INTERVENCIÓN

(Documento Apoyo Seminario para Directores y Orientadores realizado en la Universidad San Sebastián, Concepción, 2004)

PAULINA HERRERA
                                                 2004

I. PRESENTACIÓN

Actualmente nos encontramos en un profundo periodo de transformaciones en nuestros sistemas educacionales, impulsados por el proceso de reforma educacional que se inicia en Chile en el año 1990. Sin duda, la reforma ha generado importantes mejoras en las organizaciones educativas, aunque en muchas ocasiones, puede haber sido un proceso lento y difícil para cada una de estas organizaciones.

Un tema pendiente, que esta recién comenzando a ser impulsado dentro de la reforma, es el problema de la convivencia escolar y la salud mental de los niños. Son preocupación de todos, temáticas como la violencia escolar, las relaciones interpersonales entre los diferentes actores de las escuelas y liceos, o la prevención del consumo de drogas o alcohol, entre otros.

Específicamente, en este texto se reflexionará en torno al tema de la violencia escolar, sus definiciones, posibles factores causales y estrategias de enfrentamiento, a nivel de prevención e intervención.

Todos podemos tener sentimientos como la impotencia, el temor, el sufrimiento, la humillación, la depresión, tensión, dolor, angustia, envidia, venganza, tristeza, inseguridad, frustración, irritación, nerviosismo, culpa, molestia, que nos genera rabia y una acumulación de energía que nos lleva a la necesidad de manifestar agresión a uno mismo u otros. El problema es cuando no lo hacemos en el contexto adecuado, ni de la forma apropiada, cuando dañamos a otros o a nosotros mismos. Debemos buscar canales de expresión de estos sentimientos, que contribuyan a la generación de una cultura de la paz, el respeto de los derechos humanos y a la posibilidad de que nuestras organizaciones educativas mejoren su convivencia escolar y canalicen estas emociones que circulan constantemente, transformándolas en recursos para su propio desarrollo., Ese es el gran desafío.

II. CONCEPTOS BÁSICOS SOBRE VIOLENCIA ESCOLAR

La violencia ha sido tematizada de diversas maneras. Las construcciones teóricas se mueven entre aquellas visiones subculturales de las manifestaciones distorsionadas de la norma, hasta aquellas centradas en los factores individuales ya sea conductuales o inconscientes.

Sin embargo  estas perspectivas, asumiéndose coherentes con su arquitectura conceptual parten de un imperativo implícito de carácter moral: Connotan los fenómenos de violencia como  no deseables, negativos, anormales.

Esto podría ser considerado cierto si hacemos una distinción entre violencia y agresividad.  La agresividad es natural a los eres humanos, es una energía que nos permite mantenernos vivos, es una fuerza emocional que nos permite protegernos y proteger a otros y adaptarnos a los ataques que viene del exterior. Lo importante es como la regulamos, o sea la necesidad de activar la pulsión agresiva frente a ciertas situaciones y frenarla en otras o comunicarla de maneras variadas y evitando la destrucción del otro o la autodestrucción

Hay quien mantiene que el ser humano es violento por naturaleza. Y hay quién dice que la violencia es un mecanismo aprendido – y por lo tanto enseñado, consciente o inconscientemente - para ejercer el poder o la defensa. Lo que llamamos violencia se manifiesta de diversas maneras: hay violencia física, violencia verbal, violencia psicológica, y hasta violencia simbólica, que se manifiesta de forma indirecta, o mejor, que parece que no es tal. Se dan relaciones violentas entre iguales, de los de arriba sobre los de abajo y de los de abajo sobre los de arriba.
Hay un ciclo de violencia que aparece con una acumulación de tensión, con una sucesión de pequeños episodios que llevan a roces constantes entre personas. Esta tensión acumulada en un minuto explota, manifestándose la violencia en una segunda fase. Finalmente vienen las consecuencias del hecho violento, en que se piden disculpas, se castiga, se inhibe, etc.
En la escuela se manifiestan, en mayor o menor medida, todas estas violencias, de igual manera que en otros ámbitos de las relaciones humanas; siempre que hay que compartir espacio y/o tiempo con otros: la propiedad del territorio, el uso o las normas de utilización de ese territorio, son motivo de conflictos que pueden devenir en violencia, entendida como agresión a otros. Y solemos ver a los demás como enemigos en muchas situaciones: en la cola de cualquier establecimiento o servicio, al conducir, en las aglomeraciones o en zonas despobladas, al competir por un puesto de trabajo, a los "agentes del orden", a los jóvenes, a los grupos étnicos, a los marginados y a los que tienen éxito, a los profesores y a los alumnos. En estas y otras situaciones esperamos, aunque no deseemos, que alguien actúe contra nosotros. 

Cuando se habla de violencia en el mundo escolar suele asociarse a manifestaciones físicas tales como destrozos, peleas, robos, etc. Sin embargo, cada vez se hace más patente que la olla a presión que representa un centro escolar abarca muchos más actos, mensajes o situaciones violentas que las antes referidas. Tal es el caso del bullying, de difícil traducción al castellano o a cualquier lengua derivada del latín.

La traducción aproximada, si forzamos un posible carácter literal, sería la de bravucón o matón, y como acción propia del bully o matón estarían los maltratos o amenazas de manera que intimida, tiraniza o aísla y por ello convierte a alguien en víctima. Los países nórdicos y germanos lo denominan mobbing y los anglosajones bullying De cualquier forma, a pesar de la diversidad de definiciones y matices, la más consensuada se refiere a «una violencia prolongada y que se repite, tanto mental como física, llevada a cabo por un individuo o grupo y dirigida contra un individuo que no es capaz de defenderse ante dicha situación, convirtiéndose en víctima».

Un ejemplo clarificador sería el de aquel niño o adolescente que rehusa ir al colegio sin motivo aparente. Ante la insistencia de sus padres, finge todo tipo de malestares, se escuda en todo tipo de argumentos  para no declarar su problema hiriente. Un grupo de compañeros le está haciendo la vida imposible. Desde hace un período de tiempo se ha convertido en la mofa del grupo, y toda la clase lo sabe... pero existe una conspiración silenciosa.

La manifestación del bullying es variopinta. En algunos casos puede llegar a ser objeto de chantajes económicos, coacciones de índole variada, y apremiado a realizar actos poco deseables. En las chicas se deriva más hacia una violencia psicológica y a un aislamiento donde se llega hasta hacer el vacío más absoluto a una determinada compañera. Estas situaciones forman un mundo escondido, al que los adultos (padres-profesores) no suelen tener acceso debido al miedo de la víctima, que por su falta de  autoestima  no comunica su debilidad por temor a parecer aún más débil. También se suma a ello el que los mayores interpretan los miedos del acosado como una necesidad de este último de pasar obligatoriamente por ese trance iniciático y «hacerse mayor», desestimando su carácter traumático. En este sentido, existen tres factores básicos que siempre se dan para que un hecho se considere bullying:
v   Ha de existir una víctima (indefensa) atacada por un abusón, o grupo de abusones. Es una relación de poder entre el más fuerte y el más débil.
v   Debe suceder durante un período de tiempo prolongado (un mes, etc.) y de forma repetida (más de dos o tres veces).
v    La naturaleza de la agresión puede ser física, verbal o psicológica.
Están presentes en la Escuela muchos elementos que favorecen la aparición de conflictos; muchos elementos que facilitan a los alumnos una visión negativa del lugar y las actividades que en ella se desarrollan. Hay múltiples momentos para vivir la Escuela como entorno no neutral: horarios rígidos; filas para entrar, salir, beber; espacios reservados o prohibidos por edades o estamentos; tarimas-estrados en las aulas. La Escuela aporta un currículum oculto cargado con normas, obediencia, jerarquía, valores de prestigio, competitividad, uniformidad, marginación, individualismo, valor de los resultados frente a los procesos, etc., que no favorecen precisamente que las personas que en ella conviven la sientan como territorio favorable, y menos aún los alumnos que no sean capaces, por las razones que sea, de engancharse en ese sistema, en el que pasan una gran parte de sus días, peleando por conseguirlo o por defenderse.
Pero no debemos considerarnos una isla, cuando hablamos de violencia, porque está presente en muchos otros escenarios; y tampoco debemos ver sólo la violencia contra los profesores, contra los agentes del orden; existen más violencias entre los miembros de la comunidad escolar: física, verbal, psicológica, simbólica; y en todas las direcciones.
Quizá sí podamos aportar algo para mejorar la situación. No hay que cejar en el empeño de conseguir que el sistema educativo sea más propicio a la convivencia pacífica. Habrá que seguir llamando la atención sobre los elementos que producen el enfrentamiento entre los diversos estamentos.
Pero al mismo tiempo, en la medida de nuestras posibilidades – y no son nulas –habrá que seguir avanzando en la mejora de mecanismos reales de participación que fomenten la responsabilidad compartida, habrá que recortar las diferencias jerárquicas basadas en las posiciones de poder, habrá que mejorar el respeto a las diferencias, habrá que fomentar y practicar la solución dialogada de los conflictos, habrá que hacer mas manifiesto ( y criticado) el currículum oculto y más oculto el manifiesto.

III. ALGUNAS EXPLICACIONES PARA LA VIOLENCIA ESCOLAR

Las causas de la perpetración del bullying son muy complejas. Distintos autores apuntan con mayor o menor grado a variables como: falta de autoestima por parte de la víctima, problemas familiares, currículum inadecuado, sociedad competitiva, violencia del sistema, organización escolar excesivamente rígida, o por falta de concienciación de dicha problemática. Lo que resulta del consenso general es que las circunstancias que intervienen para que se den casos de bullying son multifactoriales.  Desde esta perspectiva, se  tiene que atender cada caso de manera individualizada, además se deben adoptar medidas claras y contundentes dentro del mundo escolar.
Estos datos llevan a la conclusión de que la violencia en las aulas y en la sociedad está aumentando inquietantemente, aunque la mayor parte de los alumnos no están afectados por ella. Por otro lado, los que sí lo están tienden a exagerar su situación.
El interrogante que más ha proliferado entre los docentes ha sido el Por qué de que se produzca. Dos son los cauces para dar respuesta:
Los cambios sociales y familiares: en la gran parte de los progenitores de los alumnos de hoy día trabajan ambos cónyuges. Esto, unido al poco tiempo que recaban para comunicarse por motivos varios como pueden ser la televisión o los videojuegos, nos transporta a un concepto de familia totalmente distinto al que existía hace apenas dos décadas.
Este panorama pone en manos de los docentes una fuerte responsabilidad, que parte de poner en contacto a familia y a escuela abriendo cauces de actuación en los que ambos coordinen sus conocimientos de forma organizada y profesional para beneficio del alumno.
La búsqueda del "verdadero hombre", continuamente proyectado en las pantallas de los televisores ante las que tantas horas paran los niños y las niñas, representa una figura agresiva, implacable, cruel, segura de sí misma, que no expresa sus sentimientos y que persigue el dominio del otro.
Este estereotipo tratan de llevarlo a la práctica los alumnos/as, de manera consciente o inconsciente, en las aulas, teniendo como consecuencia los resultados que ya todos conocemos.
La supuesta lucha que en todas las actividades se produce, lleva a la búsqueda de un vencedor y un vencido. Se trata de competir con el otro, vencerle y ganar el "concurso".
Existe también una tendencia generalizada a considerar lo diferente como malo. Partiendo de esto, los colectivos de personas que apenas tienen algo en común, o nada con nosotros, son una amenaza. ¿Por qué no cambiamos el prisma? Es y debemos verlo como un enriquecimiento de la cultura, lo cual no implica que no admitamos las diferencias, cosa que es buena, pero partiendo en todo momento de una cultura del respeto. Del respeto a diferencias que van desde lo social y cultural a lo religioso, sabiendo que ambos tienen unos derechos y unas obligaciones.
También debería ser estudiado en este punto la posesión de juguetes y juegos bélicos, cuyo fin es familiarizar y favorecer en el niño dicha violencia.
Partiendo de que la sociedad misma inculca elementos de agresividad, no podemos eludir el hecho de que también en las escuelas se transmite la violencia. Especialmente desde los estereotipos sexuales y la discriminación sexual. Por ello, el profesorado debe ser plenamente consciente de todo lo que se transmite a través del "currículum oculto". Los alumnos y alumnas deben ser educados de igual forma y con este fin se trabaja en los centros educativos. Pero, quizás fruto de la cultura en la que hemos sido educados, se producen diferencias en la transmisión de mensajes para niños y niñas, que van tallando el "género" de hombre y mujer, aunque no seamos conscientes, porque siempre las hemos visto y las hemos considerado naturales.
En síntesis algunas posibles explicaciones para la violencia son:
·         Trastornos de apego o la vinculación interpersonal, por ausencia de experiencias de “sintonía” con el otro
·         Trastornos de la representación sobre la naturaleza de las relaciones humanas, incluyendo los sistemas de creencias que denigran a las personas
·         Los contextos ambientasles y/o humanos que interfieren en el desarrollo integral de los miembros de una sociedad, como la pobreza o el consumismo
·         Tiempos de alta frustación económica, social o política o individual
·         Culturas que enfatizan la dureza, la c ompetencia, la dominación
·         La exposición a modelos violentos, que reducen la sensibilidad frente  ala violencia, y permite aprender formas de enfrentamiento violentos
·         Los prejuicios, estereotipos, caracterizaciones, que generan sentimientos de exclusión o marginalidad, que colaboran para que se generen grupos, que se aglutinan frente a la necesidad de violentar a otros grupos de los dejan fuera
IV. ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN

A partir de lo anteriormente planteado, es posible imaginar que las estrategias de enfrentamiento de la problemática de la violencia escolar no tiene una única vía de solución, sino que depende de la mirada que tengamos sobre esta problemática.

Desde la psicología educacional y pensando en las estrategias que los psicólogos, directores, orientadores y profesores podemos comenzar a implementar en nuestras organizaciones educativas algunas temáticas a trabajar son: el tema del clima emocional en las escuelas, resolución de conflictos, desarrollo de habilidades sociales y potencialización de la resiliencia.

4.1 CLIMA SOCIAL Y EMOCIONAL EN LA ESCUELA

El clima social y emocional de una escuela se relaciona con las percepciones, sentimientos y vivencias que tienen los actores de la institución sobre su organización, sobre la posibilidad de sentirse identificados con ella, su sentimientos de satisfacción, de recompensa, de ser reforzados en su competencia, de comunicación , de apertura y de respeto.  Es la percepción que tienen respecto a distintos aspectos del ambiente en que desarrollan sus actividades habituales. Se relaciona con el poder de retención de las escuelas, la satisfacción con la vida escolar y la calidad de la educación. Se vincula con factores macrosistémicos, la responsabilidad social de los miembros y su desarrollo personal

Este sentimiento es personal, pero a la vez se construye organizacionalmente, en relación a la cultura organizacional de la escuela. Por eso si se quiere mejorar el clima deben considerarse estas variables culturales, expresadas en sus manifestaciones verbales, metas y objetivos, vitae, lenguaje, metáforas, historias de la organización, héroes de la organización, estructuras organizativas, manifestaciones visuales, materiales, instalaciones y equipamiento, útiles y memoria, manifestaciones del comportamiento, rituales, ceremonias, formas de enseñanza-aprendizaje, procedimientos operativos, normas y regulaciones, premios y sanciones, apoyos psicológicos y sociales y modelos de interacción entre poderes y comunidad.

El contexto escolar se transforma en un núcleo que:
·               Transmite valores, creencias, normas y hábitos de convivencia
·               Crea condiciones para el desarrollo e inhibición de habilidades
·               Fomenta estilos competitivos o solidarios
·               Promueve expectativas positivas o negativas
·               Crea confianza en el futuro y en los demás o crea desesperanza aprendida y desconfianza
·               Afianza o modifica las primeras imágenes acerca de si mismo: fortalece o debilita la autoconfianza
·               Crea ambientes protectores o precipita situaciones de riesgo

Los factores relacionados con un clima escolar positivo son:
·               Crecimiento continuo académico y social
·               Respeto mutuo
·               Confianza en lo que el otro dice y hace
·               Moral alta
·               Cohesión, espíritu de cuerpo y sentido de pertenencia
·               Capacidad de crecer, desarrollarse y cambiar
·               Cuidado, atmósfera familiar

Estas variables emocionales y sociales muchas veces fueron obviadas en los estudios sobre las variables que afectaban el desempeño o resultados de los niños en una escuela, centrándose en variables más estructurales o cognitivas. Sin embargo hoy se les está dando una gran importancia.

La relación entre desempeño de los alumnos y algunos de los procesos de la escuela es mayor que la relación entre desempeño y recursos de la escuela. A nivel de la escuela, los factores tienen que ver con los docentes y directores. Respecto a los docentes se relaciona con el hecho de tener otro trabajo y sus actitudes en relación al salario, autonomía laboral y fatiga. En relación a directores afectan la autonomía de gestión y su liderazgo. La participación de padres en actividades de escuela es también importante.

Sin embargo, las relaciones estadísticamente más significativas son entre desempeño y procesos que ocurren en el aula. La más importante es el clima emocional que se da en la sala. Sin embargo, muchas veces esta variable ha sido ignorada en la investigación. Se ha visto importancia de relaciones entre emociones y resultados de los niños, emociones de los profesores y resultados de los niños e importancia de destrezas emocionales.

En síntesis, un clima emocional y social adecuado en la escuela y la sala de clase debiera contemplar elementos como.


Características negativas
Características deseadas
Poder
Abuso y manipulación de una persona sobre otra
Relaciones autoritarias
Esfuerzos compartidos, presencia de apoyo mutuo
Personas con mayor poder lo distribuyen entre todos
Toma de decisiones
Se concentra en una persona o grupo muy reducido
Todos los participantes tienen algún papel
Hay espacio de expresión de necesidades y preferencias
Participación
Escasa participación de diferentes actores
No hay información sobre canales de participación
Activa participación
Todos sienten responsabilidad de participar en la toma de decisiones
Cooperación
Fuerte competencia en la mayoría de las actividades
Cultura de ganancia individual, más que grupal
Dificultades trabajar en equipo
Respeto para los demás, tolerancia hacia diferencias
Personas reconocen en qué situaciones es sano compartir y en cuáles no
Comunicación
Sólo se permite de arriba hacia abajo o a través de un único canal previamente establecido
Dificultad para escuchar y entender las percepciones de los otros
Personas se comunican como iguales, con respeto
Hay una escucha activa
Disciplina
Esta a cargo de una persona
No hay sistema para calificar las faltas o determinar magnitud del castigo
No se consideran motivos para las faltas
Hay formas para que las personas resuelvan sus propios conflictos
Hay espacio para escucha y entendimiento de motivos
Hay sistema para calificar y determinar magnitud del castigo
Discriminación o prejuicios
Estereotipos fuertes de personas o grupos
Comportamientos negativos basados en estereotipos
Se percibe a otros en base de sus potencialidades
Las personas interactúan como iguales, respetándose
No hay exclusión de grupos






Esto se relaciona estrechamente con el proceso de resolución de conflictos en la sala de clases, tema del que pasaremos a hablar a continuación.

4.2 RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS EN LA SALA DE CLASES

El conflicto siempre existe, lo importante es manejarlo de forma constructiva, reconociendo que son inevitables, sanos y valiosos. Los conflictos no son problemas, son parte de las soluciones.

Un conflicto aparece cuando hay actividades incompatibles, surge un conflicto de interés cuando dos personas , grupos o organizaciones desean cumplir con metas diferentes.

Los conflictos pueden volverse destructivos cuando negados, suprimidos o evitados, cuando un participante gana a expensas de otro, cuando ellos se sienten resentidos, heridos, enojados y desconfiados, cuando se reduce la posibilidad de solucionar constructivamente un conflicto.

Sin embargo un conflicto enfrentado positivamente pueden mejorar el desempeño, razonamiento y resolución de problemas, ayudar a sumir la perspectiva de otro, lograr un mayor conocimiento de uno mismo, energizarnos, sentirnos parte de un equipo y profundizar una relación.

Algunas etapas de la resolución de conflictos son:
·               Focalizar (identificar, observar, clarificar).
·               Analizar (organizar, clarificar, recordar, vincular, representar, conjeturar).
·               Resolver (concluir, determinar).
·               Validar (probar, explicar, verbalizar).
·               Reflejar (generar, sintetizar, aplicar, considerar otros enfoques).

Para las personas que trabajan en educación y, por consiguiente, con niños y jóvenes, conocen la dificultad y el gran costo que existe en la solución de los conflictos sobre todo cuando éstos son manejados de manera inadecuada. Para nadie es un misterio que los jóvenes en forma constante tienen peleas, roces, discusiones, etc., que fuera de las consecuencias físicas y emocionales que le puede traer a un niño o joven, provoca en el salón de clase pérdida de tiempo y, por sobre todo, malas relaciones sociales con su entorno.

Para los profesores no es difícil manifestar la gran cantidad de tiempo que invierten en el intento de solucionar conflictos o simplemente lograr mantener la atención de los alumnos, por tal motivo, resulta primordial mencionar que los conflictos siempre van a estar presentes y que su erradicación total no es más que una ilusión. La clave está en saber como solucionarlos pacíficamente o transformarlos en una oportunidad de ganancia mutua para los que están involucrados.

Sin duda que existen diferentas visiones, propuestas o formas de abordar este tema; Salm (1999) menciona una serie de elementos que se deben cumplir o desarrollar, para cumplir los objetivos de la resolución de conflictos. En ese sentido, manifiesta que el objetivo general de la resolución de conflictos es reducir la violencia y aumentar la convivencia entre los jóvenes a corto plazo, y dentro de la comunidad a largo plazo.

Para que lo anterior se cumpla se tienen que mejorar las habilidades de la comprensión de los conflictos, la comunidad y el saber cómo resolver sus propios problemas. Adicionalmente, modificar y/o mejorar actitudes, valores de autoestima, confianza, tolerancia, diversidad, respeto, responsabilidad, cooperación y participación. Dichas habilidades, actitudes y valores pacíficos destacan el rol fundamental de las relaciones que establece el joven con amigos, familiares, compañeros de trabajo; permitiéndole así efectuar una mejor convivencia, y un mejor desarrollo personal y social.

El autor presta atención, como primer punto, en las relaciones y normas sociales donde el joven debe aprender la importancia y el rol que las normas tienen en el funcionamiento del mundo diario, en esta dirección, el autor manifiesta que hay una relación entre relaciones interpersonales y el conflicto, ya que deben existir relaciones con las demás personas para que haya conflicto; como segunda idea, pone de manifiesto que entre más intensa sea la relación más probabilidades existen de que se entre en conflicto (más intensa en el sentido que se tiene más asuntos en común con la otra persona), por lo que un conflicto pasajero en la calle es mucho más sencillo de manejar ya que sólo crea un punto de encuentro o enlace, no se puede decir lo mismo de las relaciones que se tiene con amigos y familiares ya que están basadas en valores que generan conflictos más complejos y difíciles de solucionar.

Los jóvenes deben aprender el valor que tienen las relaciones para ellos, si no cuentan con buenas relaciones, se pueden sentir deprimidos y no lograr lo que quieren hacer. Si una persona tiene buenas habilidades interpersonales y una buena formación personal cuenta con una buen autoestima, conoce el respeto, la responsabilidad, la tolerancia y la cooperación hacia los demás, puede llevar a cabo unas buenas relaciones con los demás.

Como otro punto en la temática de la resolución de conflictos, se señala que, como primer paso para solucionar un problema, hay que entender cómo las personas responden física y emocionalmente a éste, cómo pueden desarrollarse sin una intervención pacífica, y cuáles son las maneras comunes que la gente utiliza para enfrentarlos. El comprender mejor el conflicto permitirá una buena toma de decisiones hallando su solución, pero para su comprensión se debe ser capaz de adaptar la teoría a la situación conflictiva, entendiendo que hay muchas formas de mirar un problema y que por ende muchos enfoques intentan dar cuenta del conflicto.

Salm (1999) grafica un esquema que explica cómo se responde o se enfrenta el conflicto social. En éste, opina que cada persona tiene su estilo de enfrentar el conflicto, ese estilo hace responder automáticamente y se hace presente o evidente en todas las situaciones. Los estilos que se señalan tienen su base principal en cuatro características: preocupación por uno mismo, preocupación por el otro, asertivo sólo en sus propios intereses y cooperación con la otra persona; estos estilos son:
·               Competir: se preocupa por sus propias metas no por las del otro. Es asertivo pero no cooperador.
·               Negociar: se preocupa por sus propias metas al igual que por las del otro. Es poco asertivo y poco cooperador.
·               Evadir:     no se preocupa por sus propias metas ni por las del otro. No es asertivo y no es cooperador.
·               Acomodar: no se preocupa por sus metas, pero sí por las del otro. No es asertivo pero si es cooperador.
·               Colaborar: se preocupa por sus propias metas al igual que por las del otro. Es asertivo y cooperador.

Al considerar lo anterior, se puede caer en la tentación de decir que el mejor estilo es el de colaborar, pero no lo es siempre, hay otros estilos que dependiendo de la situación pueden dar mejor resultado, o sea, si alguien sufre un accidente y precisa atención inmediata se necesita una persona que tome decisiones, por lo que un estilo competitivo resulta preciso. En este sentido, el autor señala que si la selección del estilo depende de la situación, cuando el sujeto se enfrenta a relaciones importantes, debe ser capaz de negociar y colaborar ya que éstas pueden satisfacer mejor que cualquier otro estilo, los intereses de todos los involucrados en un conflicto.

Como se expone en un inicio, generalmente la mayoría de la gente tiende a huir de los conflictos o evitarlos, creyendo que de esta forma se está solucionando un problema o evitar enfrentar el problema se presenta como una adecuada solución. Lo que en ese sentido quiere expresar la autora, es la confianza con la que se puede actuar de modo diferente frente a los conflictos de la vida real, la autora piensa que en vez de buscar revancha, enemistarse o acudir a otra persona en busca de soluciones, la gente manejará sus conflictos de manera positiva. Esta forma positiva de resolver los conflictos, la autora lo denomina hablar hasta entenderse lo que de alguna forma da cuenta de la lógica con que enfrenta el tema de la resolución de conflictos en forma práctica.

El hablar hasta entenderse es una técnica que la autora enumera en una serie de pasos que se debe tener en cuenta a la hora de enfrentar un conflicto con otro, éstos son:
·               Hacer un alto. Recobrar la calma.
·               Hablar y escucharse uno al otro.
·               Determinar qué necesita cada uno.
·               Proponer soluciones (la autora lo denomina como “torbellino de ideas”).
·               Elegir la idea que les guste a los dos.
·               Trazar un plan. Ponerlo en práctica.

4.3 DESARROLLO DE HABILIDADES SOCIALES EN CONTEXTOS ESCOLARES

El estudio de las habilidades sociales ha presentado un notable auge en los últimos años. Se han dedicado numerosos artículos acerca de la competencia social, se han desarrollado programas y procedimientos para aumentar las habilidades sociales y la asertividad.

Es una realidad el hecho de que las personas pasan un alto porcentaje del tiempo inmersos en interacciones sociales ya sean diádica o en grupos, además existen bastantes estudios empíricos que demuestran que las relaciones sociales positivas son una de las mayores fuentes de autoestima y bienestar personal. Paralelo a esto, se reconoce que la competencia social de un sujeto, contribuye en la competencia personal, puesto que hoy en día el éxito personal y social parece estar más relacionado con la sociabilidad y las habilidades interpersonales del sujeto que con sus habilidades cognitivas e intelectuales. Por este motivo, el tema relacionado con las competencias sociales es una de las áreas más fecundadas y en desarrollo en la psicología contemporánea.

Refiriéndonos concretamente a la población infantil, está claro en este momento, y es unánimemente aceptado por distintos profesionales de distintos campos (educativo, clínico, pediátrico y de la salud), que la habilidad de interactuar adecuadamente con los iguales (amigos, hermanos, compañeros de curso, etc.) y con los adultos significativos es un aspecto muy importante en el desarrollo infantil.

La adecuada competencia social en la etapa de la niñez está asociada con logros escolares y con el ajuste personal y social. Por el contrario, la competencia social pobre tiene consecuencias para el niño a corto y largo plazo, y esto se relaciona con características como:
·               Aislamiento: baja aceptación, rechazo, ignorancia o aislamiento social hacia los iguales.
·               Problemas escolares: bajo rendimiento, fracaso, absentismo, abandono del sistema escolar, expulsiones de la escuela, inadaptación escolar.
·               Problemas personales: baja autoestima, locus de control externo,
·               Desajustes psicológicos y psicopatología infantil: depresión, indefensión.
·               Inadaptación juvenil: delincuencia juvenil, conductas rebeldes, suicidio.
·               Problemas de salud mental en la adolescencia y la edad adulta
 
En la actualidad  la instrucción y la enseñanza intencional de habilidades sociales se ha debilitado tanto en el contexto familiar como escolar. La familia, debido a cambios sociales y por distintas razones (envío temprano a los hijos al colegio, familias nucleares, incorporación de la mujer al mundo laboral), ha disminuido la enseñanza de conductas interpersonales a sus miembros y delega esta responsabilidad a otras instituciones principalmente escolares. Sin embargo, las conductas interpersonales no se enseñan sistemáticamente en la escuela.

La conducta interpersonal no se aborda directamente en la escuela por diversos motivos. En primer lugar se piensa que la función principal del contexto escolar es la enseñanza de aspectos académicos (materias, contenidos). En segundo lugar el colegio tiene la creencia de que la enseñanza de competencias sociales son responsabilidades de la familia. Como tercer punto, se tiene la idea de que el aprendizaje de comportamientos sociales se realiza de manera espontánea, por simple instrucción verbal y sin necesidad de una enseñanza sistemática, estructurada y programada. En cuarto lugar, los actores del sistema educativo, generalmente, presentan recelos y existe un cierto cuestionamiento de la importancia de este tema. Finalmente, en muchos casos, aunque se valore la importancia de las habilidades sociales resulta un campo nuevo y/o difícil y los profesionales implicados no se encuentran preparados para afrontar su enseñanza.

Debido a los cambios que a enfrentado el sistema educativo, la escuela actualmente debe hacer frente a situaciones nuevas y complejas. Como consecuencia de los cambios sociales y económicos la escuela actualmente acoge a niños más pequeños debido al adelanto de la  edad de ingreso en los centros educativos (Sala cuna, jardín infantil, Pre-Kinder). A su vez se ha aumentado los años de escolaridad obligatoria, acogiendo también a más niños mayores. La escuela atiende a niños de poblaciones marginales al producirse una escolarización total de la población infantil, acoge e integra a alumnos con minusvalía (niños que hasta el momento habían sido atendidos fuera del sistema tradicional).

La escuela actualmente detecta un notable incremento de los problemas de los alumnos y afirma que muchas de estas dificultades, están relacionadas con déficit e inhabilidad social en los niños y, por lo tanto, demanda nuevas estrategias de intervención. Frente a esto la institución escolar no puede permanecer ajena a estos hecho y debe rehacer sus estrategias de enseñanza, ya que parece indiscutible que un objetivo claro de la institución educativa es el enseñar al niño a relacionarse adecuadamente con las personas que le rodean.

La escuela es una importante institución de socialización, proveedora de comportamientos y actitudes sociales, solamente la familia puede estar por delante de ella. El aula, el colegio, el recreo, son contextos sociales en los que los niños pasan gran parte de su tiempo, relacionándose entre sí y con los adultos. La escuela constituye uno de los entornos más relevantes para el desarrollo social y, para potenciar y enseñar habilidades de relaciones interpersonales en los niños.  

En conclusión de lo anterior es claro que es necesario enseñar habilidades sociales en el contexto escolar. Esta enseñanza se debe hacer del mismo modo en que se enseñan otros aspectos, es decir, de manera directa, intencional y sistemática. Es necesario que el entrenamiento y la enseñanza de las habilidades sociales se incorpore de modo sistemático en los currículum habituales, lo que implica, entre otras cosas, que éste tenga su horario, planificación y estrategias de  relación como otras áreas curriculares.

Se han seleccionado habilidades y comportamientos que sean relevantes, significativos y funcionales para el niño en los escenarios sociales en donde el niño está inserto, estas son seis áreas a trabajar:
·               Habilidades básicas de interacción social
·               Habilidades conversacionales
·               Habilidades relacionadas con los sentimientos, emociones y opiniones
·               Habilidades se solución de problemas interpersonales
·               Habilidades para haver amigos
·               Habilidades para relacioanrse con los adultos.

4.4            DESARROLLO DE LA RESILIENCIA EDUCACIONAL

Esto es consistente con la necesidad de favorecer el desarrollo de mecanismos protectores en los niños, que les permitan enfrentar de mejor forma su ambiente. Para entender esto, resulta útil acudir al concepto de resiliencia, entendida como: un conjunto de procesos sociales e intrapsíquicos que posibilitan tener una vida sana, en un medio insano.  Estos procesos dicen relación a la combinación de la interacción dada entre los atributos del niño y de su ambiente familiar, social y cultural (Rutter, 1981, en kotliarenco, 1996).

Desde la acepción anterior de Resiliencia es posible distinguir la presencia de dos componentes necesarios; primero que haya un evento o situación de riesgo y segundo que el individuo tenga la capacidad de crear un comportamiento positivo, pese a las circunstancias difíciles; es decir, que el niño no solo puede sobreponerse frente al sentimiento de dolor y abatimiento sino que sea capaz de re-construírlo a partir de una disposición positiva para enfrentar las dificultades que se le oponen para una vida emocional y física sana.

El fenómeno de la resiliencia se caracteriza por provenir básicamente de una relación significativa  del sujeto con uno, dos o más figuras de su entorno, y que es un estado no definitivo, es decir, se puede estar más o menos resiliente de acuerdo a la situación que se vive y de las condiciones del entorno, aunque la presencia de factores protectores bien establecidos en la infancia  y adolescencia, pueden facilitar al sujeto un desenvolvimiento positivo posterior, aún en circunstancias de adversidad.

De acuerdo a lo anteriormente mencionado, es importante señalar que “el fenómeno de la resiliencia es relativo, dependiendo de una compleja y dinámica interacción entre factores protectores dentro del niño, el ambiente familiar y el contexto social más amplio.” (Werner y Smith, 1992, en García Morton, Gómez-Barris, 1997. Pág. 13)

Según Edith Grotberg las fuentes de la resiliencia serían:
• Ambiente facilitador: acceso a la salud, educación, bienestar, apoyo emocional, reglas y límites familiares, estabilidad escolar y del hogar, entre otros.
• Fuerza intrapsíquica: la autonomía, el control de impulsos, el sentirse querido, la empatía.
• Habilidades interpersonales: el manejo de las situaciones, la solución de problemas, la capacidad de planeamiento.

Se identificaron factores resilientes y se organizaron en tres categorías diferentes: Yo Tengo (apoyo), Yo Soy (desarrollo de fortaleza intrapsíquica), Yo Puedo (adquirir habilidades interpersonales y de resolución de conflictos)

Se puede explicar estos verbos entendiendo su sentido de la siguiente manera:

Yo Tengo
·               Personas alrededor en quienes confío y me quieren incondicionalmente
·               Personas que me ponen límites para que aprenda a evitar los peligros o problemas
·               Personas que me muestran por medio de su conducta la manera correcta de                              proceder
·               Personas que quieren que aprenda a desenvolverme solo
·               Personas que me ayudan cuando estoy enfermo o en peligro o cuando necesito aprender
Yo Soy
·               Una persona por la que otros sienten aprecio y cariño
·               Feliz cuando hago algo bueno para los demás y les demuestro mi afecto
·               Respetuoso/a de mí mismo y del prójimo
·               Capaz de aprender lo que mis maestros me enseñan
·               Agradable y comunicativo con mis familiares y vecinos
Yo Estoy
·               Dispuesto a responsabilizarme de mis actos
·               Seguro de que todo saldrá bien
·               Triste, lo reconozco y lo expreso con la seguridad de encontrar apoyo
·               Rodeado de compañeros que me aprecian
Yo Puedo
·               Hablar sobre cosas que me asustan o me inquietan
·               Buscar la manera de resolver mis problemas
·               Controlarme cuando tengo ganas de hacer algo peligroso o que no está bien
·               Buscar el momento apropiado para hablar con alguien o para actuar
·               Encontrar a alguien que me ayude cuando lo necesito
·               Equivocarme y hacer travesuras sin perder el afecto de mis padres
·               Sentir afecto y expresarlo


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