REFLEXIONANDO EN TORNO A LA VIOLENCIA ESCOLAR:
ESTRATEGIAS DE PREVENCIÓN E INTERVENCIÓN
(Documento Apoyo Seminario para Directores y Orientadores realizado en
la Universidad San Sebastián, Concepción, 2004)
PAULINA HERRERA
2004
I. PRESENTACIÓN
Actualmente nos encontramos en un
profundo periodo de transformaciones en nuestros sistemas educacionales,
impulsados por el proceso de reforma educacional que se inicia en Chile en el
año 1990. Sin duda, la reforma ha generado importantes mejoras en las
organizaciones educativas, aunque en muchas ocasiones, puede haber sido un
proceso lento y difícil para cada una de estas organizaciones.
Un tema pendiente, que esta recién comenzando a ser
impulsado dentro de la reforma, es el problema de la convivencia escolar y la
salud mental de los niños. Son preocupación de todos, temáticas como la
violencia escolar, las relaciones interpersonales entre los diferentes actores
de las escuelas y liceos, o la prevención del consumo de drogas o alcohol,
entre otros.
Específicamente, en este texto se reflexionará en torno
al tema de la violencia escolar, sus definiciones, posibles factores causales y
estrategias de enfrentamiento, a nivel de prevención e intervención.
Todos podemos tener sentimientos como la impotencia, el
temor, el sufrimiento, la humillación, la depresión, tensión, dolor, angustia,
envidia, venganza, tristeza, inseguridad, frustración, irritación, nerviosismo,
culpa, molestia, que nos genera rabia y una acumulación de energía que nos
lleva a la necesidad de manifestar agresión a uno mismo u otros. El problema es
cuando no lo hacemos en el contexto adecuado, ni de la forma apropiada, cuando
dañamos a otros o a nosotros mismos. Debemos buscar canales de expresión de
estos sentimientos, que contribuyan a la generación de una cultura de la paz,
el respeto de los derechos humanos y a la posibilidad de que nuestras
organizaciones educativas mejoren su convivencia escolar y canalicen estas
emociones que circulan constantemente, transformándolas en recursos para su
propio desarrollo., Ese es el gran desafío.
II. CONCEPTOS BÁSICOS SOBRE
VIOLENCIA ESCOLAR
La violencia ha sido tematizada de diversas maneras. Las
construcciones teóricas se mueven entre aquellas visiones subculturales de las
manifestaciones distorsionadas de la norma, hasta aquellas centradas en los
factores individuales ya sea conductuales o inconscientes.
Sin embargo estas
perspectivas, asumiéndose coherentes con su arquitectura conceptual parten de
un imperativo implícito de carácter moral: Connotan los fenómenos de violencia
como no deseables, negativos, anormales.
Esto podría ser considerado cierto si hacemos una
distinción entre violencia y agresividad.
La agresividad es natural a los eres humanos, es una energía que nos
permite mantenernos vivos, es una fuerza emocional que nos permite protegernos
y proteger a otros y adaptarnos a los ataques que viene del exterior. Lo importante es como la regulamos, o sea la necesidad de activar la
pulsión agresiva frente a ciertas situaciones y frenarla en otras o comunicarla
de maneras variadas y evitando la destrucción del otro o la autodestrucción
Hay quien mantiene que el ser humano es violento por
naturaleza. Y hay quién dice que la violencia es un mecanismo aprendido – y por
lo tanto enseñado, consciente o inconscientemente - para ejercer el poder o la
defensa. Lo que llamamos violencia se manifiesta de diversas maneras: hay
violencia física, violencia verbal, violencia psicológica, y hasta violencia
simbólica, que se manifiesta de forma indirecta, o mejor, que parece que no es
tal. Se dan relaciones violentas entre iguales, de los de arriba sobre los de
abajo y de los de abajo sobre los de arriba.
Hay un ciclo de violencia que aparece con una
acumulación de tensión, con una sucesión de pequeños episodios que llevan a
roces constantes entre personas. Esta tensión acumulada en un minuto explota,
manifestándose la violencia en una segunda fase. Finalmente vienen las
consecuencias del hecho violento, en que se piden disculpas, se castiga, se
inhibe, etc.
En la escuela se manifiestan, en mayor o menor medida,
todas estas violencias, de igual manera que en otros ámbitos de las relaciones
humanas; siempre que hay que compartir espacio y/o tiempo con otros: la
propiedad del territorio, el uso o las normas de utilización de ese territorio,
son motivo de conflictos que pueden devenir en violencia, entendida como
agresión a otros. Y solemos ver a los demás como enemigos en muchas
situaciones: en la cola de cualquier establecimiento o servicio, al conducir,
en las aglomeraciones o en zonas despobladas, al competir por un puesto de
trabajo, a los "agentes del orden", a los jóvenes, a los grupos
étnicos, a los marginados y a los que tienen éxito, a los profesores y a los
alumnos. En estas y otras situaciones
esperamos, aunque no deseemos, que alguien actúe contra nosotros.
Cuando se habla de
violencia en el mundo escolar suele asociarse a manifestaciones físicas tales
como destrozos, peleas, robos, etc. Sin embargo, cada vez se hace más patente
que la olla a presión que representa un centro escolar abarca muchos más actos,
mensajes o situaciones violentas que las antes referidas. Tal es el caso del bullying, de difícil traducción al
castellano o a cualquier lengua derivada del latín.
La traducción
aproximada, si forzamos un posible carácter literal, sería la de bravucón o
matón, y como acción propia del bully o matón estarían los maltratos o amenazas
de manera que intimida, tiraniza o aísla y por ello convierte a alguien en
víctima. Los países nórdicos y germanos lo denominan mobbing y los anglosajones
bullying De cualquier forma, a pesar de la diversidad de definiciones y
matices, la más consensuada se refiere a «una
violencia prolongada y que se repite, tanto mental como física, llevada a cabo
por un individuo o grupo y dirigida contra un individuo que no es capaz de
defenderse ante dicha situación, convirtiéndose en víctima».
Un ejemplo clarificador
sería el de aquel niño o adolescente que rehusa ir al colegio sin motivo
aparente. Ante la insistencia de sus padres, finge todo tipo de malestares, se
escuda en todo tipo de argumentos para
no declarar su problema hiriente. Un grupo de compañeros le está haciendo la
vida imposible. Desde hace un período de tiempo se ha convertido en la mofa del
grupo, y toda la clase lo sabe... pero existe una conspiración silenciosa.
La manifestación del
bullying es variopinta. En algunos casos puede llegar a ser objeto de chantajes
económicos, coacciones de índole variada, y apremiado a realizar actos poco
deseables. En las chicas se deriva más hacia una violencia psicológica y a un
aislamiento donde se llega hasta hacer el vacío más absoluto a una determinada
compañera. Estas situaciones forman un mundo escondido, al que los adultos
(padres-profesores) no suelen tener acceso debido al miedo de la víctima, que
por su falta de autoestima no comunica su debilidad por temor a parecer
aún más débil. También se suma a ello el que los mayores interpretan los miedos
del acosado como una necesidad de este último de pasar obligatoriamente por ese
trance iniciático y «hacerse mayor», desestimando su carácter traumático. En
este sentido, existen tres factores básicos que siempre se dan para que un
hecho se considere bullying:
v Ha de existir una víctima
(indefensa) atacada por un abusón, o grupo de abusones. Es una relación de
poder entre el más fuerte y el más débil.
v Debe suceder durante un período de
tiempo prolongado (un mes, etc.) y de forma repetida (más de dos o tres veces).
v La naturaleza de la agresión puede ser física,
verbal o psicológica.
Están presentes en la Escuela muchos elementos que
favorecen la aparición de conflictos; muchos elementos que facilitan a los
alumnos una visión negativa del lugar y las actividades que en ella se
desarrollan. Hay múltiples momentos para vivir la Escuela como entorno no
neutral: horarios rígidos; filas para entrar, salir, beber; espacios reservados
o prohibidos por edades o estamentos; tarimas-estrados en las aulas. La Escuela
aporta un currículum oculto cargado con normas, obediencia, jerarquía, valores
de prestigio, competitividad, uniformidad, marginación, individualismo, valor
de los resultados frente a los procesos, etc., que no favorecen precisamente
que las personas que en ella conviven la sientan como territorio favorable, y
menos aún los alumnos que no sean capaces, por las razones que sea, de
engancharse en ese sistema, en el que pasan una gran parte de sus días,
peleando por conseguirlo o por defenderse.
Pero no debemos considerarnos una isla, cuando
hablamos de violencia, porque está presente en muchos otros escenarios; y
tampoco debemos ver sólo la violencia contra los profesores, contra los agentes
del orden; existen más violencias entre los miembros de la comunidad escolar:
física, verbal, psicológica, simbólica; y en todas las direcciones.
Quizá sí podamos aportar algo para mejorar la
situación. No hay que cejar en el empeño de conseguir que el sistema educativo
sea más propicio a la convivencia pacífica. Habrá que seguir llamando la
atención sobre los elementos que producen el enfrentamiento entre los diversos
estamentos.
Pero
al mismo tiempo, en la medida de nuestras posibilidades – y no son nulas –habrá
que seguir avanzando en la mejora de mecanismos reales de participación que
fomenten la responsabilidad compartida, habrá que recortar las diferencias
jerárquicas basadas en las posiciones de poder, habrá que mejorar el respeto a
las diferencias, habrá que fomentar y practicar la solución dialogada de los
conflictos, habrá que hacer mas manifiesto ( y criticado) el currículum oculto
y más oculto el manifiesto.
III. ALGUNAS EXPLICACIONES PARA LA VIOLENCIA ESCOLAR
Las causas de la perpetración del
bullying son muy complejas. Distintos autores apuntan con mayor o menor grado a
variables como: falta de autoestima por parte de la víctima, problemas
familiares, currículum inadecuado, sociedad competitiva, violencia del sistema,
organización escolar excesivamente rígida, o por falta de concienciación de
dicha problemática. Lo que resulta del consenso general es que las
circunstancias que intervienen para que se den casos de bullying son
multifactoriales. Desde esta
perspectiva, se tiene que atender cada
caso de manera individualizada, además se deben adoptar medidas claras y
contundentes dentro del mundo escolar.
Estos datos llevan a la conclusión de que la
violencia en las aulas y en la sociedad está aumentando inquietantemente,
aunque la mayor parte de los alumnos no están afectados por ella. Por otro
lado, los que sí lo están tienden a exagerar su situación.
El interrogante que más ha proliferado entre los
docentes ha sido el Por qué de que se produzca. Dos son los cauces para
dar respuesta:
Los cambios sociales y familiares: en la gran parte
de los progenitores de los alumnos de hoy día trabajan ambos cónyuges. Esto,
unido al poco tiempo que recaban para comunicarse por motivos varios como
pueden ser la televisión o los videojuegos, nos transporta a un concepto de
familia totalmente distinto al que existía hace apenas dos décadas.
Este panorama pone en manos de los docentes una
fuerte responsabilidad, que parte de poner en contacto a familia y a escuela
abriendo cauces de actuación en los que ambos coordinen sus conocimientos de
forma organizada y profesional para beneficio del alumno.
La búsqueda del "verdadero hombre",
continuamente proyectado en las pantallas de los televisores ante las que
tantas horas paran los niños y las niñas, representa una figura agresiva,
implacable, cruel, segura de sí misma, que no expresa sus sentimientos y que
persigue el dominio del otro.
Este estereotipo tratan de llevarlo a la práctica
los alumnos/as, de manera consciente o inconsciente, en las aulas, teniendo
como consecuencia los resultados que ya todos conocemos.
La supuesta lucha que en todas las actividades se
produce, lleva a la búsqueda de un vencedor y un vencido. Se trata de competir
con el otro, vencerle y ganar el "concurso".
Existe también una tendencia generalizada a
considerar lo diferente como malo. Partiendo de esto, los colectivos de
personas que apenas tienen algo en común, o nada con nosotros, son una amenaza.
¿Por qué no cambiamos el prisma? Es y debemos verlo como un enriquecimiento de
la cultura, lo cual no implica que no admitamos las diferencias, cosa que es
buena, pero partiendo en todo momento de una cultura del respeto. Del respeto a
diferencias que van desde lo social y cultural a lo religioso, sabiendo que
ambos tienen unos derechos y unas obligaciones.
También debería ser estudiado en este punto la
posesión de juguetes y juegos bélicos, cuyo fin es familiarizar y favorecer en
el niño dicha violencia.
Partiendo de que la sociedad misma inculca
elementos de agresividad, no podemos eludir el hecho de que también en las
escuelas se transmite la violencia. Especialmente desde los estereotipos
sexuales y la discriminación sexual. Por ello, el profesorado debe ser
plenamente consciente de todo lo que se transmite a través del "currículum
oculto". Los alumnos y alumnas deben ser educados de igual forma y con
este fin se trabaja en los centros educativos. Pero, quizás fruto de la cultura
en la que hemos sido educados, se producen diferencias en la transmisión de
mensajes para niños y niñas, que van tallando el "género" de hombre y
mujer, aunque no seamos conscientes, porque siempre las hemos visto y las hemos
considerado naturales.
En síntesis algunas posibles explicaciones para la
violencia son:
·
Trastornos de apego o la vinculación interpersonal,
por ausencia de experiencias de “sintonía” con el otro
·
Trastornos de la representación sobre la naturaleza
de las relaciones humanas, incluyendo los sistemas de creencias que denigran a
las personas
·
Los contextos ambientasles y/o humanos que
interfieren en el desarrollo integral de los miembros de una sociedad, como la
pobreza o el consumismo
·
Tiempos de alta frustación económica, social o
política o individual
·
Culturas que enfatizan la dureza, la c ompetencia,
la dominación
·
La exposición a modelos violentos, que reducen la
sensibilidad frente ala violencia, y
permite aprender formas de enfrentamiento violentos
·
Los prejuicios, estereotipos, caracterizaciones,
que generan sentimientos de exclusión o marginalidad, que colaboran para que se
generen grupos, que se aglutinan frente a la necesidad de violentar a otros
grupos de los dejan fuera
IV. ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN
A partir de lo anteriormente planteado, es posible
imaginar que las estrategias de enfrentamiento de la problemática de la
violencia escolar no tiene una única vía de solución, sino que depende de la
mirada que tengamos sobre esta problemática.
Desde la psicología educacional y pensando en las
estrategias que los psicólogos, directores, orientadores y profesores podemos
comenzar a implementar en nuestras organizaciones educativas algunas temáticas
a trabajar son: el tema del clima emocional en las escuelas, resolución de
conflictos, desarrollo de habilidades sociales y potencialización de la
resiliencia.
4.1 CLIMA SOCIAL Y EMOCIONAL
EN LA ESCUELA
El
clima social y emocional de una escuela se relaciona con las percepciones,
sentimientos y vivencias que tienen los actores de la institución sobre su
organización, sobre la posibilidad de sentirse identificados con ella, su
sentimientos de satisfacción, de recompensa, de ser reforzados en su
competencia, de comunicación , de apertura y de respeto. Es la percepción que tienen respecto a
distintos aspectos del ambiente en que desarrollan sus actividades habituales.
Se relaciona con el poder de retención de las escuelas, la satisfacción con la
vida escolar y la calidad de la educación. Se vincula con factores
macrosistémicos, la responsabilidad social de los miembros y su desarrollo
personal
Este
sentimiento es personal, pero a la vez se construye organizacionalmente, en
relación a la cultura organizacional de la escuela. Por eso si se quiere
mejorar el clima deben considerarse estas variables culturales, expresadas en
sus manifestaciones verbales, metas y objetivos, vitae, lenguaje, metáforas,
historias de la organización, héroes de la organización, estructuras
organizativas, manifestaciones visuales, materiales, instalaciones y
equipamiento, útiles y memoria, manifestaciones del comportamiento, rituales,
ceremonias, formas de enseñanza-aprendizaje, procedimientos operativos, normas
y regulaciones, premios y sanciones, apoyos psicológicos y sociales y modelos
de interacción entre poderes y comunidad.
El
contexto escolar se transforma en un núcleo que:
·
Transmite valores, creencias, normas y hábitos de
convivencia
·
Crea condiciones para el desarrollo e inhibición de
habilidades
·
Fomenta estilos competitivos o solidarios
·
Promueve expectativas positivas o negativas
·
Crea confianza en el futuro y en los demás o crea
desesperanza aprendida y desconfianza
·
Afianza o modifica las
primeras imágenes acerca de si mismo: fortalece o debilita la autoconfianza
·
Crea ambientes protectores o precipita situaciones
de riesgo
Los
factores relacionados con un clima escolar positivo son:
·
Crecimiento continuo académico y social
·
Respeto mutuo
·
Confianza en lo que el otro dice y hace
·
Moral alta
·
Cohesión, espíritu de cuerpo y sentido de pertenencia
·
Capacidad de crecer, desarrollarse y cambiar
·
Cuidado, atmósfera familiar
Estas variables emocionales y sociales muchas veces
fueron obviadas en los estudios sobre las variables que afectaban el desempeño
o resultados de los niños en una escuela, centrándose en variables más
estructurales o cognitivas. Sin embargo hoy se les está dando una gran
importancia.
La
relación entre desempeño de los alumnos y algunos de los procesos de la escuela
es mayor que la relación entre desempeño y recursos de la escuela. A nivel de
la escuela, los factores tienen que ver con los docentes y directores. Respecto
a los docentes se relaciona con el hecho de tener otro trabajo y sus actitudes
en relación al salario, autonomía laboral y fatiga. En relación a directores afectan
la autonomía de gestión y su liderazgo. La participación de padres en
actividades de escuela es también importante.
Sin
embargo, las relaciones estadísticamente más significativas son entre desempeño
y procesos que ocurren en el aula. La más importante es el clima emocional que
se da en la sala. Sin embargo, muchas veces esta variable ha sido ignorada en
la investigación. Se ha visto importancia de relaciones entre emociones y
resultados de los niños, emociones de los profesores y resultados de los niños
e importancia de destrezas emocionales.
En síntesis, un clima emocional y social adecuado en la
escuela y la sala de clase debiera contemplar elementos como.
|
Características negativas
|
Características deseadas
|
||
Poder
|
Abuso y manipulación de una persona sobre otra
Relaciones autoritarias
|
Esfuerzos compartidos, presencia de apoyo mutuo
Personas con mayor poder lo distribuyen entre todos
|
||
Toma de decisiones
|
Se concentra en una persona o grupo muy reducido
|
Todos los participantes tienen algún papel
Hay espacio de expresión de necesidades y preferencias
|
||
Participación
|
Escasa participación de diferentes actores
No hay información sobre canales de participación
|
Activa participación
Todos sienten responsabilidad de participar en la toma de decisiones
|
||
Cooperación
|
Fuerte competencia en la mayoría de las actividades
Cultura de ganancia individual, más que grupal
Dificultades trabajar en equipo
|
Respeto para los demás, tolerancia hacia diferencias
Personas reconocen en qué situaciones es sano compartir y en cuáles no
|
||
Comunicación
|
Sólo se permite de arriba hacia abajo o a través de un único canal
previamente establecido
Dificultad para escuchar y entender las percepciones de los otros
|
Personas se comunican como iguales, con respeto
Hay una escucha activa
|
||
Disciplina
|
Esta a cargo de una persona
No hay sistema para calificar las faltas o determinar magnitud del
castigo
No se consideran motivos para las faltas
|
Hay formas para que las personas resuelvan sus propios conflictos
Hay espacio para escucha y entendimiento de motivos
Hay sistema para calificar y determinar magnitud del castigo
|
||
Discriminación o prejuicios
|
Estereotipos fuertes de personas o grupos
Comportamientos negativos basados en estereotipos
|
Se percibe a otros en base de sus potencialidades
Las personas interactúan como iguales, respetándose
No hay exclusión de grupos
|
||
Esto
se relaciona estrechamente con el proceso de resolución de conflictos en la
sala de clases, tema del que pasaremos a hablar a continuación.
4.2 RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS
EN LA SALA DE CLASES
El conflicto siempre existe, lo importante es
manejarlo de forma constructiva, reconociendo que son inevitables, sanos y
valiosos. Los conflictos no son problemas, son parte de las soluciones.
Un conflicto aparece cuando hay actividades incompatibles,
surge un conflicto de interés cuando dos personas , grupos o organizaciones
desean cumplir con metas diferentes.
Los conflictos pueden volverse destructivos cuando
negados, suprimidos o evitados, cuando un participante gana a expensas de otro,
cuando ellos se sienten resentidos, heridos, enojados y desconfiados, cuando se
reduce la posibilidad de solucionar constructivamente un conflicto.
Sin embargo un conflicto enfrentado positivamente
pueden mejorar el desempeño, razonamiento y resolución de problemas, ayudar a
sumir la perspectiva de otro, lograr un mayor conocimiento de uno mismo,
energizarnos, sentirnos parte de un equipo y profundizar una relación.
Algunas etapas de la resolución de conflictos son:
·
Focalizar (identificar, observar, clarificar).
·
Analizar (organizar, clarificar, recordar,
vincular, representar, conjeturar).
·
Resolver (concluir, determinar).
·
Validar (probar, explicar, verbalizar).
·
Reflejar (generar, sintetizar, aplicar, considerar
otros enfoques).
Para
las personas que trabajan en educación y, por consiguiente, con niños y
jóvenes, conocen la dificultad y el gran costo que existe en la solución de los
conflictos sobre todo cuando éstos son manejados de manera inadecuada. Para
nadie es un misterio que los jóvenes en forma constante tienen peleas, roces,
discusiones, etc., que fuera de las consecuencias físicas y emocionales que le
puede traer a un niño o joven, provoca en el salón de clase pérdida de tiempo
y, por sobre todo, malas relaciones sociales con su entorno.
Para
los profesores no es difícil manifestar la gran cantidad de tiempo que
invierten en el intento de solucionar conflictos o simplemente lograr mantener
la atención de los alumnos, por tal motivo, resulta primordial mencionar que
los conflictos siempre van a estar presentes y que su erradicación total no es
más que una ilusión. La clave está en saber como solucionarlos pacíficamente o
transformarlos en una oportunidad de ganancia mutua para los que están
involucrados.
Sin
duda que existen diferentas visiones, propuestas o formas de abordar este tema;
Salm (1999) menciona una serie de elementos que se deben cumplir o desarrollar,
para cumplir los objetivos de la resolución de conflictos. En ese sentido,
manifiesta que el objetivo general de la resolución de conflictos es reducir la
violencia y aumentar la convivencia entre los jóvenes a corto plazo, y dentro
de la comunidad a largo plazo.
Para
que lo anterior se cumpla se tienen que mejorar las habilidades de la
comprensión de los conflictos, la comunidad y el saber cómo resolver sus
propios problemas. Adicionalmente, modificar y/o mejorar actitudes, valores de
autoestima, confianza, tolerancia, diversidad, respeto, responsabilidad,
cooperación y participación. Dichas habilidades, actitudes y valores pacíficos
destacan el rol fundamental de las relaciones que establece el joven con
amigos, familiares, compañeros de trabajo; permitiéndole así efectuar una mejor
convivencia, y un mejor desarrollo personal y social.
El
autor presta atención, como primer punto, en las relaciones y normas sociales
donde el joven debe aprender la importancia y el rol que las normas tienen en
el funcionamiento del mundo diario, en esta dirección, el autor manifiesta que
hay una relación entre relaciones interpersonales y el conflicto, ya que deben
existir relaciones con las demás personas para que haya conflicto; como segunda
idea, pone de manifiesto que entre más intensa sea la relación más
probabilidades existen de que se entre en conflicto (más intensa en el sentido
que se tiene más asuntos en común con la otra persona), por lo que un conflicto
pasajero en la calle es mucho más sencillo de manejar ya que sólo crea un punto
de encuentro o enlace, no se puede decir lo mismo de las relaciones que se
tiene con amigos y familiares ya que están basadas en valores que generan
conflictos más complejos y difíciles de solucionar.
Los
jóvenes deben aprender el valor que tienen las relaciones para ellos, si no
cuentan con buenas relaciones, se pueden sentir deprimidos y no lograr lo que
quieren hacer. Si una persona tiene buenas habilidades interpersonales y una
buena formación personal cuenta con una buen autoestima, conoce el respeto, la
responsabilidad, la tolerancia y la cooperación hacia los demás, puede llevar a
cabo unas buenas relaciones con los demás.
Como
otro punto en la temática de la resolución de conflictos, se señala que, como
primer paso para solucionar un problema, hay que entender cómo las personas
responden física y emocionalmente a éste, cómo pueden desarrollarse sin una
intervención pacífica, y cuáles son las maneras comunes que la gente utiliza
para enfrentarlos. El comprender mejor el conflicto permitirá una buena toma de
decisiones hallando su solución, pero para su comprensión se debe ser capaz de
adaptar la teoría a la situación conflictiva, entendiendo que hay muchas formas
de mirar un problema y que por ende muchos enfoques intentan dar cuenta del
conflicto.
Salm
(1999) grafica un esquema que explica cómo se responde o se enfrenta el
conflicto social. En éste, opina que cada persona tiene su estilo de enfrentar
el conflicto, ese estilo hace responder automáticamente y se hace presente o
evidente en todas las situaciones. Los estilos que se señalan tienen su base
principal en cuatro características: preocupación por uno mismo, preocupación
por el otro, asertivo sólo en sus propios intereses y cooperación con la otra
persona; estos estilos son:
·
Competir: se preocupa por sus propias metas no por
las del otro. Es asertivo pero no cooperador.
·
Negociar: se preocupa por sus propias metas al
igual que por las del otro. Es poco asertivo y poco cooperador.
·
Evadir:
no se preocupa por sus propias metas ni por las del otro. No es asertivo y no
es cooperador.
·
Acomodar: no se preocupa por sus metas, pero sí por
las del otro. No es asertivo pero si es cooperador.
·
Colaborar: se preocupa por sus propias metas al
igual que por las del otro. Es asertivo y cooperador.
Al
considerar lo anterior, se puede caer en la tentación de decir que el mejor
estilo es el de colaborar, pero no lo es siempre, hay otros estilos que
dependiendo de la situación pueden dar mejor resultado, o sea, si alguien sufre
un accidente y precisa atención inmediata se necesita una persona que tome
decisiones, por lo que un estilo competitivo resulta preciso. En este sentido,
el autor señala que si la selección del estilo depende de la situación, cuando
el sujeto se enfrenta a relaciones importantes, debe ser capaz de negociar y
colaborar ya que éstas pueden satisfacer mejor que cualquier otro estilo, los
intereses de todos los involucrados en un conflicto.
Como se expone en un inicio, generalmente la mayoría de
la gente tiende a huir de los conflictos o evitarlos, creyendo que de esta
forma se está solucionando un problema o evitar enfrentar el problema se
presenta como una adecuada solución. Lo que en ese sentido
quiere expresar la autora, es la confianza con la que se puede actuar de modo
diferente frente a los conflictos de la vida real, la autora piensa que en vez
de buscar revancha, enemistarse o acudir a otra persona en busca de soluciones,
la gente manejará sus conflictos de manera positiva. Esta forma positiva de
resolver los conflictos, la autora lo denomina hablar hasta entenderse lo que
de alguna forma da cuenta de la lógica con que enfrenta el tema de la
resolución de conflictos en forma práctica.
El
hablar hasta entenderse es una técnica que la autora enumera en una serie de
pasos que se debe tener en cuenta a la hora de enfrentar un conflicto con otro,
éstos son:
·
Hacer un alto. Recobrar la calma.
·
Hablar y escucharse uno al otro.
·
Determinar qué necesita cada uno.
·
Proponer soluciones (la autora lo denomina como
“torbellino de ideas”).
·
Elegir la idea que les guste a los dos.
·
Trazar un plan. Ponerlo en práctica.
4.3 DESARROLLO DE HABILIDADES
SOCIALES EN CONTEXTOS ESCOLARES
El
estudio de las habilidades sociales ha presentado un notable auge en los
últimos años. Se han dedicado numerosos artículos acerca de la competencia
social, se han desarrollado programas y procedimientos para aumentar las
habilidades sociales y la asertividad.
Es
una realidad el hecho de que las personas pasan un alto porcentaje del tiempo
inmersos en interacciones sociales ya sean diádica o en grupos, además existen
bastantes estudios empíricos que demuestran que las relaciones sociales
positivas son una de las mayores fuentes de autoestima y bienestar personal.
Paralelo a esto, se reconoce que la competencia social de un sujeto, contribuye
en la competencia personal, puesto que hoy en día el éxito personal y social
parece estar más relacionado con la sociabilidad y las habilidades
interpersonales del sujeto que con sus habilidades cognitivas e intelectuales.
Por este motivo, el tema relacionado con las competencias sociales es una de
las áreas más fecundadas y en desarrollo en la psicología contemporánea.
Refiriéndonos
concretamente a la población infantil, está claro en este momento, y es
unánimemente aceptado por distintos profesionales de distintos campos
(educativo, clínico, pediátrico y de la salud), que la habilidad de interactuar
adecuadamente con los iguales (amigos, hermanos, compañeros de curso, etc.) y
con los adultos significativos es un aspecto muy importante en el desarrollo
infantil.
La
adecuada competencia social en la etapa de la niñez está asociada con logros
escolares y con el ajuste personal y social. Por el contrario, la competencia
social pobre tiene consecuencias para el niño a corto y largo plazo, y esto se
relaciona con características como:
·
Aislamiento: baja aceptación, rechazo, ignorancia o
aislamiento social hacia los iguales.
·
Problemas escolares: bajo rendimiento, fracaso,
absentismo, abandono del sistema escolar, expulsiones de la escuela,
inadaptación escolar.
·
Problemas personales: baja autoestima, locus de
control externo,
·
Desajustes psicológicos y psicopatología infantil:
depresión, indefensión.
·
Inadaptación juvenil: delincuencia juvenil,
conductas rebeldes, suicidio.
·
Problemas de salud mental en
la adolescencia y la edad adulta
En
la actualidad la instrucción y la
enseñanza intencional de habilidades sociales se ha debilitado tanto en el
contexto familiar como escolar. La familia, debido a cambios sociales y por
distintas razones (envío temprano a los hijos al colegio, familias nucleares,
incorporación de la mujer al mundo laboral), ha disminuido la enseñanza de conductas
interpersonales a sus miembros y delega esta responsabilidad a otras
instituciones principalmente escolares. Sin embargo, las conductas
interpersonales no se enseñan sistemáticamente en la escuela.
La
conducta interpersonal no se aborda directamente en la escuela por diversos
motivos. En primer lugar se piensa que la función principal del contexto
escolar es la enseñanza de aspectos académicos (materias, contenidos). En
segundo lugar el colegio tiene la creencia de que la enseñanza de competencias
sociales son responsabilidades de la familia. Como tercer punto, se tiene la
idea de que el aprendizaje de comportamientos sociales se realiza de manera
espontánea, por simple instrucción verbal y sin necesidad de una enseñanza
sistemática, estructurada y programada. En cuarto lugar, los actores del
sistema educativo, generalmente, presentan recelos y existe un cierto
cuestionamiento de la importancia de este tema. Finalmente, en muchos casos,
aunque se valore la importancia de las habilidades sociales resulta un campo
nuevo y/o difícil y los profesionales implicados no se encuentran preparados
para afrontar su enseñanza.
Debido
a los cambios que a enfrentado el sistema educativo, la escuela actualmente
debe hacer frente a situaciones nuevas y complejas. Como consecuencia de los
cambios sociales y económicos la escuela actualmente acoge a niños más pequeños
debido al adelanto de la edad de ingreso
en los centros educativos (Sala cuna, jardín infantil, Pre-Kinder). A su vez se
ha aumentado los años de escolaridad obligatoria, acogiendo también a más niños
mayores. La escuela atiende a niños de poblaciones marginales al producirse una
escolarización total de la población infantil, acoge e integra a alumnos con
minusvalía (niños que hasta el momento habían sido atendidos fuera del sistema
tradicional).
La
escuela actualmente detecta un notable incremento de los problemas de los
alumnos y afirma que muchas de estas dificultades, están relacionadas con
déficit e inhabilidad social en los niños y, por lo tanto, demanda nuevas
estrategias de intervención. Frente a esto la institución escolar no puede
permanecer ajena a estos hecho y debe rehacer sus estrategias de enseñanza, ya
que parece indiscutible que un objetivo claro de la institución educativa es el
enseñar al niño a relacionarse adecuadamente con las personas que le rodean.
La
escuela es una importante institución de socialización, proveedora de
comportamientos y actitudes sociales, solamente la familia puede estar por
delante de ella. El aula, el colegio, el recreo, son contextos sociales en los
que los niños pasan gran parte de su tiempo, relacionándose entre sí y con los
adultos. La escuela constituye uno de los entornos más relevantes para el
desarrollo social y, para potenciar y enseñar habilidades de relaciones
interpersonales en los niños.
En
conclusión de lo anterior es claro que es necesario enseñar habilidades
sociales en el contexto escolar. Esta enseñanza se debe hacer del mismo modo en
que se enseñan otros aspectos, es decir, de manera directa, intencional y
sistemática. Es necesario que el entrenamiento y la enseñanza de las
habilidades sociales se incorpore de modo sistemático en los currículum
habituales, lo que implica, entre otras cosas, que éste tenga su horario,
planificación y estrategias de relación
como otras áreas curriculares.
Se
han seleccionado habilidades y comportamientos que sean relevantes,
significativos y funcionales para el niño en los escenarios sociales en donde
el niño está inserto, estas son seis áreas a trabajar:
·
Habilidades básicas de interacción social
·
Habilidades conversacionales
·
Habilidades relacionadas con los sentimientos,
emociones y opiniones
·
Habilidades se solución de problemas
interpersonales
·
Habilidades para haver amigos
·
Habilidades para relacioanrse
con los adultos.
4.4
DESARROLLO DE LA RESILIENCIA EDUCACIONAL
Esto
es consistente con la necesidad de favorecer el desarrollo de mecanismos
protectores en los niños, que les permitan enfrentar de mejor forma su
ambiente. Para entender esto, resulta útil acudir al concepto de resiliencia,
entendida como: un conjunto de procesos sociales e intrapsíquicos que
posibilitan tener una vida sana, en un medio insano. Estos procesos dicen relación a la
combinación de la interacción dada entre los atributos del niño y de su
ambiente familiar, social y cultural (Rutter, 1981, en kotliarenco, 1996).
Desde
la acepción anterior de Resiliencia es posible distinguir la presencia de dos
componentes necesarios; primero que haya un evento o situación de riesgo y
segundo que el individuo tenga la capacidad de crear un comportamiento
positivo, pese a las circunstancias difíciles; es decir, que el niño no solo
puede sobreponerse frente al sentimiento de dolor y abatimiento sino que sea
capaz de re-construírlo a partir de una disposición positiva para enfrentar las
dificultades que se le oponen para una vida emocional y física sana.
El
fenómeno de la resiliencia se caracteriza por provenir básicamente de una
relación significativa del sujeto con
uno, dos o más figuras de su entorno, y que es un estado no definitivo, es
decir, se puede estar más o menos resiliente de acuerdo a la situación que se
vive y de las condiciones del entorno, aunque la presencia de factores
protectores bien establecidos en la infancia
y adolescencia, pueden facilitar al sujeto un desenvolvimiento positivo
posterior, aún en circunstancias de adversidad.
De
acuerdo a lo anteriormente mencionado, es importante señalar que “el fenómeno
de la resiliencia es relativo, dependiendo de una compleja y dinámica
interacción entre factores protectores dentro del niño, el ambiente familiar y
el contexto social más amplio.” (Werner y Smith, 1992, en García Morton,
Gómez-Barris, 1997. Pág. 13)
Según
Edith Grotberg las fuentes de la resiliencia serían:
•
Ambiente facilitador: acceso a la salud, educación, bienestar, apoyo emocional,
reglas y límites familiares, estabilidad escolar y del hogar, entre otros.
•
Fuerza intrapsíquica: la autonomía, el control de impulsos, el sentirse
querido, la empatía.
•
Habilidades interpersonales: el manejo de las situaciones, la solución de
problemas, la capacidad de planeamiento.
Se identificaron factores resilientes y se organizaron en
tres categorías diferentes: Yo Tengo (apoyo), Yo Soy (desarrollo de fortaleza
intrapsíquica), Yo Puedo (adquirir habilidades interpersonales y de resolución
de conflictos)
Se
puede explicar estos verbos entendiendo su sentido de la siguiente manera:
Yo Tengo
·
Personas alrededor en quienes confío y me quieren
incondicionalmente
·
Personas que me ponen límites para que aprenda a
evitar los peligros o problemas
·
Personas que me muestran por medio de su conducta
la manera correcta de proceder
·
Personas que quieren que aprenda a desenvolverme
solo
·
Personas que me ayudan cuando
estoy enfermo o en peligro o cuando necesito aprender
Yo Soy
·
Una persona por la que otros
sienten aprecio y cariño
·
Feliz cuando hago algo bueno
para los demás y les demuestro mi afecto
·
Respetuoso/a de mí mismo y del
prójimo
·
Capaz de aprender lo que mis
maestros me enseñan
·
Agradable y comunicativo con
mis familiares y vecinos
Yo Estoy
·
Dispuesto a responsabilizarme
de mis actos
·
Seguro de que todo saldrá bien
·
Triste, lo reconozco y lo
expreso con la seguridad de encontrar apoyo
·
Rodeado de compañeros que me
aprecian
Yo Puedo
·
Hablar sobre cosas que me
asustan o me inquietan
·
Buscar la manera de resolver
mis problemas
·
Controlarme cuando tengo ganas
de hacer algo peligroso o que no está bien
·
Buscar el momento apropiado
para hablar con alguien o para actuar
·
Encontrar a alguien que me
ayude cuando lo necesito
·
Equivocarme y hacer travesuras
sin perder el afecto de mis padres
·
Sentir afecto y expresarlo
No hay comentarios:
Publicar un comentario
ÁNIMO: TODAS Y TODOS TIENEN LA PALABRA...COMENTEN...