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sábado, 8 de octubre de 2016

HACIA UN NUEVO PARADIGMA PEDAGÓGICO PARA LA EDUCACIÓN EN LAS AULAS



HACIA UN NUEVO PARADIGMA PEDAGÓGICO
PARA LA EDUCACIÓN EN LAS AULAS
Lorenzo Tébar Belmonte

“Los profesores saben que su trabajo está cambiando, al mismo tiempo que el mundo en el que se desenvuelven.
En la medida en que las actuales estructuras y culturas de la enseñanza se dejan tal cual están,
la tarea de responder a estos cambios complejos y acelerados desde el aislamiento
sólo creará mayores sobrecargas, intensificación, culpabilidad,  incertidumbre, cinismo y abandono pasivo…
Las reglas del mundo están cambiando.
Es hora de que las reglas de la enseñanza y del trabajo de los docentes varíen con ellas”.
A. Hargreaves: 1999): Profesorado, cultura y postmodernidad: Cambian los tiempos, cambia el profesorado. Madrid: Morata. P. 289).


SÍNTESIS:
La Educación está reclamando un giro copernicano, una auténtica revolución  que proponga un nuevo paradigma, basado en los principios de la psicología cognitivista, pero que, a la vez, integre los mejores métodos, recursos y estrategias de la ciencia actual. Aunque la demanda viene respaldada por el cambio vertiginoso que experimenta nuestra sociedad, el mundo educativo, resistente al cambio, necesita una justificación que motive y despierte la adhesión de los profesionales de la educación. Es imprescindible invertir en la actualización y formación de los docentes, para poder asimilar y transferir los nuevos conocimientos con un nuevo estilo de enseñanza-aprendizaje. La presente propuesta ofrece las claves, pilares y elementos para definir el nuevo Paradigma pedagógico de la mediación sociocognitiva. Es un esfuerzo que implica, por su trascendencia y envergadura, a toda la sociedad, pues la educación nos concierne a todos.


1.       Panorama crítico de la Educación actual.

Pocos sociólogos de la educación han atinado en el análisis y al diagnóstico de la escuela actual, como Andy Hargreaves, reclamando con absoluta convicción la necesidad del cambio en la educación. En esta referencia quedan recogidos los motivos y la justificación de esta reflexión pedagógica. Cada docente ha tenido su propia experiencia educativa en las aulas y también cada uno posee su propia representación y su ideal personal de educación; valoramos con diferentes criterios y reconocemos su impacto trascendente en la vida de todo ser humano. Aunque son innegables los aspectos positivos que hoy enriquecen el mundo educacional, no son menos evidentes las lacras y carencias que se adhieren a un sistema tan complejo, como es el educativo.

Las evaluaciones internaciones (PISA 2009) denuncian los escasos avances educativos, que diagnostican un estancamiento pedagógico en muchos países.  Existe un empeño retórico de buscar la eliminación del fracaso y del abandono escolar de más del 20% del alumnado en la CE. Éste sería un punto decisivo para que los docentes recuperaran el prestigio perdido en nuestra sociedad. Se constata el cansancio y falta de moral en los docentes para ir contra-corriente en una sociedad falta de sentido ejemplarizante y exigente; se reducen los contenidos y los tiempos de escolarización en los niveles más delicados del desarrollo temprano; se escatiman las inversiones presupuestarias que debieran garantizar la formación permanente y la necesaria actualización del profesorado; se analizan superficialmente las auténticas causas de nuestro retroceso en las evaluaciones internacionales… Realmente hallamos muchas razones para impulsar un futuro renovador en la educación y esperar la entrada de una nueva ola de aire innovador en las aulas. Parece que las crisis que paralizan a la sociedad, que traumatizan a las familias, contagian implacablemente la vida de los centros escolares.

Sin miedo a exagerar nuestro diagnóstico, podríamos afirmar que no existe escasa voluntad política para avanzar hacia una educación inclusiva y exitosa, que elimine todo fracaso escolar, que responda a las necesidades reales de los alumnos y atienda a la diversidad multicultural de las aulas. ¿Por qué no atajar de raíz el problema de los alumnos fracasados y repetidores, frenar el cada vez más creciente riesgo de abandono escolar, cuando los alumnos llegan al final de la Educación Secundaria, si antes no se han puesto los medios para prevenir y solucionar su fracaso que algunos alumnos arrastran desde sus primeros años de escolarización?

Aun conociendo la complejidad del problema, se hace difícil la innovación sobre la diversificación en las aulas, la adaptación a las necesidades de los alumnos y la atención pedagógica a aquellos con mayor riesgo de abandono o fracaso. Parece que hemos topado con en un muro imposible de derribar. Las barreras de la participación y del éxito escolar son infranqueables. Nos podemos preguntar si los Centros Escolares tratan de responder a las necesidades de los alumnos, para mejorar sus procesos y desarrollar sus capacidades, o bien tratan de vivir en un inmovilismo aberrante y desmotivador.

Es evidente la resistencia al cambio entre los docentes, pero no por culpa de ellos sino porque no se ofrece la formación adecuada a sus auténticas necesidades profesionales y porque no disponen de otro paradigma y de otros métodos que les den la seguridad que ahora les da lo que llevan años practicando. Muchos docentes tienen escasa formación científica y mentalidad investigadora, tampoco disponen de los medios necesarios. Se achaca un cambio imposible de las estructuras del sistema educativo: No se admite abiertamente una real autonomía pedagógica en los centros escolares.

Las soluciones y los modelos educativos no son transportables, pues las condiciones y posibilidades de los países son distintas. Finlandia, Corea o Singapur son referentes en algunos aspectos positivos, pero imposibles de plagiar. Los debates que enfrentan contenidos con didáctica demuestran un total desconocimiento de los principios psicopedagógicos que fundamentan el cambio de paradigma sociocognitivo actual. Lo mismo podemos decir de las corrientes reduccionistas de la educación y formación integral a una simple y aséptica instrucción.


2.      Es necesario un cambio de paradigma educativo.

Las orientaciones y recomendaciones actuales (Comunidad Europea, UNESCO, PISA, el nuevo marco de Bolonia, etc.) apuntan a un necesario y urgente cambio de paradigma pedagógico. Se trata de buscar una respuesta coherente a los profundos desafíos de la sociedad globalizada, tecnificada y del conocimiento. Se habla de una mutación estructural de nuestra sociedad, que ha impactado en todos los ámbitos del mundo educativo incierto. Los tres elementos esenciales de la Educación: Antropología, Teleología y Psicopedagogía necesitan una actualización de los principios inspiradores de la acción de los docentes. Es necesario revisar los conceptos y el sistema de creencias que guían la praxis de los educadores de hoy. Los maestros y docentes necesitan ser auténticos profesionales en el desempeño de su trabajo. Éste es para muchos expertos el auténtico “talón de Aquiles” de la Educación actual. Deben dominar su disciplina y saben enseñarla de la forma más eficaz en el contexto de una escuela inclusiva, para llegar a puerto seguro: “La educación se ve obligada a proporcionar las cartas náuticas de un mundo complejo y en perpetua agitación y, al mismo tiempo, la brújula para poder navegar por él”. J. Delors (1996): La Educación encierra un tesoro. Madrid: Santillana-UNESCO, pág. 95). Es necesaria una formación en el perfil competencial del profesor con visión de futuro.


3.      ¿Qué corrientes pedagógicas actuales pueden funtamentar este cambio educativo?

La síntesis ecléctica debe llegar de una visión global de la Educación, que no excluya ningún elemento esencial de todas las dimensiones educativas. Dejando de lado corrientes psicopedagógicas, como el psicoanálisis, el conductismo, el humanismo, el personalismo y otras que impactaron en nuestra cultura, nos hemos centrado en las aportaciones más destacadas y complementarias de las siguientes:

LAS CORRIENTES PEDAGÓGICAS
APORTACIÓN A LAS DIMENSIONES DEL PARADIGMA PEDAGÓGICO DE LA MEDIACIÓN SOCIOCOGNITIVA
1.       La Escuela nueva.
-Destaca la trascendencia de la educación temprana.
-Reconoce la dignidad de la persona del educando, ser único e irrepetible, portador de valores, actor de su propio desarrollo.
2.       La Pedagogía liberadora.
-La toma de conciencia de la necesidad del cambio humanizante
-La vinculación con el propio entorno vital. Arraigo en la cultura popular.
-Ser transformador de la sociedad: La libertad en manos de cada persona.
3.       La Pedagogía cognitiva.
-Principios epistemológicos, procesos cognitivos, taxonomía de habilidades.
-Programas para enseñar a pensar: centralidad y protagonismo del educando.
-Nuevo rol de organizador, guía y orientador del educador: Desarrollo integral.
4.       La Pedagogía constructi-vista.
-Protagonismo del alumno, constructor del saber, esquemas, estructuras.
-Interpretación de los procesos adaptativos de construcción.
-El docente provoca situaciones de aprendizaje: Conflictos, equilibrio cognitivo.
5.       La Pedagogía sociohis-tórica.
-La sociedad nos configura: Llegamos a ser, gracias a los demás.
-La importancia de la interacción y la palabra para configurar y estructurar.
-El aprendizaje es base del desarrollo potencial hasta los más altos niveles.
6.       La Pedagogía de la mediación o “Pedagogía con rostro humano”.
-Una serie de principios antropológicos y psicopedagógicos orientadores de la relación educativa, a través de la implicación plena del Profesional-Mediador.
Programa mediador de remediación y desarrollo (PEI).
-Una propuesta metodológica (el Mapa cognitivo) que integra los elementos esenciales (las funciones cognitivas, las operaciones mentales, los criterios de la mediación, los niveles de interacción…). Rechaza todo determinismo negativo.
-Batería de Psicodiagnóstico dinámico (LPAD): Busca las causas de los problemas del educando. Necesidad de crear entornos modificadores adaptados al alumno.
Los avances científicos que disfrutamos en la sociedad de hoy nos demuestran que el progreso de la sociedad postindustrial se debe a la suma de saberes y de hallazgos logrados por el ser humano a través de los siglos. La educación ha recorrido también por caminos y culturas muy diversos, creando un patrimonio humanístico de inmensa riqueza. La dificultad de hoy consiste en hallar una síntesis coherente que dé unidad a las diversas corrientes psicopedagógicas que llegan con sus luces y sombras hasta hoy. En este intento, nos empeñamos en el estudio de una propuesta ecléctica, inspirada en las Ciencias Humanas y en la Pedagogía de la Mediación y reforzada con la aplicación y la experiencia formativa. Los tres grandes bloques (contenidos/objetivos, educando y profesor) de la educación deben quedar integrados y armonizados en nuestra propuesta.


4.     Propuesta de un nuevo paradigma educativo para el S. XXI:

Todos los docentes se reconocen capaces de una función imprescindible en nuestra sociedad, que, paradójicamente, aunque disponga de más formación y más medios, cada día se hace más difícil y compleja. Por eso, es necesario tomar conciencia de los cambios que vive nuestra sociedad y del impacto que tienen en el mundo educativo, por la trascendencia en la vida de las personas y en la transformación de la misma sociedad.

Es comprensible la resistencia al cambio, cuando no se han profundizado otras soluciones posibles de mejora o se desconocen teorías, medios y experiencias exitosas de los países de la vanguardia educativa (PISA: OCDE, UNESCO). Por estas razones, en la educación es necesario justificar y motivar un cambio paradigmático ineludible con argumentos convincentes, superando la excusa escapista de considerarlo una moda pedagógica. El profesor de hoy debe ser un profesional, como en cualquier otra profesión y con más razones, que conquiste la confianza de los educandos, de sus progenitores y de toda la sociedad, y así eleve su prestigio profesional y su autoestima. Para todo ello, el camino ineludible es el de la actualización y formación pedagógica.

La escuela debe repensar sus fines, al sentirse invadida en muchas de sus competencias por otros ámbitos e instituciones de la sociedad. Debe, asímismo, renovarse en sus métodos, en sus instrumentos y recursos, para abrirse a horizontes más creativos y en constante innovación. Los cambios imprevisibles en una sociedad en evolución y progreso irreversibles, necesita educadores críticos y abiertos a la insospechada creatividad de la inteligencia humana, heredera de experiencias y hallazgos inconmensurables en todas las ramas del saber, que convergen en nuestras culturas.

Un nuevo paradigma exige flexibilidad para adaptarse a nueva antropología –los alumnos de hoy son diferentes de los mayores-, a una nueva teleología –la escuela hoy tiene nuevas funciones que cumplir y unos cometidos más amplios para una educación integral-, y una psicopedagogía más iluminadora del amplio marco de diversidad, donde se acrisolan las culturas y los saberes. Hoy no vale solo memorizar, es fundamental desarrollar habilidades cognitivas, formar la mente, pues no basta con llenarla…

No podemos despreciar la teoría, los principios fundamentadores de una praxis coherente, para poder sintetizar los saberes que nos enseñarán cómo construimos la mente y la persona de cada educando. Se trata de un salto que no puede precipitarse en el vacío ni en la improvisación. Hay que conocer expertos, corrientes pedagógicas actuales, éxitos reconocidos, para aprender lo mejor de los que nos han precedido en este cambio imperativo. Somos comunidad de aprendizaje que nos debe conducir a una nueva profesionalidad, cimentada en las ciencias humanas, por un trabajo compartido, en equipo.

Por definición, el docente debe ser innovador, creativo, provocador, pero esencialmente un educador mediador, capaz de acoger, acompañar y adaptarse a la diversidad de caracteres y de estilos de aprendizaje de sus alumnos. Su flexibilidad le debe mantener abierto a la formación permanente y a aprender en el ejercicio de tan noble profesión. El docente no puede dejar de maravillarse a diario ante una tarea en la que se experimenta la humanización permanente y la genialidad de la inteligencia humana de cada educando brindándole nuevas sorpresas. Por eso, cualquiera que sea el paradigma que se adopte, la tarea educativa tendrá su dinamismo en el estilo de relación humana que el docente deberá establecer en el micromundo de interacciones. Y como horizonte de sentido, de aprendizajes y de valores, siempre existirá la utopía última que marque la tensión que busque forjar la persona libre, feliz, autónoma, capaz de vivir en la sociedad y construir un mundo mejor y en paz.

Cada término de nuestro esquema (lectura de dentro a fuera) tiene su sentido psicopedagógico, desde los tres círculos centrales que sustentan la bóveda de la educación (ED), a través de los ámbitos que la desarrollan: enseñanza, aprendizaje y pedagogía. En ellos se expresan, a su vez, las distintas formas como se dinamiza esa educación, según que marque una relación entre sociedad/familia/mediador y los objetivos (enseñanza), entre el sujeto y los objetivos (aprendizaje), o que defina todo el diseño de estructuras y medios en los que se conjuga el contexto educativo (pedagogía). Sin olvidar el contexto, expresado en la doble dimensión socio-cognitiva que es la que crea el clima de influjo externo (entorno sociocultural) e interno –mediado- (equilateralidad- adaptación), que determina y condiciona la praxis de la relación educativa. El filtro o amplificador de todas las relaciones viene expresado por la mediación, a través de una constante adaptación al educando, que asegure el desarrollo potencial, la motivación, la implicación y el éxito del educando.







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