Re - pensando el
concepto de desarrollo infantil integral
Una
mirada desde los sistemas dinámicos no lineales como reflexión necesaria.
MARCO MUÑOZ
UNIVERSIDAD DE CUENCA
“…Es sólo en la misteriosa ecuación del amor
en donde hay razones
lógicas que pueden encontrarse.
Estoy aquí esta noche sólo
debido a ti…
Tú
eres mi razón. Tú eres todas mis razones…”
John Nash
El
desarrollo humano es un proceso diverso y multifactorial y a la vez polisémico
por lo que es necesario que lo abordemos desde las fuentes mismas de sus
planteamientos, dicha cuestión requiere conocer su marco interpretativo y
contexto histórico, es decir el modelo paradigmático que los sustenta.
Para
ello es necesario realizar un breve recorrido por los principales postulados y
modelos que la psicología del desarrollo ha plateado, su proceso de integración
ha atravesado varias etapas y enfoques de consolidación por eso, y recogiendo
los criterios de (Abellán, 2014) las podemos clasificar de la siguiente
forma.
Tres concepciones paradigmáticas del
desarrollo
a. Mecanicista.
La
explicación del desarrollo está sujeto a condiciones de causalidad que eliminan
la subjetividad de la libertad humana, subsecuentemente se realza la reacción
mecánica - determinista del organismo.
Arrancan
desde estas posiciones las teorías conductistas, neoconductistas y en parte las
del procesamiento de la información que, recibiendo la herencia del empirismo inglés,
intentan explicar la conducta y la evolución del ser humano, reduciendo su
investigación a aspectos objetivamente observables, medibles y verificables.
La
concepción psicológica mecanicista entendía el desarrollo de la siguiente forma
(Madruga, 1998) : ...los cambios ontogenéticos son
siempre cuantitativos y fruto de las interacciones entre el organismo y el
ambiente; no existe ningún curso o secuencia evolutiva necesaria, ni tampoco
estadios cualitativamente diferentes, y el desarrollo puede ser reducido al
aprendizaje.
b. Organicistas.
La
idea de desarrollo parte de las interacciones del ser humano sobre los objetos,
gracias a la actividad el sistema evoluciona alcanzando una mayor diferenciación
y jerarquía entre sus partes, mientras progresa hacia estados cualitativamente
superiores y más complejos.
El
sujeto tiene un papel activo en la aprehensión y construcción de su realidad y
de sus cambios, hasta los detalles más simples de su comportamiento tendrán
explicación en relación a un proyecto global, dentro del cual todo es
interdependiente, conectado, condicionado y necesario para alcanzar estados de
madurez diferenciados entre sí.
Desde
este punto de vista se desarrollaron varias corrientes del pensamiento
psicológico, que dividen el desarrollo en estadios o niveles de organización,
que explicarían las distintas conductas en función de sus características o
indicadores comunes que se excluyen de
su predecesor. Se establece la secuencia de estadios prefijados y lleva a un
estadio final o meta de madurez, estableciendo niveles progresivos de
complejidad hacia la que camina necesariamente
la ontogénesis.
c. Dialéctico / Contextuales.
Por
último, el modelo dialéctico-contextual considera al sujeto en interacción con
su medio pero, además, considerado este en su propia historicidad. Ni el ambiente
ni el sujeto están determinados: la determinación será el fruto de su
interacción, y más aún de la calidad de dichas interacciones, según las leyes
de la dialéctica.
Los
elementos intervinientes en el proceso de desarrollo incluyen por primera vez
el contexto histórico-social-cultural (Abellán, 2014) “Tanto los procesos de desarrollo
cuantitativo como cualitativo tienen su importancia [...] la acumulación de
cambios cuantitativos produce la aparición de los cualitativos” (Madruga, 1998) . A partir de estas
ideas, que tienen su principal representante en Vygotsky se han desarrollado
enfoques como el de la psicología del ciclo vital y, últimamente, modelos que
engarzan esta tradición junto a otras que valoran el dinamismo y la complejidad
de los sistemas, como veremos más adelante.
Las
teorías clásicas (Gessell, Ausubel, Piaget, Vygotsky) eran hasta cierto punto
interpretaciones simples y lineales de la realidad y los procesos psicológicos
asociados al desarrollo; no llegaban a reflejar el caos, complejidad y el
dinamismo que se pueden encontrar en los procesos de equilibración dinámica y
en el proceso dialéctico que se establece entre los sistemas y su contextos.
Este
sin duda es un parte aguas entre los modelos tradicionales – lineales de la
psicología del desarrollo clásica y una visión del desarrollo centrada en la
variabilidad dinámica y no lineal que proponemos.
Esta
es la base para sostener que el desarrollo del ser humano no se ajusta a
patrones de crecimiento simple y lineal (madurativo inclusive), la psicología del
desarrollo busca nuevas formas de analizar y representar el cambio, como lo que
caracteriza a los procesos es la irregularidad y el desorden, necesitamos
modelos explicativos en los que quepa una realidad multiforme y dinámica, para
ello haremos referencia los Sistemas
Dinámicos Auto organizados de carácter no lineal.
El desarrollo del ser humano es un proceso
dinámico y no lineal
Los
enfoques tradicionales en la psicología del desarrollo se han centrado y
estancado en analizar, comprender e inclusive promocionar lo estable y
universal de los cambios, estandarizando procesos evolutivos sin considerar las
particularidades de cada sujeto en su eco – contexto, pero ahora, desde esta
nueva perspectiva, la investigación se centra sobre los factores del cambio (Thelen, 1994) .
“Sabemos que la puntuación media crea una
falsa ilusión de regularidad y linealidad en el desarrollo, ya que nunca
encontramos al sujeto prototípico que resulta promedio; por ello, la
perspectiva dinámica acepta la realidad de las curvas de desarrollo complejas y
no lineales, que incluyen oscilaciones y fluctuaciones de todo tipo” (Abellán,
2014, pág. 25) .
El flujo y calidad de las interacciones a
las que se expone el ser humano es una de las condiciones que generan su
desarrollo, visto así sería: La esencia
del desarrollo es la emergencia de lo novedoso. “Es necesario reconocer la singularidad del fenómeno que se estudia y la
necesidad de estudiar esa singularidad y variabilidad como un proceso dinámico
que permita comprender las múltiples trayectorias de los sistemas de desarrollo”
(Valsiner, 1998, pág. 55) .
El desarrollo
concebido sistémicamente como “productos de procesos de incremento y
transformación que, a través de un flujo de interacciones entre las
características corrientes de la persona y sus contextos corrientes, producen
una sucesión de cambios relativamente duraderos que elaboran o incrementan la
diversidad de las características estructurales y funcionales de la persona y
los patrones de sus interacciones ambientales mientras mantienen la coherencia
organizativa y la estructura funcional de la persona como un todo”. (Smith L.
B., 2003)
nos permite no solo referir las tres dimensiones de desarrollo (el viejo clisé
de lo “bio-psico-social”) sino los mecanismos
“flujos de interacciones” que generan y propician el desarrollo en cada una de
ellas.
Para
ello es necesario pensar “El desarrollo como fenómeno irreversible en el
tiempo, que nos exige recuperar la noción de historicidad, por medio de construcciones
explícitas que a la vez den cuenta de la naturaleza dinámica de los fenómenos
de desarrollo”. (Valsiner, 1998, pág. 57)
El término desarrollo se entiende como un proceso de
reconstrucción y reorganización permanente. Cuando en el estudio de este
proceso ya había definido las características de las etapas de desarrollo
(desde la psicología del desarrollo clásica) y los desempeños de los niños en
cada una de ellas, aparecieron nuevos hechos y teorías que obligaron volver a
pensarlos.
Los hallazgos de la investigación sobre el desarrollo
de los últimos años, muestran que la concepción de este proceso en etapas
secuenciales y acumulativas, con desempeños específicos para todos los niños,
no era adecuada. Resulta necesaria una nueva formulación de la categoría
desarrollo que tenga en cuenta la variabilidad del desempeño de una misma
persona a través del tiempo y los cambios que presentan las producciones de las
personas en el mismo rango etario; que dé cuenta de sus avances y retrocesos y
de aquellos momentos en que coexisten viejas y nuevas concepciones.
Lo anterior nos exige la incorporación del término “experiencia
reorganizadora”, según (Moll, 1990)
se refiere a un funcionamiento cognitivo que marca momentos cruciales en el
desarrollo, pues ellos sintetizan el conocimiento previo y simultáneamente
sirven de base para desarrollos posteriores, más elaborados. Una experiencia
reorganizadora más que acumulación, es el resultado de la integración de
capacidades previas, que permiten al ser humano acceder a nuevos ‘saberes’ y
‘haceres’ y movilizarse hacia formas más complejas de pensamiento y de
interacción con el mundo.
Algunas
ideas en torno a los sistemas dinámicos no lineales.
El
análisis y desarrollo de los postulados conceptuales de los sistemas dinámicos
se pueden considerar como uno de los campos teóricos más fértiles e innovadores
de las últimas décadas. Apoyado como ningún otro en principios científicos muy
potentes (teoría de los sistemas, teoría del caos, teoría del juego, etc.), nos
obligan a re - pensar el concepto de desarrollo de manera distinta.
Los
sistemas dinámicos nos exigen operar rupturas epistémicas, cognitivas y
paradigmáticas para propiciar su abordaje. “Una vez que comenzamos a entender
el desarrollo desde el punto de vista de los sistemas dinámicos y a integrarnos
en su metodología entonces encontramos que las ideas son tan fascinantes y
poderosas que no podemos volver atrás a la manera como antes trabajamos y
pensábamos” (Thelen, 1994) .
El
objetivo de la teoría de los sistemas
dinámicos es describir y explicar cómo las relaciones e intercambios en los
niveles de base de una organización de un sistema pueden producir cualitativamente
nuevos estados y propiedades en los niveles altos de la misma.
Esta
teoría se puede aplicar a cualquier sistema complejo, incluido el desarrollo
humano, desde este enfoque la psicología evolutiva podrá interpretar los
procesos de cambio y desarrollo como el resultado emergente del funcionamiento
interactivo y dinámico del sistema.
El
proceso de adaptación de un sistema requiere de variables colectivas o parámetros
de orden que sirven para describir el estado de coherencia y capacidad
combinatoria para regular el equilibrio del mismo, de igual forma son
importantes las variables reguladoras o parámetros de control para la
regulación la dinámica de los parámetros de orden en secuencias no
deterministas y a la vez exponiendo los valores críticos que desajustan el
sistema.
La
interacción dinámica de los elementos del sistema puede establecer infinitos
estados del mismo, pero la existencia de dinámicas determinantes genera la
convergencia del sistema en función de los estados atractores.
El
sistema “prefiere” ciertos estados en su organización, y tiende a regresar
hacia ellos cuando es perturbado, (tal como lo establece el criterio de
homeostasis la teoría del campo de Lewin); excepto que, por necesidades
adaptativas, superado el umbral del parámetro de control, éste conduzca al
sistema hacia un nuevo estado. (Abellán, 2014) . Así se explica el cambio, una suerte
de equilibración permanente de la “matrix” que finalmente lleva a su
aniquilación y creación de una nueva.
Por
ello, podemos decir que los sistemas no-lineales tienden hacia el desequilibrio
más que al equilibrio, generando sin embargo orden y no caos. La dimensión
temporal resulta francamente explicativa de este funcionamiento, por lo que en
distintos momentos las mismas condiciones pueden generar resultados diferentes.
Para (Abellán, 2014, pág. 26) , “si observamos un estado atractor como la
adquisición de la marcha bipedestante por los niños, si ésta se adquiere
después del gateo su rentabilidad cognitiva será muy alta, pero si el niño
accede a la bipedestación sin haber desarrollado las habilidades cognitivas de
la etapa del suelo (volteo, arrastrado, gateo), es muy probable que
posteriormente regrese hacia el estado atractor del suelo y que se enfrente a
un retraso en su lenguaje, en la capacidad motora y quizá en la atencional”.
Es decir, que un estado precede e incluye a otro y lo condiciona.
En
esta línea, se presentan los conceptos de emergencia y auto-organización. La
emergencia de nuevas formas se erige como un principio general
para explicar el cambio dentro de los procesos de auto-organización
prototípicos de los procesos propios del sistema dinámico. Los componentes del
sistema se auto-organizan y producen su propia respuesta, su salida, su
alternativa a los problemas que enfrenta. Emergencia y autoorganización van
pues de la mano.
¿Qué implicaciones tiene analizar el desarrollo desde una
perspectiva no-lineal?
Una de las cuestiones que se debe
enfrentar desde una perspectiva no lineal, es el criterio de la estabilidad e
inestabilidad de los sistemas. Si antes se había mencionado el concepto de
emergencia y auto-organización y el propio concepto de no linealidad, ahora es
necesario pensar en la cuestión de la inestabilidad de los sistemas. Esta
inestabilidad es el resultado del encuentro de dos o más tensiones en la que
incide el tipo, nivel, calidad y complejidad de las interacciones, y por lo
tanto de una inestabilidad regulada.
Desde
este enfoque la variabilidad resulta
ser el centro del estudio de la psicología del desarrollo, dándole quizá un
papel análogo las “estructuras piagetianas” en los enfoque tradicionales por
ello la psicología del desarrollo asume un nuevo marco interpretativo que no se
caracteriza por la homogeneidad de sus formas (Molenaar, 2004) .
Para
algunos autores sólo el enfoque de los sistemas dinámicos estarían en capacidad
de explicar la variabilidad y la emergencia adecuadamente en la medida en que
precisamente sería una manifestación de que la actividad cognitiva funciona
como un sistema abierto no lineal (Molenaar, 2004) .
Si
bien, una de las implicaciones de abordar el estudio del desarrollo (a nivel
macro o micro) desde la no-linealidad es reconocer la presencia de la
variabilidad; no resulta menos cierto que el reto se encuentra en saber medir
el momento exacto en que ocurre el cambio cognitivo. En esa línea de ideas el
fenómeno de la variabilidad trae consigo la necesidad de nuevas metodologías
capaces de identificar minuciosa y fielmente los recovecos por los que transita
el funcionamiento de los cambios en el desarrollo.
La
especificidad de lo “infantil” en el desarrollo de los niños y niñas en el Ecuador.
El
proceso de construcción y definición de la política pública de desarrollo
infantil integral ha sido largo y tortuoso, reflejando con absoluta claridad,
la impronta político – ideológica y construcción social con la que los distintos
gobiernos han operado los programas y modalidades de atención.
La definición del “Comité Técnico
Intersectorial” (instancia técnico política del Ministerio de Coordinación de
Desarrollo Social. MCDS.) De “Desarrollo Infantil” en la que se “construye y
aprueba” la definición de desarrollo infantil, y que se presenta como parte de
la presentación de la política pública es ambigua y tradicional, no pasa de ser un intento de globalizar
categorías asociadas a la visión tradicional de desarrollo y además sin un “corpus
teórico” que la sustente.
La noción de presentar el desarrollo
infantil como “un proceso de progresivo y
sucesivo en el que los cambios van de lo simple a lo complejo pasando por
etapas y fases hasta alcanzar el estado de madurez” (Cuvi, 2011) retrotrae la
definición tradicional de desarrollo entendido como lineal, escalonado y con un
interés por explicar las diferencias individuales (Desviaciones cuantitativas
para hacer generalizaciones empíricas) lo que provoca reducción de la
complejidad del fenómeno.
Esta evidencia muestra la necesidad de
abandonar la comprensión del desarrollo como una sucesión estable de etapas y
de avanzar hacia una descripción del funcionamiento intelectual como un espacio
dinámico y no lineal tal como lo hemos sustentado.
Desde esta óptica, urge reorientar los criterios
técnico - políticos y metodológicos sobre los que el estado ecuatoriano
sostiene la política pública de desarrollo infantil integral a través de la
operación de la estrategia misma de
“Infancia Plena” en todos los ministerios que conforman la plataforma social.
Urge incorporar la categoría de “Desarrollo Armónico”
planteada por (Abellán, 2014) en la perspectiva de operar un modelo
sistémico y no lineal de desarrollo, evitando el uso indiscriminado de
herramientas de corte evolutivo – maduracionales, la niñez ecuatoriana requiere
el urgente desarrollo de un proceso de investigación que analice e incorpore
las características y particularidades de su desarrollo en sus diversos
contextos vitales y socio – culturales.
Cuando se creía que ya conocíamos todas las etapas del
desarrollo, los pasos y los desempeños, sobrevienen hechos y teorías que obligan
a volverlo a pensar. Éstos han ayudado a entender que la concepción en etapas
resulta inadecuada e inclusive generadora de referencias con una marcada
inconsistencia conceptual de base, es necesario dar cuenta de la varianza y
complejidad del sistema en torno al desarrollo infantil. Entonces, urge, desde
lo ético – crítico, re - pensar una nueva concepción de desarrollo y dejar
atrás la antigua de cambios progresivos, ligados con la edad.
¿Cómo
se entienden las experiencias reorganizadoras?
Se habla de ‘experiencias
reorganizadoras’ con la idea de distinguir algunas capacidades de los niños que
cumplen una función especial en su desarrollo. Se sabe que todas sus
actividades no tienen la misma importancia, algunas cumplen funciones básicas y
en su conjunto, experiencias y capacidades, tienen distintos niveles de
importancia. Las ‘experiencias reorganizadoras’ se definen porque constituyen
una síntesis del conocimiento previo y simultáneamente sirven de base para
desarrollos posteriores más elaborados (ZPD).
Las ‘experiencias
reorganizadoras’ transforman la manera como los niños y niñas comprenden y
crean flujos de interacción con el mundo, fortalecen su comprensión acerca de
la realidad y les abren horizontes no previstos. Es Importante señalar que su presentación en períodos de
edad, no exige su aparición en una edad precisa y que la no ‘aparición’ de la
experiencia a una determinada edad, no señala necesariamente un déficit. Sin
embargo el agente educativo debe estar atento al desarrollo de los niños para
identificar oportunamente estas variaciones y prodigar atención más
individualizada o derivación profesional de ser el caso.
Re – posicionando la noción de “Logros del Desarrollo”
Desde su nacimiento, los bebés
poseen y desarrollan flujos de interacciones dinámicos en sus distintas esferas
de su desarrollo que les permiten adaptarse a su entorno y que resultan
sorprendentes y complejos por su eficacia. Éstos dan cuenta de la existencia de
una capacidad general que se concreta en el ejercicio de procedimientos o
desempeños que se contextualizan, que en su conjunto les permiten reorganizar e
incidir en su entorno para apropiarse del mismo de forma cada vez más
sofisticada y específica.
La noción de logro del desarrollo se caracteriza
porque moviliza o potencia el conocimiento que surge de una situación
específica, hacia diversas situaciones y este carácter flexible les brinda a
los niños más posibilidades de desempeño y de un desarrollo autónomo.
Los logros del desarrollo, vistos desde la complejidad
no lineal, son los ejes articuladores de la acción socio – educativa en el
desarrollo infantil que permite la apropiación progresiva y multimodal de la
experiencia culturalmente construida en sus formas relacionales, alimentarias,
de cuidado crianza, recreación, lenguaje, sensoriales, estéticas, pensamiento,
etc.
Los logros del desarrollo se estructuran a partir de
flujos de experiencias e interacciones que reorganizan la comprensión del mundo
de los niños y niñas, este proceso de re – organización esta mediado por la
calidad de dichos flujos en cualquiera sea su contexto vital y experiencial por
lo que es necesario desarrollar acciones sistemática y metodológicamente
organizadas para incidir positivamente en el desarrollo infantil.
A modo de cierre.
La validación social del
conocimiento es una de las exigencias ético – críticas que las universidades
tenemos para con el estado ecuatoriano, poder elevar el debate académico en
torno a la política pública de desarrollo infantil integral nos permite
desarrollar no solo un conjunto de elementos categoriales, sino ante todo una
serie quiebres técnico - políticos a como entendemos y operamos dichos
elementos y los plasmamos en la construcción de un piso de protección social para la primera infancia.
Tenemos la oportunidad histórica de posicionar a
nuestra universidad como un espacio de referencia en el abordaje y validación
dichos quiebres, nuestra acción salta entonces de la mera reflexión académica a
incidir en los esquemas de operación técnica, modelos de gestión y atención
para los servicios públicos y privados de desarrollo infantil integral.
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